sábado, 12 de junho de 2010

Nº 1034 - 12 DE JUNHO DE 2010 - SANTOS DO DIA

NOTA INICIAL:

 

As minhas maiores desculpas aos mais eventuais leitores: POR MOTIVOS TÉCNICOS QUE NÃO ME FOI POSSÍVEL RESOLVER – POR ABSOLUTA FALTA DE TEMPO E NÃO SÓ – VI-ME FORÇADO A TRANSCREVER AS BIOGRAFIAS DE HOJE, SEM TER EFECTUADO AS RESPECTIVAS TRADUÇÕES, o que vou procurar resolver nas próximas edições. Obrigado. António Fonseca

 

JOÃO de SAHAGÚN, Santo
Junho 12   -  Pregador Agostinho

Juan de Sahagún, Santo

Juan de Sahagún, Santo

Pregador

“¡Padre, no has sabido frenar tu lengua! Señor Duque, dígame para qué he subido al púlpito, ¿para anunciar la verdad a cuantos me escuchan o para adularlos vergonzosamente?”. Este tenso diálogo tuvo lugar entre el indignado duque de Alba, presente en la función religiosa, y el agustino fray Juan de Sahagún, que había pronunciado el sermón. Aquel día el P. Juan, aprovechó la presencia en la iglesia de muchos nobles de la ciudad y de las autoridades civiles para denunciar el mal gobierno de la administración y las injusticias perpetradas por los poderosos con daño de las personas más débiles, los latrocinios más o menos encubiertos, los fomentadores de banderías, y la opresión a los súbditos. En Salamanca Juan se había convertido en punto de referencia segura para todos. El público se sentía atraído por el predicador “amable”, pero a la vez valiente y justo.
Juan había nacido en Sahagún, provincia de León (España), hacia 1430. Hijo de Juan Gonzalez de Castillo y Sancha Martinez, el mayor de siete niños, el primero después de 16 años de esterilidad y frustración. De joven un tío suyo le proporcionó un empleo en la curia episcopal de Burgos, al que iba unido un beneficio eclesiástico. Después fue ordenado sacerdote.
Pero a los 33 años Juan entró en crisis. No se sentía a gusto en la viña del Señor sin trabajar en ella. Fue así cómo, al morir el obispo, cambió el rumbo de su vida y se hizo agustino, dedicándose de lleno al apostolado, con la predicación al pueblo sencillo, la promoción de la paz y de la convivencia social, siempre en defensa de los oprimidos y de sus derechos conculcados.
“Si se me preguntase acerca del comportamiento de fray Juan - testimonia uno de sus contemporáneos – en relación con pobres y afligidos, con viudas y niños explotados, con los necesitados y los enfermos, deberé responder que ya de naturaleza se mostraba habitualmente impelido a ayudar a todos con palabras o con limosnas. Y puso particular interés en conducir a todos a la paz y a la concordia después de haber apagado enemistades y desavenencias. Viviendo en Salamanca, encontrándose la entera ciudad dividida en bandos a causa de divergencias civiles, consiguió evitar muchas luchas sangrientas”.
Debido a sus reiteradas tentativas a favor de la pacificación, en 1476 los nobles de Salamanca firmaron un solemne pacto de perpetua concordia. La fuerza y el valor en sus actuaciones lo sacaba de la eucaristía, que celebraba diariamente con extraordinaria devoción.
Murió en 1479. El proceso acerca de su vida y virtudes se concluyó con la beatificación, en 1601, y con la canonización, que tuvo lugar en 1690. Las reliquias del santo se conservan en la catedral nueva de Salamanca, ciudad llena de lugares cuyos nombres recuerdan los portentos obrados por el Santo en vida y después de la muerte.
http://es.catholic.net/santoral  e  www.jesuitas.pt

 

Onofre, Santo
Junho 12   -  Ermitão

Onofre, Santo

Onofre, Santo

Ermitão

Si no lo hubiera encontrado el abad san Panufcio, ya moribundo, y no hubiera escrito su vida es seguro que no conoceríamos a este personaje originalísimo. Es un ermitaño, morador de una cueva del desierto egipcio de la Tebaida.
Allí mismo donde la civilización faraónica había florecido siglos antes, ahora, en las primeras centurias del cristianismo, los monjes pueblan el despoblado y viven en solitario su intensa experiencia interior y espiritual.
A nuestra sociedad lo profundo le sabe a raro y los compromisos definitivos o las decisiones comprometedoras de por vida no están de moda. Onofre, sin embargo, nos ofrece un testimonio admirable de profundidad interior capaz de abarcar todo su paso por la tierra.
Se dedicó a la oración y, después de orar, a dar buen consejo a quien se lo requería. ¿Nada más? Y... nada menos: dejar que el alma rebose amor de Dios para que otros puedan descubrirlo y amarlo; dejarse afectar desde el centro de la propia personalidad por la Gracia y contagiarla a otros como la gran curación, la gran salud, la gran salvación.
Si en la Iglesia no existieran estos absolutos testimonios del Absoluto, todo sería aún más relativo de lo que es.
¡Estaríamos buenos!
Gracias, san Onofre, por liberarnos de relativismos estériles con tu testimonio.

Este día también se festeja a San Juan de Sahagún http://es.catholic.net/santoral  e   www.jesuitas.pt

 

Guido (Guy) de Cortona, Beato
Junho 12   -  Franciscano

Guido (Guy) de Cortona, Beato

Guido (Guy) de Cortona, Beato

Sacerdote da Primeira Ordem Franciscana
(1190•1250)

Su culto y misa fueron concedidos por Gregorio XIII en 1583.
Guido, compañero de San Francisco, nació en Cortona hacia el 1190, de la familia Vignotelli. Pasó su juventud adquiriendo una buena cultura que le permitió llegar a ser sacerdote, y dado a la oración, la mortificación y el trabajo en ayuda de los pobres.
En 1211 el Poverello de Asís fue huésped suyo. Comieron juntos y cuando tomaban el postre, le confió al Santo con gran sencillez su deseo de hacerse discípulo suyo. Preguntó qué debía hacer y la respuesta fue breve. Dar todo a los pobres, renunciando a todos los bienes terrenos. Guido no perdió tiempo. Siguió con tanta rapidez el consejo del Pobrecillo, que al otro día, arreglados todos sus asuntos, pudo recibir el hábito y ceñir la cuerda de la penitencia franciscana.
Cortona tuvo así en las afueras de los muros su conventillo de Hermanos Menores, del cual Guido fue el alma y guía. Fue sacerdote y hermano, sin faltar en nada a la humildad franciscana y a la perfecta modestia. El Santo de Asís lo quiso sinceramente y lo estimó como a pocos otros discípulos.
Pero quien lo amó particularmente fue el pueblo de Cortona, del cual el Beato fue un gran bienhechor. La devoción popular le atribuye clamorosos milagros, como el del agua convertida en vino, de la harina prodigiosamente multiplicada, de la curación de un paralítico y sobre todo el de volver a la vida a una muchacha caída en un pozo. Entre los milagros y las muchas buenas obras, la oración y la penitencia, las prácticas religiosas y el cuidado del convento transcurrió serena y luminosa la vida de Guido.
Con el Seráfico Padre se retiró por algún tiempo a un lugar solitario a un kilómetro de Cortona, llamado el conventico de Las Celdas, que se considera uno de los primeros construidos en la Orden, y cultivó más intensamente la vida de piedad y de mortificación. Más tarde visitó a San Francisco de Asís y obtuvo el permiso de la predicación, con la cual, como con sus milagros, recogió abundantes frutos de bien. Al volver Francisco a Cortona, fue nuevamente a donde él, y recibió del mismo un gran elogio delante de los cortoneses, que obtuvieron la seguridad de la poderosa intercesión que él siempre había ejercitado en su favor, predicción que no quedó sin cumplirse.
Un día el Patriarca de Asís, muerto hacía cerca de veinte años, se apareció al fraile cortonés
anunciándole la hora de la recompensa. Cuando ésta llegó, pareció que Guido partiera para un viaje largamente ansiado, en compañía de la persona más amada: “He aquí a mi querido San Francisco, exclamó agonizando. Todos de pies! Vamos tras él”. A los 60 años de edad, voló su alma de la tierra al cielo en junio de 1250. Su cuerpo permaneció donde vivió y murió, en Cortona, que así vino a ser la ciudad del Beato Guido, antes de ser, unos decenios después, la ciudad de Santa Margarita, la mujer apasionada, después del hombre generoso y bienhechor.

Leão III, Santo
Junio 12 XCVI Papa

León III, Santo

León III, Santo

XCVI Papa

Fecha de nacimiento desconocida; murió en 816. Fue elegido el mismo día que fue enterrado su predecesor (26 de diciembre de 795), y consagrado al día siguiente.
Es bastante probable que esta prisa fuera debida a un deseo de los romanos de evitar cualquier interferencia por parte de los francos en su libertad de elección. León era romano, hijo de Aciupio e Isabel. En el momento de su elección era cardenal de Santa Susana, y aparentemente también “vestiarius”, o sea jefe del tesoro pontificio (o guardarropa).
Junto con la carta dirigida a Carlomagno en la que le informaba de que había sido elegido papa por unanimidad, León le envió las llaves de la confesión de San Pedro y el estandarte de la ciudad. Esto lo hizo para mostrar que consideraba al rey franco el protector de la Santa Sede. A cambio recibió de Carlomagno cartas de felicitación y una parte considerable del tesoro que el rey había tomado a los ávaros. La adquisición de esta riqueza fue una de las causas que permitieron a León ser un gran benefactor de las iglesias e instituciones de caridad de Roma.
Empujados por los celos, por la ambición o por sentimientos de odio y venganza, un cierto número de parientes del Papa Adriano I urdieron un plan para hacer a León indigno de ejercer su sagrado oficio. Con ocasión de la procesión de las Grandes Letanías (25 de abril de 799), cuando el papa se dirigía hacia la Puerta Flaminia, fue repentinamente atacado por un grupo de hombres armados. Fue arrojado al suelo, donde intentaron arrancarle la lengua y sacarle los ojos. Después de un tiempo sangrando en la calle, fue trasladado por la noche al monasterio de San Erasmo, en el Celio. Allí, de una manera al parecer bastante milagrosa, recuperó el uso total de los ojos y la lengua. Huyendo del monasterio, se trasladó, acompañado de muchos romanos, a la corte de Carlomagno. Fue recibido por el rey franco con todos los honores en Paderborn, a pesar de que sus enemigos habían llenado los oídos del rey de maliciosas acusaciones contra él.
Después de unos meses de estancia en Alemania, el monarca franco le envió con una escolta de vuelta a Roma, donde fue recibido con gran demostración de júbilo por todo el pueblo, tanto naturales como extranjeros.
Los enemigos del papa fueron juzgados por los enviados de Carlomagno y, como no fueron capaces de probar la culpa de León ni la inocencia de ellos mismos, fueron enviados como prisioneros a Francia (Reino de los francos). Al año siguiente (800) Carlomagno en persona fue a Roma, y el papa y sus acusadores fueron puestos frente a frente. Los obispos reunidos declararon que no tenía derecho a juzgar al papa; pero León, por su propia voluntad, con el objetivo, como dijo, de disipar cualquier sospecha en las mentes de aquellos hombres, declaró bajo juramento que era totalmente inocente de los cargos que se habían presentado contra él.
A petición suya, la pena de muerte emitida contra sus principales enemigos fue conmutada por una sentencia de exilio.
Unos días después, León y Carlomagno volvieron a reunirse. Fue el día de Navidad en San Pedro. Después de leer el Evangelio, el papa se acercó a Carlomagno, que estaba de rodillas ante la Confesión de San Pedro, y le colocó una corona en la cabeza. Inmediatamente la muchedumbre reunida en la basílica pronunció el siguiente grito: “¡A Carlos, el más pío Augusto, coronado por Dios, a nuestro grande y pacífico emperador, larga vida y victoria!” Por este acto, resurgió el Imperio de Occidente y, al menos en teoría, la Iglesia declaró que el mundo estaba sujeto a un solo poder temporal, como Cristo lo había hecho sujeto a un solo poder espiritual. Se entendió que la primera obligación del nuevo emperador era ser el protector de la Iglesia romana y de la Cristiandad contra los paganos. Con la vista puesta en la alianza entre Oriente y Occidente bajo el efectivo gobierno de Carlomagno, León se esforzó en promover el proyecto de un matrimonio del emperador con la princesa de Oriente Irene. Sin embargo, el destronamiento de ésta (801) impidió que este excelente plan pudiera ser llevado a cabo. Unos tres años después de la partida de Carlomagno de Roma (801), León volvió a cruzar los Alpes para verle (804). Según algunos, fue a discutir con el emperador la división de sus territorios entre sus hijos. En cualquier caso, dos años después fue invitado a dar su aprobación a las previsiones del emperador para la mencionada partición. Actuando igualmente en armonía con el papa, Carlomagno combatió la herejía del adopcionismo que había surgido en España, pero fue algo más allá que su guía espiritual cuando deseó provocar la inserción general del “Filioque” en el Credo de Nicea. No obstante, los dos actuaron de consuno cuando hicieron a Salzburgo la sede metropolitana de Baviera y cuando Fortunato de Grado fue compensado por la pérdida de su sede de Grado con la entrega de la de Pola. La acción conjunta del Papa y el Emperador se sintió incluso en Inglaterra. Gracias a ella, Eardulfo de Northumbria recuperó su reino y se resolvió la disputa entre Eambaldo, arzobispo de Cork, y Ulfredo, arzobispo de Canterbury.
Sin embargo, León tenía muchas relaciones con Inglaterra por su cuenta. Bajo su mandato, el sínodo de Beccanceld (o Clovesho, 803) condenó el nombramiento de laicos como superiores de monasterios. De acuerdo con los deseos de Etelardo, arzobispo de Carterbury, León excomulgó a Eadberto Praen por usurpar el trono de Kent; además, retiró el palio que había sido concedido a Litchfield, autorizando la restauración de la jurisdicción eclesiástica de la Sede de Canterbury “como lo había establecido San Gregorio Apóstol y patrono de los ingleses”. León también fue llamado para solventar las diferencias entre el arzobispo Ulfredo y Cenulfo, rey de Mercia. Muy poco se sabe acerca de las diferencias entre ellos, pero, quienquiera que fuera el más culpable, lo cierto es que el arzobispo fue el que más sufrió. Parece que el Rey indujo al Papa a suspenderle en sus funciones episcopales y a mantener el reino bajo una especie de interdicto durante seis años. Hasta la hora de su muerte (822), el ansia de oro provocó que Cenulfo continuara la persecución del arzobispo. Lo mismo hizo con el monasterio de Abingdon: hasta que no recibió una gran suma de dinero de su abad, no decretó la inviolabilidad del monasterio, actuando, como declaró, a petición del señor apostólico y muy glorioso Papa León.
Durante el pontificado de León III, la Iglesia de Constantinopla se encontraba en una situación de tensión. Los monjes, que prosperaban durante este periodo bajo la guía de hombres como San Teodoro el Estudita, sospechaban de lo que ellos concebían como los principios laxos de su patriarca Tarasio, y se oponían vigorosamente a la malvada conducta de su emperador Constantino VI. Con el propósito de ser libre para casarse con Teodota, el soberano se había divorciado de su mujer, María. Aunque Tarasio condenó la conducta de Constantino, rehusó, emperador, para evitar males mayores, a excomulgarle. Por haber condenado su nuevo matrimonio, Constantino castigó a los monjes con las penas de prisión y destierro. Afligidos, los monjes pidieron ayuda a León, como hicieron cuando fueron maltratados por oponerse a la arbitraria rehabilitación del sacerdote a quien Tarasio había degradado por casar a Constantino con Teodota. El Papa replicó, no sólo con palabras de alabanza y ánimo, sino también con el envío de ricos presentes; y, tras la llegada de Miguel I al trono bizantino, ratificó el tratado entre Carlomagno y él para asegurar la paz entre Oriente y Occidente.
El Papa y el Emperador de los francos actuaron conjuntamente, no sólo en la última operación mencionada, sino en todos los asuntos de importancia. Siguiendo el consejo de Carlomagno, León, para rechazar las violentas incursiones de los sarracenos, mantuvo una flota, de suerte que la línea costera era regularmente patrullada por sus navíos de guerra. No obstante, debido a que no se consideraba competente para mantener a los piratas musulmanes fuera de Córcega, confío la protección de la isla al Emperador. Apoyado por Carlomagno, fue capaz de recuperar una parte del patrimonio de la Iglesia romana en los alrededores de Gaeta, y pudo administrarlo de nuevo a través de sus párrocos. Pero cuando murió el gran Emperador (28 de enero de 814), los malos tiempos volvieron a León. Una nueva conspiración se formó contra él, pero en esta ocasión el Papa fue informado de ella antes de que llegara a un punto crítico. Ordenó que los cabecillas de la conspiración fueran detenidos y ejecutados. Apenas se había eliminado esta conspiración cuando un grupo de nobles de la Campania se levantaron en armas y se dedicaron al pillaje por toda la región. Estaban preparándose para marchar sobre la misma Roma cuando fueron derrotados por el duque de Spoleto, a las órdenes del Rey de Italia (Langobardía o Lombardía). Las enormes sumas de dinero que Carlomagno entregó al tesoro papal permitieron a León llegar a ser un eficaz protector de los pobres y mecenas del arte; así, llevó a cabo obras de renovación en las iglesias de Romas e incluso en las de Ravena. Empleó el imperecedero arte del mosaico, no solamente para retratar las relaciones políticas entre Carlomagno y él mismo, sino fundamentalmente para decorar las iglesias, en particular su iglesia titular de Santa Susana. Hasta finales del siglo XVI se podía contemplar una figura de León en un mosaico de esa antigua iglesia.
León III fue enterrado en San Pedro (12 de junio de 816), donde se encuentran sus reliquias, junto a las de Santos León I, León II y León IV. Fue canonizado en 1673. Los denarios de plata de León III todavía existentes llevan el nombre del Emperador además del de León, mostrando así al Emperador como protector de la Iglesia y señor de la ciudad de Roma.

María Cândida da Eucaristia, Beata
Junio 12 Carmelita

María Cándida de la Eucaristía, Beata

María Cándida de la Eucaristía, Beata

Carmelita Descalça

María Barba nació el 16 de enero de 1884 en Catanzaro (Italia), a donde la familia, oriunda de Palermo, se había trasladado momentáneamente por motivos de trabajo del padre, Pedro Barba, consejero del Tribunal Superior.
Cuando la niña tenía dos años la familia regresó a la capital siciliana y allí vivió María Barba su juventud, en el seno de una familia profundamente creyente, pero que se opuso obstinadamente a su vocación religiosa, experimentada desde los quince años de edad. María, en efecto, tuvo que luchar casi veinte años hasta ver realizada su aspiración, demostrando, durante esos años de espera y de sufrimiento interior, una sorprendente fortaleza de ánimo y una fidelidad poco común a la inspiración inicial.
En esta batalla, que se prolongó hasta su entrada en el Carmelo teresiano de Ragusa el 25 de septiembre de 1919, María Barba fue sostenida por una especialísima devoción al misterio eucarístico: en la Eucaristía veía ella el misterio de la presencia sacramental de Dios en el mundo, la muestra concreta de su amor infinito a los hombres, el motivo de nuestra plena confianza en sus promesas.
En ella, el amor a la Eucaristía se manifiesta desde la más tierna infancia. «Cuando era pequeñita —cuenta ella misma— y todavía no se me había dado Jesús, esperaba a mi madre, cuando volvía de la Santa Comunión, casi en el umbral de casa, y, de puntillas para llegar hasta ella, le decía: “A mí también el Señor!”. Mi madre se inclinaba con afecto y alentaba sobre mis labios; yo la dejaba en seguida y, cruzando y apretando las manos sobre el pecho, llena de alegría y de fe, repetía saltando: “Yo también tengo al Señor! yo también tengo al Señor”». Son señales de una vocación y de una llamada de Dios, cuya iniciativa comienza a preparar un regalo extraordinario para la Iglesia.
Desde que, a los 10 años, fue admitida a la Primera Comunión, su mayor alegría era poder comulgar. Desde entonces, privarse de la Santa Comunión, era para ella «una cruz y un tormento bien grande». En efecto, tras la muerte de su madre en 1914, no podía acercarse a la Comunión sino raramente, por no reñir con sus hermanos que no le permitían salir sola de casa.

María Cándida de la Eucaristía, Beata

María Cándida de la Eucaristía, Beata

Entrada en el Carmelo, donde tomó el nombre, en cierto modo profético, de María Cándida de la Eucaristía, quiso «acompañar a Jesús, en su condición de Eucaristía, lo más que pudiese». Prolongaba sus horas de adoración, y, sobre todo, la hora de las 23 a las 24 de cada jueves, la pasaba ante el Tabernáculo. La Eucaristía polarizaba verdaderamente toda su vida espiritual, no tanto por las manifestaciones devocionales, cuanto por la incidencia vital en la relación entre su alma y Dios. De la Eucaristía sacó fuerzas María Cándida para consagrarse a Dios como víctima el 1 de noviembre de 1927.
María Cándida desarrolló plenamente lo que ella misma define como su «vocación a la Eucaristía» ayudada por la espiritualidad carmelitana, a la que se había acercado a través de la lectura de la Historia de un alma de Santa Teresita. Son bien conocidas las páginas en que santa Teresa de Jesús describe su especialísima devoción a la Eucaristía y cómo, en la Eucaristía, experimentó la santa Fundadora el misterio fecundo de la Humanidad de Cristo.
Elegida priora del monasterio en 1924, lo fue, salvo una breve interrupción, hasta 1947, infundiendo en su comunidad un profundo amor a las Constituciones de santa Teresa de Jesús y contribuyendo de forma directa a la expansión del Carmelo teresiano en Sicilia, fundación de Siracusa, y al retorno de la rama masculina de la Orden.
A partir de la solemnidad del Corpus Domini de 1933, año santo de la Redención, María Cándida comienza a escribir lo que podríamos definir como su pequeña obra maestra de espiritualidad eucarística, La Eucaristía, «verdadera joya de espiritualidad eucarística vivida». Se trata de una larga, intensa meditación sobre la Eucaristía, siempre tensa entre el recuerdo de la experiencia personal y la profundización teológica de esa misma experiencia. En la Eucaristía ve sintetizadas, la Madre Cándida, todas las dimensiones de la experiencia cristiana. La fe: «Oh mi Amado Sacramentado, yo Te veo, yo Te creo!... Oh Santa Fe». «Contemplar con Fe redoblada a nuestro Amado en el Sacramento: vivir de Él que viene cada día». La esperanza: «Oh mi divina Eucaristía, mi querida esperanza, todo lo espero de ti... Desde niña fue grande mi esperanza en la Santísima Eucaristía». La caridad: «Jesús mío, cuánto Te amo! Es un amor inmenso el que nutro en mi corazón por Ti, oh Amor Sacramentado... Cuán grande es el amor de un Dios hecho pan por las almas! De un Dios hecho prisionero por mí».
En la Eucaristía, la Madre Cándida, entonces priora de su comunidad, descubre también el sentido profundo de los tres votos religiosos, que en una vida intensamente eucarística hallan, no sólo su plena expresión, sino también un ejercicio concreto de vida, una especie de profunda ascesis y de progresiva conformación al único modelo de toda consagración, Jesucristo muerto y resucitado por nosotros: «¿Qué himno no debería entonarse a la obediencia de nuestro Dios Sacramentado? Y ¿qué es la obediencia de Jesús en Nazareth, comparada con su obediencia en el Sacramento desde hace veinte siglos?». «Después de instruirme sobre la obediencia, cuánto me hablas, cuánto me instruyes en la pobreza, oh blanca Hostia! Quién más despojada, más pobre que Tú...No tienes nada, no pides nada!... Divino Jesús, haz que las almas religiosas estén sedientas de desprendimiento y de pobreza sincera!».«Si me hablas de obediencia y de pobreza..., qué fascinación de pureza no suscitas Tú con solo mirarte! Señor, si tu descanso lo encuentras en las almas puras, ¿qué alma, tratando contigo, no se hará tal?». De ahí el propósito: «Quiero permanecer junto a Ti por pureza y amor».
Pero es sin duda la Virgen María el verdadero modelo de vida eucarística, Ella que llevó en su seno al Hijo de Dios y que continuamente lo engendra en el corazón de sus discípulos: «Quisiera ser como María — escribe la María Cándida en una de las páginas más intensas y profundas de La Eucaristía —, ser María para Jesús, ocupar el puesto de su madre. En mis Comuniones, María la tengo siempre presente. De sus manos quiero recibir a Jesús, ella debe hacerme una sola cosa con Él. Yo no puedo separar a María de Jesús. Salve! Oh Cuerpo nacido de María!. Salve María, aurora de la Eucaristía!».
Para María Cándida, la Eucaristía es alimento, es encuentro con Dios, es fusión de corazón, es escuela de virtud, es sabiduría de vida. «El Cielo mismo no posee más. Aquel único tesoro está aquí, es Dios! Verdaderamente, sí verdaderamente: mi Dios y mi Todo». «Le pido a mi Jesús ser puesta como centinela de todos los sagrarios del mundo hasta el fin de los tiempos».
El Señor la llamó, después de algunos meses de agudos sufrimientos físicos, el 12 de junio de 1949, Solemnidad de la Santísima Trinidad en ese año.
Fue beatificada el 21 de marzo de 2004 por S.S. Juan Pablo II.

• 108 mártires de Polónia durante a segunda guerra, Beatos
Junho 12   -  Mártires

108 mártires de Polonia durante la segunda guerra, Beatos

108 mártires de Polonia durante a segunda guerra, Beatos

El 13 de junio de 1999, el papa Juan Pablo II beatificó, en Varsovia, a 108 mártires de la última Guerra Mundial en Polonia, y estableció que su fiesta se celebre el 12 de junio. Entre ellos hay 3 obispos, 52 sacerdotes diocesanos, 26 sacerdotes religiosos, 3 clérigos, 7 religiosos no sacerdotes, 8 religiosas y 9 personas laicas.
Durante la II Guerra Mundial, en Polonia fueron numerosas las víctimas de la encarnizada persecución nazi contra la Iglesia. También otros muchísimos ciudadanos fueron perseguidos y asesinados en aquellas terribles circunstancias. Pero los 108 beatificados por el Papa fueron todos ellos asesinados por odio a la fe cristiana en diversas circunstancias o lugares, o murieron como consecuencia de los sufrimientos infligidos por el mismo motivo en las cárceles y campos de concentración. La mayoría de los sacerdotes murieron por no dejar de ejercer su ministerio, a pesar de las amenazas; muchos de estos mártires perdieron la vida por defender a judíos; las religiosas, por su parte, en su servicio amoroso y silencioso, aceptaron con espíritu de fe los sufrimientos y la muerte. Todos fueron en sentido estricto testigos de la fe de Cristo.
Los padecimientos de los 108 mártires polacos —torturados y ejecutados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial —elevados a los altares por el Papa Juan Pablo II— evidencian los sufrimientos de la Iglesia durante la Segunda Guerra Mundial, así como la ayuda que ellos prestaron a judíos, comunistas y en general a todo perseguido por las fuerzas del Eje.
El Postulador General de los mártires, P. Tomasz Kaczmarek, informó que los 108 polacos, que murieron a manos de soldados alemanes durante la ocupación nazi (1939-1945) y que fueron declarados beatos el 13 de junio en Varsovia, proceden de 18 diócesis diferentes y 22 órdenes religiosas.
Salvadores de judíos
Entre los polacos a ser beatificados están 15 víctimas del campo de concentración de Auschwitz y otros 43 que sufrieron en Dachau, campo ubicado cerca de Munich. También se cuentan varios católicos que fueron perseguidos, torturados y ejecutados por salvar a judíos y comunistas que eran buscados por los soldados alemanes.
Así por ejemplo, dos religiosas, que se encuentran en la lista de los futuros beatos, fueron asesinadas por rescatar a decenas de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. De la misma manera, la religiosa dominica Julia Rodzinska (1899-1945) murió de tifus en el campo de concentración de Stutthof, luego de dar ayuda, junto con otras siete religiosas, a varias mujeres judías.
Los judíos hallados por los nazis en el ático del convento de las hermanas de la Inmaculada Concepción fueron causa de tortura y ejecución de las religiosas Bogumila Noiszewska (Maria Ewa) y Kazimiera Wolowska (Maria Marta), que murieron fusiladas en Slonim en 1942. Del mismo modo, el párroco de Gdeszyn, P. Zygmunt Pisarski, fue arrestado y asesinado en Dachau en 1943 por rechazar entregar a comunistas locales a la Gestapo.
Perseguidos por ser católicos
El P. Kaszmarek afirmó también que la misma experiencia de sufrimiento fue vivida por Mons. Julian Nowowiejski, Arzobispo de Plock (1858-1941), quien fue duramente maltratado y finalmente asesinado en el campo de concentración de Dzialdow.
Otro de los obispos que fueron acosados por el nazismo fue el también prisionero en Dachau,
Michal Kozal (1893-1943), Obispo de Wloclawek, diócesis que sufrió el exterminio de la mitad de sus sacerdotes, once de los cuales están en la lista de beatificaciones.
"El odio a los polacos se mezcló con el ataque a la Iglesia Católica, que representaba un inconveniente obstáculo a la implementación de la insana visión de Hitler sobre la raza y la vida política y social", afirma el P. Kaczmarek.
El Postulador de la causa de los beatos cree que el Papa Wojtila conoció a uno de los mártires durante su juventud, cuando él estudiaba en Cracovia, el P. Jozef Kowalski, quien fue asesinado en Auschwitz en 1942 por rehusarse a cometer sacrilegio con su propio rosario.
Entre los 52 sacerdotes que pasaron por las torturas y ejecuciones nazis, la mayoría de ellos jóvenes, hay dos hermanos que ofrecieron sus vidas en virtud de su ministerio pastoral. Se trata de los padres Kazimierz y Stefan Grelewski, procedentes de Radom, el primero de los cuales fue colgado y el segundo torturado hasta morir en Dachau en 1943.
Otros dos ejemplos de sacrificio y amor a la Iglesia fueron el fray Anicet Koplinski (1875-1941), un capuchino nacido en Alemania que prefirió morir en las cámaras de gas a abandonar su orden, y dos marianistas Jerzy Kaszyra (1904-1943) y Antoni Leszczewicz (1890-1943), que murieron quemados en dos atrocidades cometidas en Rosica.
También laicos
Entre los 108 mártires polacos, existen un total de nueve laicos como Natalia Tulasiewicz, una agente pastoral de 39 años, que fue asesinada en una cámara de gas en Ravensbruck, y Mariana Biernacka (1888-1943), una campesina que pidió ser fusilada en lugar de su nuera que tenía varios meses de embarazo, en Grodno.
Documentación
El padre Kaczmarek explicó que las causas de los mártires fueron sólidamente fundadas en 92,000 páginas de documentación, que fueron entregados oportunamente al Vaticano en 1994. En la investigación han participado 600 especialistas, entre archivistas, historiadores y teólogos.
"Una pregunta me viene a la mente muchas veces: ¿por qué Dios ha querido revelar sus mártires a sus compatriotas contemporáneos justo ahora, en el umbral del Tercer Milenio? Una sola respuesta viene siempre a mi mente: necesitamos estos testigos para nuestros tiempos´´, dijo el padre Kaczmarek.

A continuación la lista de los 108 mártires:

- Adam Bargielski - Aleksy Sobaszek - Alfons Maria Mazurek - Alicja Maria Jadwiga Kotowska - Alojzy Liguda - Anastazy Jakub Pankiewicz - Anicet Koplinski - Antoni Beszta-Borowski - Antoni Julian Nowowiejski - Antoni Leszczewicz - Antoni Rewera - Antoni Swiadek - Antoni Zawistowski , sacerdote (1882-1942 KL Dachau) - Boleslaw Strzelecki , sacerdote (1896-1941, Germania Auschwitz) - Bronislaw Komorowski , sacerdote (1889-22.3.1940 KL Stutthof) - Bronislaw Kostkowski , estudiante (1915-1942 KL Dachau) - Brunon Zembol , religioso (1905-1922 KL Dachau) - Czeslaw Jozwiak (1919-1942 prisionero en Dresden), - Dominik Jedrzejewski , sacerdote (1886-1942 KL Dachau) - Edward Detkens , sacerdote (1885-1942 KL Dachau) - Edward Grzymala , sacerdote (1906-1942 KL Dachau) - Edward Kazmierski (1919-1942 prisionero en Dresden), - Edward Klinik (1919-1942 prisionero en Dresden), - Emil Szramek, sacerdote (1887-1942 KL Dachau) - Ewa Noiszewska, religiosa (1885-1942, Góra Pietrelewicka in Slonim) - Fidelis Chojnacki, religioso (1906-1942 KL Dachau) - Florian Stepniak, religioso, sacerdote (1912-1942 KL Dachau) - Franciszek Dachtera, sacerdote (1910-23.8.1942 KL Dachau) - Franciszek Drzewiecki, religioso, sacerdote (1908-1942 KL Dachau) - Franciszek Kesy (1920-1942 priosionero en Dresden), - Franciszek Rogaczewski, sacerdote (1892-11.1.1940) - Franciszek Roslaniec, sacerdote (1889-1942 KL Dachau) - Francisco (Franciszek) Stryjas, padre de familia, (1882-31.7.1944 prisionero en Kalisz) - Gregorio (Grzegorz) Boleslaw Frackowiak, religioso (1911-1943 decapitado en Dresden) - Henryk Hlebowicz, sacerdote (1904-1941 Borysewo) - Enrique (Henryk) Kaczorowski, sacerdote (1888-1942 KL Dachau) - Henryk Krzysztofik, religioso, sacerdote (1908-1942 KL Dachau) - Hilario (Pawel) Januszewski, religioso, sacerdote (1907-1945 KL Dachau) - Jan Antonin Bajewski, religioso, sacerdote (1915-1941 KL Auschwitz) - Jan Nepomucen Chrzan, sacerdote (1885-1942 KL Dachau) - Jarogniew Wojciechowski (1922-1942 prisionero en in Dresden). - Jerzy Kaszyra, religioso,sacerdote (1910-1943, in Rosica), - Jozef Achilles Puchala, religioso, sacerdote (1911-1943) - Jozef Cebula, religioso, sacerdote (1902-1941 KL Mauthausen) - Jozef Czempiel, sacerdote (1883-1942 KL Mauthausen) - Jozef Innocenty Guz, religioso, sacerdote (1890-1940 KL Sachsenhausen) - Jozef Jankowski, religioso,sacerdote, (1910 -16.10.1941, Auschwitz) - Jozef Kowalski - Jozef Kurzawa, sacerdote (1910-1940) - Jozef Kut, sacerdote (1905-1942 KL Dachau) - Jozef Pawlowski, sacerdote (1890-9.1.1942 KL Dachau) - Jozef Stanek, religioso, sacerdote (1916-23.9.1944, morto a seguito delle torture in Varsavia) - Jozef Straszewski, sacerdote (1885-1942 KL Dachau) - Jozef Zaplata, religioso (1904-1945 KL Dachau) - Julia Rodzinska, religiosa (1899-20.2.1945 Stutthof); - Karol Herman Stepien, religioso, sacerdote (1910-1943) - Katarzyna Celestyna Faron, religiosa (1913-1944 KL Auschwitz) - Kazimierz Gostynski, sacerdote (1884-1942 KL Dachau) - Kazimierz Grelewski, sacerdote (1907-1942 KL Dachau) - Kazimierz Sykulski, sacerdote (1882-1942 KL Auschwitz) - Cristino (Krystyn) Gondek, religioso, sacerdote (1909-1942) - Leon Nowakowski, sacerdote (1913-1939) - Leon Wetmanski(1886-1941, Dzialdowo), Obispo - Ludwik Gietyngier - Ludwik Mzyk, religioso, sacerdote (1905-1942) - Ludwik Pius Bartosik, religioso, sacerdote (1909-1941 KL Auschwitz) - Maksymilian Binkiewicz, sacerdote (1913-24.7.1942, Dachau) - Marcin Oprzadek, religioso (1884-1942 KL Dachau) - Maria Antonina Kratochwil, religiosa (1881-1942) - Maria Klemensa Staszewska, religiosa (1890-1943 KL Auschwitz) - Marian Gorecki, sacerdote (1903-22.3.1940 KL Stutthof) - Marian Konopinski, sacerdote (1907-1.1.1943 KL Dachau) - Marian Skrzypczak, sacerdote (1909-1939 in Plonkowo) - Mariana Biernacka (1888-1943), - Marta Wolowska, religiosa (1879-1942, Góra Pietrelewicka in Slonim) - Michal Czartoryski, religioso, sacerdote (1897-1944) - Miguel (Michal) Ozieblowski, sacerdote (1900-1942 KL Dachau) - Michal Piaszczynski, sacerdote (1885-1940 KL Sachsenhausen) - Michal Wozniak, sacerdote (1875-1942 KL Dachau) - Mieczyslaw Bohatkiewicz, sacerdote (1904-4.3.1942 shot in Berezwecz) - Mieczyslawa Kowalska, religiosa (1902-1941 KL Dzialdowo) - Narcyz Putz, sacerdote (1877-1942 KL Dachau) - Narciso Turchan, religioso, sacerdote (1879-1942 KL Dachau) - Natalia Tulasiewicz (1906-31.3.1945 Ravensbrück), - Piotr Bonifacy Z|ukowski, religioso (1913-1942 KL Auschwitz) - Piotr Edward Dankowski, sacerdote (1908-3.4.1942 KL Auschwitz) - Roman Archutowski, sacerdote (1882-1943 KL Majdanek) - Roman Sitko, sacerdote (1880-1942 KL Auschwitz) - Stanislaw Kubista, religioso, sacerdote (1898-1940 KL Sachsenhausen) - Stanislaw Kubski, religioso, sacerdote (1876-1942 KL Dachau) - Stanislaw Mysakowski, sacerdote (1896-1942 KL Dachau) - Stanislaw Pyrtek, sacerdote (1913-4.3.1942 Berezwecz) - Stanislaw Starowieyski, padre de familia (1895-13.4.1940/1 KL Dachau) - Stanislaw Tymoteusz Trojanowski, religioso (1908-1942 KL Auschwitz) - Stefan Grelewski, sacerdote (1899-1941 KL Dachau) - Symforian Ducki, religioso (1888-1942 KL Auschwiitz) - Tadeusz Dulny, seminarita (1914-1942 KL Dachau) - Wincenty Matuszewski, sacerdote (1869-1940) - Wladyslaw Bladzinski, religioso, sacerdote (1908-1944) - Wladyslaw Demski, sacerdote (1884-28.5.1940, Sachsenhausen) - Wladyslaw Goral,(1898-1945 KL Sachsenhausen), Obispo - Wladyslaw Mackowiak, sacerdote (1910-4.3.1942 Berezwecz) - Wladyslaw Maczkowski, sacerdote (1911-20.8.1942 KL Dachau) - Wladyslaw Miegon, sacerdote, (1892-1942 KL Dachau) - Wlodzimierz Laskowski, sacerdote (1886-1940 KL Gusen) - Wojciech Nierychlewski, religioso, sacerdote (1903-1942 KL Auschwitz) - Zygmunt Pisarski, sacerdote (1902-1943) - Zygmunt Sajna, sacerdote (1897-1940 Palmiry)

Mercedes de Jesus Molina y Ayala, Beata
Junho 12 A Rosa de Guayas

Mercedes de Jesús Molina y Ayala, Beata

Mercedes de Jesús Molina y Ayala, Beata

A Rosa de Guayas
Fundadora do Instituto das Irmãs de Santa Mariana de Jesús

Nació en Baba, población perteneciente en esa época parte del Departamento de Guayaquil, provincia del Guayas (luego de una división administrativa Baba queda hoy en día en la provincia de Los Ríos), el 24 de septiembre de 1828, hija de don Miguel Molina y Arbeláez y de doña Rosa Ayala y Aguilar.
Dos años más tarde murió su padre, por lo que con su madre se trasladó a vivir a Guayaquil, donde ingresó a estudiar en una de las escuela de la ciudad. Por esa época su madre le enseñó a rezar y a conocer la doctrina cristiana.
A los quince años de edad sufrió el gran dolor de perder a su madre; era entonces una bella jovencita que atraía poderosamente a muchos gentiles galanes que rondaban su casa con pretensiones amorosas, pero en 1849, cuando acababa de cumplir veintiún años, renunció a un brillante matrimonio, y al frente de un asilo de huérfanos se dedicó a la acción social y evangélica. Entonces repartió todos los bienes que había heredado de sus padres -destinándolos a obras para los pobres-, y colaboró con la incipiente Junta de Beneficencia de Guayaquil (institución de servicio social existente hasta nuestros días).
Mercedes se entregó por entero a Dios y emitió votos de virginidad perpetua tomando el camino del sacrificio, la bondad, la oración y la meditación. Sucedió entonces que estando en oración contemplativa, siguiendo los pasos de
Mariana de Jesús a quien imitaba en su amor a Dios, éste le manifestó, a través de un rosal florido, que fundaría un colegio religioso.
En 1862 comenzó a levitar cuando oraba, perdía los sentidos y entraba en éxtasis después de comulgar. Al año siguiente su fama de beata se extendió por toda la ciudad ocasionando los más variados comentarios. Fue justamente por esa época cuando conoció a
Narcisa de Jesús Martillo Morán, con quien compartió su casa por largo tiempo para ayudarse mutuamente en el camino de la cruz, y practicar juntas la virtud, la oración y la penitencia.
En 1870 viajó al oriente con el propósito de evangelizar a los jíbaros, y tres años más tarde, luego de cumplir con su labor cristiana a costa de muchos sufrimientos, el Señor la condujo a la ciudad de Riobamba donde el 14 de abril de 1873 vio cristalizado su deseo de fundar un instituto religioso, al que puso bajo el patrocinio de la santa quiteña Mariana de Jesús.
Posteriormente continuó llevando una vida ejemplar, de amor al prójimo y de sacrificio hasta el heroísmo, y debido al ayuno y la penitencia su cuerpo se fue debilitando poco a poco hasta que la muerte la sorprendió, en olor a santidad, el 12 de junio de 1883.
El 8 de febrero de 1946, Su Santidad el Papa Pío XII decretó la introducción de la causa de su beatificación, y el 27 de noviembre de 1981, el Papa Juan Pablo II expidió el Decreto sobre las Virtudes Heroicas y le dio el título de Venerable. Cuatro años más tarde, el 1 de febrero de 1985, «La Rosa del Guayas» fue beatificada durante la visita pastoral que el Santo Padre realizó a la ciudad de Guayaquil.
Sus restos descansan en la ciudad de Riobamba, en la misma casa donde fundó la Congregación de las Marianitas.
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Lourenço Salvi, Beato
Junho 12   -  Passionista

Lorenzo Salvi, Beato

Lorenzo Salvi, Beato

O Misionário do Menino Jesús

Lorenzo Salvi es un hombre que ha gastado su vida al servicio de Dios y no se detuvo nunca por lo que mereció como apelativo "movimiento perpetuo". Otras de sus características fueron la mansedumbre y la humildad que aprendió en la escuela de Jesús a niño y de la familia de Nazareth.
Todo esto se dio cuando la suerte lo hizo nacer en Roma, en un ambiente aristocrático, el 30 de octubre de 1782 de Antonio y Mariana Biondi, en el palacio de los condes de Carpegna. El padre se desempeñaba como el administrador de esta noble familia y en aquel tiempo esto significaba casi gozar de los privilegios de la noble familia. Apenas un mes después de su nacimiento su madre muere, por suerte no padece por ello un gran trauma; en efecto esto sólo lo sabrá antes de su ordenación sacerdotal.
Desarrolla sus estudios bajo la guía de los preceptores de los Carpegna y frecuenta el cercano Colegio Romano, donde encuentra como compañero de escuela a S. Gaspare del Búfalo y se convierte en discípulo del camaldolense don Mauro Cappellari, que será Papa con el nombre de Gregorio XVI.
A 19 años se convierte en religioso y elige a los Pasionistas, que ha conocido por la fuerte personalidad y oratoria de S. Vicente Maria Strambi. El padre intenta retenerlo, para ello le pide esperar todavía un año más mientras le dice: "Por un año no me hables ni de curas, ni de frailes". Lorenzo obedece, pero terminado el año, se presenta puntualmente al padre y le pide:
“He obedecido, pero ahora debes mantener tu promesa". El Sr. Antonio no puede incumplir los pactos. Transcurre el año de noviciado en el monte Argentaro y emite la profesión religiosa el 20 de noviembre de 1802. Es ordenado Sacerdote en Roma el 29 de diciembre de 1805.
También le toca sufrir por la supresión de los conventos decretada por Napoleón; durante los años de 1811 al 1814 se refugia en el pequeño convento de Pievetorina (Mc). Pasada la tormenta napoleónica, es elegido como consejero provincial y como superior de varias comunidades, comprendida la casa general de los Santos Juan y Pablo en Roma, dónde tiene como vicario al B. Domingo Barberi. Lorenzo es un hombre activo y contemplativo y también un óptimo organista. Tiene los dones de la profecía y el éxtasis durante la oración. Realiza muchos hechos prodigiosos.
Es un misionero incansable y óptimo director espiritual. Muchos lo piden como guía espiritual debido a su gran piedad, su celo incansable y su prudencia. Son al menos 260 los cursos de misiones y ejercicios espirituales conducidos por él. Agradable y siempre buscado, prédica a toda clase de personas, desde las monjas de clausura hasta los presos con frutos abundantes. Su palabra es eficaz porque está acompañada del ejemplo de una vida santa y de muchos hechos prodigiosos.
Pero su característica principal es su tierna devoción al niño Jesús que en Pievetorina (Mc) en el año de 1812 se le apareció y lo curó de una grave enfermedad. Desde aquel momento el misterio de Belén es "el más dulce y el más suave de los misterios", este misterio se convierte en el alma de su vida ascética y mística, de su apostolado y de sus escritos. Con un voto particular y con la escritura de muchos libros se empeña en propagar esta devoción. Con la imagen del niño Jesús, que él llama cariñosamente "mi dulce pequeño emperador”, realiza no poco milagros. Lo bautizan "el misionero del niño Jesús". Belén, en su decir, "es 1a primera escuela pública de todas las virtudes". Lorenzo, hombre activo y concreto, vive y enseña la bienaventuranza de los "pequeños" a los cuales Dios se complace en revelar "los misterios del reino de los cielos". La pequeña vía de la infancia "espiritual", que será después recorrida y difundida por santa Teresa de Lisieux, es la respuesta de Lorenzo a los desafíos culturales y sociales de su tiempo, a los que propone otras categorías y otros parámetros.
No sin emoción todavía hoy podemos admirar algunos "Niños Jesús" de cera construidos por él y un libro para enseñar a construirlos escrito por él mismo. También funda la asociación llamada la "Escuadra de la Sagrada Cuna" para quienes publica un reglamento. Nacido cuando la Ilustración había ya ofuscado muchas mentes, Lorenzo habla de un Dios que por amor se viste de humanidad y que, convertido en niño, invita a todos a caminar con sencillez de corazón.
En el 1856, a pesar de no sentirse con fuerzas, obedece a la invitación de los superiores de ir a Capranica (VT) para visitar algunos enfermos que desean su bendición. Va, pero advierte que no estará allí más que tres días. Llega el 9 de junio de 1856; acoge a los que lo visitan, confiesa a los penitentes, bendice a los enfermos, conforta a los dolientes. El 12 de junio muere por un ictus.
"Hemos perdido nuestro santo", dice la gente conmovida mientras acaparan sus reliquias. Antes de que Lorenzo sea reconducido al convento, quieren que su cuerpo sea llevado en procesión por todo el pueblo; con trabajos los guardias logran defenderlo de la excesiva devoción.
Y enterrado en el convento de S. Ángel de Vetralla VT. Juan Pablo II lo proclama beato el primero octubre de 1989.
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• Gaspar Luis Bertoni, Santo
Junho 12   -  Fundador

Gaspar Luis Bertoni, Santo

Gaspar Luis Bertoni, Santo

Fundador da Congregação
dos Sagrados Estigmas de Nosso Senhor Jesus Cristo

GASPAR BERTONI nació en Verona, en la República de Venecia, el 9 de octubre de 1777, hijo de Francis Bertoni y Brunora Ravelli de Sirmione. Fue bautizado al día siguiente por su tío abuelo, Fr. James Bertoni, en la iglesia de la parroquia de San Pablo, en el Campo Marzo de la sección de Verona.
En ambos lados de la familia, se ejercía la profesión de "Notario", y en un viejo documento legal, puede verse que la familia era bastante rica. Pero aun más aun rica, era sin embargo, la práctica de la fe.
A consecuencia de la temprana muerte de su pequeña hermana, Gaspar siguió siendo el único hijo. Tuvo el beneficio de una educación excelente, tanto en su casa como en la escuela de San Sebastían que era dirigida por la municipalidad luego de la supresión de los Jesuitas. Ellos, sin embargo, continuaban enseñando el enseñando y también dirigiendo la Congregación Mariana. El joven Bertoni ingresó aquí bajo la influencia de de Fr. Louis Fortis quien luego habría de ser el primer General de los Jesuítas luego de la reintegración de la Compañía de Jesús.
Como fruto de la gracia de su primera comunión, a edad de 11 años, Gaspar Bertoni fue llamado a una vida de unión mística. Su vocación al sacerdocio maduró, y a las 18 años, entró en el seminario. Asistiendo al curso teológico como un estudiante externo, él encontró en su profesor de teología moral, Fr. Nicolás Galvani, un director espiritual excelente.
Durante su primer año de teología, fue testigo de la invasión de los ejércitos franceses, (1 de junio de 1796). Esto era el principio de un periodo de 20 años de gran lucha para su ciudad natal. Inspirado por su profunda caridad, se dedicó a la ayuda de los enfermos y heridos, como un miembro de la Fraternidad del Evangelio para los Hospitales que había sido creada por el Siervo de Dios Fr. Peter Leonardi.
A su ordenación sacerdotal (el 20 de septiembre de 1800), se encontró en un mundo con necesidad de mucha ayuda para solucionar los serios problemas que perturbaban el alba de un nuevo siglo.
Se dedicó con todos su energías y gran habilidad organizativa a su nueva misión pastoral. Estableció un Oratorio bajo la forma de una "Cohorte Mariana", que tenía fomo meta el cristianizar y formar a los jóvenes. Todas esas organizaciones fueron suprimidas por un decreto de Napoleon (1807), y Fr. Bertoni guardó sus planes para tiempos mejores.
Entretanto, él tomó la dirección espiritual de una comunidad fundada en aquel entonces por Santa Magdalena de Canossa en el Convento de San José (mayo de 1808), aquí conoció a la Sierva de Dios Leopoldina Naudet, a quien él guiaría espiritualmente a lo más alto del misticismo del santo abandono y en la fundación de las Hermanas de la Sagrada Familia. Él extendió esta faceta de su ministerio a otra Sirvia de Dios, Teodora Campostrini, de noble cuna, quien también estaba en la etapa de discernimiento de su vocación, para la fundación de su Comunidad, la de las "Hermanas Mínimas" de la Caridad de la Madre Dolorosa.
En su espíritu de abandono a Dios, y servicio a la Iglesia, Fr. Bertoni fue guiado por el espíritu santo para fundar una Congregación llamada de los "Estigmatinos" quienes quiso que fueran "Misioneros Apostólicos para Ayudar a los Obispos".
El 4 de noviembre de 1816 se mudó con otros 2 religiosos a la casa de los estigmas de San Francisco, de la cual derivó parte del nombre de su congregación y en ella interiorizó sobre la meditación de los estigmas de Jesucristo, se abrió una escuela gratuita con otros servicios gratuitos a la comunidad.
Sus últimos años
Gaspar Bertoni cayó gravemente enfermo, y mientras era atendido en la enfermería de la casa generalicia, dijo sus últimas palabras: "Preciso sufrir".
Pronunciando estas palabras, murió el dia 12 de junio de 1853.
Fue canonizado el 1 de noviembre de 1989 por Juan Pablo II.

Florida Cevoli, Beata
Junho 12   -  Clarissa

Florida Cevoli, Beata

Florida Cevoli, Beata

Clarisa Capuchinha

Florida Cevoli, en el siglo Lucrecia Elena, hija del conde Curzio Cevoli y de la condesa Laura della Seta, nació en Pisa (Italia) el 11 de noviembre de 1685. Educada en la fe en el seno de su familia, afinó su espíritu bajo la guía de las clarisas del monasterio de San Martín, de Pisa, adonde la llevaron a los 13 años y donde vivió como educanda durante cinco años. Aquel clima de silencio que se respiraba allí suscitó en ella un gran deseo de la vida religiosa.
A los 18 años ingresó en el monasterio de las Clarisas capuchinas de Città di Castello (Perusa), el 7 de junio de 1703; tomó el nombre de Florida. Guiada por los consejos y sobre todo por los ejemplos de santa Verónica Giuliani, maestra de las novicias, sor Florida demostró un espíritu de oración excepcional y un gran deseo de progresar en el camino de la contemplación. Se insertó en la vida comunitaria con espíritu atento y humilde, prodigándose en los trabajos más modestos. Hizo la profesión religiosa el 10 de junio de 1704.
Desempeñó varios oficios: cocinera, despensera, panadera, responsable de la farmacia, maestra de novicias, vicaria y abadesa. En 1716 sor Verónica fue nombrada abadesa del monasterio y sor Florida, vicaria; estaban tan compenetradas, que toda la comunidad recibió un gran impulso hacia el ideal de la íntima unión con Cristo: era la confidente de la Santa y además le ayudaba como secretaria. En 1727, al morir sor Verónica, fue llamada a ocupar su puesto, y hasta su muerte, ejerció el oficio de abadesa, reelegida en trienios consecutivos, con algunos intervalos.
Como su maestra, fue una gran reformadora: se distinguió por una vida de pobreza y austeridad, propia de la reforma de las capuchinas. Los sufrimientos de Cristo en su pasión y la presencia eucarística constituían el objeto primario de su contemplación y de su amor; tenía una devoción especial a la Virgen de los Dolores. Su fama de santidad en vida fue mayor que la de santa Verónica. Es de destacar el servicio que prestó a Città di Castello como mediadora de paz, con ocasión del levantamiento popular que estalló a la muerte del papa Benedicto XIV, en 1758. Murió el 12 de junio de 1767.
La beatificó Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.

 

Beata Jobenta, a Penitente

Religiosa (século XII)

Religiosa beneditina de Aquíria, no Brabante, Bélgica, no século XII. Do seu mosteiro de monjas negras, onde se observava a Regra de S. Bento, passou, com dispensa para a reforma cisterciense, que então florescia com extrema observância. Morreu a 10 de Dezembro, não se sabe de que ano. WWW.JESUITAS.PT

 

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Problemas técnicos, impediram que efectuasse a transcrição das biografias de BEATO LOURENÇO SALVI, BEATA MERCEDES DE JESUS MOLINA, SANTO ONOFRE e SÃO JOÃO DE SAHAGÚN (ou de SÃO FECUNDO) publicadas no livro SANTOS DE CADA DIA, pela Editorial A. O, de www.jesuitas.pt. Também fiquei impedido de traduzir as restantes biografias publicadas em http://es.catholic.net/santoral, pelo que solicito as maiores desculpas. No entanto, vou tentar transcrever, em separado – POR SE TRATAR DUM TEXTO MUITO LONGO, o que se refere a NOSSA SENHORA DO SAMEIRO, que se celebra hoje, também, de www.jesuitas.ptAntónio Fonseca

sexta-feira, 11 de junho de 2010

Nº 1033 - (1) - 11 DE JUNHO DE 2010 - SANTOS DO DIA

 

Barnabé, Santo
Junho 11   -  Apóstolo

Bernabé, Santo

Barnabé, Santo

Apóstolo

São Paulo chama constantemente a São Barnabé apóstolo, designação que a liturgia lhe conservou. São Barnabé recebeu na verdade um chamamento especial para a evangelização nos primeiros anos da Igreja. O próprio Deus, pela boca de São Lucas, no-lo apresenta como homem bom, cheio de fé e do espírito. Era judeu da tribo de Levi, que nascera em Chipre, mas vivia em Jerusalém por altura da primeira pregação apostólica, e tinha lá família muito próxima, como a mãe de São Marcos. Depressa se abriu à graça cristã com ardor e generosidade. Possuía um campo em Jerusalém, vendeu-o e o dinheiro pô-lo nas mãos dos Apóstolos. O seu nome era José, mas os Apóstolos chamavam-no pelo sobrenome de Bárnaba ou Barnabé, que significa filho da consolação. São João Crisóstomo julga que aludiam assim  à bondade e simpatia do seu carácter. Pelo fervor religioso, pelos bons dotes de pregador, S. Barnabé ocupa lugar destacado na Igreja de Jerusalém. Introduz Saulo no meio dessa comunidade, quando todos desconfiavam do antigo perseguidor. Segundo alguns, Barnabé e Saulo tinham-se conhecido na escola de Gamaliel. Saulo retira-se depois para a sua pátria, Tarso. Entretanto, chegam a Jerusalém notícias sobre o fervor da comunidade cristã de Antioquia e sobre o número grande de gentios que abraçam a fé. Os anciãos resolveram enviar um homem de confiança para dirigir aquele movimento. O eleito foi S. Barnabé. Para lá se dirigiu; não tardou que notasse precisar dum colaborador. E lembrou-se do seu amigo Saulo, retirado na Cilícia. Apresentou-se em Tarso e voltou com Paulo a Antioquia. Um ano se passou de extraordinários resultados, que lhes faz pensar na evangelização do mundo inteiro. A voz do espírito diz aos anciãos de Antioquia: «Separai-me Saulo e Barnabé para a obra a que os destinei». Era a eleição especialíssima de Paulo e Barnabé como apóstolos da gentilidade. Jejuou-se e orou-se entre os cristãos; os presbíteros impuseram-lhes as mãos e os dois eleitos ficaram submetidos ao sopro do Espírito Santo. Juntou-se-lhes João Marcos, sobrinho de Barnabé; e dirigiram-se directamente a Chipre. Desembarcaram em Salamina e começaram logo a pregação; «nas sinagogas dos Judeus». Instruíam e baptizavam, quando lhes chegou uma mensagem do governador da ilha para que se apresentassem em Pafos, centro politico e religioso. O procônsul recebeu-os optimamente. Era romano de nobre linhagem e espírito elevado, que se chamava Sérgio Paulo. Foi a conversão mais ilustre dos missionários. Desde então, Saulo chamar-se-à Paulo, talvez como recordação e por respeito a este ilustre convertido. De Chipre dirigiram-se para a Ásia Menor e desembarcaram na costa da Panfília, para evangelizar toda a parte sul da província romana da Ásia. Em Antioquia da Pisídia houve muitas conversões, até ao ponto de os judeus se alarmarem e os obrigarem a partir. Seguiram por Icónio, Derbe e Listra, cidades da Lacaónia. Em Listra curaram um coxo e a gente começou a aclamá-los como deuses. De Paulo diziam que era Mercúrio e de Barnabé , pela maior estatura e aspecto de majestade, que era Júpiter, o pai dos deuses. Quiseram adorá-los e oferecer-lhes sacrifícios, até que por fim, eles conseguiram convencê-los de que eram homens mortais como a outra gente. O primeiro fervor mudou-se depois em terrível perseguição e lapidação, que os obrigou a retroceder e a voltar à Síria. De Antioquia subiram a Jerusalém e tomaram parte nas deliberações do primeiro concílio apostólico, entre os anos de 49 e 50. Todos louvaram publicamente o zelo dos dois missionários, «os amadíssimos Barnabé e Paulo, que expuseram as vidas pelo nome de nosso Senhor Jesus Cristo”. Quando se dispunham, a empreender a segunda viagem apostólica, surgiu num incidente humano que separou os dois companheiros definitivamente. Barnabé quis que os acompanhasse o seu sobrinho Marcos, mas Paulo opôs-se, porque os tinha abandonado na primeira viagem. «Paulo, mais severo, - diz S. Jerónimo, - Barnabé, mais clemente. Cada um insiste no seu parecer. Seja como for, a discussão algo tem de humana fragilidade». Não se entenderam e Barnabé dirigiu-se para Chipre com Marcos; Paulo foi para a Ásia Menor. A última parte da vida de S. Barnabé fica na penumbra. O que é certo é que teve de continuar a influir em muitas Igrejas, mesmo afastadas. Em fins do século I, um cristão de Alexandria publicava um comentário de textos bíblicos que a tradição conhece como Epístola de S. Barnabé. Os Coríntios também o conheciam e S. Paulo diz-lhes que tinha permanecido como celibatário. Uma tradição antiga supõe que morreu em Chipre, em cuja capital, Salamina, se encontrou, pelo ano de 488, o seu sagrado corpo. A glória de S. Barnabé está em ter descoberto o mérito extraordinário de S. Paulo e tê-lo apresentado à Igreja Mãe de Jerusalém. Só por isto, merece a veneração e o reconhecimento de todos os cristãos. www.jesuitas.pt. Veja-se também http://es.catholic.net/santoral

 

 

• Paula Frassinetti, Santa
Junho 11  -  Fundadora

Paola Frassinetti, Santa

Paola Frassinetti, Santa

Virgen, Fundadora da Congregação de Santa Doroteia

Paula Frassinetti nasceu em Génova (Itália), a 3 de Março de 1809. Era a terceira de 5 irmãos e a única rapariga. Foi baptizada na igreja paroquial de Santo Estêvão e confiada à protecção de Nossa Senhora, no santuário chamado da «Madonneta».
Nace después de José y Francisco. Paula crece serena en la casa paterna, que se verá alegrada después con el nacimiento de Juan y Rafael. Su madre es el ejemplo más vivo de virtud y la pequeña se abre delicadamente a la gracia divina que obra en ella maravillas. Según el plan de Dios, Angela, su buena madre no tendrá tiempo de ver los proyectos de Dios sobre su hija. Morirá dejando a Paula, todavía en la edad del juego, al cuidado de la casa. Son días de desorientación y dolor. Paula tiene 9 años.
No se ahorra fatigas y tiene con su padre, Juan Bautista, y con sus hermanos atenciones amorosas y delicadas, que le exigen no pocas renuncias y sacrificios.
Su Primera Comunión y el sacerdocio de su hermano José son momentos de profunda reflexión para ella, que ya siente en su corazón la llamada divina.
En la familia aprende a leer y a escribir y recibe la base de su formación. Su hermano José, avanzado ya en los estudios de Teología, le habla de las cosas de Dios y Paula escucha y acoge la palabra de Dios que penetra en su corazón. Percibe la llamada para seguir más de cerca al Señor y en ella resuenan profundamente las palabras del Maestro: «Quién ama a su padre y a su madre más que a mí, no es digno de mí».
Pero... hay un pero. Su padre no está de acuerdo: ¿Qué hará sin su Paulina? Y Paula se ve obligada a acallar ese deseo, esperando la hora de Dios. Y llega la ocasión.
A los 19 años experimenta un momento de cansancio dado el ritmo de vida agobiante al tener que desempeñar el papel de madre en la familia.
Su hermano Don José, ya Párroco de un pueblecito de la costa ligur la hospeda durante algún tiempo. El aire puro de Quinto es un buen remedio para su salud delicada. La vida en la parroquia es para ella un campo de aprendizaje de obras de bien, y poco a poco, con su cordial afabilidad atraerá a las jóvenes de aquel lugar. Todos los domingos van al campo a hablar de Dios. Los encuentros se repiten con frecuencia y el diálogo se extiende a otras jovencitas. Paula les revela el secreto de una vida dedicada totalmente al Señor y descubre sus aptitudes y su vocación de educadora. En torno a ella se forma un grupo comprometido que vive en comunión de amor. En su mente se clarifica la idea de un nuevo Instituto: así se lo confía a su hermano D. José.
Pronto, a pesar de los obstáculos y sufrimientos, el ideal será realidad. Son seis las compañeras que superan los primeros momentos, tan difíciles. Paula está decidida. En el signo de la cruz está el comienzo de su obra, aquella cruz que ella amará durante toda su vida y que le hará exclamar: «Quien más se sacrifica, más ama».
Así, el 12 de agosto de 1834, en el Santuario de San Martino in Albaro, siete jóvenes ofrecen su vida a Dios. La Misa la celebra su hermano D. José que las había preparado para ese paso tan importante. Son felices; pocas horas después, pondrían la primera piedra de su Instituto; comenzarían a vivir en comunidad, apoyándose en la única riqueza: Jesucristo. En realidad, no tienen nada, son pobres en la casita de Quinto que han elegido como primera morada.
Abren una Escuela para las niñas más pobres y así tienen que trabajar aún de noche, para sobrevivir. No falta el entusiasmo, y de ahí los primeros éxitos de la Escuela. Pero los caminos del Señor no son nuestros caminos: los sufrimientos representan para Paula la prueba de la Voluntad de Dios. El cólera infecta Génova y sus hijas están en primera fila para llevar ayuda y consuelo.
En 1835, un sacerdote de la región de Bérgamo, D. Lucas Passi, amigo de D. José, conociendo el celo apostólico de Paula, le propone acoger en su Instituto la Pía Obra de Santa Dorotea, fundada por él con el fin de acercarse a los jóvenes más pobres y necesitados en su ambiente de vida y trabajo. Paula percibe en la originalidad de esa obra su linea educativa y la dimensión apostólica de su consagración y por eso no duda en integrarla en las actividades de su Instituto. Sus hijas no se llamaran ya «Hijas de la Santa Fe» sino Hermanas de Santa Dorotea.
Es un momento importante para la vida de aquella comunidad que ve concretarse su inspiración original: «estar planamente disponibles en las manos de Dios para evangelizar a través de la educación, dando preferencia a los jóvenes y a los más pobres».
Surgen nuevas casas en Génova y después en el centro de la cristianidad. Apenas siete años después de la fundación, el 19 de mayo de 1841, Paula se encuentra en Roma, acompañada de dos novicias. También aquí surgen nuevas dificultades: la primera casa tiene dos pequeñas habitaciones situadas sobre un establo en el callejon de los Santos Apóstoles. Paula acepta todo, le espera una gran recompensa: será recibida por el Papa Gregogio XVI que se complace en la labor de sus Doroteas. Es feliz: le ha hablado el Señor.
Las incomodidades y los sufrimientos aumentan: pobreza y enfermedades afligen a aquellas heróicas hermanas que no tienen una moneda para sus necesidades.
En 1844 el Papa confía a Paula la dirección del Conservatorio de Santa María del Refugio, en San Onofrio. La madre con dulzura y caridad da al ambiente un nuevo aspecto y una orientación decisiva para el futuro de la Institución. Por su presencia en ella, la casa de San Onofrio será la sede generalicia.
El 1846, un espíritu antirreligioso, más que un pensamiento político invade Italia. En Génova son perseguidas también las Doroteas. Las hijas de Paula viven momentos de fuerte persecución. La tempestad llega también a Roma: Pío IX, sucesor de Gregorio XVI, se ve obligado a refugiarse en Gaeta. Cardenales, Obispos y Prelados se alejan de la capital. Paula permanece sóla al frente de una comunidad numerosa y con fe intrépida supera aquellos momentos dramáticos.
La borrasca se calma. Es el año 1850. Paula obtiene la tan deseada audiencia con Pío IX, que para ella es como un padre. Va a Gaeta empujada por el gran amor al Papa y a la Iglesia, recordando así el gesto de Santa Catalina de Siena.
Comienza la última etapa de la vida de la Fundadora, que podemos definir como el periodo de la gran expansión, puesto que el Instituto, además de consolidarse en Liguria y en los Estados Pontificios, extiende su obra al resto de Italia y del mundo. De hecho surgen en Roma varios Centros educativos y Paula inicia los trámites para abrir una casa en Nápoles, un internado en Bolonia y un orfanato en Recanati.
En 1866 marchan las primeras hermanas misioneras a Brasil. En el mismo año otra meta prometedora: Portugal.
Paula anima a sus hijas: «El Señor os llene de su Espíritu y os convierta en otras tantas llamas ardientes que donde tocan encienden el fuego del amor de Dios», les dice.
Las dificultades no cesan en el camino de los santos. Paula es una mujer de gran fe «El Señor nos quiere apoyadas sólo en El y si tuviéramos un poco más de fe, cuanto más tranquilas estaríamos en medio de las tribulaciones».
Vive el abandono completo a la Voluntad de Dios «única perla que debemos buscar» - dice ella - y que constituye su paraiso: «Voluntad de Dios, eres mi paraiso».
En 1878 muere Pío IX, el Papa que en sus numerosos encuentros con la Fundadora, tuvo siempre palabras de estima y de aliento para su obra apostólica.
Paula siente que su ajetreada vida terrena va a acabar. Son las primeras horas del día 11 de junio de 1882. Está serena.
Su muerte es dulce, tranquila y deja entrever los tesoros de su vida. Invoca a la Santísima Virgen a quien tanto ha amado siempre: «Señora mia, recuerda que soy tu hija».
8 de Junio de 1930, Paula es Beatificada por S.S. Pío XI y el 11 de Marzo de 1984 fue canonizada por Juan Pablo II.

Reproducido con autorización de Vatican.va 

NOTA: 

Era minha intenção transcrever na sua totalidade a biografia de SANTA PAULA FRASSINETTI através do texto do Livro SANTOS DE CADA DIA, de www.jesuitas.pt, mas fui impedido por motivos técnicos de o fazer. Por tal motivo, transcrevo, sem tradução, por falta de tempo, da biografia inscrita em http://es.catholic.net/santoral. As minhas desculpas. António Fonseca

María Rosa Molas e Vallvé, Santa
Junho 11  - Fundadora

María Rosa Molas y Vallvé, Santa

María Rosa Molas y Vallvé, Santa

Fundadora das Irmãs da Consolação

Fundadora da Congregação das Irmãs de Nossa Senhora da Consolação, veio ao mundo em Reus (Espanha), a 24 de Março de 1815. O Santo Padre na homilia da canonização a 11 de Dezembro de 1988, assim retrata a figura da nova Santa: «A existência desta mulher, impregnada de caridade, totalmente entregue ao próximo, é um anúncio profético da misericórdia e da consolação de Deus. Como lemos no livro do profeta Isaías, também Maria Rosa contempla “as tristezas e as angústias” do seu povo e faz próprias as suas esperanças, anunciando com o testemunho da sua vida que Deus é Pai, “o Pai das misericórdias e Deus de toda a consolação(2 Cor 1, 3). Com efeito, “o mundo dos homens só se poderá tornar cada vez mais humano se introduzirmos no quadro multiforme das relações interpessoais e sociais, juntamente com a justiça, aqueleamor misericordiosoque constitui a mensagem messiânica do Evangelho “ (Dives in misericordia, 14). A nova Santa descobre e acolhe, vive e transmite às suas Filhas esta vocação, Fá-lo a partir da consciência da sua própria pequenez e a partir duma confiança ilimitada no Pai: “Não desconfiemos do amor de Deus. Embora sejamos insignificantes, podemos ser instrumentos da sua misericórdia”, diz às suas Filhas. Sabe que também ela tem necessidade da misericórdia e repete: “O Misericordioso faz bem a si mesmo” porque quem faz misericórdia recebe misericórdia. A vida de Maria Rosa, transcorrida a praticar o bem, traduz-se para o homem do seu tempo e para o homem de hoje numa mensagem de conforto e de esperança… Dizem as testemunhas que a conheceram que “da sua caridade não é possível formar uma ideia cabal”. Era, o seu, um amor que libertava da ignorância, da solidão, do pecado, do desespero. Um amor que se tornava solicitude materna para com o homem, o ancião, o órfão, o jovem, o enfermo, para com todo o homem: encarcerado ou moribundo num lazareto, marginalizado ou desorientado, sempre necessitado de conhecer e de experimentar a misericórdia do Pai. A nossa Santa consolava “olhando para Jesus Cristo” e dando a conhecer Jesus Cristo como manancial de toda a consolação (Regra das Irmãs da Consolação, nº 4…). Ela teve o carisma de ser instrumento de reconciliação e de promoção espiritual e humana. É bem conhecido aquele episódio da sua vida em que, acompanhado a Irmã Estivil, atravessou a linha de fogo para suplicar que cessasse a luta durante um ataque à cidade de Reus, em 1843». A Congregação fundada por ela foi crescendo rapidamente. À sua morte, a 11 de Junho de 1876, contava já 17 casas. L’OSS. ROM. 18.12.1988; DIP 5, 1655.  WWW.JESUITAS.PT  Ver também, HTTP://ES.CASTHOLIC.NET/SANTORAL 

 

BEATA MARIA DO SAGRADO CORAÇÃO

Fundadora (1844-1910)

O seu nome de família é Maria Schininá Arezzo. Foi a quinta de seis filhos dos <barões de S. Filipe e do Monte”. Nasceu em Ragusa, na Itália, a 10 de Abril de 1844. Teve por preceptor na casa paterna um padre de grande virtude. Aos seis anos recebeu o sacramento do Crisma e aos sete fez a primeira Comunhão. Em criança comungava duas vezes por mês e na adolescência de oito em oito dias. Apesar de tão bons princípios, a jovem deixou-se arrastar pelas vaidades do mundo. Todavia, não largou as práticas de piedade nem interrompeu os actos de caridade. Com admiração de todos, recusou vários pretendentes ao matrimónio. Aos 22 anos perdeu o pai. Esta morte repentina afligiu-a vivamente, mas nem por isso se apartou das vaidades mundanas. Quando, porém, atingiu os 30 anos, inexplicavelmente mudou de vida. Passou a assistir diariamente à santa missa, comungar com frequência, visitar e socorrer os pobres e doentes, e ir à Igreja para fazer companhia a Jesus Sacramentado. Vestia-se com modéstia e ensinava o catecismo ás crianças. Tornou-se apóstola fervorosa da devoção ao Sagrado Coração de Jesus e a Nossa Senhora do Rosário. Começou a sentir atracção pela vida consagrada no mosteiro de clausura de Malta, mas o pároco aconselhou-a a ficar com a mãe, já idosa  e a cuidar dela. Em 1884 morreu-lhe a progenitora e veio-lhe de novo o pensamento de se retirar para o mosteiro, mas desta vez foi o Arcebispo de Siracusa que a persuadiu a ficar na terra e fundar ali um Instituto religioso que se dedicasse a obras de caridade. Ela acedeu e a partir do ano seguinte logrou juntar algumas companheiras, que sem empenharam com ela na instrução e educação da juventude, na protecção aos órfãos e na assistência aos idosos e doentes. A 9 de Maio de 1889, o próprio Arcebispo presidiu à Eucaristia em que a Serva de Deus e cinco companheiras fizeram os votos de pobreza, castidade e obediência, tomando o nome de Irmãs do Sagrado Coração de Jesus. Como sempre acontece,  os começos do Instituto foram difíceis. A hábil Fundadora superou todos os vexames e adversidades. Costumava dizer: «Tudo posso n’Aquele que me dá força» (Fil 4, 13). A sua caridade foi sem limites. estendeu-se não só aos pobres e doentes, mas também aos presos. Para poder socorrer todos os necessitados, não se envergonhou de pedir esmolas de porta em porta, o que para ela, que havia sido rica, significava um acto de humildade fora do vulgar. Interessou-se não apenas pelos carenciados de bens materiais, mas também pelos que precisavam de auxilio espiritual, como eram os que se achavam em perigo de perder a fé. Todos os anos punha particular empenho para que os operários recebessem os sacramentos da confissão e comunhão. Assim viveu a Serva de Deus até à morte, que ocorreu a 11 de Junho de 1910. As suas virtudes heróicas foram oficialmente reconhecidas a 13 de Maio de 1989. Tendo sido aprovado um milagre atribuído à sua intercessão, foi beatificada no dia 4 de Novembro de 1990, por João Paulo II, que na homilia da Missa assim se exprimiu:  «O caminho espiritual da Beata Maria Schininá do Sagrado Coração partiu da penetração profunda do amor de Deus, como se revela no símbolo do Coração de Jesus; para corresponder a este amor, ela acentuou na sua espiritualidade a contemplação, a adoração e a reparação. Desgostosa do luxo e das cerimónias fúteis do seu nobre palácio, iniciou uma vida totalmente dedicada ao serviço dos pobres, a exemplo de Jesus, que no seu amor pelos homens se fez bom samaritano de toda a enfermidade humana. Os pobres, para a Beata, eram os doentes e os anciãos, os ignorantes, os necessitados de instrução, os trabalhadores nas minas de betume e de enxofre, os quais não conheciam Deus e precisavam de catecismo, os prisioneiros, aos quais a Beata pregava cursos de exercícios espirituais por ocasião da Páscoa; as pecadoras públicas, que mais do que nunca se mostravam sensíveis às suas iniciativas de caridade…»  AAS 67 (1975) 396-9; DIP 8, 1058; 8, 339; L’OSS. ROM. 11.11.1990.  www.jesuitas.pt 

 

 Esteban Bandelli, Beato
Junho 11   -  Dominicano

Esteban Bandelli, Beato

Esteban Bandelli, Beato

Este apóstolo eloquente e zeloso, de tal modo que se lhe chamou um novo Paulo, nasceu no ano 1369 em Castelnuovo Scrivia, perto de Alexandria (Itália) e tomou o hábito da Ordem em Piacenza.
Ensinou filosofia e teologia na universidade de Pavia, mas sobressaiu principalmente na pregação e no ministério da confissão.
Muitos pecadores se converteram por sua pregação. Morreu aos oitenta e um anos no dia 11 de Junho de 1450 em Saluzzo, cidade que depois de sua morte livrou de um grande assédio, e seu corpo se venera ali na igreja de São João Baptista.
Seu culto foi confirmado por Pío IX em 21 de Fevereiro de 1856.

Inácio Maloyan, Beato
Junho 11   -  Bispo e Mártir

Ignacio Maloyan, Beato

Ignacio Maloyan, Beato

Bispo e Mártir

Martirológio Romano: Na aldeia de Kara-Kenpru, perto de Amida, na Turquia, beato Ignacio Maloyan, bispo de Mardin, na Arménia, e mártir durante o genocídio dos cristãos daquela região por obra dos perseguidores da fé. Por não haver querido abraçar outra religião, depois de haver consagrado o pão para a refeição espiritual de seus companheiros de cativeiro, foi fuzilado junto com um ingente número de cristãos, oferecendo seu sangue para obter o fruto da paz (1915).

Ignacio Maloyan (Shoukrallah), filho de Melkon e Faridé, nasceu em 1869, em Mardin, Turquia.
Seu pároco, notou nele indícios de uma vocação sacerdotal, pelo que o enviou ao convento de Bzommar, Líbano; tinha catorze anos.
Después de terminar sus estudios superiores en 1896, el día dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, fue ordenado sacerdote en la Iglesia del convento de Bzommar, pasó a ser miembro del Instituto de Bzommar y adoptó el nombre de Ignacio en memoria del famoso mártir de Antioquía.
Durante los años 1897-1910, el padre Ignacio fue nombrado párroco en Alejandría y El Cairo, donde su buena reputación se propagó rapidamente.
El Patriarca Boghos Bedros XII lo nombró como su asistente en 1904. A causa de una enfermedad que afectó sus ojos y una asfixiante dificultad para respirar, regresó a Egipto y permaneció allí hasta 1910.
La Diócesis de Mardin estaba en un estado de anarquía, por lo que el Patriarca Sabbaghian envió al Padre Ignacio Maloyan para restablecer el orden.
El 22 de octubre de 1911, los Obispos del Sínodo reunido en Roma eligen al Padre Ignacio como Arzobispo de Mardin. Él se hizo cargo de sus nuevas funciones y planeó la renovación de su destrozada Diócesis, fomentando especialmente la devoción al Sagrado Corazón.
Lamentablemente, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial, los armenios residentes en Turquía (que fueron aliados de Alemania) comenzaron a soportar sufrimientos inenarrables. De hecho, el 24 de abril de 1915 marcó el comienzo de una verdadera campaña de exterminio. El 30 de abril de 1915, los soldados turcos rodearon el Obispado Católico Armenio y las iglesias en Mardin, bajo el argumento de que eran escondites para armas.
A principios de mayo, se reunieron el Obispo y sus sacerdotes, él les informó de la situación peligrosa que se veía venir. El 3 de junio de 1915, soldados turcos se llevaron al Obispo Maloyan arrastrado con cadenas a los tribunales con otras veintisiete personalidades católicas armenias. Al día siguiente, veinticinco sacerdotes y ochocientos sesenta y dos creyentes estaban encadenados.
Durante el juicio, el jefe de la policía, Mamdooh Bek, pidió al Obispo convertirse al Islam. El obispo respondió que él nunca traicionaría a Cristo y su Iglesia. El buen pastor le dijo que estaba dispuesto a sufrir todo tipo de malos tratos e incluso la muerte y en esta estaría su felicidad.
Mamdooh Bek le golpeó en la cabeza con la parte trasera de su pistola y ordenó que le pusieran tras las rejas. Los soldados le encadenaron los pies y las manos, lo arrojaron sobre el suelo y le golpearon sin piedad. Con cada golpe, al Obispo se le escuchó decir "Oh Señor, ten piedad de mí, oh Señor, dame fuerza", y pidió a los sacerdotes presentes la absolución. Por eso, los soldados volvieron a golpearle y le arrancaron las uñas de los pies.
El 9 de junio, su madre lo visitó y lloró por su estado. Pero el valiente Obispo la alentó. Al día siguiente, los soldados reunieron cuatrocientos cuarenta y siete armenios y los subieron en camiones. El comvoy militar tomó la ruta del desierto.
El Obispo alentó a sus feligreses a permanecer firmes en su fe. Luego, se arrodillaron y el oró a Dios que los ayude a aceptar el martirio con paciencia y coraje. Los sacerdotes concedieron a los creyentes la absolución. El Obispo tomó un trozo de pan, lo bendijo, recitó las palabras de la Eucaristía y lo dio a sus sacerdotes para distribuir entre la población.
Uno de los soldados, testigo ocular, relató esta escena: "A esa hora, vi una nube que cubría a los prisioneros y de todos lados se emitía un aroma perfunado. Había una mirada de alegría y serenidad en sus rostros". Como todos los que van a morir por amor a Jesús.
Después de dos horas a pie, hambrientos, desnudos y encadenados, los soldados atacaron a los presos y los mataron ante los ojos del Obispo. Luego de la matanza llegó el turno del obispo Maloyan.
Mamdooh Bek pidió entonces Maloyan de nuevo a convertirse al Islam. El soldado de Cristo contestó: "Yo he dicho que voy a vivir y morir por la causa de mi fe y la religión. Me enorgullezco en la cruz de mi Dios y Señor". Mamdooh se enfadó mucho, le apuntó con su pistola y disparó a Maloyan. Antes que él respirara su último aliento gritó en voz alta: "Dios mío, ten piedad de mí; en tus manos encomiendo mi espíritu".
Foi beatificado em 7 de Outubro de 2001 por Sua santidade João Paulo II
Se tiverem informação relevante para a canonização do Beato Ignacio, contacte a:
Patriarcat Arménien-Catholique
Rue de l’Hopital Orthodoxe
Jeitaoui
2400 Beyrouth, LEBANON
- o -
Institut du Clergé Patriarcal de Bzommar
5081 Bzommar, LEBANON

Iolanda de Polónia, Beata
Junho 11   -  Duquesa

Yolanda de Polonia, Beata

Yolanda de Polónia, Beata

Duquesa de Polónia. Viúva,
Religiosa da Segunda Ordem Franciscana (Clarissa)

Seu culto foi aprovado por León XII el 26 de Setembro de 1827.
Yolanda, princesa de Polónia, nasceu em 1235, filha de Bela IV rei de Hungría e de María Lascaris, da casa imperial grega. Foi irmã de Cunegunda, venerada também como santa. Também seu pai era Terceiro franciscano. Sua família fundava suas raízes na santidade de Santa Edviges, Santo Esteban rei e São Ladislau. Lateralmente estava aparentada con Santa Margarita, rainha de Suécia.
Sendo ainda menina, Yolanda foi encomendada a sua irmã Cunegunda, que se havia casado com o rei de Polónia, em tudo digno de sua esposa, tanto que era chamado Boleslao o Casto. Yolanda ao crescer também encontrou esposo no país adoptivo de sua irmã. Era outro Boleslao, duque de Kalisz, chamado Boleslao o Pío. Assim a filha do rei de Hungría, que havia crescido na Boémia e desposada com um nobre polaco, foi considerada e amada ali como em sua própria pátria.
O reinado de Yolanda e Boleslao não teve longa duração. Cedo morreu o esposo de Yolanda. Ela havia tido três filhas: colocou duas com digno matrimónio, e junto com a terceira filha, que aspirava à vida religiosa, se retirou entre as clarissas de Sandeck. Naquele modesto convento vivia já sua irmã, a viúva rainha Cunegunda, fundadora do mesmo. O silêncio do claustro escondeu assim por muitos anos las virtudes de las tres mujeres, excepcionales por nacimiento y por vocación.
En 1292 murió Cunegunda. Yolanda, para huir a las incursiones de los bárbaros, dejó aquel monasterio y pasó a otro más al occidente, el convento de las clarisas de Gniezno. Era un convento fundado por su esposo Boleslao el Pío, sin pensar él que más tarde su propia esposa se ocultaría entre aquellas hijas de Santa Clara bajo el hábito franciscano. A pesar de ser la superiora, actuaba como si fuera inferior a todas: practicó intensamente las virtudes cristianas y religiosas, especialmente la humildad, la oración y la meditación de la pasión de Cristo.
Se dice inclusive que tuvo revelaciones y apariciones de Jesús crucificado.
Supo conducir a sus co-hermanas por la vida de las más heroicas virtudes, precediéndolas en la práctica de la penitencia y de la contemplación con una generosidad constante que era
alimentada por la meditación diaria de la Pasión de Cristo. El Esposo celestial la recompensó apareciéndosele varias veces y embriagándola con las delicias de su amor. La soledad no le impidió ocuparse de los pobres, a quienes daba alegremente alimento y generosas ofrendas.
En 1298 enfermó gravemente y predijo la hora de su muerte. Mientras sus cohermanas lloraban alrededor de su lecho de enferma, las exhortó a la fidelidad en la observancia de la regla y a la perseverancia en el desprecio de las cosas terrenas. Luego habló con ellas de la magnífica recompensa que la esperaba en el cielo.
Fortalecida con los últimos sacramentos, se durmió dulcemente en el Señor. Era el 11 de
junio de 1298. Tenía 63 años de edad.

Alicia de Schaerbeek, Santa
Junho 11   -  Virgem

Alicia de Schaerbeek, Santa

Alicia de Schaerbeek, Santa

No mosteiro de La Camabre, perto de Bruxelas, em Brabante, santa Alicia ou Alaide, virgem, da Ordem Cisterciense, que aos vinte e dois anos de idade adoeceu de lepra e se viu obrigada a viver como reclusa. No final de sua vida viu-se privada da vista, de modo que nem um só membro de seu corpo estivesse são, excepto sua língua para cantar os louvores de Deus.

http://es.catholic.net/santoral  e   www.jesuitas.pt

Recolha, transcrição e tradução incompleta, de espanhol para português, por António Fonseca

Igreja da Comunidade de São Paulo do Viso

Nº 5 801 - SÉRIE DE 2024 - Nº (277) - SANTOS DE CADA DIA - 2 DE OUTUBRO DE 2024

   Caros Amigos 17º ano com início na edição  Nº 5 469  OBSERVAÇÃO: Hoje inicia-se nova numeração anual Este é, portanto, o 277º  Número da ...