segunda-feira, 31 de agosto de 2009

RAIMUNDO NONATO, Santo (e outros) – 31 de Agosto

Ramón (Raimundo) Nonato, Santo
Cardeal, 31 de agosto de 1240.

Ramón Nonato, Santo

Ramón (Raimundo) Nonato, Santo

Religioso, cardeal, Padroeiro das parturientes
Agosto 31

Nasceu mesmo no começo do século XIII.
Seu nome deixa boquiaberto a quem o ouve ou o lê pela primeira vez. Nonnato -Nonato por mais breve- sugere a um só santo potencial; como se a palavra fosse um slogan publicitário que estivesse convidando a quem o lê ou escuta a que se decidisse a iniciar um programa que acabasse com a santidade do guião preestabelecido. De facto, significa não-nascido. ¿Pretenderá dizer o estranho nome que, por não haver nascido todavia o santo que preenche o expediente completo de suas qualidades e virtudes, está como esperando a Igreja a que haja um que se decida de uma vez a reproduzi-las? Isso seria, logicamente, confundir a santidade como algo que brota da vontade e decisão humana, quando ela é na verdade o resultado da acção do Espírito Santo com quem se coopera livremente. Seria simplesmente pelagianismo.
O qualificativo -que há passado já a ser nome- lhe vem a Ramón pelo facto de haver sido tirado do claustro materno, por meio de uma intervenção cirúrgica, quando já havia morrido sua mãe. Por isso não nasceu como nascem normalmente os meninos, o extraíram. Foi em Portell, em Lérida, quando se iniciava o século.
A boa e alta situação de seu pai lhe possibilitou crescer em bom ambiente e formação, ainda que sem o carinho e os cuidados de uma mãe. Contam de sua primeira juventude a devoção especialíssima à santíssima Virgem que o levava com frequência a visitar a ermida de S. Nicolás onde passava tempo enquanto seus rebanhos pastavam. Logo seu pai quis incorporá-lo pouco a pouco nas tarefas de administração de suas possessões e essa foi a razão por que se encontra em Barcelona no intento de aprender letras e números. Ali teve ocasião de travar amizade com Pedro Nolasco -que por aquele então era comerciante- e de compartilhar mutuamente os desejos de fidelidade à fé cristã vivida com radicalidade, chegando inclusive a considerar a possibilidade de entrar no estado clerical.
Como el padre disfruta de un gran sentido práctico, lo reincorpora al terruño de Portell y le encarga la explotación de varias de sus fincas. Pero, sigue diciendo la antigua crónica, que la misma Virgen María le comunica su deseo de que ingrese en la recién fundada Orden de la Merced y allí está de nuevo en Barcelona puesto a disposición completa en las manos de su antes amigo Pedro Nolasco.
Noviciado, profesión, ordenación sacerdotal y ministerio en el hospital de santa Eulalia se suceden con la normalidad propia de quien tiene prisa para cumplir el cuarto voto mercedario consistente en redimir a los cautivos y servir de rehén en su lugar si procede.
En el norte del continente negro predica, consuela, cura, fortalece, atiende y transmite paciencia a los cautivos de los piratas berberiscos; comprende bien su situación y se hace cargo de que están rodeados de todos los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación.
A su vuelta a España entre el clamor de las multitudes, lo nombra Cardenal de la Iglesia el papa Gregorio IX, reconociendo sus méritos y virtud de la caridad practicada de modo heroico; pero no le dio tiempo a llegar a Roma por morir, antes de cumplir los cuarenta años, cuando se disponía a hacerlo.
Por el empeño de hacerse cargo de su cuerpo tanto los frailes mercedarios como los nobles señores de Cardona, decidieron de común acuerdo darle sepultura allá donde lo decidiera una mula ciega que lo llevó a lomos hasta que quiso pararse ante la ermita de San Nicolás, de Portell.
Desaparecieron las reliquias, irrecuperables ya para la veneración, en el año 1936.
Lo que no ha sido relegado al olvido por sus paisanos es la figura del santo y su acción caritativa. Esa devoción secular que se refleja incluso en las fiestas y en el folklore. No digamos nada sobre la devoción que le profean todas las parturientas que lo tienen como especial patrón para su trance.
Se divulgó por el mundo la pintura que lo muestra con la Custodia en la mano derecha expresando así la fuente de su caridad con los hombres.

Aristide Marciano, Santo
Apologista, 31 de agosto

Apologista
Agosto 31

Etimologicamente significa “o melhor, o óptimo”. Vem da língua grega.
Um crente é aquela pessoa que coloca seu coração e o espírito sob o sopro de Deus.
Se isto não se dá, dificilmente se consegue a santidade a que estamos chamados.
Este jovem deve ter vivido lá pelos anos 130 e tantos a cinto sessenta e tantos.
A leitura meditada da Bíblia foi o caminho directo para que encontrasse sua conversão a Deus e deixasse atrás todos os restos de paganismo que havia em seu redor.
Sendo cristão, se dedicou com afinco ao estudo da filosofia; um estudo que leva à admiração de tudo quanto há criado Deus.
As perseguições contra os cristãos foram o motivo que o impulsionou a escrever um dos tratados apologéticos mais célebres na história da Igreja.
Tanta era sua fama que inclusive teve que apresentar seus escritos ao imperador Adriano. Para chegar a Roma teve que atravessar muitos países. Se deteve em Atenas, onde teve ocasião para escrever e atacar o fundamentalismo religioso dos pagãos.
O imperador, ao ler suas argumentações e defesas dos cristãos, se comoveu e já não deixaria que os crentes em Cristo fossem perseguidos nem no Ocidente nem no Oriente.
Começaram por sentir admiração por sua Apologia o próprio S. Jerónimo e Eusébio de Cesarea.
Os mosteiros se davam mortos por ter em sua biblioteca esta obra monumental daquele tempo.
Se hão levado a cabo muitas investigações e se há encontrado a sua obra espalhada por aqui e por ali. A Apologia são 17 capítulos em que expõe as quatro religiões: a bárbara, a grega, a judia e a cristã.
¡Felicidades a quem leve este nome!

Francisco de Caldarola, Santo
Confessor, 31 de agosto

Agosto 31

Etimologicamente significa “ livre, franco”. Vem da língua alemã.
Construir-se interiormente em Cristo Ressuscitado supõe regressar dia após dia, ao longo da vida, a algumas realidades essenciais de Evangelho.
Faz oração cada dia. Verás como tua pessoa cambia de perspectiva.
Francisco foi um confessor do século XVI.


¿Que fez de especial?
Foi o grande propagador e fundador dos Montes de Piedade juntamente com S. Bernardino de Feltre.
Eram irmãos franciscanos de estrita observância.
A economia não andava bem em seu tempo e sobretudo nos obreiros que se dedicavam ao trabalho agrícola.
Para promover a los pobres, fundó en 1400 la institución de los Montes de Piedad, esto es, institutos seculares que daban créditos con intereses módicos.
De esta manera, podían trabajar y no caer en las manos de los terribles usureros.
Hubo muchas luchas contra ellos provocadas por estas fundaciones.
Los mismos dominicos los llamaban Montes de Impiedad por no prestar dinero gratuitamente.
Francisco se encontró con ellos en Marche. En esta localidad hay una iglesia llamada santa María del Monte.
En ella estaba él y, desde ella, distribuía todos los dineros del Monte.
También fue un gran predicador. Y del éxito de su predicación no hay que decir nada más que era el fruto de sus largas noches de oración.
Murió en 1507. Ocho años más tarde, el concilio laterano aprobaba los Montes de Piedad.
¡Felicidades a quien leve este nombre!

 

Pedro (Pere) Tarrés, Beato

Sacerdote, 31 de agosto

Pedro (Pere) Tarrés, Beato

Pedro (Pere) Tarrés, Beato

Pere Tarrés i Claret nace el 30 de mayo de 1905 en Manresa, provincia de Barcelona, Cataluña (España).Sus padres Francesc Tarrés Puigdellívol y Carme Claret Masats eran creyentes y ejemplares; tienen otras dos hijas, Francisca y María. Pere es bautizado el 4 de junio en la parroquia de la Virgen del Carmen.
La familia realiza frecuentes traslados (Badalona, Mataró, Barcelona) a causa del trabajo del padre (mecánico); en Badalona Pere es confirmado el 31 de mayo de 1910. Alumno de los Padre escolapios recibe la primera comunión el 1 de mayo de 1913. En 1914 la familia retorna a Manresa y Pere estudia con los padres jesuitas.
Adolescente de carácter alegre y abierto, cariñoso con sus padres y hermanas, amante de la naturaleza, contemplativo, místico con alma de poeta. Habitualmente ayuda en la farmacia del Sr. Josep Balaguer, quien lo encamina hacia la continuación de los estudios.
Obtiene una beca de estudios que le permite concluir el bachiller en el colegio de San Ignacio. Con otra beca de estudios, obtenida con la ayuda de algunos médicos que lo estimaban, puede acceder a la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. Desde 1921 vive en el barrio popular de Gracia, donde participa del Oratorio de San Felipe Neri y allí, desde 1922 a 1936, es hijo espiritual del P. Jaume Serra.
Es miembro de la Federaciò Jovens Cristians con ardiente celo apostólico. La Federaciò es Acción Católica (A.C.) como el Papa Pío XI la proponía entonces: oración, estudio y acción, bajo la dirección de la jerarquía local. Pere cubre encargos en la Federaciò y en la A. C. contemporáneamente. Para Pere el secreto de la vida espiritual de los militantes está en la devoción eucarística y el amor filial a la Madre de Dios.
En julio de 1925 muere su padre y poco tiempo después su madre sufre un accidente que la deja inválida.
En la Navidad de 1927, estando en Monistrol de Calders, hace el voto de castidad con la aprobación de su director espiritual.
En 1928, después de haber concluido la carrera de Medicina (con premio extraordinario), se establece definitivamente en Barcelona. Durante este período sus hermanas ingresan en el convento de las Concepcionistas. Junto con su compañero, Dr. Gerardo Manresa, funda el sanatorio – clínica de Nuestra Señora de la Merced de Barcelona.
Durante el ejercicio de su profesión de médico es ejemplar en la caridad y en la vida de piedad; jamás pierde aquella alegría contagiosa que le permite tratar con respetuosa familiaridad a los enfermos.
Tarrés el 8 de julio de 1936 se traslada al Monasterio de Monserrat para realizar los ejercicios espirituales, que son interrumpidos el día 21 por el Alzamiento nacional; Pere se traslada a la Generalitat y logra obtener la tutela de la policía para preservar la integridad del Monasterio de la barbarie de los anárquicos. Refugiado en Barcelona lleva, a escondidas, la comunión a los perseguidos por los milicianos rojos y logra escapar a una perquisición realizada en su casa.
En julio de 1938 debe enrolarse en el ejército republicano como médico. Gracias a su coraje y dedicación los mismos soldados piden su promoción a capitán del ejército. Dedicaba parte de su tiempo al estudio del latín y de la filosofía, en preparación a sus futuros estudios sacerdotales y no pierde ocasión de manifestar su fe.
En enero de 1939 retorna a su casa del frente de guerra. El 26 de enero de 1939 se rinde Barcelona al ejército nacional. Integrado en la vida normal continua su actividad de médico, cubre algunos encargos en la A.C. y se prepara para ingresar en el Seminario de Barcelona evento que tendrá lugar el 29 de setiembre de 1939.
En 1941 año en el cual muere su madre recibe las Órdenes menores y el subdiaconado (20 de diciembre) y al año siguiente el diaconado (22 de marzo de 1942). Ordenado presbítero el 30 de mayo de 1942 el obispo lo designa coadjutor (vicario) de la parroquia de San Esteban de Sesrovires el 3 de junio. En 1943, por deseo del Obispo, va a estudiar a la Universidad Pontificia de Salamanca donde obtiene la Licencia en Teología el 13 de noviembre de 1944.
A su retorno a Barcelona recibe los siguientes nombramientos pastorales: vice-asistente diocesano de los jóvenes de la A.C., asistente del centro parroquial de las mujeres y de las jóvenes de A.C. de la parroquia de San Vicente de Sarriá (1944), capellán de la comunidad y del colegio de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción (1945).
En las distintas obras apostólicas que le encargan no le faltan dificultades que lo hacen sufrir pero él sabe responder con actitudes evangélicas de caridad, prudencia y fortaleza sembrando desde la cruz la tierra de su apostolado. El 17 de noviembre de 1945 escribe en su Diario che se siente sumergido en el océano del apostolado, como había soñado por tanto tiempo, con el mismo fuego y entusiasmo que, desde laico, sintió por la Federaciò. Antes de morir expresará su alegría por el apostolado en la A.C. femenina de Sarriá, afirmando: “Yo soy hijo de obreros. En el cielo trabajaré mucho por todas Uds.”.
Durante las vacaciones en el santuario de la Virgen de Nuria, en el Pirineo de la provincia de Gerona, a 2.000 mt., recibe numerosos grupos de jóvenes de A.C.
También cubre los siguientes encargos: consejero y asesor de los Oblatos laicos benedictinos y de la Unions di scolans di Monserrat –antiguos miembros cantores del coro del monasterio- (1946), director de la Obra de la Visitación de Nuestra Señora, actividad destinada a procurar ayuda material y espiritual a los enfermos pobres (1947); beneficiado de la parroquia de Santa Ana (1949); consejero de la Escuela Católica de enseñanza social de Barcelona (1949); confesor ordinario del Seminario (1949); delegado diocesano de la Protección de la Mujer (1949); director espiritual del Hospital de Las Magdalenas, donde se acogen mujeres en fase terminal, por la prostitución o la extrema miseria moral. Pere Tarrés dejó una huella perenne y benéfica en todos los que lo trataron por actividades apostólicas.
El 17 de mayo de 1950 le realizaron una biopsia cuyo diagnóstico fue linfosarcoma linfoblástico. Tarrés vivió su enfermedad con una actitud de total abandono en Dios y ofreciendo su vida por la santificación de los sacerdotes. El 31 de agosto de 1950, a 45 años, moría en la Clínica que había fundado. Fue sepultado en el cementerio de Montjuic. El 6 de noviembre de 1975 sus restos mortales fueron trasladados a la iglesia parroquial de San Vicente de Sarriá, donde aún reposan.
Fue beatificado el 5 de septiembre de 2004.
Reproducido con autorización de Vatican.va

http://es.catholic.net/santoral

Recolha, transcrição e tradução incompleta de António Fonseca

domingo, 30 de agosto de 2009

ROSA DE LIMA, Santa (e outros) – 30 de Agosto

Rosa de Lima, Santa
A primeira mulher declarada santa de todo o continente americano, 30 de agosto.

Rosa de Lima, Santa

Rosa de Lima, Santa

Padroeira de Peru, América e das Filipinas
Agosto 30

Etimologicamente significa ”rosa, jardim florido”. Vem da língua latina. A primeira mulher declarada santa de todo o continente americano.
O Papa Inocêncio IX disse desta santa um elogio admirável: "Provavelmente não terá havido na América um missionário que com suas pregações haja logrado mais conversões que as que Rosa de Lima obteve com sua oração e suas mortificações". O que é dizer muito.
Isabel Flores de Oliva, filha de Gaspar de Flores e Maria de Oliva, que por sua beleza recebeu popularmente o nome de "Rosa" a que ela acrescentou "de Santa Maria" No baptismo lhe puseram o nome de Isabel,mas logo a mamã ao ver que com o passar dos anos seu rosto se mostrava rosado e formoso como uma rosa, começou a chamá-a com o nome de Rosa. E o Sr. Arcebispo ao dar-lhe a confirmação lhe pôs definitivamente esse nome, com o qual é conhecida agora em todo o mundo.
Nos anos em que nasceu Santa Rosa de Lima, a sociedade de sua época, própria de um período colonial, estava orientada em vários aspectos pelo ideal de ter mais. Há ali famílias potentes, outras de pequenos proprietários e a grande maioria de camponeses, negros e mulatos, que são tratados como escravos. A família de Rosa é de pequenos proprietários. Os pais de Rosa se esforçam em dar-lhe uma séria educação humana ademais de proporcionar-lhe uma sólida formação na fé.
Lima tiene una comunidad pionera en la evangelización: el convento de Santo Domingo. Allí los seglares pueden participar en la liturgia, reunirse a meditar la Palabra de Dios y colaborar temporalmente en los puestos misionales o "doctrinas".
Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.
Rosa en su interior vive un dilema: por un lado siente vocación de religiosa contemplativa y, por otros, percibe la imperiosa llamada a realizar esta vocación en el interior de su familia, trabajando por el Reino de Dios desde fuera del convento, esto sucedió así:
Se había propuesto irse de monja agustina. Pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja ó no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.
A sus 20 años encuentra el camino: ser pobre por la fraternidad universal ingresando en la Orden de Predicadores, en su movimiento seglar, había sucedido que ella vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.
Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar. Como dominica seglar da clases a los niños, incluyendo aprendizaje de instrumentos musicales (guitarra, arpa, cítara). En aquel hogar la vida es sencilla, pero lo necesario nunca falta.
Participa en la Eucaristía en el Convento de Santo Domingo. Al fondo de su casa, en la huerta de sus padres, construye una cabaña, una ermita, con el fin de asimilar más el Evangelio en la oración; allí entra en comunión con Dios, con los hombres y con la naturaleza. Sólo Dios la va retribuyendo y ella se va forjando como mujer de "contemplación en lo secreto". A esto une una serie de mortificaciones. Explica en sus escritos que la mortificación es necesaria para ser saciados por el Espíritu de Dios, para vivir orientados por el Espíritu Santo, para renovar la faz de la tierra a partir de uno mismo. Frente a sus prójimos es una mujer comprensiva: disculpa los errores de los demás, persona las injurias, se empeña en hacer retornar al buen camino a los pecadores, socorre a los enfermos. Se esfuerza en la misericordia y la compasión.
Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias, lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido".-
Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.
Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.
Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.-
Rosa de Lima, pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, desde 1614 a 1617. Don Gonzalo era un empleado rico del gobierno y su esposa, María de Uzategui, tenía un gran aprecio por Rosa. Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".
Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador a los 31 años.
Y a esta muchacha de condición económica pobre y sin muchos estudios, le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que postponerlo porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo
Su cuerpo se venera en la Basílica dominicana de Santo Domingo en Lima. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671. Desde ese año Toda América Meridional y Filipinas la veneran como patrona.
Así es, como es celebrada como la primera flor de santidad de América, insigne por la fragancia de su penitencia y oración. Dotada de brillantes cualidades y dotes de ingenio que tuvo ya desde niña se consagra al Señor con voto de virginidad. Sintió profunda veneración por Santa Catalina de Siena , con quien se advierte una sorprendente afinidad, así fue como por ello decidió en 1606, inscribirse en la Orden Seglar Dominicana para darse más plenamente a la perfección evangélica.
Esta amante de la soledad dedicó gran parte del tiempo a la contemplación deseando también introducir a otros en los arcanos de la "oración secreta", divulgando para ello libros espirituales. Anima a los sacerdotes para que atraigan a todos al amor a la oración.
Recluida frecuentemente en la pequeña ermita que se hizo en el huerto de sus padres, abrirá su alma a la obra misionera de la Iglesia con celo ardiente por la salvación de los pecadores y de los "indios". Por ellos desea dar su vida y se entrega a duras penitencias, para ganarlos a Cristo. Durante quince años soportará gran aridez espiritual como crisol purificador. También destaca por sus obras de misericordia con los necesitados y oprimidos.
Rosa arde em amor a Jesus na Eucaristia e em funda piedade para com sua Mãe, cujo rosário propaga com infatigável zelo, estimando que todo o cristão "
deve pregá-lo com a palavra e tê-lo gravado no coração".
Os milagres começaram a suceder-se em favor dos que invocavam a intercessão de Rosa, e o sumo pontífice a declarou santa e a proclamou Padroeira de América Latina, Rosa de Lima, é a mais bela rosa que há produzido nosso continente.

Santa Rosa de Lima

Hino

Quando, Senhor, em quieta lotananza
Se acendem os fulgores deste dia,
Não deixes avivar nossa esperança,
Atende ao coração que em ti confia.
Vão a passar por mãos laboriosas
Os grãos de um rosário de ilusões,
Acolhe-as, Senhor, que são formosas,
Amor e dom de nossos corações.
Mulher cheia de Deus, oh Santa Rosa,
Viver para o Senhor, para o Amado,
Foi a ânsia de teu amor, graça divina,
Levada de sua força e de sua mão.
Não esqueças os que vamos de caminho
Seguindo no deserto tuas pisadas,
Advoga ante o Senhor favor divino,
Seguir como seguiste suas chamadas.
Proclamem nossos lábios a grandeza
Do Padre que em nossa herança a pobreza,
Nos enche de seu amor o Fogo Santo. Ámen

ORAÇÃO A SANTA ROSA DE LIMA

Santa Rosa, "Rosa e Rainha do Peru", acesa no amor a Deus e com fé, te separaste do mundo e te entregaste a Cristo no meio de admiráveis penitências.
Quiseste ser apóstola e levar a todos os homens até Jesus. Para isso renunciaste a tua formosura e a teus atractivos humanos, mortificando teu corpo... Alcança-nos o caminho da verdadeira vida para que cheguemos a gozar um dia dos bens eternos. Por Jesus Cristo nosso Senhor. Ámen.

ORAÇÃO

Oh esclarecida Virgem, Rosa celestial, que com o bom aroma de vossas virtudes haveis enchido de fragrância a toda a Igreja de Deus e merecido na glória uma coroa imarcescível; a vossa protecção acudimos para que nos alcances de vosso celestial Esposo um coração desprendido das vaidades do mundo e cheio de amor divino.
¡Oh flor a mais formosa e delicada que há produzido a terra americana!, portento da graça e modelo das almas que desejam seguir de perto as pegadas do Divino Mestre, obtende para nós as bênçãos do Senhor. Protegei a Igreja, sustentai as almas boas e apartai do povo cristão as trevas dos erros para que brilhe sempre majestosa a luz da Fé e para que Jesus, vida nossa, reine nas inteligências de todos os homens e nos admita algum dia em sua eterna e ditosa mansão. Ámen.

Em alguns almanaques ou calendários figura a festa de Santa Rosa de Lima em 23 de agosto, nos calendários provenientes de Latinoamérica figura em 30 de agosto, seja uma ou outra data ..... ¡Felicidades às Rosas!

Pamaquio, Santo

 

Biografía, 30 de agosto

Agosto 30

É um dos homens da órbita de S. Jerónimo.
Pertenceu à família dos Camilos cujas possessões no norte de África lhes faziam imensamente ricos. Provavelmente Pamaquio foi cristão de toda a vida. Recebeu uma esmerada educação em retórica, eloquência e literatura sagrada. Foi na juventude companheiro de Jerónimo e mantiveram a amizade inclusive mais além da interrupção que supôs a marcha no deserto de Jerónimo no ano 370, data em torno da qual passa Pamaquio a formar parte do Senado.
Talvez não haja entendido de todo aquele brotar de generosidade na oração e possivelmente julgou como extremoso o rigor da penitência que o grupo Jeronimiano propiciava com tanto ênfase. De facto, bastantes cristãos de Roma o julgaram excessivo e criticaram abundantemente o santo, bem por erro, bem porque a incondicional atitude evangélica de um pequeno círculo cristão era uma crítica muda para sua cómoda mediocridade.
O caso é que contraiu matrimónio com Paulina, filha de santa Paula, aquela mulher asceta que seguiu junto com Eustoquia o santo penitente ao deserto.
Con su olfato cristiano, Pamaquio detectó y puso de manifiesto los errores doctrinales de Joviniano y tuvo la valentía de exponerlos con claridad al papa Siricio que se vió obligado a condenar la herejía unos años más tarde, en el 390. Para poder hacerse con seguridad cargo de los peligros que encerraba la enseñanza joviniana, se vio necesitado de recurrir frecuentemente con consultas específicas a Jerónimo.
A la muerte de Paulina por un mal parto, en el año 393, cuando llevaban solamente cinco años de matrimonio, comenzó Pamaquio a desarrollar una caridad con obras altamente llamativas. Organizó un banquete para los pobres; no lloró, sino que se dedicó a hacer; no se lamentó, pero llenó sus días con obras de misericordia. Tomando lección de la Sagrada Escritura, meditada a diario, se convenció de que la caridad cubre la multitud de los pecados. Los cojos, ciegos, paralíticos y tullidos son los herederos de Paulina. Y como las voces vuelan, continuamente se le ve por Roma acompañado de una nube de pobres a su alrededor.
Este hombre de la caridad levantó en el puerto romano un hospital para atender a los extranjeros, donde él mismo, con sus propias manos, curaba y atendía a los enfermos y moribundos. Quizá influyó en Pamaquio la clara y animosa ayuda de su amigo Jerónimo quien le dice por carta que no se contente con "ofrecer a Cristo tu dinero, sino a ti mismo. Fácilmente se desecha lo que sólo se nos pega por fuera, pero la guerra intestina es más peligrosa; si ofrecemos a Cristo nuestros bienes con nuestra alma, los recibe de buena gana, pero si damos lo de fuera a Dios y lo de dentro al Diablo, el reparto no es justo".
Preocupado no sólo por los cuerpos, sino principalmente de las almas, ejerció un ordenado apostolado epistolar, escribiendo frecuentes y sólidas cartas dirigidas a los que administran sus posesiones en Numidia y atienden sus tierras para sacarlos de la herejía de Donato que había hecho estragos entre los cristianos poco cultos o débiles en la fe; fue una labor altamente encomiada por Agustín de Hipona que le agradece su intervención en una carta escrita en el año 401.
Morreu no ano 410, pouco antes do dramático saque de Roma.
Pamaquio permaneceu secular -laico- toda sua vida, dando um testemunho claro de amor a Deus e de coerência de fé cristã. Prestou serviço à sociedade desde os mais altos cargos profissionais e administrou rectamente os bens patrimoniais não olhando só ao proveito próprio, mas tendo em conta as necessidades de seus contemporâneos. Um exemplo para a maior parte dos fieis cristãos de todos os tempos.

 

Juan de Mayorga, Santo
Mártir pintor, 30 de agosto

Mártir
Agosto 30

Etimologicamente significa “Deus é misericórdia”. Vem da língua hebraica.
Tu conheces o Evangelho: Jesus te convida a amar e orar pelos que te fazem dano. O coração encontra paz quando, recusados e humilhados, confiamos a Deus, sem o deixar para mais tarde, aqueles que nos hão ferido.
Juan soube embelezar a vida de quantos o rodeavam com sua pintura. E nos momentos duros porque teve que atravessar, sentia em suas veias que Deus o convidava a segui-lo e a reconciliar-se incluso com seus inimigos.
Nasceu em San Juan del Puerto, França, perto da fronteira de Valcarlos em Navarra, no ano 1533.
Desde criança sentia verdadeira paixão pela pintura. Seus quadros eram altamente apreciados em Zaragoza.
Nesta cidade, meditando e rezando muito, se deu conta de que sua vida estaria plenamente realizada se entrava na Companhia de Jesus.
E nela entrou no ano 1568. Suas ânsias missionárias eram imensas.
Estando em Valência, pediu permissão aos superiores para embarcar para o Brasil com outros santos, como Esteban Acebedo e Esteban Zudaire.
Todos esperavam muito de sua arte pictórica como meio para evangelizar.
Tudo lhe sorria porque suas ilusões se iam a levar a cabo.
Mas, de pronto, - sem esperá-lo - encontrou o martírio juntamente com seus companheiros.
O que ficou de sua vida foi seu testemunho, e seus quadros pintados em Zaragoza, Val del Rosal e Ilha da Madeira.
San Juan del Puerto, rota do caminho de Santiago. Lhe há dedicado diversas obras, sobretudo escolares e artísticas.
¡Felicidades a quem leve este nome!

Fiacro, Santo
Biografía, 30 de agosto

Agosto 30

Etimologicamente significa “orante, que reza”. Vem da língua celta.
Pôr-se à disposição de Deus para deixá-lo fazer, em todo momento em nós, aquilo que quer fazer sempre e que nós não deixamos nunca que faça.
Estas palavras são a essência para crescer na santidade em todos os tempos.
Este jovem viveu em sua Irlanda querida toda sua vida até que morreu no ano 670.
Se conta como um dos monges que vieram a França em tempos dos merovingios. Entrou em casa do bispo de Meaux, mas o que queria o rapaz irlandês era levar vida de eremita.
Por isso lhe cedeu uma parte do terreno para viver esse estilo de vida.
O bispo era consciente de que tinha a seu lado a um verdadeiro santo. As visitas não cessavam.
Rezava por elas e elas, lhes dava orientações e consolava suas penas ou os curava de suas enfermidades.
Com o tempo, construiu uma casa de acolhida para todos eles. Lhes dava de comer das coisas que colhia de sua horta.
Este jovem chegou a ser muito famoso em toda França, Renânia e nos Países Baixos. O invocavam sobretudo contra as enfermidades das hemorróidas.
Os enfermos acudiam a seu tumulo para que, ao contacto com a pedra debaixo da qual estava enterrado curassem da enfermidade que se chamava por aqueles anos “a enfermidade de S. Fiacro”.
Em 1637, a rainha Ana de Áustria veio ao seu tumulo para lhe pedir um filho varão. E no ano seguinte deu à luz ao futuro Luis XIV.
Seu marido Luis XIII levava sempre consigo a medalha de S. Fiacro, a beijava com fervor no momento de sua morte.
¡Felicidades a quem leve este nome!

Tomás Kempis, San
Sacerdote e Escritor, Agosto 30

Sacerdote
Autor da Imitação de Cristo

A fama mundial de Tomás de Kempis se deve a que ele escreveu A Imitação de Cristo: o livro que mais edições há tido, depois da Bíblia. Este precioso livrito é chamado "o consentido dos livros" porque se há tirado nas edições de bolso mais formosas e luxuosas, há tido já mais de 3,100 edições nos mais diversos idiomas do mundo. Sua primeira edição saiu em 1472, 20 anos antes da descoberta de América (um ano depois da morte do autor), e durante mais de 500 anos há tido umas 6 edições cada ano. Caso raro e excepcional.
Tomás nasceu em Kempis, perto de Colónia, na Alemanha, no ano 1380. Era um homem sumamente humilde, que passou sua larga vida (90 anos) entre o estudo, a oração e as obras de caridade, dedicando grande parte de seu tempo à direcção espiritual de pessoas que necessitavam de seus conselhos.


Começar por si mesmo.
Nesse tempo muitíssimas pessoas desejavam que a Igreja Católica se reformasse e voltasse a ser mais fervorosa e mais santa, mas poucos se dedicaram a reformar-se eles mesmos e a voltar a ser melhores. Tomás de Kempis se deu conta de que o primeiro passo que há que dar para obter que a Igreja voltasse a ser mais santa, era esforçar-se ele mesmo por voltar a ser melhor. E que se cada um se reformar a si mesmo, toda a Igreja se vai reformando pouco a pouco.

Uma associação muito útil.
Kempis se reunió con un grupo de amigos en una asociación piadosa llamada "Hermanos de la Vida Común", y allí se dedicaron a practicar un modo de vivir que llamaban "Devoción moderna" y que consistía en emplear largos ratos de oración, la meditación, la lectura de libros piadosos y en recibir y dar dirección espiritual, y dedicarse cada uno después con la mayor exactitud que le fuera posible a cumplir cada día los deberes de su propia profesión. Los que pertenecían a esta asociación hacían progresos muy notorios y rápidos en santidad y la gente los admiraba y los quería.

Uma ascensão difícil.
Tomás tiene muchos deseos de ser sacerdote, pero en sus primeros 30 años no lo logra porque sus tentaciones son muy fuertes y frecuentes y teme que después no logre ser fiel a su voto de castidad. Pero al fin entra a una asociación de canónigos (en Windesheim) y allí en la tranquilidad de la vida retirada del mundo logra la paz de su espíritu y es ordenado sacerdote en el año 1414. Desde entonces se dedica por completo a dar dirección espiritual, a leer libros piadosos y a consolar almas atribuladas y desconsoladas. Es muy incomprendido muchas veces y sufre la desilusión de constatar que muchas amistades fallan en la vida (menos la amistad de Cristo) y va ascendiendo poco a poco, aunque con mucha dificultad, a una gran santidad.

Ofícios delicados.
Dos veces fue superior de la comunidad de canónigos en su ciudad. Bastante tiempo estuvo encargado de la formación de los novicios. Después lo nombraron ecónomo pero al poco tiempo lo destituyeron porque su inclinación a la vida espiritual muy elevada no lo hacía nada apto para dedicarse a comerciar y a administrar dineros y posesiones. Su alma va pasando por períodos de mucha paz y de angustias y tristezas espirituales, y todo esto lo irá narrando después en su libro portentoso.

O livro que o fez famoso.
En sus ratos libres, Tomás de Kempis fue escribiendo un libro que lo iba a hacer célebre en todo el mundo: La Imitación de Cristo. De esta obra dijo un autor: "Es el más hermoso libro salido de la mano de un hombre" (Dicen que Kempis pidió a Dios permanecer ignorado y no conocido. Por eso la publicación de su libro sólo se hizo al año siguiente de su muerte). No lo escribió todo de una vez, sino poco a poco, durante muchos años, a medida que su espíritu se iba volviendo más sabio y su santidad y su experiencia iban aumentando. Lo distribuyó en cuatro pequeños libritos. Entre la redacción de un libro y la siguiente pasaron unos cuantos años.
El libro Primero de la Imitación de Cristo narra cómo es la lucha activa que hay que librar para convertirse y reformarse y los obstáculos que se le presentan a quiénes desean ser santos, entre los cuales está como principal: ser "la sirena" de este mundo, o sea la atracción, el deseo de darle gusto al propio egoísmo y de obtener honores, famas, altos puestos, riquezas y gozos sensuales y vida fácil y cómoda. Este primer librito es como el retrato de lo que Tomás tuvo que sufrir hasta sus 30 años de las luchas y peligros que se le presentaron.
El libro segundo. Fue escrito por Kempis después de haber sufrido muchas tribulaciones, contradicciones, humillaciones y desengaños, especialmente en el orden afectivo. Destituido del cargo de ecónomo, abandonado por amigos que se había imaginado le iban a ser fieles; es entonces cuando descubre que hay una amistad que no defrauda nunca y es la amistad con Jesucristo, y que allí se encuentra la solución para todas las penas del alma. Este libro segundo de la Imitación enseña cómo hay que comportarse en las tribulaciones y sufrimientos. Emplea mucho el nombre de Jesús indicando el afecto muy vivo y profundo que siente hacia el Redentor y que desea sientan sus lectores también.
Cuando redacta el Libro Tercero ya ha subido mas alto en espiritualidad. Aquí ya a Cristo lo llama El Señor. Se ha dado cuenta que la santidad no depende solamente de nuestros esfuerzos sino sobre todo de la ayuda de Dios. Ha crecido en humildad y exclama: "Cayeron los que eran como cedros del Líbano, y yo miserable ¿qué podré esperar de mis solas fuerzas?". Ahora ya no piensa en la muerte como algo miedoso, sino como una liberación del alma para ir a una Patria feliz.
El libro cuarto de la Imitación está dedicado a la Eucaristía y es uno de los más bellos tratados que se han escrito acerca del Santísimo Sacramento. Millones de personas en todos los continentes han leído este librito para prepararse o dar gracias cuando comulgan.


¿Um iluminado?
Muchos autores han pensado que probablemente Tomás de Kempis recibió del cielo luces muy especiales al escribir La Imitación de Cristo. De otra manera no se podría explicar el éxito mundial que este librito ha tenido por más de cinco siglos, en todas las clases sociales.

Outro segredo de seu triunfo
Pode ser o que Kempis conseguiu compreender sumamente bem a pessoa humana com suas misérias e suas sublimes possibilidades, com suas inquietudes e sua imensa necessidade de ter um amor que encha totalmente suas aspirações.
Este livro está feito para pessoas que querem sustentar uma luta diária e sem contemplações contra o amor próprio e o desejo de sensualidade que se opõe diametralmente ao amor de Deus e à paz de alma. Está redigido para quem não queira depender do temporal e passageiro e dedicar-se a conseguir o eterno e imortal.
Santo Ignácio, São João Bosco, João XXIII, o presidente mártir, Garcia Moreno e muitíssimos mais, hão lido uma página da Imitação cada dia. ¿A leremos também nós? A melhor tradução actual é a que fez o Apostolado Bíblico Católico, muito actualizada, toda com frases da Santa Bíblia. Não deixemos de consegui-la e lê-la.

Juan Juvenal Ancina, Beato
Bispo, 30 de agosto

Bispo

Martirológio Romano: Em Saluzzo, no Piemonte, beato Juan Juvenal Ancina, bispo, que, havendo sido antes médico, foi um dos primeiros a entrar no oratório de S. Felipe Neri (1604).

O Beato Juan Juvenal Ancina nasceu em Fossano uma pequena cidade em Piamonte, em 19 de Outubro de 1545. Seus pais o baptizaram com o nome de "Juvenal", não em honra do poeta romano, mas em honra do Padroeiro local a quem quiseram agradecer a vida do menino, que havia estado em perigo ao nascer. São Juvenal, o Padroeiro de Fossano, havia sido médico, sacerdote e bispo. O pequeno Juvenal não só chegaria ser todo isso mas que, como o Padroeiro, também chegaria à glória dos altares.
Dado que la familia Ancina gozaba de buena situación económica, tanto Juvenal como su hermano menor, Juan Mateo, que también sería sacerdote del Oratorio, tuvieron una esmerada educación.
Juvenal estudió en Montpellier, Padua, Mondovì y Turín, y se graduó en medicina y filosofía, doctorándose en ambas. Contando solamente veinticuatro años, fue profesor de medicina en la Universidad de Turín.
Hombre de gran cultura, era muy devoto y veía en su profesión un modo de expandir la Fe tanto en su actitud para con sus pacientes como en sus enseñanzas. Dándose cuenta de que el cuidado de las almas es más importante que el del cuerpo, siempre urgía a los enfermos para que acudieran a un sacerdote, antes de empezar su tratamiento. Como recreación, Juvenal escuchaba música, componía versos latinos y jugaba al ajedrez. Pertenecía a una hermandad religiosa y estudiaba teología por sus propios medios, aunque parece que puede haber tenido alguna asociación con los Agustinos. Tal era la vida que llevaba, cuando en una Misa de Réquiem en el monasterio agustino, las palabras del «Dies Irae» lo llenaron de terror hacia el juzgamiento. Durante el regreso a su casa, las palabras del Profeta Sofonías lo atormentaban: "Cerca está el día del Señor; próximo está y llega con suma velocidad. Es tan amarga la voz del día del Señor que lanzarán gritos de angustia hasta los valientes". Pese a que él había llevado una vida objetivamente sin culpas, se dio cuenta de que podía emplear mejor los magníficos talentos que Dios le había dado. Ese mismo día resolvió abandonar cualquier pequeña vanidad a la cual hubiera cedido y dedicarse a seguir solamente los designios de Dios. Se aplicó a la oración y a las lecturas espirituales para determinar qué era lo que Dios quería de él.
En 1574 se le pidió que acompañara a Roma, como médico personal, al embajador del Duque de Savoya. Llegó a la ciudad al año siguiente, descubriendo que tenía mucho tiempo libre, decidió sacar provecho de esa situación y empezó a estudiar Teología nada menos que con el que después sería San Roberto Bellarmino.
Ya llevaba más de un año en Roma cuando visitó la recién establecida Congregación del Oratorio. Obviamente conmovido por la misma, empezó a asistir a los ejercicios diarios. Escribió sobre esto en una de las tantas cartas que le envió a su hermano, Juan Mateo:
Hace algunos días, tomé una nueva costumbre, por las tardes he estado frecuentando el Oratorio de San Juan de Fiorentini, donde todos los días se dan hermosas conferencias sobre el Evangelio, virtudes y vicios, historia, historia eclesiástica, y vidas de santos. Todos los días son tres o cuatro los que oradores, y la audiencia incluye obispos, prelados, y otros hombres distinguidos... Los que predican son personas muy versadas en teología, y de vidas edificantes, y gran espiritualidad. A su cabeza está un cierto
Reverendo Felipe, ahora un hombre de ya sesenta años, pero estupendo en varios aspectos, especialmente por su santidad de vida, su admirable prudencia, y su ingenuidad en idear y promover ejercicios espirituales.
También escribió que Felipe tenía gran reputación de saber descubrir vocaciones religiosas y que le iba a consultar sobre el plan que ambos tenían (él y su hermano Juan Mateo), de entrar en los Cartujos, Ambos hermanos estaban muy impresionados por un exitoso abogado de Turín que había abandonado todo para entrar en los Cartujos y habían decidido hacer lo mismo. San Felipe, disuadió a los hermanos de llevar a cabo este plan y después de examinar durante algún tiempo a Juvenal para comprobar su sinceridad, sugirió para ellos el Oratorio. Ambos fueron aceptados el 1º de octubre de 1578.
Cuatro años más tarde, Juvenal fue ordenado, y en 1586, fue enviado a Nápoles para ayudar a la reciente fundación del Oratorio hecha en esa ciudad. Allí, se dedicó a diferentes actividades. Rápidamente se ganó la reputación de buen predicador. También hizo uso de sus talentos musicales para hacer crecer la piedad popular -especialmente recordada es su ´Tempio Armonico della Beatissima Vergine´, una colección de canciones espirituales para tres, cinco, ocho y doce voces. Debemos mencionar que estas canciones nunca fueron parte de la liturgia, pues Juvenal, con toda razón, pensaba que la música sagrada hacía la liturgia más solemne y hermosa. También ayudó a llevar a cabo en Nápoles muchos emprendimientos culturales e involucró en el trabajo del Oratorio a muchas familias de la alta aristocracia. A través del ´Oratorio dei Principi´ consiguió introducir las normas de vida católicas en muchas familias influyentes. En el otoño de 1596 Juvenal fue llamado a Roma, donde el Papa Clemente VIII le dijo que había decidido nombrarlo Obispo de Saluzzo, en el norte de Italia, en donde la invasión de herejes se había convertido en gran causa de preocupación. Juvenal no estaba del todo convencido de aceptar el nombramiento, y no lo hizo hasta agosto de 1602: tomó posesión de su Diócesis el 6 de marzo de 1603.
El tiempo que estuvo en este cargo fue muy corto, pues murió -se supone que envenenado-, el 30 de agosto de 1604. En su agonía, repetía continuamente: "Dulces Jesús y María, dad paz a mi alma".
Su breve episcopado, sin embargo, fue fructífero, y se caracterizó por varias iniciativas dirigidas a ayudar a sus fieles a crecer en piedad y caridad. Al mes de haberse hecho cargo de la Diócesis, comenzó el trabajo de reformar las vidas tanto del clero como de los laicos. Buscando combatir la herejía, convocó un Sínodo para implementar los decretos del Concilio de Trento, anunció la fundación de un Seminario, y organizó devociones para incrementar la adoración al Santísimo Sacramento. También puso gran énfasis en inculcar la fe en las enseñanzas de la Iglesia e introdujo el uso del catecismo. Prontamente la gente lo tuvo en gran estima incluso su inmediato vecino, el Obispo de Ginebra,
Francisco de Sales, quien apreciaba su humilde y pacífico carácter.
El Beato Juvenal es el único de los miembros del Oratorio que conoció personalmente a San Felipe y que llegó a los altares. El cuerpo del Beato Juvenal descansa en la Catedral de Saluzzo, bajo un altar dedicado a él.
Fue beatificado por el Papa León XIII el 9 de febrero de 1890.
¡Felicidades a quien lleve este nombre
!

Eustáquio van Lieshout, Beato
Sacerdote, 30 de agosto

Nasceu em Aarle-Rixtel (Países Baixos), na diocese de Hertogenbosch, em 3 de Novembro de 1890. Foi baptizado no mesmo dia, com o nome de Humberto.
Era o oitavo de onze irmãos de uma família muito católica, em que cada dia se rezava o Ángelus e o rosário. Se assistia à celebração da Eucaristia não só aos domingos mas também muitas vezes entre semana. Em casa havia um ambiente de serenidade e trabalho, assim como de muita solidariedade entre os irmãos. De criança, Humberto, assistiu à escola das Irmãs da Caridade de Schijndel e depois à do mestre católico Harmelinck.
De carácter jovial y sociable, era muy apreciado tanto en casa como fuera. Pronto sintió la llamada al sacerdocio, por lo cual quiso hacer estudios secundarios, contra el parecer de su maestro, que no lo consideraba dotado para ello. Su padre lo quería para las labores del campo. Humberto logró, finalmente, que su padre le permitiera estudiar. Fue a Gemert para asistir a la escuela secundaria y allí permaneció dos años. Habiendo leído la biografía del padre Damián de Veuster, decidió entrar en la congregación de los Sagrados Corazones. Ingresó en 1905 en la escuela apostólica que esa congregación tenía en Grave y allí continuó los estudios de secundaria. A pesar de las dificultades que encontraba en los estudios, especialmente en las lenguas, se esforzó mucho y los profesores lo animaron, dada su voluntad y su disposición para la vida religiosa misionera.
Terminados los estudios secundarios, el 23 de septiembre de 1913, fue admitido al noviciado, que en aquel tiempo se encontraba en Tremeloo (Bélgica). Tomó el nombre de Eustaquio, con el que se le conoce desde entonces. Ante la invasión alemana de Bélgica en aquel año, tuvo que regresar a su casa. Esta situación duró poco tiempo y pudo continuar el noviciado en los Países Bajos, haciendo su profesión temporal el 27 de enero de 1915 en Grave (Países Bajos) y la profesión perpetua el 18 de marzo de 1918 en Ginneken (Países Bajos). En 1916 concluyó los cursos de filosofía y durante los años 1916-1919 hizo los estudios teológicos en Ginneken. Sus profesores, admitiendo que no estaba muy dotado para las cuestiones metafísicas, sin embargo consideraban que iba adquiriendo una buena visión teológica y un buen criterio en las cuestiones de práctica pastoral. Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1919.
Ejerció el ministerio en su patria durante cinco años. El primer año lo pasó en Vierlingsbeek como asistente del maestro de novicios. Los superiores, motivados sobre todo por su piedad y estricta observancia de la Regla, lo dedicaron al ámbito de la formación. Luego pasó dos años en Maasluis en el servicio pastoral a los obreros del cristal que eran valones de lengua francesa y se habían refugiado en los Países Bajos. Con ellos demostró un gran celo apostólico, que fue reconocido por el Estado belga, el cual lo condecoró por sus servicios a esa minoría.
Por último, durante dos años ejerció el ministerio en Roelofarendsveen como vicario del párroco, p. Ignacio Herscheid. Aquí su actividad fue muy intensa con las organizaciones parroquiales, así como en el confesionario y en la asistencia a los enfermos. En el mes de diciembre de 1924 fue enviado a España para aprender español, ya que en principio pensaban destinarlo a una misión en Uruguay; sin embargo, después fue enviado a Brasil. El padre Eustaquio deseaba ser misionero y ese deseo se vio cumplido cuando se erigió la provincia de los Países Bajos y el nuevo provincial, p. Norbert Poelman buscó una misión en América Latina para la provincia naciente.
El p. Eustaquio llegó a Río de Janeiro el 12 de mayo de 1925. Trabajó como misionero durante dieciocho años en Brasil, diez en Agua Suja, seis en Poá y los dos últimos años de su vida, breves estancias en varias casas de la Congregación: Río de Janeiro, Fazenda de San José de Río Claro, Patrocinio, Ibiá y, por último, en Belo Horizonte como párroco de Santo Domingo, donde murió el 30 de agosto de 1943.
El 23 de abril de 1925 partieron de Amsterdam el p. Norbert Poelman, provincial, con los tres primeros misioneros para Brasil: Gilles van de Boogaard, Eustaquio van Lieshout y Mathias van Roy. Llegaron el 12 de mayo y tuvieron que esperar hasta el 15 de julio para tomar posesión de la parroquia de Agua Suja, que actualmente se denomina Romaría, en la diócesis de Uberaba, en la región conocida como "Triángulo Minero". La parroquia tenía el santuario diocesano de Nuestra Señora de la Abadía. En principio el p. Eustaquio colaboró como vicario, asumiendo la atención pastoral de la parroquia de Nova Ponte y sus capillas.
Posteriormente, a partir del 2 de marzo de 1926, fue nombrado párroco de Agua Suja. Era una parroquia donde la gente se dedicaba fundamentalmente a la búsqueda del oro en las orillas del río Bagagem. Dada la incertidumbre de los resultados de aquellos trabajos, la situación económica y social era difícil. El p. Eustaquio se dedicó plenamente a sus feligreses y trató de atenderlos tanto física como espiritualmente. Su empeño por mejorar las condiciones humanas y religiosas de aquella población dio buenos frutos. Especial dedicación prestó siempre a los pobres y a los enfermos, produciéndose ya entonces algunas curaciones por su medio.
El 15 de febrero de 1935 tomó posesión de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes de Poá, en la región metropolitana de São Paulo. Recibió también el encargo del cuidado pastoral del barrio de San Miguel Paulista, actualmente sede de la diócesis. Si la parroquia de Romaría era difícil no lo era menos la de Poá. A su llegada carecía de templo parroquial, con problemas con las sectas espiritistas y bastante indiferencia entre la gente. El p. Eustaquio se dedicó de nuevo con gran celo a visitar a las familias, los enfermos, los pobres, los niños, así como a la organización parroquial. A partir de 1937 su apostolado asumió una connotación particular: el don de curación por intercesión de san José. Especialmente orientó esta actividad a fortalecer la fe del pueblo y a liberarla de la tendencia a la superstición. Es entonces cuando su fama comenzó a extenderse por el país y de todos lados comenzaron a llegar personas que querían verle y obtener por su medio el favor de la curación. La afluencia de la gente era cada vez mayor, llegando a pasar por Poá unas diez mil personas al día. Dadas las limitaciones de aquella parroquia para admitir tanta gente, la autoridad civil comenzó a intervenir y posteriormente los superiores se vieron obligados a trasladar al p. Eustaquio. Una vez recibida la orden de sus superiores, actuó prontamente y salió de Poá el 13 de mayo de 1941.
Los dos últimos años de su vida constituyeron una verdadera peregrinación. En todos los sitios a donde llegaba, incluso tratando de esconderse de la gente, había personas que lo buscaban para pedirle ayuda, consuelo y curación. En Río de Janeiro permaneció unos quince días y también allí hubo grandes concentraciones de personas que lo buscaban. De nuevo fue trasladado, esta vez tratando de ocultar su destino. De hecho permaneció con otro nombre, p. José, en la Fazenda de Río Claro y allí se dedicó a la oración, a la lectura y también a atender a los ochocientos colonos de la factoría. Algunos obispos y sacerdotes, a pesar del carácter incógnito de este tiempo, le solicitaron bendiciones y oraciones para los enfermos, cosa que realizó con el permiso de sus superiores.
Del 13 de octubre de 1941 al 14 de febrero de 1942, fue enviado a Patrocinio. Allí pudo ejercer de nuevo el apostolado en forma pública con algunas condiciones. En cualquier caso también allí por su medio hubo numerosas conversiones. Después fue trasladado a Ibiá, en Minas Gerais, como párroco una vez más, ya que parecía que la situación se había estabilizado. Después de tres meses en los que pudo ejercer serenamente su actividad parroquial, los superiores creyeron conveniente trasladarlo como párroco a Belo Horizonte, a la parroquia dedicada a los Sagrados Corazones. Allí permaneció desde el 7 de abril de 1942 hasta su muerte.
Además de todas las actividades parroquiales ordinarias, cada día recibía a unas cuarenta personas en el confesionario, que llegaban a él provistas de un billete, como habían dispuesto los superiores para evitar concentraciones. Especialmente se ocupaba de las confesiones de los enfermos. Ante las peticiones de otras parroquias, acudía con presteza y escuchaba muchas confesiones. Ciertamente todos lo consideraban un verdadero misionero y un santo.
El 20 de agosto, atendiendo a un enfermo de tifus exantemático, él mismo contrajo la enfermedad. En principio se le diagnosticó una pulmonía, pero después se constató que se trataba de esa grave enfermedad, que por entonces era incurable. Consciente de la proximidad de su muerte y habiendo pronosticado él mismo que se produciría en pocos días, se preparó a ella con la oración y la recepción de los sacramentos. Los testigos afirman la gran fortaleza con la que afrontó aquella situación hasta el final. Sus últimas palabras, dirigidas al p. Gil, fueron: "Padre Gil, ¡Deo gratias!"; diciendo esto, expiró.
Beaticado el 15 de junio de 2006.
Reproducido con autorización de
Vatican.va

Vicente Cabanes Badenas, Beato
Presbítero e Mártir, 30 de agosto

Vicente Cabanes Badenas, Beato

Vicente Cabanes Badenas, Beato

Presbítero e Mártir

Martirológio Romano: Em Bilbao, Espanha, beato Vicente Gabanes Badenas, presbítero dos Terceiros Capuchinhos da Bem-aventurada Virgen das Dores e mártir, que, durante a perseguição contra a fé, mereceu entrar no banquete da glória.

Nacido en Torrent (Valencia) el 25 de febrero de 1908; se hizo Terciario Capuchino el 15 de septiembre de 1923. Ordenado sacerdote el 12 de marzo de 1932. Estudia en la Universidad de Valencia y en el Instituto de Estudios Penales. Ejerce su ministerio en las Escuelas de Reforma de Madrid y Amurrio (Álava), alternando estudio, prácticas del gabinete de Psicología y dirección espiritual de la Fraternidad. Detenido el 27 de agosto de 1936 por los milicianos, lo trasladan a Orduña, Vizcaya, intentan hacerlo apostatar, y ante la negativa se vuelven hacia Amurrio, lo hacen bajar del vehículo y lo abalean dejándolo por muerto en el prado de San Bartolomé de Orduña. Malherido, logra llegar a casa de un amigo, y es trasladado al hospital de Orduña, y de ahí al de Basurto, donde fallece el domingo 30 de septiembre, confesado y habiendo perdonado a sus asesinos. Se distinguió por su carácter apacible, dulce y amable. Fiel al deber, entregado al apostolado de la reforma de la juventud extraviada, con competencia y celo apostólico.
Foi beatificado em 11 de Março de 2001 junto a 232 mártires durante la guerra civil en Espanha.

 

 

http://es.catholic.net/santoral

 

Recolha, transcrição e tradução incompleta de António Fonseca

A biografia de Santa Rosa de Lima, já foi publicada, no passado dia 23 neste mesmo blogue.

sábado, 29 de agosto de 2009

JOÃO BAPTISTA – Martírio – Santo (e outros) – 29 de Agosto

João o Baptista, Martírio
Martírio, 29 de agosto

Agosto 29
Etimologicamente significa “ Deus é misericórdia”. Vem da língua hebraica.
Que denuncia defeitos aos reis ou chefes não lhe fica muitas vezes outra saída que o desterro ou a morte.
João Baptista teve coragem para dizer ao rei que o adultério era um pecado. Herodes não suportou esta verdade dita em sua cara. O disse S. Marcos em seu Evangelho:" Meteram-no preso por causa de Herodías, esposa de seu irmão Filipos. Não te está permitido ir a viver com a mulher de teu irmão".
Na festa de aniversário de Herodes houve um grande banquete. Uma das convidadas era a filha de Herodías. Esta bailava muito bem. Então lhe disse que pedisse o que quisesse. Esta respondeu:"A cabeça de João Baptista".
O rei Herodes, em lugar de obrar em consciência – porque estimava muito a João Baptista – mandou que lhe cortassem a cabeça e a levaram ao banquete para escárnio de todos.
Os judeus a tomaram com o rei. Lhe diziam que havia pecado. A Bíblia e a lei moral não permitem o adultério.
Este pecado os levou ao crime e assassinato de um santo.
João, coerente com sua trajectória apostólica, foi fiel a sua palavra. Teve muito em conta a advertência do profeta Isaías:" Cuidado: não vão a ser cães mudos que não ladram quando chegam os ladrões a roubar".
João, tirando valor de sua fraqueza, a plantou cara. Morreu com as botas postas, foi um mártir de verdade.
A tradição, mais tarde, conta que Herodías morreu pouco depois quando ao passar um rio, este se congelou, se abriu o gelo e a  engoliu.
Isto pode ser lenda. O certo é que Herodes Antipas foi desterrado a um país longínquo com sua concubina.
Herodes não soube manter o controle de si mesmo. Se emborrachou e, não sendo consciente do que fazia, terminou dando morte a um inocente. A paixão arrasta hasta ao abismo. Morreu no ano 29.
¡Felicidades a quem celebre hoje sua onomástica!

Comentários a P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com

 

Sabina de Roma, Santa
Biografia, 29 de agosto

Agosto 29

Etimologicamente significa “das Sabinas”. Vem da língua latina.
Detrás de cada linha de chegada há outra de partida. Detrás de cada logro, há outro desafio.
Nos vamos agora ao século II, em sua primeira parte para aprender desta santa que sempre temos um caminho aberto, uma aproximação cada vez mais íntima com o Senhor.
Ela morreu no ano 127. Segundo as Actas dos martírios, era uma viúva nobre e muito rica.
Lhe ajudou muito em sua senda santa, seu empregado S. Serafim, um sírio tão cristão e tão fervoroso que, desde que se converteu Sabina, foi para ela o modelo perfeito a que seguir.
Em começos da perseguição de Adriano, Berilo – que era o governador da província, prendeu a esta senhora e a seu empregado.
Ao sírio lhe dedo morte de imediato. A ela a soltaram por medo à alta classe social a que pertencia.
Mas a liberdade lhe durou só um ano. Voltaram a prendê-la no ano seguinte e foi então quando sofreu a palma do martírio.
Os Bolandistas hão provado que foi , de verdade, uma mártir romana.
E de facto, no ano 430 lhe dedicaram nada menos que uma basílica em sua honra. Durante muito tempo foi uma das estações da Via crucis durante a quaresma.
Alguns dizem que entregou sua casa aos cristãos como igreja. Este foi o lugar sobre o qual levantaram a basílica ou grande igreja.
Entre os santos que lhe professaram uma grande devoção cabe citar a santo Domingo. A pintura a trata como alguém que dava esmolas, outros a pintam como uma princesa. É padroeira das crianças com dificuldade para andar e das amas de casa.
¡Felicidades a quem leve este nome!

María da Cruz (Juana) Jugan, Beata
Fundadora, Agosto 29

Fundadora da
Congregação das Irmãzinhas dos Pobres

Martirológio Romano: Em Renes, em França, beata María de la Cruz (Juana) Jugan, virgem, que fundou a Congregação das Irmãzinhas dos Pobres, para pedir esmola por Deus para os pobres, e expulsa injustamente da direcção do Instituto, passou o resto de sua vida na oração e na humildade (1879).
Juana Jugan nasce em Cancale (Bretanha - França) em 25 de Outubro de 1792, e é baptizada naquele mesmo dia. É a quinta de uma família de sete irmãos. Seu pai, marinheiro como a maioria dos habitantes de Cancale, desaparece no mar no ano en que Juana cumpre seu quarto aniversário. A pequena Juana aprende em seguida de sua mãe a realizar as tarefas domésticas, a cuidar dos animais e, sobretudo, a rezar. Ao igual que outras muitas igrejas, a de Cancale havia sido cerrada pela Revolução. Já não há catecismo organizado, e muitos meninos recebem instrução em segredo por parte de pessoas piedosas. Em 1803, Juana recebe a primeira Comunhão. A partir daquele dia se volta especialmente obediente e doce, disposta para o trabalho e assídua à oração.


«Não encontrarás melhor partido»
A finales de 1816 tiene lugar en Cancale una gran «Misión»: unos veinte sacerdotes se reparten los sermones, el catecismo, el Rosario, las confesiones, las visitas a domicilio, etc. Son días de gracias y de fervor por toda la parroquia. En medio de la oración, Juana siente brotar en su corazón un enorme deseo de consagrarse al servicio de los pobres por amor de Dios, sin esperar recompensa humana alguna. Al final de la Misión, rechaza definitivamente una petición de matrimonio. Su madre le pregunta: «¿Por qué lo has rechazado? No encontrarás mejor partido. – El Señor me reserva para una obra que aún no se ha fundado», responde Juana.
Al año siguiente, Juana abandona Cancale y a su familia para servir a Cristo en medio de los pobres y vivir como pobre entre ellos, entrando como enfermera en el hospital Rosais de Saint-Servan. Pero, al cabo de varios años de servicio, cae gravemente enferma. Una persona caritativa, la señorita Lecoq, la acoge en su casa. Durante doce años, llevarán las dos una vida en común, condicionada por la oración, la Misa diaria, la visita a los pobres y la catequesis a los niños. Tras la muerte de la señorita Lecoq, Juana conoce a Francisca Aubert, que comparte el mismo ideal de vida. Alquilan una vivienda y se consagran al cuidado de los pobres. Muy pronto se les agrega una joven de diecisiete años: Virginia Trénadiel.
Una tarde, Juana regresa, con aspecto preocupado, de su jornada de trabajo. Francisca vigila la sopa mientras hila en la rueca. Juana le dice: «Acabo de visitar a una persona digna de lástima... ¡Imagínate una anciana ciega, medio paralítica, completamente sola en un cuchitril y en estos primeros fríos del invierno!... Francisca, ¿qué te parece si la traemos a casa? Para los gastos, trabajaré más. – Como quieras, Juana». La ciega se llama Ana Chauvin. Al día siguiente, Juana la recoge y la acuesta en su propia cama. La inválida siente preocupación: «¿Cómo harán para alimentarme? ¿Dónde se acostará usted si me da su cama? – No se preocupe», responde Juana. Unos días más tarde, una vieja soltera, Isabel Quéru, tiritando de frío, llama tímidamente a la puerta. Había servido sin sueldo, durante muchos años, a unos dueños arruinados. A la muerte de éstos, se había quedado sin protección y sin recursos. «Isabel, le dice Juana, es el Señor quien le envía. Quédese con nosotras».
Una amiga de Virginia, María Jamet, no tarda en relacionarse con Juana y la gente de su casa. El 15 de octubre de 1840, las tres amigas fundan una pequeña asociación de caridad dirigida por el párroco Augusto Le Pailleur, vicario de Saint-Servan. Francisca Aubert acepta ayudarlas en lo que respecta a las curas y a los remiendos, pero se considera demasiado mayor para comprometerse más a fondo. En contrapartida, una joven obrera de veintisiete años, muy enferma, Magdalena Bourges, que había sido acogida y curada por Juana, se incorpora a aquel pequeño grupo. De ese modo, en torno a las dos mujeres mayores, acaba de nacer una pequeña célula, embrión de una gran congregación que se llamará de las «Hermanitas de los pobres».


«Com meu cesto...»
Muy pronto, otros ancianos indigentes solicitan ser hospedados, y las hermanas se trasladan a otros locales más amplios. Pero la generosidad de los amigos y los ingresos de las hermanas, de cuyo trabajo vive la casa, ya no son suficientes. Las ancianas que tenían costumbre de mendigar le dicen a Juana: «¡Reemplácenos, mendigue por nosotras!». Un religioso de San Juan de Dios mueve a la fundadora a que siga ese consejo y le entrega su primer cesto de la colecta. La orgullosa naturaleza bretona de Juana se rebela ante esa necesidad, pero al final se decide. Más tarde les dirá a las novicias: «Os mandarán a la colecta, hijas mías, y os costará mucho. También yo la hice, con mi cesto; me costaba mucho, pero lo hacía por el Señor y por los pobres». He aquí el origen de la colecta, principal fuente de ingresos de las Hermanitas de los pobres.
En sus rondas, Juana pide dinero, pero también dádivas en especie, como verduras, sábanas usadas, lana, un caldero, etc. Pero no siempre es bien recibida. Un día, llama a la puerta de un anciano rico y avaro; consigue persuadirlo y recibe una buena ofrenda. Al día siguiente, la limosnera se presenta de nuevo en su casa, pero esta vez él se enfada. «Señor, responde ella, mis pobres tenían hambre ayer, también hoy tienen hambre y mañana seguirán teniendo hambre...». Ya más tranquilo, el bienhechor entrega una limosna y promete seguir haciéndolo. En otra ocasión, un viejo soltero, enfadado, le pega una bofetada. Ella le dice con humildad: «Gracias; eso es para mí. ¡Pero ahora déme algo para mis pobres, por favor!». Tanta mansedumbre abre el monedero del solterón. De ese modo, con la sonrisa, consigue invitar a los ricos a la reflexión, al descubrimiento de las necesidades de los pobres, y la colecta se convierte en una verdadera evangelización, en una llamada a la conversión del corazón.
Juana Jugan siente aversión por la ociosidad. «La Virgen era pobre, le gusta repetir. Hacía como los pobres: no perdía el tiempo, pues los pobres nunca deben estar desopucados». Tras haber conseguido unas ruecas, hiladoras y devanaderas, las entrega a sus internas menos impedidas, quienes, orgullosas de aportar con su trabajo algún dinero a la bolsa comunitaria, se toman mayor interés en la vida del asilo.
Poco a poco, Juana y sus amigas se organizan. Llevan una vestimenta semejante, un nombre de religión –el de Juana es «sor María de la Cruz»– y pronuncian votos privados, de obediencia y de castidad. Algo más tarde añaden los de pobreza y hospitalidad. Por este último se consagran a la acogida de los ancianos pobres. A finales de 1843, las hermanas tienen a su cargo unas cuarenta personas, hombres y mujeres. El 8 de diciembre, proceden a elegir a su superiora, cuyo cargo vuelve a recaer por unanimidad en Juana. Pero el día 23, el párroco Le Pailleur impone su autoridad y anula esa elección, designando como superiora a María Jamet, que tiene sólo 23 años (Juana tiene 51). El sacerdote teme, en efecto, no poder dirigir la congregación a su antojo con Juana, cuya experiencia y celebridad le molestan. Juana mira el crucifijo de la pared, después una estatuilla de la Virgen, y se arrodilla ante su sustituta, prometiéndole obediencia. En adelante su misión consistirá en hacer la colecta.
Un alma menos templada habría retrocedido ante la perspectiva de perder el gobierno de una casa organizada a su manera, para convertirse en una mendiga. «A mi entender –declaró un religioso franciscano originario de Cancale–, por parte de mi venerable compatriota, el hecho de ser desposeída de su puesto de superiora y de convertirse en una simple mendiga fue un gran acto de virtud, porque las mujeres de Cancale son más bien independientes, incluso autoritarias, y antes prefieren mandar que obedecer». A partir del 24 de diciembre, a pesar del riguroso ayuno de aquella vigilia de Navidad, Juana vuelve a sus rondas de colecta. «¡Cuántas pruebas y méritos –exclamó un orador– supone esa colecta llena de angustias, realizada siempre para cubrir las necesidades de ese día o del siguiente! ¡Había que salir a pesar del tiempo, sufrir el calor, el frío o la lluvia, abordar a todo tipo de gente, recorrer largos trayectos y llevar pesados fardos!». Pero el alma de Juana está «verdaderamente imbuída del misterio de Cristo Redentor, en especial en su Pasión y Cruz» (Juan Pablo II, 3 de octubre de 1982).

¿Mãe ou filha?
Unida a Cristo, Juana acepta de corazón las humillaciones, llegando incluso a amarlas y a buscarlas. Quizás, una de las que más le cuesta sobrellevar es, a causa de su orgullo nativo, la que procede de la manera en que la superiora le prodiga sus advertencias. En una carta del 26 de enero de 1846, María Jamet, veintisiete años más joven que Juana, le escribe: «Querida hija... ¡Qué bueno es Dios, que permite que una pobre como tú sea tan bien acogida!... Sin embargo, hija mía, procura no ser importuna, y si llegas a molestar, aunque sea poco, no abuses de la bondad de esa excelente persona... Te recomiendo que tengas cuidado de no concebir ningún sentimiento de amor propio. Debes convencerte de que, si actúan contigo de ese modo, no es a causa de ti, sino que es Dios quien lo permite para bien de sus pobres. En cuanto a ti, considérate como lo que eres en realidad, es decir, pobre, débil, miserable e incapaz de todo bien... Tu madre, María Jamet». Juana recibe esos consejos con dulzura y humildad.
El desarrollo de la obra obliga a extender las colectas más lejos. Juana es enviada a Rennes, donde, desde los primeros días se fija en los mendigos, sobre todo en los más viejos, que necesitan auxilio con urgencia. Sin duda alguna, hay que fundar una casa en esa ciudad. Con la ayuda de San José, el 25 de marzo de 1846 adquieren una casa. Juana vuelve a sus colectas por las ciudades del oeste de Francia. Se inauguran casas en Dinan, Tours, París, Besançon, Nantes, Angers, etc. Varias veces, porque ha sabido conquistar la confianza de todos, Juana consigue salvar del desastre a la obra, cuya dirección le ha sido usurpada. Ella acude, obtiene los fondos que faltan, anima a unos y a otros y se eclipsa para ayudar en otros lugares. Parece como si no tuviera dónde reposar la cabeza, pero ella se apoya por completo en la Providencia.

«¡São José, queremos manteiga!»
Es deseo de Juana Jugan que las personas mayores se sientan realmente como en su casa en los lugares de acogida. Un día, en la fundación de Angers, se da cuenta de que los ancianos comen el pan sin nada. «¡Estamos en el país de la mantequilla!, exclama. ¿Por qué no le pedís a San José?». Enciende una lamparilla ante la estatua del padre putativo de Jesús, manda que traigan todos los recipientes de mantequilla vacíos y coloca un cartel: «San José, mándanos mantequilla para los ancianos». Los visitantes se extrañan o se divierten ante semejante candor, pero bajo esa aparente ingenuidad se esconde una profunda fe. Unos días más tarde, un donante anónimo envía un lote muy importante de mantequilla, con el que se llenan todos los recipientes. También es deseo de Juana procurar alegría a sus pobres, por lo que se dirige al coronel de la guarnición de Angers y le pide que, por la tarde de un día festivo, envíe a algunos músicos del regimiento para alegrar a sus ancianos. «Hermana, le voy a enviar toda la banda para complacerla y para regocijo de todos sus ancianos». Y la banda militar de Angers acude a contribuir a la alegría de la fiesta.
En mayo de 1852, el arzobispo de Rennes, donde se encuentra la casa madre de las hermanas, aprueba oficialmente los estatutos de la obra, dándole el nombre de Familia de las Hermanitas de los pobres. Las hermanas, al socorrer a las personas mayores abandonadas, ponen de relieve el insustituible valor de la vida humana en la vejez. Su testimonio adquiere una importancia muy especial en nuestra época, en que los progresos de la técnica y de la medicina suponen una prolongación de la esperanza media de vida.
La estima hacia los ancianos se basa en la ley natural expresada en el mandamiento de Dios Honra a tu padre y a tu madre (Dt 5, 16). «Honrar a las personas mayores implica un triple deber para con ellos: acogerlos, asistirlos y dar valor a sus cualidades» (Juan Pablo II, Carta a las personas mayores, 11-12). Las personas mayores necesitan asistencia con motivo de la disminución de sus fuerzas y de eventuales dolencias, pero, en contrapartida, pueden aportar mucho a la sociedad. Las vicisitudes que han debido soportar durante su vida les han dotado de una experiencia y de una madurez que les mueven a contemplar los acontecimientos de este mundo con mayor sensatez. Siguiendo sus enseñanzas, las generaciones más jóvenes pueden tomar lecciones de historia que deberían ayudarles a no repetir los errores del pasado. Nuestra sociedad, dominada por las prisas y la agitación, olvida los principales interrogantes que conciernen a la vocación, a la dignidad y al destino del hombre. En ese contexto, los valores afectivos, morales y religiosos que han podido vivir las personas mayores representan una fuente indispensable para el equilibrio de la sociedad, de las familias y de las personas. Frente al individualismo, nos recuerdan que nadie puede vivir solo, y que es necesaria la solidaridad entre las generaciones, de manera que cada una pueda enriquecerse con los dones de las demás.

Missionárias na terceira idade
Las personas mayores cumplen igualmente una misión evangelizadora; en muchas familias los niños pequeños reciben de sus abuelos los primeros rudimentos de la fe. Los ancianos, incluso los más enfermos o quienes se ven privados de la movilidad, pueden cumplir también, para el bien de la Iglesia y del mundo, el servicio de la oración. A través de ésta participan tanto de los dolores como de las alegrías de los demás, rompiendo el círculo del aislamiento y de la impotencia. Tomando fuerzas de la oración, son capaces de infundir ánimos, mediante el testimonio de un sufrimiento asumido en el abandono a Dios y la paciencia.
Las personas mayores encuentran ocasión de completar, en sus carnes y en su corazón, lo que le falta a la Pasión de Cristo (cf. Col 1, 24), ofreciendo la prueba de la enfermedad y del sufrimiento –que es su destino común– a la intención de la Iglesia y del mundo. Pero, para poder realizar dicha misión, necesitan sentirse amadas y respetadas, pues no resulta fácil aceptar el sufrimiento con humildad. Por eso, las personas que padecen grandes sufrimientos son tentadas en ocasiones por la exasperación y la desesperanza. Entonces, las personas allegadas pueden sentirse inclinadas, debido a una compasión mal entendida, a considerar razonable la provocación directa de la muerte (la eutanasia). Pero, «a pesar de las intenciones y de las circunstancias, la eutanasia sigue siendo un acto intrínsecamente malo, una violación de la ley de Dios y una ofensa a la dignidad de la persona humana» (Juan Pablo II, Carta a las personas mayores, 9; cf. encíclica Evangelium vitae, 65). Solamente Dios determina el principio y el fin de la vida humana, según su designio de Creador, y llama a cada persona a ser su hijo mediante la participación en su propia vida divina. Esa dignidad incomparable procede de Cristo, quien, en la Encarnación, «se unió en cierto modo a todo hombre» (Vaticano II, Gaudium et Spes, 22); por lo tanto debe ser respetada. Es la razón principal de la consagración de las Hermanitas de los pobres a los ancianos, en quienes Juana Jugan les enseñó a ver a Jesucristo.

«Se la cedo de bom grado»
Después de haber servido a Cristo con sus colectas, la beata acabará sus días en el silencio. En efecto, durante el transcurso del año 1852, el párroco Le Pailleur le ordena que se retire a la casa madre. En adelante ya no mantendrá relaciones regulares con los bienhechores, ni funciones destacadas en la congregación. Aún vivirá veintisiete años, oculta a los ojos de los hombres, ocupada en humildes tareas domésticas y sin ninguna reivindicación. Con gran lucidez sobre esa situación, su corazón sigue siendo lo suficientemente libre como para decirle de broma al padre Le Pailleur: «Me ha robado usted mi obra; pero se la cedo de buen grado». En la primavera de 1856, la casa madre de las Hermanitas se traslada a una extensa propiedad que han comprado a treinta y cinco kilómetros de Rennes: la Tour Saint-Joseph, donde Juana prodiga consejos espirituales a las novicias. En las horas difíciles les dice: «Cuando os encontréis al límite de vuestra paciencia y de vuestras fuerzas, cuando os sintáis solas e impotentes, id al encuentro de Jesús; Él os espera en la capilla. Decidle esto: «Sabes muy bien lo que ocurre, Jesús mío, sólo tú lo sabes todo. Ven en mi ayuda». Luego os marcháis, y no os preocupéis por cómo tengáis que actuar; basta con que se lo hayáis dicho al Señor; él tiene buena memoria».
Insiste a las novicias para que no multipliquen demasiado las oraciones: «Cansaréis a los ancianos, se aburrirán y se irán a fumar... incluso durante el Rosario». Con las jóvenes comparte sus experiencias: «Hay que estar siempre de buen humor; a nuestros ancianitos no les gustan las caras tristes... No hay que tener miedo a cocinar, ni tampoco a curarlos cuando están enfermos. Hay que ser como una madre para quienes saben darnos las gracias y también para quienes no saben reconocer todo lo que hacéis por ellos. Repetíos a vosotras mismas: «¡Por ti lo hago, Jesús mío!»». Y además: «Antes de actuar hay que rezar y reflexionar. Es lo que he hecho durante toda la vida: sopesaba todas mis palabras».
En los últimos años de su vida, Juana habla con frecuencia, aunque con serenidad, de su muerte. Pero, antes de partir, tendrá una última alegría. El 1 de marzo de 1879, León XIII aprueba definitivamente las constituciones de las Hermanitas de los pobres. En aquel momento, la congregación cuenta aproximadamente con 2.400 hermanas y 177 casas de acogida. El 29 de agosto siguiente, Juana se extingue dulcemente después de decir: «¡Oh, María, madre mía, ven conmigo. Sabes que te amo y que tengo ganas de verte!». Una vida de tanta humildad tenía que producir muchos frutos. En el umbral del tercer milenio, 3.460 Hermanitas dan vida a 221 casas, repartidas por los 5 continentes. Por una maravillosa consideración de la Providencia, siguen viviendo principalmente de las dádivas que reciben.
Con motivo de la beatificación de Juana Jugan (Octubre 3 / 1982), el Papa Juan Pablo II decía: «La Iglesia entera y la propia sociedad no pueden sino admirar y aplaudir el maravilloso crecimiento de la pequeña semilla depositada en tierra bretona por esta humilde joven de Cancale, tan pobre de bienes pero tan rica de fe... Et exaltavit humiles (Ensalza a los humildes). Esta frase tan conocida del Magnificat colma mi espíritu y mi corazón de gozo y de emoción... La atenta lectura de las biografías dedicadas a Juana Jugan y a su epopeya de caridad evangélica, me inducen a decir que Dios no podía dejar de glorificar a tan humilde servidora... Al recomendar a menudo a las Hermanitas con frases como «¡Sed pequeñas, muy pequeñas! ¡Conservad ese espíritu de humildad y de sencillez! Si llegáramos a creernos que somos algo, la congregación dejaría de bendecir a Dios y nos desmoronaríamos», Juana estaba revelando en realidad su propia experiencia espiritual... En nuestro tiempo, el orgullo, la búsqueda de la eficacia, la tentación de los medios de poder, están ganando actualidad en el mundo, y también a veces, por desgracia, en la Iglesia. Son un obstáculo para el advenimiento del reino de Dios. Por eso la fisonomía espiritual de Juana Jugan es capaz de atraer a los discípulos de Cristo y de llenar sus corazones de esperanza y de alegría evangélica, tomadas de Dios y del olvido de sí mismo».
Reproducido con autorización expresa de
Abadía San José de Clairval

 

Do livroJoana Jugan – Humilde para amar

de Paul Milcent editado por Irmãzinhas dos Pobres –Porto e Lisboa

e distribuído pelas Edições Salesianas – Porto, pode ler-se:

“Uma jovem da Bretanha, que trabalha de mulher-a-dias e um pouco de enfermeira, aluga, de parceria com uma amiga, dois quartos no segundo piso duma casa da Rue du Centre, em Saint-Servan (França). Leva uma vida de oração e serviço.

Estamos em 1839. Joana Jugan tem 47 anos, quando traz para sua casa a primeira velhinha doente e pobre. Depois outra, mais outra, uma terceira. Impelidas, muito simplesmente, pelo ardor da fé e da caridade e pela atenção às necessidades alheias, ela e sua companheiras da primeira hora bem depressa repetirão noutras terras a mesma boa acção. “Isso parece uma loucura, mas, se Deus está connosco, há-de fazer-se”.

Quando Joana Jugan morre, 40 anos mais tarde, as Irmãzinhas dos Pobres, atingem o número de 2 400, espalhados por França, Inglaterra, Bélgica, Escócia, Espanha, Irlanda, Estados Unidos, Argélia, Itália, Malta.

Entretanto, por uma estranha mistificação, a fundadora e primeira Irmãzinha dos Pobres cedo foi posta à margem da missão a que Deus a tinha chamado. O facto faz parte de seu itinerário de pobreza e renúncia. “esperar tudo de Deus…”, poderia ser a divisa desta mulher. Em seu coração, aberto a todas as misérias, lê-se o reflexo de ternura, da misericórdia e da compaixão de Deus, em sua mãos vazias, a riqueza e a persistência do Seu Amor.

Hoje, em 30 países dos cinco continentes, Joana Jugan continua, através de suas filhas, esta obra de Deus: o serviço desinteressado dos mais velhos da família humana e a busca alegre duma fraternidade universal. O futuro João XXIII dizia, ao visitar a casa da fundação: “Pude verificar como é que se fazem as obras de Deus”.

Uma mulher do século XIX. A iniciadora duma obra de serviço e de fraternidade para todos os tempos. Humilde para amar, testemunha do acolhimento de Deus. Uma testemunha que o homem contemporâneo, escuta de melhor vontade que aos mestres, segundo a palavra de Paulo VI.

 

 

Eufrásia do Sagrado Coração de Jesus Eluvathingal, Beata
Carmelita Hindu, 29 de agosto

Mártir

Nasceu em 17 de Outubro de 1877 na aldeia de Kattoor (Índia), na paróquia de Edathuruthy, que formava parte do então vicariato de Trichur (posteriormente passou a ser diocese e foi dividida) e que actualmente pertence à diocese de Irinjalakuda. Era filha de Antony e Kunjethy de Eluvathingal Cherpukaran. Foi baptizada com o nome de Rose.
Desde pequeña, por influencia de su madre, mujer muy piadosa, comenzó a ejercitarse en las virtudes. A la edad de nueve años consagró a Dios su virginidad.
Contra la voluntad de su padre, a la edad de doce años ingresó en el internado de las religiosas de la Congregación de la Madre del Carmen de Koonammavu.
Después de la reorganización de los vicariatos apostólicos, realizada en el año 1896, el 9 de mayo de 1897 las religiosas y las aspirantes del vicariato de Trichur se trasladaron de Koonammavu a Ambazhakkad.
Al día siguiente, Rose recibió el velo y se convirtió en postulante con el nombre de Eufrasia del Sagrado Corazón de Jesús. El 10 de enero de 1898 tomó el hábito en la Congregación de la Madre del Carmen, el primer instituto femenino surgido en la Iglesia siro-malabar: fue fundada el 13 de febrero de 1866 en Koonammavu, en el Estado de Kerala, por el beato Kuriakose Elías Chavara y el padre Leopoldo Beccaro, de la Orden de los Carmelitas Descalzos, entonces delegado carmelita en Kerala, como tercera orden de los Carmelitas Descalzos. Desde el año 1967 es de derecho pontificio.
El 24 de mayo de 1900, con ocasión de la fundación del convento de Santa María en Ollur -distante 5 kilómetros de la ciudad de Trichur-, sor Eufrasia emitió los votos perpetuos. En ese convento vivió durante 48 años.
En 1904 fue nombrada maestra de novicias. Siguió desempeñando este cargo hasta que fue nombrada superiora, en el año 1913.
Por su profundo espíritu de oración la gente la llamaba "madre orante". Alcanzó una unión muy profunda con el Señor, especialmente en la sagrada Eucaristía. Sus hermanas carmelitas la llamaban "sagrario móvil". Pasaba muchas horas ante el sagrario en la capilla del convento, olvidada de sí misma y de todo lo que la rodeaba.
En una carta a su director espiritual expresa la sed que sentía de adorar, amar y consolar a Cristo en la Eucaristía: "Dado que aquí la mayor riqueza, la santa misa, no se celebra a menudo, experimento un gran dolor interior y siento un gran deseo de suplir esa ausencia. Tengo una gran hambre y una gran sed de hacer algo al respecto" (3 de julio de 1902).
Fue una gran apóstol de la Eucaristía. Se esforzaba por hacer que todos amaran, adoraran y consolaran a Jesús en el santísimo Sacramento.
También tenía una devoción especial a Cristo crucificado. Besaba con frecuencia el crucifijo y hablaba interiormente con él, apretándolo contra su pecho. El sufrimiento, la pasión y el dolor de Cristo provocaban un gran dolor en su corazón.
Asimismo, profesaba una filial devoción a la Virgen María, a la que sentía como su verdadera madre. Era especialmente devota del santo rosario. Solía rezar los quince misterios, meditando en la vida de nuestro Señor y de su Madre María.
Llevó una vida muy sencilla y austera, realizando numerosos actos de penitencia y mortificación. Comía una sola vez al día, evitando la carne, el pescado, los huevos y la leche.
Conjugaba perfectamente en su vida la acción y la contemplación. Su amor a Dios se manifestaba en la compasión y el amor a las personas que se dirigían a ella para que las ayudara en sus dificultades económicas o problemas familiares, o para pedirle oraciones a fin de curar de una enfermedad, obtener un empleo o superar un examen. Sabían que ella intercedería ante la Madre de Dios y que sus plegarias siempre eran escuchadas. Era un modelo ejemplar de caridad. La madre Eufrasia, que había ofrecido su vida como sacrificio de amor a Dios, murió el 29 de agosto de 1952.
Fue beatificada el 3 de diciembre de 2006 en la iglesia de San Antonio Forane, en Ollur, archidiócesis de Trichur, por el cardenal Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los siro-malabares.

Sancja Szymkowiak, Beata
Religiosa, 29 de agosto

 

Religiosa

Martirológio Romano: Em Poznan, cidade de Polónia, beata Sancja (Joanina) Szymkowiak, virgem, da Congregação das Filhas da Bem-aventurada Virgen María das Dores, que, no meio das dificuldades da guerra, se ocupou com grande entrega dos detidos nas cadeias (1942)

Soror Sancja Szymkowiak, nasceu em 10 de Julho de 1910 em Możdżanów (Ostrów Wielkopolski, Polónia). Foi a última dos filhos que tiveram Agostino e Maria Duchalska, logo de haver procriado a quatro varões, dos que um se fez sacerdote. O dia do baptismo recebeu o nome de Giannina. De sua família, acomodada e intensamente crente, recebe uma sólida educação.

Desde la primera juventud se distinguió por la excepcional bondad y la auténtica devoción, fascinando con su serenidad y sencillez. Después de la escuela superior estudió en la Facultad de Lenguas y Literatura Extranjeras en la universidad de Poznan, empeñándose intensamente tanto en el crecimiento intelectual como en el espiritual. Toma parte activa en la Asociación Mariana, desarrollando un apostolado discreto y eficaz y transmitiéndoles a los jóvenes la alegría de vivir. Encuentra tiempo para prestarle atención a todo, de modo particularmente sensible en ayudar a los más débiles y abatidos, se dedica con fervor a las obras de caridad en el barrio más pobre de la ciudad. La eucaristía fue el centro y el manantial de su gran celo apostólico.
Desde joven se sintió llamada a la vida religiosa. En el verano de 1934 partió para Francia y, durante una romería a Lourdes, decide hacerse monja encomendándose a la Virgen Inmaculada. En junio del 1936, superadas muchas dificultades, ingresó al convento de las Hijas de la Bienaventurada Virgen María de los Dolores, mejor conocidas como las Monjas Seráficas, de Poznan, asumiendo el nombre de María Sancja. Desde el principio se distinguió por el gran celo en la observancia de las Reglas del Instituto y en el ejercicio de los servicios más humildes. Su vida, que no tuvo aparentemente nada excepcional, escondió una profunda unión con Dios, en la completa disponibilidad de atender su voluntad en todo, también en los asuntos más modestos.
Durante la ocupación alemana Sor Sancja, no aprovechó el permiso de poder volver a su familia, dado los peligros y los incomodidades de la guerra, se quedó en el convento junto a otras monjas, y fueron sometidas por los militares a duros trabajos. Dócil a la voluntad de Dios, infundía alrededor suyo un aire de paz y esperanza, encarnando, para los afligidos y sufrientes, un efectivo apoyo y un eficaz consuelo. Los prisioneros franceses e ingleses, a los que prestó su personal ayuda en calidad de traductora, la llamaron “ángel de bondad” y “santa Sancja“.
Las enormes fatigas y las difíciles condiciones del convento de Poznan pusieron a dura prueba sus fuerzas y fue víctima de una grave forma de tuberculosis a la laringe. Abandonándose en los brazos cariñosos de Dios Padre ofreció un fulgurante ejemplo de sereno aguante de los sufrimientos. Con gozo profesó los votos perpetuos el 6 de julio de 1942, profundamente unida al Esposo Celestial, en la fervorosa espera de su venida en el momento de la muerte, que ocurrió el 29 agosto del mismo año, cuando tenía solamente treinta y dos años.
Reproducido con autorización de
Santiebeati.it

 

http://es.catholic.net/santoral

 

Recolha, transcrição e tradução incompleta de António Fonseca

Igreja da Comunidade de São Paulo do Viso

Nº 5 643 - SÉRIE DE 2024 - Nº (120) - SANTOS DE CADA DIA - 29 DE ABRIL DE 2024 - NÚMERO ( 1 7 5 )

  Caros Amigos 17º ano com início na edição  Nº 5 469  OBSERVAÇÃO: Hoje inicia-se nova numeração anual Este é, portanto, o 120º  Número da S...