sexta-feira, 18 de junho de 2010

Nº 1040 - 18 DE JUNHO DE 2010 - SANTOS DO DIA

 

Marcos e Marceliano, Santos
Junho 18   -  Mártires

Marcos y Marceliano, Santos

Marcos e Marceliano, Santos

Mártires

Martirológio Romano: Em Roma, no cemitério de Balbina, na Via Ardeatina, santos Marcos e Marceliano, mártires na perseguição sob o imperador Diocleciano, aos que irmanou o sofrimento (c. 304).
São mártires e patronos secundários da Diocese de Badajoz — hoje Arquidiocese de Mérida-Badajoz —.
Um raio que caiu no castelo foi a causa do terrível fogo que ameaçava a todas luzes alcançar o polvorinho ou armazéns de pólvora da cidade e cuja explosão houvera sido uma catástrofe tanto em perda de vidas humanas como de vivendas e bens. A apressada oração aos santos do dia naquele apuro fez que milagrosamente se detivessem as chamas na mesma zona imediatamente próxima ao armazém de munição. As pessoas que se souberam protegidas pela intercessão dos santos mártires Marceliano e Pedro pediram às autoridades eclesiásticas seja oficialmente reconhecida a protecção dos santos que os livraram no final daquela terrível tormenta.
Um decreto da Sagrada Congregação de Ritos faculta ao Deão e Cabido para os eleger patronos menos principais da cidade de Badajoz. Uma vez executado, é aprovado pelo Bispo Juan Marín Rodezno, em 13 de Junho de 1969.
Sua celebração é só para a cidade.

Gregório Barbarigo, Santo
Junho 18   -  Cardeal e Bispo

Gregorio Barbarigo, Santo

Gregório Barbarigo, Santo

Bispo

São Gregório nasceu em Veneza em 1625. Ao cumprir os vinte anos foi escolhido pelo governo veneziano como acompanhante do embaixador Luigi Contarini, ao famoso Congresso de Munster, onde os representantes de Alemanha, França e Suécia, firmaram o tratado de Vestefália, em 24 de Outubro de 1648, e assim puseram fim à guerra de Trinta Anos.
Em 1657, o Papa Alexandre VII, o nomeou bispo de Bérgamo e em 1660, o consagrou cardeal; quatro anos mais tarde, foi transferido ao bispado de Pádua. Era benigno e misericordioso, sua piedade se mostrava sobretudo aos que sofriam ou estavam em desgraça. Com o propósito de fomentar a cultura, fundou um colégio e um seminário que tiveram grande renome. As duas instituições dotou-as com imprensa própria e uma biblioteca bem surtida, particularmente com os escritos dos Pais da Igreja e os estudos sobre as Sagradas Escrituras.
São Gregório Barbarigo morreu em 18 de Junho de 1697 e foi beatificado em 1761 e canonizado por S.S. Juan XXIII, em 26 de Maio de 1959.
  Ver também forma longa em www.jesuitas.pt

 

Juliana Falconieri, Santa
Junio 18 Fundadora

Juliana Falconieri, Santa

Juliana Falconieri, Santa

Fundadora das Servas da Virgem María

Esta santa teve a sorte de ser sobrinha de um santo (Santo Aleixo Falconieri, irmão de seu pai) e de ser dirigida espiritualmente por outro santo (São Felipe Benicio).
Nasceu em Florença no ano 1270. Seu pai era riquíssimo e havia construído por sua própria conta um templo em honra da Santíssima Virgem de quem era sumamente devoto.
Os papás haviam suplicado por muitos anos a Deus que lhes concedesse descendência e no fim conseguiram que lhes desse esta filha que ia ser sua glória e sua alegria.
De jovem era tão virtuosa, que Santo Aleixo disse a mãe de Juliana: "Deus não só te deu uma filha, mas que te regalou um verdadeiro anjo".
De menina costumava passar longos pedaços rezando no templo, pelo qual a mamã lhe repetia: "Se não concedes mais tempo à costura e à cozinha, não vais a encontrar marido". Mas aquela ameaça não lhe produzia nenhum temor, já que sentia uma imensa inclinação para com a virgindade. Havendo morrido seu pai quando ela era muito pequena, a mamã e o tio lhe prepararam um honroso matrimónio, mas ela os chamou à parte e lhes disse que havia tomado a decisão inquebrantável de ficar solteira e dedicar sua vida à oração, à meditação, à caridade e ao apostolado. Tinha apenas 15 anos.
Bien preparada por su tío, San Alejo (fundador de los Siervos de María) recibió del gran apóstol San Felipe Benicio el distintivo de Terciaria de los Siervos de María. Este distintivo era un manto sobre la cabeza. Ella siguió viviendo en su casa con la mamá, pero observando una conducta tan religiosa y tan santa como la de una fervorosa religiosa. A otras les agradó este modo de practicar la vida religiosa (quedándose con sus familiares, pero observando una conducta como la de una santa monja) y siguieron su ejemplo. Todas llevaban como distintivo un manto sobre la cabeza, por lo cual la gente las llamaba: las muchachas de la pañoleta.
Creció mucho el número de las jóvenes Terciarias (se llaman terciarias a las que pertenecen a la tercera rama de una comunidad religiosa; la primera son los hombres; la segunda son las monjas y la tercera son las personas laicas que viven en el mundo pero llevando una conducta como de gente muy piadosa) y tuvieron que conseguir una casa para reunirse. Entonces ellas eligieron como superiora a Juliana. Su asociación tomó el nombre de "Siervas de la Virgen María". Durante 35 años, hasta su muerte, dirigió nuestra santa a esta piadosa asociación, llevándola a un alto grado de perfección.
Juliana se propuso un Reglamento sumamente riguroso. Ayunaba tres días por semana, y a veces pasaba días sin comer bocado (sobre todo cuando se dedicaba a altísimas oraciones). Esto hizo que se enfermara muy gravemente del estómago (úlcera llamaríamos quizás hoy a la tal enfermedad). Los viernes los dedicaba a meditar en la Pasión y Muerte de Jesucristo. Los sábados a pensar y leer acerca de la Santísima Viren (de quien fue supremamante devota desde sus primeros años). Muchas veces dormía sobre el duro suelo. Se propuso hacer los oficios más humildes de la casa, y tratar a cada una de sus compañeras como si fuera muy superior a ella (cumpliendo lo que recomienda San Pablo: "Considerad a los demás como superiores en todo a vosotros)."(Filip. 2,3).
Redactó para su comunidad un Reglamento que fue aprobado después por 4 Sumos Pontífices (Honorio IV, Nicolás IV, Benedicto XI y Martín V). Ella misma era la más exacta en cumplir cada uno de los artículos del Reglamento, dando así muy buen ejemplo a todas.
Los que tuvieron que tratar con ella estuvieron de acuerdo en que su caridad, su amabilidad y su inclinación a buscar el bien de las almas de los demás, eran extraordinarias. La gente gozaba al recibir las demostraciones de su afectuosa bondad. Nunca dejaba escapar una oportunidad de ayudar a los que necesitaban de su colaboración.
Los sacerdotes decían que a los pecadores les hacían mayor bien los sencillos consejos de esta sencilla religiosa seglar, que los sermones de los mejores predicadores. Muchos pecadores se convirtieron de su vida de maldad, después de tener una charla con Juliana, la de la "pañoleta".
Enemigos que se odiaban a muerte, hacían las paces y se declaraban para siempre la paz, cuando la santa se dedicaba a volverlos otra vez a la amistad.
Pasaba horas y horas seguidas dedicada a la oración, sin sentir pasar el tiempo. A quien le preguntaba por qué se estaba tanto tiempo de rodillas, le respondía: "Es para alejar las tentaciones".
Muchos días los pasó solamente con la Sagrada Comunión, sin ningún alimento más.
Su fama de santidad se extendió por todos los alrededores de la casa donde vivía y por toda la ciudad. Y por medio de sus fervorosas oraciones consiguió favores especialísimos para quienes se encomendaban a sus plegarias.
En su última enfermedad, a la edad de 71 años, ya su estómago no le recibía ningún alimento. Vomitaba todo lo que comía. Así que tuvo que dejar de recibir la Sagrada Comunión. Y esto constituía para Juliana la más grande mortificación y penitencia. Y sucedió que en la última visita que le hizo el sacerdote, llevando el Santísimo Sacramento, la santa, sabiendo que no podía comulgar, pidió que le colocaran sobre su corazón un mantel blanco y sobre este mantel la Santa Hostia. Y he aquí que de un momento a otro, la Hostia Consagrada desapareció y nadie la pudo encontrar. Ella había pedido poder recibir a Jesús Sacramentado antes de morir, y su estómago no le permitía, pero su fe le consiguió el prodigio de poder comulgar. Después de muerta encontraron sobre su corazón, en la piel, una cicatriz redonda, como si hubieran cortado para que pasara una Hostia.
En recuerdo de esto, sus religiosas llevan siempre sobre su hábito, en el lado del corazón, una medalla donde está grabada una Santa Hostia.
Tan pronto como la Hostia Consagrada colocada sobre su corazón desapareció, Juliana, con una expresión de inmensa alegría en su rostro, como si estuviera en éxtasis, murió llena de amor hacia Nuestro Señor.
En su sepulcro se obraron numerosos milagros. Y nosotros le pedimos a tan grande santa que nos obtenga de Dios que también a la hora de nuestra muerte, recibamos con todo el fervor posible la Sagrada Hostia, donde está el cuerpo Santísimo de Cristo.
Fue canonizada por Clemente XII el 16 de junio de 1737.

Osana Andreasi, Beata
Junho 18    -  Religiosa

Osana Andreasi, Beata

Osana Andreasi, Beata

Religiosa

Em Mântua, na Lombardia, nasceu em 1449 e morreu em 1505. Toda a sua existência decorreu em palácios, cumulada de graças e oprimida com sofrimentos, umas e outros invisíveis aos olhos dos homens. Foi o confessor que revelou depois da sua morte que ela ficava, por vezes, sete horas imóvel em oração e tinha misteriosas feridas interiores que renovavam nela as dores da Paixão. Desde a infância teve a obsessão das realidades do alto. Aos seis anos, imaginando que os teólogos sabiam muito mais sobre Deus do que sabia o comum dos mortais, veio pedir ao pai que lhe comprasse livros de teologia e lhe desse licença de aprender a ler para conseguir estudá-los; mas foi recambiada para os seus jogos. No ano seguinte, caiu tão doente que se julgou que ia partir. Foi então autorizada , o quer lhe tinha sido recusado até então, a entrar na Ordem terceira dominicana. Mas só fez profissão em 1501, de maneira que o noviciado durou perto de 50 anos. Osana passou os últimos 37 anos da vida na corte de Mântua. Em 1478, os soberanos de então, o duque Francisco II e a mulher Isabel de Este, obtiveram que ela ficasse superintendente de sua Casa. Depressa compreenderam que era um anjo quem tinham debaixo do tecto. Quando ela estava a morrer, ajoelhados junto do leito, pediram-lhe a bênção; respondeu que pertencia ao sacerdote presente abençoá-los; foi preciso que este tomasse a mão dela para lhes traçar na testa o sinal da cruz. Francisco II isentou de contribuições, por vinte anos, todos os membros da família dela. E a duquesa Isabel ergueu-lhe um belo mausoléu, que ainda agora se vê na catedral de Mântua. www.jesuitas.pt.  Ver também Http://es.catholic.net/santoral

 

Isabel de Schönau, Santa
Junho 18   -  Religiosa

 

Isabel de Schönau, Santa

Isabel de Schönau, Santa

Nascida pelo ano 1126 na Alemanha, radicada e educada num mosteiro Beneditino perto de Bonn, Alemanha, desde os 12 anos de idade.
Isabel chegou a ver o mosteiro como sua própria casa, e fez votos em 1147.
Ela foi vidente, começando em 1152 a ter êxtases místicos e visões, possuía o dom da profecia, e sofreu ataques de forças demoníacas.
Com a ajuda de seu irmão Egberto, monge e abade, escreveu três volumes que descrevem suas visões.
Foi abadessa de Schönau desde 1157 até sua morte, em 18 de Junho de 1164.
Nunca foi formalmente canonizada, mas seu nome consta no Martirológio Romano.

http://es.catholic.net/santoral  e   www.jesuitas.pt

Recolha, transcrição e tradução (parcial) de espanhol para português por António Fonseca

quinta-feira, 17 de junho de 2010

Nº 1039 - 17 DE JUNHO DE 2010 - SANTOS DO DIA

 

• Avito, Santo
Junho 17   -  Abade

Avito, Santo

Avito, Santo

Abade

A longínqua  história de Avito a conhece plenamente só Deus; os documentos que temos hoje mostram o núcleo histórico de sua existência santa, mas à falta de outros dados, os relatos posteriores falam dele com os adornos acrescidos pela fábula e a devoção popular menos exigente com a verdade histórica e mais condescendente com os eflúvios da piedade.
Se diz dele que nasceu na zona de Orleães, tendo por pais a uns cristãos pobres e que, quando era pequeno conheceu os monges da abadia de Micy que está próxima à cidade; levado da curiosidade própria das crianças, lhes perguntou, quem eram, que faziam, porque vigiam longe das pessoas e para que serviam. Essas perguntas, contestadas com simpatia e desembaraço por algum daqueles frades que tinha graça e estava cheio de sentido sobrenatural, ditas ao alcance de uma cabecita pequena deram fruto com a passagem dos anos. Um belo dia, aquela curiosidade se no mosteiro e que se não pode ser como monge, que o admita como criado. Está disposto a não deixar a porta do convento e a morrer de frio e de fome até conseguir o que pede.
Cuentan de él que la primera época de fraile la vivió tan amable, servicial y obediente que su sencillez y deseos de agradar a la comunidad a veces fue considerado por algunos como una actitud que rayaba con lo estúpido.
De todos modos, el abad experimentado descubre el regalo que les ha llegado del cielo; el abad le encomienda muy pronto el oficio de ecónomo y pasa a ser el responsable de preparar las cosas que atañen en el convento al alimento de los frailes; debe cuidar de que no les falte el alimento necesario, ha de disponer el orden de las comidas, cuidar del pobre almacén, reponer alimentos y reservar una parte para los pobres cosa en la que siempre se mostró lleno de generosidad. Que lo hiciera bien o mal en preparar la intendencia sólo Dios lo sabe, pero el resultado fue la continua crítica y murmuración que provocó en los compañeros de salmos.
La situación de aparente fracaso le llevó a replantearse con mayor seriedad sus deseos de soledad. Resuelve el asunto, después de haberlo rezado y pensando Dios le pedía un cambio; organiza una trama nocturna consistente en introducirse en la celda del abad, esperar a que lo rinda el sueño y meter bajo su almohada las llaves de ecónomo, simbolizando con ello su renuncia al cargo. Se marcha del monasterio. Ahora sí que podrá en el bosque cercano dedicarse a la oración y penitencia a sus anchas sin necesidad de escuchar las protestas de sus hermanos y dando cuenta al abad de su vida de vez en cuando. Intentará imitar a los ermitaños comiendo la yerba, raíces y frutas que encuentre por el campo.
Hizo falta el ruego de los frailes y la intervención del obispo de Orleáns para sacarlo del retiro de Solaña y conseguir que aceptara el gobierno de la abadía, en el año 520, después de la muerte de Maximiano. El nuevo abad hace más con humildad y ejemplo que con mandatos; pero por su medio se restablece la primera disciplina y se eleva el tono sobrenatural del monasterio. Las cosas marchan bien, pero a él le sigue hormigueando en el alma el run-run de la soledad.
Ahora será Percha, más distante y menos accesible el nuevo lugar donde plantará su residencia entre cuevas o chozas de ramas de árboles. Allí no será fácil que le encuentren los monjes en caso de que le busquen; ha llevado con él a otro fraile que también tenía las mismas ansias de soledad. Vivirán como en la primera época en la contemplación y penitencia, metidos en el alejamiento y el silencio. Sólo que no pudo ser por mucho tiempo porque lo descubrió el milagro de Avito: un porquero mudo desde niño, por mandato del santo ha comenzado a hablar, y ya es imposible hacerlo callar. Y la gente se entera ¡Adiós soledad! La noticia del hecho se transmite y la gente acude a ver y a tocar; él catequiza, enseña, reza y hace rezar. Vienen discípulos y, sin quererlo, no hay más remedio que fundar el monasterio que con el tiempo llevará su nombre.
Dicen que a ruegos de Avito, llegaron a soltar en Orleáns a los presos de la cárcel. Y además hablan del ciego curado milagrosamente; y el mismo Lubin, el obispo de Chartres, relata la resurrección de un monje. Y con el rey Clodomiro, el hijo de Clodoveo y Clotilde, tiene palabras de paz intercediendo por el preso rey de Borgoña, Segismundo y su familia.
Después de muerto, refieren de él muchos milagros y le atribuyen bastantes victorias guerreras logradas por su intercesión.
Avito terminó sus días el 17 de junio del año 530. Chateaudrum y Orleáns se distribuirán posteriormente sus preciosas reliquias.

Joseph-Marie Cassant, Beato
Junho 17   -  Monge Trapista

Joseph-Marie Cassant, Beato

Joseph-Marie Cassant, Beato

Monge Trapista


Joseph-Marie Cassant nasceu em 6 de Março de 1878 em Casseneuil, no Lot-et-Garonne (diocese de Agen, França) numa família de agricultores que já contava com um filho varão de nove anos.
Estudou no internato dos irmãos de São Juan Bautista de la Salle de Casseneuil, onde teve dificuldades devido a sua falta de memória. Tanto em sua casa como no internato recebeu uma sólida formação cristã e, pouco a pouco, cresceu nele o desejo profundo de ser sacerdote.
Seu pároco, D. Filhol, o apreciava muito e o ajudou em seus estudos por meio de um vigário, mas sua pouca memória seguiu sendo um obstáculo para seu ingresso no seminário menor. Entretanto, o adolescente foi-se introduzindo no silêncio, o recolhimento e a oração. O pároco Filhol lhe sugeriu que se dirigisse à Trapa: o jovem de 16 anos aceitou sem duvidar. Após um tempo de prova na casa paroquial, Joseph entrou na abadia cisterciense de Santa María del Desierto (diocese de Toulouse, França) em 5 de Dezembro de 1894.
En ese momento el maestro de novicios era el Padre André Malet. Él sabia captar las necesidades de las almas y responder a ellas con humanidad. Desde el primer encuentro manifestó su benevolencia: «!Confía! yo te ayudaré a amar a Jesús». Los hermanos del monasterio no tardaron en mostrar aprecio por el recién llegado: Joseph no era ni discutidor ni gruñón, sino que siempre estaba contento y sonriente.
Contemplando frecuentemente a Jesús en su pasión y en la cruz, el joven monje se impregnó del amor a Cristo. El «camino del Corazón de Jesús», que le enseñó el Padre André, es una llamada incesante a vivir el instante presente con paciencia, esperanza y amor. El Hermano Joseph-Marie es consciente de sus lagunas y su debilidad. Pero se fía cada vez más de Jesús que es su fuerza. No le gustan las medias tintas. Quiere darse totalmente a Cristo. Su divisa lo atestigua: «Todo por Jesús, todo por María». Fue admitido a pronunciar sus votos definitivos el 24 de mayo del 1900, en la fiesta de la Ascensión.
A partir de entonces comenzó su preparación al sacerdocio. El Hermano Joseph-Marie lo deseaba sobre todo en función de la Eucaristía. Ésta es para él la realidad presente y viviente de Jesús: el Salvador entregado totalmente a los hombres, cuyo corazón traspasado en la cruz, acoge con ternura a los que acuden a Él con confianza. Los cursos de teología que le dio un hermano poco comprensivo causaron afrentas muy dolorosas en la viva sensibilidad del joven monje. En todas las contradicciones él se apoya en Cristo presente en la Eucaristía, «la única felicidad en la tierra», y confía su sufrimiento al Padre André que lo ilumina y reconforta. Finalmente, habiendo aprobado los exámenes, tiene la inmensa alegría de recibir la ordenación sacerdotal el 12 de octubre de 1902.
Pronto constatan que está afectado de tuberculosis. El mal está muy avanzado. El joven sacerdote no revela sus sufrimientos hasta el momento en que no puede ocultarlos más: por qué quejarse cuando se medita frecuentemente el Vía Crucis del Salvador? A pesar de su estancia de siete semanas con su familia, a petición del Padre Abad, sus fuerzas declinan cada vez más. A su regreso al monasterio, lo mandan a la enfermería donde tuvo una nueva ocasión de ofrecer, por Cristo y la Iglesia, sus sufrimientos físicos cada vez más intolerables, agravados por las negligencias de su enfermero. Más que nunca, el Padre André le escucha, le aconseja y le sostiene. Joseph-Marie dijo: «Cuando no pueda celebrar más la Misa, Jesús podrá retirarme de este mundo». El 17 de Junio de 1903, por la mañana, tras comulgar, el Padre Joseph-Marie alcanzó para siempre a Cristo Jesús.
El 9 de junio de 1984, el Santo Padre Juan Pablo II reconoció la heroicidad de sus virtudes, beatificándolo el 3 de octubre de 2004 en la Plaza de San Pedro en Roma.
A veces se ha subrayado la banalidad de esta corta existencia: dieciséis años discretos pasados en Casseneuil y nueve años en la clausura de un monasterio, haciendo cosas simples: oración, estudios, trabajo. Cosas simples, sí, pero supo vivirlas de forma extraordinaria; pequeñas acciones, pero realizadas con una generosidad sin límites. Cristo puso en su espíritu, limpio como agua de manantial, la convicción de que sólo Dios es la suprema felicidad, que su Reino es semejante a un tesoro escondido y a una perla preciosa.
El mensaje del Padre Joseph-Marie es muy actual: en un mundo de desconfianza, a menudo víctima de la desesperación, pero sediento de amor y de ternura, su vida puede ser una respuesta, sobre todo para los jóvenes que buscan un sentido a la propia vida. Joseph-Marie fue un adolescente sin relieve ni valor a los ojos de los hombres. Debe el acierto de su vida al encuentro impresionante con Jesús. Supo seguirle en una comunidad de hermanos, con el apoyo de un Padre espiritual que fue al mismo tiempo testimonio de Cristo y capaz de acoger y comprender.
Él es para los pequeños y humildes un magnífico modelo. Les enseña cómo vivir, día tras día, para Cristo, con amor, energía y fidelidad, aceptando ser ayudados por un hermano o una hermana experimentados, capaces de conducirlos tras las huellas de Jesús.

Reproducido con autorización de Vatican.va

Alberto Adamo Chmielowski, Santo
Junho 17   -  Fundador

Alberto Adamo Chmielowski, Santo

Alberto Adamo Chmielowski, Santo

Fundador

Martirológio Romano: Em Cracóvia, na Polónia, santo Alberto (Adão) Chmielowski, religioso, célebre pintor, o qual se entregou aos pobres procurando ser bom com todos, e fundou as Congregações de Irmãos e irmãs da Terceira Ordem de São Francisco, servos dos pobres (1916).
Alberto Chmielowski nasceu em Igolomia, perto de Cracóvia (Polónia), em 20 de Agosto de 1845, de pais nobres. Cresceu num clima de ideais patrióticos, de uma profunda fé em Deus e de amor cristão para com os pobres. Ficou órfão muito cedo e seus familiares se encarregaram dele e dos demais irmãos. Aos 18 anos se matriculou no Instituto Politécnico de Pulawy. Tomou parte na  insurreição de Polónia em 1863. Caiu prisioneiro e foi-lhe amputada uma perna por causa de uma ferida. Ao fracassar a insurreição, se mudou para o estrangeiro, fugindo da represália czarista.
En Gante (Bélgica) inició estudios de ingeniería. Dotado de buenas cualidades artísticas, decidió estudiar pintura en París y en Munich. En 1874, maduro ya como artista, regresó a Polonia, decidido a dedicar “el arte, el talento y sus aspiraciones a la gloria de Dios”. Uno de los mejores cuadros, el “Ecce Homo”, fue el resultado de una experiencia profunda del amor misericordioso de Cristo hacia el hombre, experiencia que llevó a Chmielowski a su transformación espiritual.
En 1880 entró en la Compañía de Jesús como hermano lego. Después de seis meses tuvo que dejar el noviciado por su mala salud. Acercándose a la miseria material y moral de quienes carecen de techo y a los desheredados en los dormitorios públicos de Cracovia, descubrió en la dignidad menospreciada de aquellos pobrecillos el rostro humillado de Cristo, y decidió por amor del Señor renunciar al arte y vivir al lado de los marginados una vida pobre, dedicándoles toda su persona.
El 25 de agosto de 1887 vistió el sayal gris y tomó el nombre de hermano Alberto. Pasado un año, pronunció los votos religiosos, iniciando la congregación de los Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco, denominados Siervos de los Pobres o Albertinos. En 1891 fundó la rama femenina de la misma congregación (Albertinas) con la finalidad de socorrer a las mujeres necesitadas y a los niños. El hermano Alberto organizó asilos para pobres, casas para mutilados e incurables, envió a las hermanas a trabajar en hospitales militares y lazaretos, fundó comedores públicos para pobres, orfanatorios para niños y jóvenes sin techo. Todos contaban con su ayuda, sin distinción de religión o nacionalidad.
Para su acción caritativa tomaba fuerza del misterio de la Eucaristía y de la Cruz. A pesar de su invalidez, viajaba mucho para fundar nuevos asilos en otras ciudades de Polonia y para visitar las casas religiosas. Gracias a su espíritu emprendedor, cuando murió dejó fundadas 21 casas religiosas en las cuales prestaban su trabajo 40 hermanos y 120 religiosos. Murió pobre entre los pobres, de cáncer de estómago, el día de Navidad de 1916 en Cracovia, en el asilo que él mismo fundó. Antes de su muerte dijo a los hermanos y hermanas, señalando a la Virgen de Czestochowa: “Esta Virgen es vuestra fundadora, recordadlo”. Y “Ante todo, observad la pobreza”. Enseñó a todos con el ejemplo de su vida que “es necesario ser buenos como el pan, que está en la mesa, y que cada cual puede tomar para satisfacer el hambre”.

Alberto Adamo Chmielowski, Santo

Alberto Adamo Chmielowski, Santo

Es considerado entre sus hermanos el San Francisco polaco del siglo XX.
El hermano Alberto fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por el Papa Juan Pablo II, quien también lo canonizó el 12 de noviembre de 1989 en Roma.

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ACI PRENSA

La vida del Santo que inspiró la vocación del
Papa Juan Pablo II

Alberto, en su juventud, luchó por la libertad de su patria; luego se dedicó al estudio y al ejercicio de su vocación artística en el campo de la pintura; pero pronto centró su vida en el seguimiento de Cristo que atiende a los más pobres y necesitados; los "Albertinos" y "Albertinas", por él fundados en el seno de la Orden Tercera de San Francisco, han seguido y ampliado su obra y su estilo humilde y fraterno.
Alberto Chmielowski, en el siglo Adán, nació en Igolomia, cerca de Cracovia (Polonia), el 20 de agosto de 1845, de padres nobles: Adalberto y Josefina Borzyslawska. Creció en un clima de ideales patrióticos, de una profunda fe en Dios y de amor cristiano hacia los pobres. Quedó huérfano muy pronto y sus familiares se hicieron cargo de él y de los demás hermanos, ocupándose de su formación.
A los 18 años se matriculó en el Instituto Politécnico de Pulawy. Tomó parte en la insurrección de Polonia en 1863. Cayó prisionero y se le amputó una pierna a causa de una herida. Al fracasar la insurrección, se trasladó al extranjero, huyendo de la represalia zarista. En Gante (Bélgica) inició estudios de ingeniería. Dotado de buenas cualidades artísticas, decidió estudiar pintura en París y en Munich. En 1874, maduro ya como artista, regresó a Polonia, decidido a dedicar «el arte, el talento y sus aspiraciones a la gloria de Dios». Comenzaron así a predominar en sus actividades artísticas los temas religiosos. Uno de los mejores cuadros, el «Ecce Homo», fue el resultado de una experiencia profunda del amor misericordioso de Cristo hacia el hombre, experiencia que llevó a Chmielowski a su transformación espiritual.
En 1880 entró en la Compañía de Jesús como hermano lego. Después de seis meses tuvo que dejar el noviciado por su mala salud. Superada una profunda crisis espiritual, comenzó una nueva vida, dedicada totalmente a Dios y a los hermanos. Acercándose a la miseria material y moral de quienes carecen de techo y a los desheredados en los dormitorios públicos de Cracovia, descubrió en la dignidad menospreciada de aquellos pobrecillos el rostro humillado de Cristo, y decidió por amor del Señor renunciar al arte y vivir al lado de los marginados una vida pobre, dedicándoles toda su persona.
El 25 de agosto de 1887 vistió el sayal gris y tomó el nombre de hermano Alberto. Pasado un año, pronunció los votos religiosos, iniciando la congregación de los Hermanos de la Orden Tercera de San Francisco, denominados Siervos de los Pobres o Albertinos. En 1891 fundó la rama femenina de la misma congregación (Albertinas) con la finalidad de socorrer a las mujeres necesitadas y a los niños. El hermano Alberto organizó asilos para pobres, casas para mutilados e incurables, envió a las hermanas a trabajar en hospitales militares y lazaretos, fundó comedores públicos para pobres, y asilos y orfanotrofios para niños y jóvenes sin techo. En los asilos para los pobres, los hambrientos recibían pan; los sin techo, alojamiento; los desnudos, vestidos; y los desocupados eran orientados a un trabajo. Todos contaban con su ayuda, sin distinción de religión o nacionalidad. En la medida en que satisfacía las necesidades elementales de los pobres, el hermano Alberto se ocupaba también paternalmente de sus almas, tratando de reavivar en ellos la dignidad humana, ayudándoles a reconciliarse con Dios.
Tomaba fuerza del misterio de la Eucaristía y de la Cruz para su acción caritativa. A pesar de su invalidez, viajaba mucho para fundar nuevos asilos en otras ciudades de Polonia y para visitar las casas religiosas. Gracias a su espíritu emprendedor, cuando murió dejó fundadas 21 casas religiosas en las cuales prestaban su trabajo 40 hermanos y 120 religiosos.
Murió, de cáncer de estómago, el día de Navidad de 1916 en Cracovia, en el asilo por él fundado, pobre entre los pobres.
Antes de su muerte dijo a los hermanos y hermanas, señalando a la Virgen de Czestochowa: «Esta Virgen es vuestra fundadora, recordadlo». Y: «Ante todo, observad la pobreza». Su entera dedicación a Dios mediante el servicio a los más necesitados, su pobreza evangélica a imitación de San Francisco de Asís, su filial confianza en la divina Providencia, su espíritu de oración y su unión con Dios en el trabajo de cada día son la herencia que ha dejado el hermano Alberto a sus hijos e hijas espirituales. Enseñó a todos con el ejemplo de su vida que «es necesario ser buenos como el pan, que está en la mesa, y que cada cual puede tomar para satisfacer el hambre».
La herencia espiritual del hermano Alberto pervive en sus congregaciones, que extienden su acción misionera por tierras de Polonia, Italia, Estados Unidos y Argentina. Convencidos de la santidad del hermano Alberto, sus contemporáneos lo definieron como «el hombre más grande de su generación». Considerado el San Francisco polaco del siglo XX, el hermano Alberto fue beatificado en Cracovia el 22 de junio de 1983 por el Papa Juan Pablo II, quien también lo canonizó el 12 de noviembre de 1989 en Roma.

Rainiero (ou Rainério) de Pisa, Santo
Junho 17 Trovador

Rainiero de Pisa, Santo

Rainiero de Pisa, Santo

Trovador

Rainério, natural de Pisa, era tocador de lira. Encontrou um dia Alberto da Córsega; era este pessoa de grande santidade, que tudo abandonara para seguir a Cristo; visitara como peregrino os Lugares Santos e iria morrer perto de Paris, no reinado de Luís VII. Rainério pediu ao homem de Deus que rogasse por ele. Obteve converter-se. Rainério confessou os pecados e chorou-os tão amargamente que os seus julgaram que estava doido e não fizeram caso dele. Viveu como solitário. Durante algum tempo esteve cego. Os pais, vindo a saber isto, voltaram consternados a encontrar-se com ele. Foi o amor filial que o levou a pedir e obter a própria cura. Por ordem de Deus, embarcou para a Terra Santa, como mercador. Só comia duas vezes por semana, e durante quatro anos não restabeleceu as forças senão aos domingos, embora se entregasse a trabalhos pesados. vestiu o hábito de peregrino que ardentemente desejava.Visitou os Lugares Santos com grande fervor, vivendo apenas de esmolas; jejuou 40 dias no mesmo lugar em que Jesus disso exactamente deu exemplo, no monte da Quarentena. Gostava de rezar os salmos pelos defuntos. Muitas vezes lhe foi revelado o sentido profundo de passagens dos mesmos. Na peregrinação à Terra Santa, foi favorecido por Deus com numerosas visões. Por inspiração secreta, o Senhor chamou-o para voltar a Pisa. Esteve primeiro com os cónegos regulares, depois no mosteiro de S. Guido. Veio  a ser, digamos assim, o director espiritual dos seus concidadãos e tornou-se notável pelos milagres; revelava segredos dos corações e expulsava demónios. Predisse a sua própria morte. Pouco antes de abandonar este mundo, formulou uma prece de bênção para o pão e a água. A água e o pão, assim benzidos por Rainério ou por outro mas com a sua fórmula, serenaram tempestades, curaram numerosos doentes e libertaram possessos e prisioneiros. Rainério morreu santamente em Pisa, na sexta-feira, 17 de Junho de 1160. Foi depositado no túmulo pelos cônsules desta cidade. Depois da morte, actua ainda ele com milagres, realizados sobretudo por meio da água que tenha sido benzida com  a sua oração ou tenha estado no seu túmulo. Em 1591, ossadas suas foram colocadas com grande solenidade numa nave nova da catedral de Pisa; outras relíquias, devido à fama dos milagres,  foram pedidas e obtidas pela rainha Joana de Aragão, em 1372.  www.jesuitas.pt  Ver também http://es.catholic.net/santoral

 

Ismael, Manuel e Jabel, Santos
Junho 17   -  Mártires

Ismael, Santo

Ismael, Manuel e Jabel, Santos

Mártires

Nasceram na Pérsia, de mãe cristã, que os mandou educar religiosamente por Eunóico, varão muito culto na fé. Sendo enviados os três por Alamundaro, rei da Pérsia,  ao imperador Julião, o Apóstata, para terminarem as pazes que entre os ditos príncipes estavam entabuladas, Julião levou-os consigo para Calcedónia e Bitínia, com muita honra. Mas, negando-se os três irmãos a assistir aos sacrifícios ordenados pelo imperador, foram, primeiro encarcerados e depois atormentados de vários modos. Foram, por fim, degolados, a 17 de Junho de 362. Neste dia louva-os o martirológio romano.  www.jesuitas.pt  Ver também http://es.catholic.net/santoral


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Teresa de Portugal, Santa
Junio 17 Cisterciense

Teresa de Portugal, Santa

Teresa de Portugal, Santa

Santa Teresa, filha do rei Sancho I de Portugal e de D. Dulce de Aragão, casou-se com seu primo, o rei Afonso IX de Leão. Após vários anos de feliz vida marital (e várias filhas), o matrimónio foi declarado nulo pelo parentesco demasiado estreito entre ela e Afonso e não haver recebido as dispensas apropriadas. Afonso casou-se com D. Berenguela, a mãe de Fernando III o Santo.
Teresa voltou ao mosteiro cisterciense de São Bento de Lorvão, próximo a Coimbra. Ali se entregou à prática de todas as virtudes até sua morte, em grande ancianidade, em 17 de Junho de 1250.
Foi enterrada em seu mesmo mosteiro, junto à tumba que ela havia disposto vinte anos antes para sua santa irmã Sancha, virgem clarissa, fundadora do convento de Santa Maria das Celas.
Teresa podia facilmente ter guardado rancor, mas não o fez. Com sua ajuda se alcançou um acordo pacífico.
Guardar rancor é como montar em bicicleta com uma pedra no sapato. Às vezes se vai para um lado, mas a maioria das vezes faz que cada pedalada seja miserável. 
O pior dos rancores é a amargura que creiam em nossa alma. A miúdo a pessoa a que guardamos rancor nem sequer sabe que estamos molestados e enfurecidos com ela. Acabamos por gastar extraordinárias quantidades de tempo lavrando e planeando nossa vingança, para acabar descobrindo que a vingança nunca é tão doce como cremos que o vai ser. Se manténs rancor contra alguém o contra algo, agora é o momento de tirar a pedra do sapato. Tens a garantia de que te sentirás melhor e caminharás melhor.
Em 20 de Maio de 1705 o Papa Clemente XI confirmou seu culto.

Pablo Burali, Beato
Junho 17   -  Cardeal

Pablo Burali, Beato

Pablo Burali, Beato

Cardeal Bispo de Nápoles

Na povoação de Itri, situada perto da costa meridional de Itália, entre Fondi e Gaeta, nascia em 1511 o segundo dos quatro filhos que concedeu o céu aos nobres esposos Pablo Burali de Arezzo e Victoria Olivers, sendo-lhe imposto no baptismo o nome de Escipión. 
A antiga família dos Burali procedia da cidade toscana de Arezzo e se havia distinguido pelos meritórios serviços prestados à monarquia no reino de Nápoles. O pai de Escipión era gentil-homem do rei católico de Espanha e diplomático ao serviço de Clemente VII. Sua mãe, Victoria Olivers, pertencia à alta nobreza de Barcelona. 
A infância do gentil rebento dos Burali se caracterizou por precoces manifestações de uma inteligência despejada, ardentes mostras de amor a Deus e generosos sentimentos de compaixão e afecto para com os pobres e desgraçados. No ano 1524, em que Cayetano de Thiene fundava em Roma sua Ordem de clérigos regulares, a antiga universidade de Salerno abria suas portas ao jovem Escipión, que na flor de seus treze anos empreendia a rota de seus estudos literários para ser mais tarde glória fulgente da mesma Ordem.
Pocos años después fue Bolonia, la milenaria y docta ciudad de las cien torres, la que con el prestigio de su rancio abolengo cultural atrajo las miradas y el corazón del joven D´Arezzo. En su célebre Universidad, que resplandecía como "antorcha del derecho", completó su formación intelectual y cursó con brillantez los estudios de derecho civil y canónico, desentrañando ágilmente los áridos latines del Digesto, del Decreto de Graciano y de las decretales de los pontífices, que eran los textos vigentes en aquel tiempo. En la grave teoría de sus togados profesores emerge la relevante figura de Hugo Buoncompagni, el futuro Papa reformador del calendario, del cual será Burali, al correr de los años, colega en el Sacro Colegio Cardenalicio. En una época en que no existía una clara línea divisoria entre las disciplinas sacras y profanas, el novel jurisconsulto fue investido a los veinticinco años con la birreta doctoral en ambos derechos, avalando su ciencia jurídica con una profunda formación en teología dogmática y moral.
El foro napolitano fue la palestra donde, por espacio de doce años, ejerció el flamante jurista su carrera de abogado. Sus excepcionales dotes de prudencia y sinceridad, su insobornable lealtad y su acrisolado amor a los pobres, le granjearon bien pronto las generales simpatías de los napolitanos, los cuales rindieron homenaje a su sabiduría y a su virtud al designarle con este mote asaz honorable y expresivo: "el doctor de la verdad".
En 1550 una fuerte crisis religiosa, acompañada de lacerantes escrúpulos, le obligó a dejar las ocupaciones del foro para retirarse a su amada soledad de Itri y buscar en el silencio y trato íntimo con Dios la ruta definitiva que diera paz y consuelo a su espíritu, A los dos años el virrey de Felipe II, don Pedro de Toledo, le llamó otra vez a Nápoles y le nombró consejero regio y juez de lo criminal. Con repugnancia, y sólo por consejo de su director espiritual, aceptó Burali estos importantes cargos, que procuró servir con toda fidelidad y diligencia.
Cinco años antes, en 1547, había fallecido santamente, en la casa teatina de San Pablo el Mayor, Cayetano de Thiene. La bella Parténope, que había recibido con gozo el apostolado multiforme del fundador de los teatinos, postrada ahora ante su sepulcro, se nutría de su enjundiosa espiritualidad e imploraba su celestial protección. El padre Juan Marinonio, compañero e íntimo amigo de Cayetano, había recogido su herencia y presidía la Casa de San Pablo con la madurez de un magisterio lúcido en la dirección de los espíritus.
El jurisconsulto Burali frecuentaba la Casa de San Pablo y era hijo espiritual de Marinonio, lo mismo que otro abogado famoso, Andrés Avelino, que era ya sacerdote. Conquistados ambos por la espiritualidad teatina, suplicaron a su director y prepósito de la Casa su ingreso en la Orden, haciendo juntos el noviciado bajo la sabia dirección del mismo Marinonio. Exquisita amistad de tres almas excelsas, que se compenetraron tan intensamente hasta escalar las tres cumbres de la santidad y ser venerados en los altares. Más tarde un discípulo de Avelino, el padre Lorenzo Escúpoli, acuñará en uno de los más famosos libros de ascética, El combate espiritual, esa recia espiritualidad teatina que provocó el clima de la reforma católica y troqueló tan egregias figuras de santidad.
Al ingresar Burali, en 1557, en la Orden de clérigos regulares cambió su nombre de Escipión por el de Pablo, cuyo amor a Cristo deseaba imitar. La humildad y el desprecio absoluto de los bienes terrenos son notas básicas de la espiritualidad teatina. Por ello, al solicitar a sus cuarenta y seis años su entrada en la Orden, pidió ser admitido en calidad de hermano coadjutor, porque se reputaba indigno del ministerio sacerdotal. Marinonio no sólo no accedió a sus deseos, sino que, antes de terminar el noviciado, le mandó recibir las órdenes menores y el subdiaconado. En la festividad de la Purificación de María de 1558 emitió el antiguo consejero regio su profesión religiosa, y pocos meses después fue ordenado diácono y presbítero, celebrando su primera misa el domingo de Pascua de Resurrección.
Entonces comenzó la lucha entre la humildad del padre Burali, que desplegaba toda su sagacidad para esquivar honores y dignidades, y la providencia del Señor, que se complacía en elevarlo a los más altos cargos para que fuera uno de los mejores adalides de la reforma católica, Venció el brazo de Dios, que quiso hacer cosas grandes en su siervo. Pero éste exclamará humildemente a lo largo de su vida, con los ojos arrasados en lágrimas: “Dios le perdone al padre Juan, que quiso que yo me ordenase sacerdote".
El capítulo general le nombró en 1560 prepósito de la Casa de San Pablo, y poco después Felipe II le ofreció el obispado de Cortona y el arzobispado de Brindis. El padre Burali los rehusó muy de corazón, no sin haber recibido un aviso del Papa Pío IV, que le decía: "Te ruego aceptes estos cargos, que podrán ser gravosos para ti, pero serán provechosos para las almas".
En 1565, temerosos los napolitanos de que Felipe II implantara en el reino la Inquisición española, decidieron enviar a Madrid una embajada prestigiosa que disuadiera al monarca de tal propósito. La ciudad escogió al padre Burali para llevar a término tan delicada misión diplomática. La elección fue vista con muy buenos ojos por el virrey don Perafán de Ribera, duque de Alcalá, y por la misma Santa Sede. Burali se resistía con todas sus fuerzas. Carlos Borromeo, secretario de Estado de Pío IV, tuvo que escribirle varias cartas en nombre del Papa y, por fin, un mandato formal para que aceptara la embajada.
El padre Burali fue acogido en Madrid con singulares muestras de consideración y de afecto. Felipe II le recibió con toda deferencia, escuchó atento el mensaje de la ciudad y prometió estudiarlo con cariño, queriendo que el embajador napolitano celebrara la misa en su presencia en la capilla del real alcázar. Con motivo de las fiestas de Navidad se ausentó el monarca de la capital, esquivando dar en un asunto tan vidrioso como el de la Inquisición una respuesta categórica. Burali se mantuvo impertérrito en la corte, fiel a su legacía. Después de varios meses de ausencia regresó Felipe II a Madrid y accedió, en parte, a los deseos de los napolitanos, a los cuales prometió en breve una visita. Conmovida la ciudad, tributó a su embajador un recibimiento triunfal, que revistió caracteres de fervoroso plebiscito.
Nombrado en abril de 1567 prepósito de la Casa de San Silvestre, de Roma, el padre Burali pasó a residir en la Ciudad Eterna. El Papa San Pío V desplegaba una enérgica actividad apostólica para convertir en sustancia y vida de la Iglesia los decretos reformadores del concilio de Trento. San Carlos Borromeo, cardenal arzobispo de Milán, implantaba en su sede la reforma con celo enardecido. La vecina diócesis de Plasencia vegetaba en franca decadencia religiosa. El padre Burali fue preconizado obispo de la misma en el consistorio de julio de 1568. Esta vez su humildad no pudo hallar escapatoria, Obligado por el Papa, recibió la consagración episcopal el 1 de agosto siguiente en la propia iglesia de San Silvestre, de manos del cardenal de Pisa, monseñor Escipión Rebiba, haciendo su entrada solemne en la diócesis el 29 de septiembre.
El celo pastoral del prelado, unido al talento y sentido humano del antiguo jurista, transformaron en plazo breve la diócesis placentina, promulgando en ella la legislación del Tridentino. Animado por el espíritu litúrgico de la Orden, restauró la catedral y veló por el esplendor del culto divino, asistiendo cada domingo a la misa mayor y a las vísperas. Llamó a los teatinos, capuchinos y somascos para que fundaran en la diócesis. Pero centró toda su actividad apostólica en tres empresas importantísimas, pilares básicos de la reforma católica: la visita pastoral, que realizó meticulosamente varias veces; el sínodo diocesano, que celebró dos veces, y la fundación del seminario, uno de los primeros de Italia, y cuyo primer director espiritual fue San Andrés Avelino, el cual se multiplicaba para complacer a sus dos amigos Burali y Borromeo.
En el consistorio del 27 de mayo de 1570, San Pío V creó al obispo de Plasencia cardenal presbítero del título de Santa Pudenciana. Otra gran "tribulación" para el obispo teatino -así calificaba él a los honores-, al cual no quedó más remedio que ir a Roma para recibir el capelo de manos de Su Santidad. Al retornar a su diócesis, toda Plasencia saltó de júbilo y dispensó al que llamaba "el obispo santo" un recibimiento apoteósico.
Mas los cantos de alegría se trocaron en lágrimas de dolor al ser promovido en 1576 a la sede arzobispal de Nápoles. Durante ocho años había laborado incansable en la diócesis placentina, en amigable colaboración con San Carlos Borromeo, asistiendo al III concilio provincial de Milán que éste convocó. Reunido en 1572 el cónclave que debía dar sucesor a San Pío V, los votos de los purpurados se polarizaron en torno a dos grandes figuras del Sacro Colegio: Hugo Buoncompagni y Pablo Burali. Elevado aquél al solio de San Pedro con el nombre de Gregorio XIII, quiso recompensar el celo reformador de su antiguo alumno de Bolonia enviándole a la sede de San Jenaro.
En Nápoles desplegó el cardenal Burali el mismo celo apostólico y renovador. Pero a los dos años escasos, macerado por las mortificaciones y agobiado por los achaques, la fractura de una pierna le llevó al sepulcro. Devotísimo siempre de la Santísima Virgen, había hecho edificar un templo en su honor y visitaba con fervor sus imágenes más veneradas. Con frecuencia se le veía con el rosario en la mano y cada noche lo rezaba con sus familiares. Postrado ahora en el lecho del dolor, recibidos con ejemplar piedad los Santos Sacramentos, hizo colocar junto a su cama una imagen de María y, fijando en ella su mirada de hijo amantísimo, expiró santamente en el ósculo del Señor el día 16 de junio de 1578, a los sesenta y siete años de edad.
El Papa Clemente XIV, el día 18 de junio de 1772, procedió a la beatificación de este hijo insigne de San Cayetano, que por su extraordinario celo en favor de la reforma católica mereció el título de "obispo ideal del renacimiento tridentino".

 

SANTA EMÍLIA DE VIALAR

Fundadora (1797-1856)

Veio ao mundo, numa nobre família de barões, em Gaillac (França), a 12 de Setembro de 1797. Sendo menina, foi para Paris com  a progenitora, a fim de receber uma melhor formação literária e religiosa. Infelizmente, aos 13 anos perdeu a mãe, que a educara com sentimentos de caridade e oração. O pai entendia pouco destas coisas. Contudo, ela aos 18 anos consagrou-se secretamente a Deus, mas devia esperar ainda muito tempo para descobrir o que o Senhor queria a seu respeito. Entretanto, ocupou-se com os afazeres da casa, com a educação de um irmão mais novo, sem descuidar a vida de oração e a prática da caridade. Por fim, na noite de Natal de 1832, assistida pelo pároco, fundou em Gaillac uma congregação que tinha por objectivo socorrer os pobres, ajudar as obras nas missões, cuidar dos doentes e da educação sob todas as formas. A espiritualidade recorda de modo particular S. José, que foi o primeiro homem a conhecer o mistério da Encarnação. por isso o Instituto leva o nome de Irmãs de S. José da Aparição. Acedendo ao convite do irmão, Agostinho de Vialar, que era conselheiro municipal em Argel, a fundadora enviou imediatamente algumas Irmãs para a Argélia. seguiram-se outras fundações. No entanto, nem tudo foram, rosas. Houve contratempos dolorosos, mas também triunfos consoladores, como a obtenção do decreto de louvor por parte da Santa Sé, no dia 6 de Maio de 1842, e o reconhecimento legal do governo francês, a 17 de Outubro de 1855. À morte da fundadora, em 1856, a congregação contava 42 casas distribuídas por França, Itália, Grécia, Malta, Turquia, Palestina, Líbano, Chipre, Birmânia e Austrália. Foi beatificada a 18 de Junho de 1939 e canonizada a 24 do mesmo mês de 1951. AAS 45 (1953); 113-23; DIP 3, 1128-9; 8, 515-16www.jesuitas.pt.  Ver também http://es.catholic.net/santoral

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Recolha, transcrição e tradução incompleta por António Fonseca

quarta-feira, 16 de junho de 2010

Nº 1038 - 16 de JUNHO DE 2010 - SANTOS DO DIA

 

• João Francisco de Regis, Santo
Junho 16   -  Pregador Missionário

Juan Francisco de Regis, Santo

Juan Francisco de Regis, Santo

Pregador Missionário

A tensão entre os católicos e os calvinistas franceses - os que receberam o nome de huguenotes -, alimentada pelos interesses políticos da Casa de Valois e a Casa de Guise, foi aumentando em França; estalará a guerra civil no século XVI e se prolongará durante o século XVII. 
Num dos períodos de paz em que se desperta o fervor religioso com manifestações polarizadas em torno à Eucaristía e à Santíssima Virgem, em nítido clima de ressurgimento católico, nasce Juan Francisco em Foncouverte, em 1597, de uns pais camponeses acomodados.
Quando nasceu, já havia passado a terrível Noite de são Bartolomeu de 1572 em que milhares de huguenotes foram assassinados em París e em outros lugares de França, com Coligny, seu chefe. E faltava um ano para que el rei Enrique IV, já convertido ao catolicismo, promulgasse o Édito de Nantes que proporcionaria aos huguenotes liberdade religiosa quase completa.
Juan Francisco decidiu entrar na Companhia de Jesús. Estava começando os estudos teológicos, quando se declara em Toulouse a terrível epidemia de peste do ano 1628. Há abundantes mortes entre enfermos e enfermeiros até ao ponto de falecer 87 jesuítas em três anos; e como fazem falta braços no que podem para dar algo de remédio ao mal. Se faz ordenar sacerdote precisamente para isso, ainda que sua decisão traga dificuldades para a profissão solene.

Juan Francisco de Regis, Santo

Juan Francisco de Regis, Santo

Este hombre es tan de Dios que, cuando la obediencia le manda desempeñar su ministerio sacerdotal en la región de Montpellier, se hace notar por su predicación a pesar de que su estilo no goza del cuidado y pulcritud que tienen los sermones y pláticas de otros predicadores. Tan es así que, ante el éxito de multitudinaria asistencia y las conversiones que consigue, grandes figuras de la elocuencia sagrada van a escucharle y salen perplejos del discurso que han escuchado por la fuerza que transmite a pesar de la pobreza de expresión. Alguien llegó a decir que «se creía lo que predicaba». De hecho, llegó a provocar celotipias entre los oradores de fama hasta el punto de llegar a acusarle ante su padre provincial declarando que deshonraba el ministerio de la predicación por las inconveniencias y trivialidades que salían de su boca. ¿Por qué el santo suscita envidia precisamente entre los más capacitados que él? ¿Por qué la envidia de los demás es casi consustancial al santo? ¿Cómo es posible que se dé tanta envidia precisamente entre los eclesiásticos? Son preguntas a las que no consigo dar respuesta adecuada.
Quiso ir al Canadá a predicar la fe; pretendía ir con deseo de martirio; hace gestiones, lo solicitó a sus superiores que le prometieron mandarlo, pero aquello no fue posible. Su Canadá fue más al norte de Francia, en la región del Vivarais, donde vivió el resto de su vida. Allí fue donde se pudo comprobar más palpablemente el talante de aquel religioso grandote y flaco que con su sotana raída y parcheada buscaba a las almas. La región era el reducto inexpugnable de los hugonotes que habían ido escapándose de las frecuentes persecuciones. La diócesis de Viviers se encontraba en un deplorable estado espiritual; la mayor parte de los puestos eclesiásticos se encontraban en mano de los protestantes; sólo veinte sacerdotes católicos tenía la diócesis y en qué estado. La ignorancia, la pobreza, el abandono y las costumbres nada ejemplares habían hecho presa en ellos. Le ocupó la preocupación de atenderles y esto volvió otra vez más a acarrearle inconvenientes, ya que algunos que no querían salir de su «situación establecida» le culparon ante el obispo de rigorismo excesivo y de que su predicación -llena de sátiras e invectivas- creaba el desorden en las parroquias; y la calumnia llegó hasta Roma desde donde le recomiendan los jefes prudencia y le prohiben exuberancia en el celo. Creyeron más fácilmente a los «instalados» que al santo. ¿Por qué será eso?
Si los sacerdotes estaban así, no es difícil imaginar la situación de la gente. A pie recorre sube por los picos de la intrincada montaña, camina por los senderos, predica en las iglesias, visita las casas, catequiza, convence y convierte. Allí comienzan los lugareños a llamarle «el santo» y se llenan las iglesias más grandes de gente ávida de escucharle. Organiza la caridad. Funda casas para sacar de la prostitución a jóvenes de vida descaminada. No le sobra tiempo. Pasa noches en oración y la labor de confesonario no se cuenta por horas, sino por mañanas y tardes. Así le sorprendió la muerte cuando sólo contaba él 43 de edad: derrumbándose después de una jornada de confesonario, ante los presentes que aún esperaban su turno para recibir el perdón. Cinco días después, marchó al cielo. Era el año 1640.
Y «si hay un santo a quien pueda invocarse como patrón de las misiones rurales en tierras de Francia, este es san Juan Francisco de Regis», lo dijo Pío XII.
¿Queres saber mais? Consulta ewtn

• Julieta e Ciro (seu filho de 3 anos) de Tarso, Santos
Junho 16   -  Mãe e filho -  Mártires

Ciro de Tarso, Santo

Ciro de Tarso, Santo

Menino Mártir
(também se o conhece como São Ciriaco ou São Qurico)

Santa Julieta habitava em Icónio com o filho Ciro, de três anos apenas. Quando o governador da Licaónia, Domiciano, começou a aplicar os éditos persecutórios de Diocleciano, ela foi procurar refúgio, primeiro em Selêucia e depois em Tarso. Foi nesta última cidade que foi presa por ordem do governador da Cilícia, Alexandre. Declarou-se cristã; o governador tirou-lhe o filho e mandou-a flagelar. Nos tormentos, ela não parava de repetir: «Sou cristã», e Cirozinho forcejava por escapar aos braços do governador e voltar para os da mãe, gritando: «Eu também sou cristão». Enfurecido, Alexandre apanhou a criança por um pé e atirou-a violentamente contra os degraus do tribunal, resultando a fractura do crânio. Julieta, em lugar de chorar, agradeceu a Deus ter visto morrer o filho ornado com a coroa do martírio. Os suplícios que a ela foram infligidos em seguida não lhe abalaram a constância; por último, foi decapitada. Estes martírios aconteceram no século IV.  www.jesuitas.pt. Ver também http://es.catholic.net/santoral
¡Felicidades a quem leve este nome!
Comentários ao P. Felipe Santos:
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Lutgarda, Santa
Junho 16   -  Mística

Lutgarda, Santa

Lutgarda, Santa

Virgem

Santa Lutgarda, monja belga do século XIII, foi favorecida com graças verdadeiramente raras e extraordinárias. Por outro lado, a sua Vida escreveu-a um contemporâneo, que admitia sem verificação nem crítica o que lhe parecia edificante. Lutgarda nasceu em Tongres, em 1182. Esteve como interna, durante uns doze anos, entre as monjas beneditinas de Santa Catarina, na diocese de Liége, no Limburgo. Não tinha dote para casamento honroso; os pais tinham posto isso de parte. A pequenina gostava de vestir bem, dos jogos e das graças; recebia algumas visitas. Era uma vida um pouco mundana ainda, mas um dia, na sala de visitas, durante uma conversa, Jesus apareceu-lhe, mostrou-lhe as suas chagas sagradas e pediu-lhe que O amasse com amor exclusivo. Ela tomou-O por esposo e para mostrar que este Esposo sagrado não O amava sem seriedade, mudou imediata e radicalmente de vida. Adeus a jogos e risos! Agora, oração e mortificação. As religiosas ficaram pasmadas com tal mudança. Fogo de pouca dura! – pensavam. Mas o fogo tornou-se tal que bem poderia incendiar os cedros do Líbano como tochas, para iluminarem os passos do Muito Amado percorrendo as colinas eternas. Ela imaginava a presença do Senhor de maneira material. Se lhe impunham uma maçada absorvente, ela dizia! «Esperai aqui, Senhor Jesus. Eu volto logo que termine o meu trabalho». As suas visitinhas de outrora eram substituídas pelas da Virgem Maria ou de Santa Catarina; uma águia simbolizava o evangelista S. João, em conformidade com as estampas medievais. Meditava a Paixão com tal intensidade que por vezes se formava na sua cabeça um orvalho de sangue. Um dia, tão intensa foi a oração que o sangue correu. O Senhor tomou-lho como martírio. Ela intercedia pelos seus irmãos, os homens, e, segundo o testemunho da beata Maria d’Oignies, convertia muitos pecadores e libertava muitas almas da demora no Purgatório. Para levar vida mais austera, imigrou, em 1206, para entre as cistercienses de Aywiéres, na diocese de Namur. A língua nesse mosteiro era o francês ela era flamenga. Facilitou-lhe isto levar vida de silêncio e humildade, recusando qualquer ofício importante. Mas as suas frases imperfeitas conseguiam aliviar maravilhosamente as almas. Onze anos antes de morrer perdeu a vista. Alma tão interior podia acaso afligir-se? O admirável salmo 118 diz ao Senhor: «Aparta os meus olhos da vaidade…». Deus livrava-a, com tal prova, de todo o supérfluo que prejudica a contemplação. Jejuava demorada e amorosamente, com intenções nobres, grandes e católicas, por exemplo, pela conversão dos albigenses. Um dia, convidou-a o Senhor a preparar-se para a morte, agradecendo a Deus, pedindo pelos pecadores e abandonando-se à sua vontade. trocou esta vida pela vida verdadeira, no sábado a seguir à Santíssima Trindade, 16 de Junho de 1246. As matinas do domingo – domingo, esse dia que todas as semanas comemora a vitória de Cristo saindo do túmulo – estavam a começar. www.jesuitas.pt. Ver também http://es.catholic.net/santoral

María Teresa Scherer, Beata
Junho 16 Co-fundadora

María Teresa Scherer, Beata

María Teresa Scherer, Beata

Co-fundadora das Religiosas da Caridade da Santa Cruz

María Teresa Scherer nasceu em 31 de Outubro de 1825 em Meggen (Lago dos Quatro Cantões, Suíça). Foi baptizada com o nome de Ana María Catalina. Era a quarta de sete filhos da família Scherer-Sigrist. Aos sete anos ficou órfã de pai e foi viver com uns parentes, que lhe deram uma sã educação cristã. nos tempos livres se ocupava dos trabalhos da casa e do campo.
Por deseo de su madre, a los 16 años entró en el hospital cantonal de Lucerna para completar su preparación doméstica. Después tuvo que ocuparse también de los pobres y los enfermos. A los 17 años fue admitida en la Tercera Orden de san Francisco y en la congregación de Hijas de María. Durante una peregrinación a Einsiedein se sintió llamada a la vida religiosa. El 1 de marzo de 1845 ingresó en el instituto de las Religiosas Enseñantes, que había fundado hacía poco el capuchino P. Teodosio Florentini. En el otoño de aquel mismo año hizo los primeros votos. Un año después fue enviada a Baar y luego a Oberägeri, como profesora y superiora en ambas comunidades. Fue un período de dudas y dificultades, que superó con una ascesis austera y la obediencia a su director espiritual. El año 1850 el P. Teodoro la llamó a Näfels, para que guiase el hospicio de los pobres y huérfanos. Ese mismo año el P. Teodosio fundó en Coira un pequeño hospital y encomendó a María Teresa su dirección. Ella aceptó, convencida de que el carisma del fundador abarcaba el aspecto escolar-educativo y el caritativo.
El año 1856 las Religiosas Enseñantes se separaron del fundador para continuar su apostolado educativo independientemente. Sor María Teresa sufrió mucho por ello: oró, se aconsejó y finalmente comprendió que Dios deseaba se ocupase en el futuro de las obras de misericordia espirituales y corporales. En 1857 fue elegida superiora general de las «Religiosas al servicio de la escuela y de los pobres». Al lado del P. Teodosio guió el instituto de las Religiosas de la Caridad de la Santa Cruz, que se desarrolló rápidamente. A Ingenbohl llegaban continuamente peticiones, solicitando religiosas para que se ocuparan de los pobres y los huérfanos, del servicio en casas de corrección y lazaretos: eran tareas arduas, pero estaban en sintonía con el pensamiento de la madre María Teresa. Abrió hospitales y escuelas especializadas para inválidos, pero no le gustaba ver a las religiosas como responsables de empresas. Por ello se crearon tensiones con el fundador. De todas formas, estaba persuadida de que la intención del P. Teodosio era resolver la cuestión obrera con justicia y solidaridad, por lo que le ayudó todo lo posible, y a cuyo espíritu permaneció fiel aun después de su muerte, acaecida el 15 de febrero de 1865. Recibió no sólo su herencia espiritual sino también la material, teniendo que trabajar ella y sus hermanas durante años para saldar las deudas que había contraído el P. Teodosio en su apostolado social. Luchó por salvar las constituciones que había dado al instituto el P. Teodosio, aun a costa de oponerse al celo reformador de sus sucesores. La madre María Teresa era la regla viviente, pero pocos años antes de su muerte fue criticada por el modo de guiar la congregación y de observar la pobreza. Fue calumniada y soportó grandes sufrimientos físicos, que no le impidieron realizar numerosos viajes para animar a sus hijas y orientarlas a vivir según el espíritu del fundador. Falleció el 16 de junio de 1888 en el convento de Ingenbohl. Ya formaban parte del instituto 1.689 religiosas.
Juan Pablo II la beatificó el 29 de octubre de 1995

Aureliano de Arlés, Santo
Junho 16   -  Bispo

 

Aureliano de Arlés, Santo

Aureliano de Arlés, Santo

Bispo

Martirológio Romano: Em Lyon, na Gália, sepultura de santo Aureliano, bispo de Arlés, o qual, nomeado vigário na Gália pelo papa Virgílio, fundou em sua cidade dos mosteiros, um masculino e outro feminino, aos que deu uma Regra própria (551).
Etimologicamente: Aureliano = aquele de cor dourada, é de origem latino.

Era originario de una familia aristocrática de Borgoña, cercana al poder, que jugaba un papel importante cerca de los reyes francos. San Aureliano era hijo de San Sacerdos, quien llegara a ser en 544 arzobispo de Lyon y primo hermano de San Niceto, sucesor de San Sacerdos en la sede arzobispal de Lyon.
San Aureliano sucede a Auxanio en la sede de Arlés el 23 de agosto de 546. Su designación a la edad de 23 años para tan importante sede episcopal de Francia es debida tanto a sus cualidades espirituales y religiosas como a la pretensión del rey merovingio Childeberto I de tener un punto de apoyo fiable en la zona mediterránea.
No es sorprendente tampoco que el nuevo arzobispo recibiera, muy poco tiempo después de su consagración, el Palio y el vicariato, manifiestamente de acuerdo a la voluntad de Childeberto I. En efecto, en 548, el papa Vigilio le nombra vicario de la Santa Sede y le otorga el Palio.
En el año 547 o 548, San Aureliano funda en Arlés un monasterio masculino, por orden del rey Childeberto I, al que va a tener en gran estima. Este monasterio llamado Monasterio de los Santos Apóstoles, hoy desaparecido, es el origen de la actual Iglesia de la Santa Cruz, (Sainte-Croix en francés), del barrio de La Roquette de la ciudad de Arlés. Su primer abad fue Florentinus († 553). San Aureliano enriqueció la iglesia de este monasterio de reliquias fort précieuses y le dio una regla llena de honestidad y mortificación, de inspiración benedictina.
Fundó igualmente en 547 o 548 en el interior de las murallas de la ciudad, en un lugar hoy desconocido, un monasterio femenino bajo la advocación de la Santa Virgen, dotado de la misma regla monástica que el masculino.
Asistió al Concilio de Orleans el 28 de octubre de 549. Se sabe a través de Gregorio de Tours que, ese mismo año, Arlés fue golpeada por la Peste de Justiniano. Las actas de dicho concilio están firmadas en primer lugar por San Sacerdos, arzobispo de Lyon y padre de San Aureliano, y por éste último inmediatamente después.
Poco tiempo después, en 550, en el marco de la Controversia de los Tres capítulos, San Aureliano envió a Anastasio, un clérigo de su iglesia a Constantinopla para entrevistarse con el papa Vigilio para asegurarse de la veracidad de las opiniones emitidas por el papa. El 29 de abril de 550, el papa Vigilio le remitió una carta a través de su enviado.
En 1308 se descubrió una inscripción sobre su tumba en la iglesia de San Niceto de Lyon en la que se indica que San Aureliano murió en esa ciudad el viernes 16 de junio de 551.

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Recolha, transcrição e tradução de espanhol para português, parcial, por António Fonseca

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Nº 5 801 - SÉRIE DE 2024 - Nº (277) - SANTOS DE CADA DIA - 2 DE OUTUBRO DE 2024

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