domingo, 5 de julho de 2009

ANTÓNIO MARIA ZACARIAS, Santo - 5 de JULHO

Sacerdote e Fundador, 5 de julho
Antonio María Zacarías, Santo
Presbítero Fundador da Congregação de Clérigos Regulares de São Paulo
Martirológio Romano: Santo António María Zaccaria, presbítero, fundador da Congregação dos Clérigos Regulares de São Paulo ou Barnabitas, para a reforma dos costumes dos fiéis cristãos, e que voou ao encontro do Salvador em Cremona, cidade da Lombardía (1539). Etimologicamente: António = Aquele que é digno de estima, é de origem latina. Nació en Cremona (Italia) el año 1502 y murió en la misma ciudad el 5 de julio de 1539. Basta la escueta indicación de estas fechas para comprender la trascendencia que, para la vida de la Iglesia, tuvieron los días que vivió Antonio María Zacarías. Inquietud y aspiración de reforma, ansias de renovación por caminos no siempre gratos a la jerarquía eclesiástica, miedo pusilánime en unos y excesos imprudentes en no pocos, definen el clima en el que debía germinar la semilla de un nuevo reformador santo, entre otros que, como San Cayetano de Thiene y San Ignacio de Loyola, produjo la Iglesia católica en el siglo XVI. Reformador, santo y, además añadimos, precursor del gran San Carlos Borromeo en la elevación espiritual de la diócesis de Milán. Antonio María fue obra de la gracia, que comenzó por materializarse en el regalo de una piadosísima madre; de su seno salió a contemplar la luz de este mundo y de sus brazos tuvo la dicha indecible de volar a contemplar la claridad de Dios. La buena Antonieta Pescaroli recibió con conciencia de responsabilidad el encargo y la confianza que la Providencia en ella depositó al darle un hijo para hacer de él un buen cristiano; por fidelidad a él, y para mejor dedicarse a su formación, rehusó la joven viuda un nuevo matrimonio. Antonio María Zacarías pudo así aprender de su madre a ser pobre para poder ser caritativo, hasta tanto que, con el fin de facilitar a ésta el ejercicio de la caridad en favor de los necesitados, renunció notarialmente a los bienes que le correspondían por herencia paterna; se nos hará, pues, natural que, como un necesitado más, solicite humilde de su madre lo indispensable para su sustento, sin permitirse jamás nada que pueda parecer superfluo o lujoso; para Antonio María supondría ello privar a otros de lo necesario para vivir.Quiso prepararse por el estudio de la medicina para ser un ciudadano útil a sus hermanos los hombres. Pero el Señor le quería escoger para curar dolencias de otra índole. En los años de estudiante la piedad y amor a la Santísima Virgen, a quien había consagrado su virginidad, sostuvo firme su propósito de virtud y su espíritu de caritativo servicio a los hermanos, que fue poco a poco transformándose en el deseo de ser sacerdote. Pero, a pesar de que la decadencia de las costumbres, aun en el clero, hiciera a sus contemporáneos poco respetable la dignidad sacerdotal, supo él descubrir la grandeza de la misión del sacerdote, a la vez que la profundidad de su indignidad, de manera que sólo por el prudente consejo de su director espiritual se decidiera a entrar por el camino del sacerdocio.En una época en que la Reforma de la Iglesia aspiraba no solamente a la purificación de las costumbres, sino a la consolidación de la doctrina, no bastaba ser virtuoso para responder a las exigencias que su tiempo tenía, consciente o inconscientemente, respecto de los sacerdotes. Hacía falta doctrina sólida inspirada precisamente en las fuentes puras de la revelación, en la Sagrada Escritura. Visto desde la perspectiva del siglo XX, nos parece sumamente moderno y actual el esfuerzo puesto por Antonio María Zacarías, estudiante para el sacerdocio, de llegar a la comprensión de la doctrina católica, en la teoría y en el espíritu de San Pablo, a través de sus preciosas epístolas. Libertad y gracia, virginidad y cuerpo místico, locura por Cristo crucificado y desprecio de las realidades terrestres, son unos de los muchos temas en los cuales se fue empapando el futuro apóstol y reformador, cuya íntima preocupación no fue otra que la de reproducir la imagen del apóstol Pablo, gran enamorado de Cristo.Once años escasamente fue Antonio María sacerdote; pero los santos saben vivir con intensidad su tiempo, y así debió vivirlo quien en tan poco tiempo mereció ser llamado por su bondad y caridad, por su prudencia y celo, el "Ángel de Cremona" y el "Padre de la Patria". Su madre le enseñó a compadecer y a aliviar el sufrimiento ajeno, y, ordenado sacerdote, no tuvo que hacer otra cosa que seguir la misma trayectoria, poniendo al servicio de sus hermanos el gran don del sacerdocio, que fue en él luz, mortificación, amor.En un siglo de exaltación de la razón y de la cultura, y de optimismo desbordado por los valores humanos, Antonio María Zacarías luchó por llevar a los creyentes la ceguera de la fe y la locura de la cruz; la Eucaristía y la pasión fueron las devociones que con mayor ardor trató de inculcar en el pueblo cristiano, y aún perduran todavía ciertas prácticas que él introdujo, como son el recuerdo piadoso de la pasión y de la muerte del Señor al toque de las tres de la tarde de todos los viernes, y la práctica de las cuarenta horas de adoración al Santísimo Sacramento, solemnemente expuesto sucesivamente en diversas iglesias para salvar la continuidad del culto.Los santos no suelen ser guardianes egoístas de los tesoros que en ellos deposita la gracia; buscan la comunicación abundante y fecunda, en vistas a una mayor eficacia apostólica; por esto es frecuente que en torno a ellos surjan familias religiosas vivificadas por su espíritu y penetradas de su misma inquietud apostólica. Antonio María descubrió en el mundo en que la Providencia le situó, una gran indigencia; vio en su cristianismo una radiante luz que la colmara; y su vida personal, lo mismo que la de los clérigos de la Congregación de San Pablo, no será otra cosa que la dedicación a la obra de la salvación de los hermanos, en el sacrificio total de las apetencias puramente personales. Así nació en Milán esta asociación para la reforma del clero y del pueblo, que más tarde sería conocida con el nombre de los "barnabitas", por la sede en que se instalaron definitivamente a partir del año 1545. Clemente VII la aprobó en 1533. Un sacerdote y un seglar, Bartolomé Ferrari y Jacobo Morigia, fueron sus primeros colaboradores. Y no solamente en el espíritu y la doctrina quisieron estos hombres de Dios imitar a San Pablo; como éste en el foro, se lanzaron ellos a las calles de Milán, predicando, mucho más que por la preparación de su elocuencia, por la austeridad y la mortificación de la vida. No faltaron quienes se escandalizaron ante estas santas "excentricidades", acusándoles de hipócritas y aun heréticos. Se les promovió una causa ante el senado y la curia episcopal de Cremona, de la que la nueva asociación salió fortalecida, pues le valió la bula de Paulo III, quien el año 1539 puso a la nueva Congregación religiosa bajo la inmediata jurisdicción de la Santa Sede.Con el fin de llevar el espíritu de la Reforma a las jóvenes y a las mujeres, Antonio María transformó un instituto erigido, con esta finalidad por la condesa Luisa Torrelli de Guastalla en monasterio de religiosas que tomará por nombre el de Angélicus, que fue también aprobado por Paulo III. Siguiendo fiel a su espíritu, la base de la transformación religiosa y moral la puso el fundador en la instrucción religiosa, sin la cual no puede existir una verdadera reforma. San Carlos Borromeo se sirvió de ella aun para la reforma de los monasterios, elogiándola tanto que la llamó "la joya más preciosa de su mitra".No sería completa la reseña sobre la obra de San Antonio María Zacarías si pasáramos por alto una de sus preocupaciones que plasmó en una realización que a nosotros, hombres del siglo XX, nos parece especialmente interesante y actual. Consciente por experiencia propia de lo que la vida familiar, honradamente vivida, puede colaborar en la elevación de las costumbres privadas y públicas, creó una Congregación para los unidos en matrimonio, ordenada a la reforma de las familias.Al echar ahora una mirada retrospectiva sobre la vida de Antonio María, canonizado el 27 de mayo de 1890 por Su Santidad el Papa León XIII, llama poderosamente la atención no sólo la abundancia de su obra, realizada en tan breve espacio de tiempo, sino también, y en mayor grado aún, la perspicacia y claridad de la visión que tuvo de los problemas, que le hizo buscar los remedios verdaderos y permanentes de todas las situaciones difíciles de la vida de la Iglesia: el estudio de la verdad, el amor de la caridad, el sacrificio por el hermano. Por esto San Antonio María Zacarías nos parece aun hoy un santo moderno, actual, capaz de iluminarnos con el resplandor de su vida y de su espíritu.

sábado, 4 de julho de 2009

ROGAI - Cadeia de Oração

In: diocese-porto.pt-Seminário do Bom Pastor
Cadeia de Oração Diocesana pelas Vocações Sacerdotais
Rogai - Cadeia de Oração
Lausperene
(…) Sobre a adoração eucarística mais alargada e intensa, o cardeal Hummes retoma a indicação insistente, “de um movimento de oração que ponha no centro a Adoração Eucarística contínua, no espaço das vinte e quatro horas, de forma que de todas as partes da terra se eleve sempre a Deus uma oração de adoração, de agradecimento, de louvor, de pedido e reparação, com a finalidade principal de suscitar um número suficiente de santas vocações ao sacerdócio e, ao mesmo tempo, de acompanhar espiritualmente […] quantos já foram chamados ao sacerdócio ministerial e estão ontologicamente conformados com o único Sumo e Eterno Sacerdote, para que sirvam cada vez melhor a Ele e aos irmãos”.
Certamente que todos queremos corresponder a este apelo. Os Seminários e o Secretariado Diocesano da Pastoral das Vocações, as comunidads paroquiais e religiosas, todas os estimados diocesanos do Porto quererão juntar-se na adoração eucarística e na oração insistente pelas vocações sacerdotais dos actuais e futuros padres. Para que os primeiros cresçam sempre no seu exercício e os segundos despertem para ele. Tudo parte realmente da Eucaristia a que se destinam. As formas de concretizar este proposto lausperene logo surgirão. Assim ressurja antes de mais o nosso desejo dele: tão grande quanto a urgente necessidade de muitos e santos sacerdotes!(…).
Conforme Calendário elaborado, para o mês de Julho, a hora de oração pela Vocações Sacerdotais, terá lugar das 11 às 12 horas, na Igreja da Paróquia da Senhora do Porto, no dia 29, quarta-feira.
As propostas de oração são as seguintes:
Propostas de Oração
Recolha e transcrição de
António Fonseca

DESTINO UNIVERSAL DOS BENS

DESTINO UNIVERSAL DOS BENS
No presente momento da vida do mundo, afectado por grave doença que o atinge em variadas vertentes, entre as quais a “Crise Social”, considero que seria benéfico recorrer à Doutrina Social da Igreja que, na realidade, devia ser estudada com muita atenção pelos grandes senhores do mundo.
Deus destinou a terra e tudo o que ela contém para uso de todos.O homem só pode ser concebido como pessoa solidária, pois a solidariedade é inerente à pessoa humana e é para si essencial, através das diversas formas em que se estabelecem as relações interpessoais.
O desenvolvimento integral do homem não pode realizar-se sem o desenvolvimento solidário da humanidade”. (P.P.).
As estruturas devem ser orientadas para o bem comum que não é a soma dos bens individuais nem o bem do próprio Estado, já que nem o Estado nem sociedade alguma devem jamais substituir a iniciativa e a responsabilidade das pessoas e das comunidades intermediárias. O homem inserido num corpo social não perde, por isso, a sua personalidade, tanto moral como jurídica. A partir do destino universal dos bens como expressão da solidariedade humana e do princípio regulador do sentido e do alcance da propriedade privada, surge a importância e necessidade de atender ao Bem Comum, entrando então em função as virtudes sociais da justiça e da caridade.
Dentro dos Princípios da Solidariedade e da Subsidiariedade, dou exemplo de uma situação em que pode surgir conflito entre as pessoas e as estruturas.
Refiro-me ao problema do desemprego no nosso país, que arrasta consigo uma situação de mal-estar entre os que são atingidos pelo flagelo e as estruturas governativas. Milhares de famílias são afectadas socialmente, pois os seus encargos mantêm-se diminuindo os seus proventos ou antes, ficando sem capacidade económica para manter uma vida digna para o seu agregado familiar.
É uma situação concreta em que os Princípios de Subsidiariedade e de Solidariedade se devem aplicar. Relativamente ao primeiro, toda a actividade social, por sua natureza, deve ajudar os membros do grupo social e não destruí-los. Quanto ao segundo, não se trata apenas de vencer a fome nem afastar a pobreza. Trata-se de construir um mundo em que todos os homens possam viver uma vida digna.
Refiro, por fim, aspectos da vida no nosso país e no mundo, que se incluem na aplicação do Destino Universal dos Bens.
No país, assinalo o direito a uma habitação condigna para todos, combatendo as especulações imobiliárias urbanas, o direito a possuir o necessário para o sustento pessoal e familiar e o direito ao trabalho, face ao desemprego existente. No mundo, dada a visibilidade do abismo das assimetrias existentes, a imposição aos países mais ricos de devedores de Solidariedade para com os países pobres e que, dentro do Destino Universal dos Bens, os bens criados cheguem equitativamente às mãos de todos.
Fernando Reis
Texto inserido no
Boletim Português da Sociedade de São Vicente de Paulo - Abril/Maio de 2009 em Editorial
Recolha e transcrição de
António Fonseca

Igreja da Comunidade de São Paulo do Viso

Nº 5 801 - SÉRIE DE 2024 - Nº (277) - SANTOS DE CADA DIA - 2 DE OUTUBRO DE 2024

   Caros Amigos 17º ano com início na edição  Nº 5 469  OBSERVAÇÃO: Hoje inicia-se nova numeração anual Este é, portanto, o 277º  Número da ...