quarta-feira, 3 de junho de 2009

QUIRINO DE TIVOLI, Santo (e outros) 4 de Junho

Quirino de Tivoli, Santo
Mártir, Junho 4
 
Quirino de Tivoli, Santo
Quirino de Tivoli, Santo

Mártir

Etimologicamente significa “de deus Quirinal”. Vem da língua latina.
Foi un dos cinco mártires com este nome nos primeiros séculos. Todos sabemos já os duros golpes que lhes infligíam aos cristiãos só pelo facto de se confessarem como tais. Os imperadores pensavam que era uma afronta contra o império e seus muitos deuses protectores. 
O Quirino de hoje foi o primeiro que recebeu o martírio. Seu corpo o enterraram nas catacumbas de S. Ponciano, uma vez que o tiraram do río Tíbre, onde o haviam atirado.
Mas segundo César Baronio, está na igreja de S. Lorenzo de Tivoli. Mas há outro santo com o mesmo nome que se celebra também neste dia. Este homónimo foi bispo em Siscia (Croácia).
Seguindo com a história de Quirino de Tivoli, quando Diocleciano fazia das suas contra os crentes. O mandou prender para que, diante de todo o mundo, fizesse sacrifícios aos deuses, tal como prescrevia o édito imperial; com a força interior que Deus dá a seus amigos, recusou tal oferta. Então o meteram no cárcere. Incluso nela não deixava de pregar e ensinar a vida de Jesus. Deste modo, pôde converter o guarda Marcelo.
Ao cabo de três días, outro juiz o fez recapacitar na sua decisão. E se manteve fiel na sua fé.
Cansado e ao mesmo tempo admirado de sua valentia, determinou que o atirassem ao río Sava com uma pedra atada ao pescoço.
Os cristiãos recolheram seu corpo e lhe deram sepultura. Já no século V o levaram para Roma e o colocaram num mausoleu, detrás da basílica de S. Sebastião na Via Apia.
Seu nome se fez muito popular entre os romanos para designar aos Sabinos e os Quirites
¡Felicidades a quem leve este nome!
Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
Francisco Caracciolo, Santo
Fundador, Junho 4
 
Francisco Caracciolo, Santo
Francisco Caracciolo, Santo

Fundador da Ordem de Clérigos Menores

El ambiente temporal en que Dios quiso ponerlo en el mundo es justo cuando soplan aires nuevos en la Iglesia después del concilio de Trento. Se estrena el barroco exuberante en el arte y hasta en la piedad que lleva a fundaciones nuevas, a manifestaciones y estilos vírgenes que intentan reformar todo aquello que peleó Trento.  Languidece el Renacimiento que emborrachó a Roma hasta llegar a embotarla y hacerla incapaz de descubrir los males que gestaba y que explotaron con Lutero. Es por eso tiempo de santos nuevos: Pío V, Carlos Borromeo, Ignacio, Juan de Ribera, Teresa, Juan de la Cruz, Francisco de Sales, Neri, Cariacciolo... y tantos. Papas, poetas, maestros, obispos, escritores y apóstoles para un tiempo nuevo -crecido con las Indias-que intenta con seriedad volver a la oración, huir del lujo, llenar los confesonarios, adorar la Eucaristía y predicar pobreza dando testimonio con atención a los desheredados y enfermos. El año 1563 fue interpretado por alguno de los biógrafos de Francisco Caracciolo como un presagio; fue cuando termina el concilio de Trento y es también el año de su nacimiento en la región de los Abruzos, justamente en Villa Santa María, el día 13 de octubre, hijo de Francisco Caracciolo y de Isabel Baratuchi; es el segundo de cinco hijos y le pusieron el nombre de Ascanio. Después de cursar los estudios propios del tiempo, Ascanio fue militar. Pero una enfermedad diagnosticada por los médicos como lepra va a cambiar el curso de su vida; por el peligro de contagio le han abandonado los amigos; la soledad y el miedo a la muerte le lleva a levantar los ojos al cielo y, como suele suceder en estos casos límite, llegó la hora de las grandes promesas: si cura de la enfermedad, dedicará a Dios 
Francisco Caracciolo, Santo
Francisco Caracciolo, Santo
el resto de sus días.  Y así fue. Nobleza obliga. Curado, marcha a Nápoles y pide la admisión en la cofradía de los Bianchi, los Blancos, que se ocupan de prestar atención caritativa a los enfermos, a los no pocos que están condenados a galera y a los presos de las cárceles.  El sacerdote Adorno, otro hombre con barruntos a lo divino y pieza clave en la vida de Caracciolo, ha pedido también la admisión en la cofradía de los Blancos. En compañía de un tercero, también pariente de Ascanio y con su mismo nombre, se reúnen durante cuarenta días en la abadía de los camandulenses, cerca de Nápoles, para redactar los estatutos de la fundación que pretenden poner en marcha porque quieren hacer algo por la Iglesia.  Sixto V aprobará la nueva Orden en Roma y la llamará de los «Clérigos menores»; además de los tres votos comunes a la vida religiosa se añade un cuarto voto consistente en la renuncia a admitir dignidades eclesiásticas. La terna de los fundadores constituye tres primeros socios. A partir de la profesión hecha en Nápoles, Ascanio se llamará ya Francisco. Pronto se les unen otros diez clérigos, con idénticas ansias de santidad y que desprecian frontalmente los honores, esa búsqueda de grandeza que tanto daño ha hecho a la Iglesia en el tiempo del Renacimiento. Ahora se reparten los días para mantener entre todos un ayuno continuo y se distribuyen las horas del día y de la noche para mantener permanente la adoración al Santísimo Sacramento. Hace falta fundar en España pero Felipe II no les da facilidades. Piensa el rey que hay demasiados frailes en el Imperio y ha dictado normas al respecto. Regresando a Roma, insisten en el intento, consiguen nueva confirmación del papa Gregorio XVI para cambiar los ánimos de Felipe II. Ahora muere Adorno y Francisco Caracciolo es nombrado General. Nuevo intento hay en el Escorial, con mejor éxito, pero hubo borrasca de clérigos en Madrid, con suspenso. El papa Clemente VIII intercede y recomienda desde Roma y llegan mejores tiempos con el rey Felipe III. En Valladolid consiguió fundar casa y en Alcalá montó un colegio que sirviera para la formación de sus «Clérigos Regulares Menores». Siguen otras fundaciones también en Roma y Nápoles.  La fuerte actividad obedece a un continuo querer la voluntad divina a la que no se resistió ni siquiera protestó cuando las incomprensiones y enredos de los hombres se hicieron patentes. Vive pobre y humilde fiel a su compromiso. Siempre se mostró delicado con los enfermos y generoso con los pobres. Llama la atención su espíritu de penitencia con ayunos y mortificaciones que se impone a sí mismo. Pidió se admitiese su renuncia al gobierno para dedicarse a la oración y, aceptada, eligió para vivir el hueco de la escalera de la casa que desde entonces es el único testigo mudo de su oración y penitencia. El amor a Jesucristo fue tan grande que a veces es suficiente la mirada a un crucifijo para entrar en éxtasis y el pensamiento elevado a la Virgen María le trae a los ojos lágrimas de ternura. Cuando sólo tiene 44 años, murió en Nápoles el 4 de junio de 1608, con los nombres de Jesús y de María en la boca. El papa Pío VII lo canonizó en 1807. Su cuerpo se conserva en la iglesia de Santa María la Mayor de Nápoles y la iconografía muestra a Francisco Caracciolo con una Custodia en la mano, como símbolo del amor que tuvo a la Eucaristía y que debe mantener su Orden para ser fiel hasta el fin del tiempo.

Edfrith ou Edfrid de Lindisfarne, Santo
Monge, Junho 4
 
Edfrith o Edfrid de Lindisfarne, Santo
Edfrith o Edfrid de Lindisfarne, Santo

Monge

Etimológicamente significa “defensor”. Viene de la lengua alemana. La alegría perfecta es transparencia. No te basta con todo tu ser para que esta alegría estalle. Ella te orienta hacia Dios, ante todo a través de lo que tú eres. Murió en el año 721. Fue monje y obispo de Lindisfarne. Se conoce poco antes de que fuese obispo en el 698. Lo que se cabe con certeza es que estudió en Irlanda y que fue un excelente calígrafo y artista. Tardó tiempo en escribir e iluminar los Evangelios que pueden verse ahora en la Biblioteca Británica. Hoy, si quieres verlo, puedes acercarte a la Biblioteca Británica. Le dio a los Evangelios una presentación preciosa con sus dibujos y su letra atrayente y viva. Algunas de sus obras se encuentran en la actualidad fuera de Inglaterra, en Italia, en concreto. Hay en sus obras muchos elementos que pertenecen a la iglesia romana y a la irlandesa. Su trabajo pastoral como obispo está íntimamente unido a la figura de Cuthbert. Tanto le quería como amigo suyo que llamó a Beda el Venerable para que escribiese su historia. Tenía tan buenas cualidades y dotes que la gente iba a hacerle consultas. Es un punto clave en la vida personal poder contar con alguien que te dé orientaciones seguras y claras para seguir viviendo con alegría. Cuando murió, fue enterrado cerca de la tumba de Cuthbert. Al descubrirse las reliquias de éste, se llevaron junto a las de su amigo íntimo Edfrid. ¡Felicidades a quien lleve este nombre! Comentarios al P. Felipe Santos: fsantossdb@hotmail.com
Felipe Smaldone, Santo
Fundador, Junho 4
 
Felipe Smaldone, Santo
Felipe Smaldone, Santo

Fundador da Congregação das Irmãs Salesianas

La vida de Felipe Smaldone, que se extiende desde 1848 a 1923, estuvo marcada por décadas particularmente densas de tensiones y contrastes en varios campos y sectores de la vida de la sociedad italiana, especialmente en su patria de origen y en la misma Iglesia. Nació en Nápoles el 27 de julio de 1848, el año de los famosos «motines de Nápoles ». Cuando tenía doce años, la monarquía borbónica, a la cual su familia estaba fuertemente unida, fue derrocada, y la Iglesia, con la conquista de Garibaldi, sufrió momentos muy dramáticos, que terminaron en el destierro del cardenal Arzobispo de Nápoles Sisto Riario Sforza. Ciertamente no se vislumbraba un futuro favorable y prometedor, especialmente para la juventud, que padecía los « dolores del parto » del nuevo curso socio-político-religioso. Ahora bien, fue en esa fase de crisis institucional y social que Felipe tomó la decisión irrevocable de optar por el sacerdocio y de ponerse para siempre al servicio de la Iglesia, que veía en dificultad y perseguida. Mientras aún era estudiante de filosofía y teología, quiso marcar su carrera eclesiástica con el servicio caritativo, dedicándose a la asistencia de una cierta categoría de personas marginadas, que, en aquellos tiempos, en Nápoles, eran particularmente numerosas y se encontraban en un lamentable estado de abandono: los sordomudos.  Se distinguió más por su actividad caritativa que por sus estudios. Su escaso rendimiento académico le obstáculo la recepción de las llamadas Órdenes Menores. Eso provocó que se cambiara de la Arquidiócesis de Nápoles a la de Rossano Calabro, cuyo Arzobispo, Mons. Pietro Cilento, en consideración de su bondad y su óptimo espíritu eclesiástico, lo acogió generosamente. A pesar de ese cambio de diócesis, que duró pocos años, —pues en 1876, con licencia del nuevo Arzobispo, regresó en Nápoles— continuó sus estudios eclesiásticos en Nápoles, bajo la guía de uno de los Maestros del célebre Almo Colegio de Teólogos, mientras proseguía, con inalterada dedicación, su obra de asistencia a los sordomudos. Mons. Pietro Cilento, que lo estimaba mucho, quiso ordenarlo subdiácono personalmente en Nápoles el 31 de julio de 1870. El 27 de marzo de 1871 fue ordenado diácono y, finalmente, el 23 de septiembre de 1871, habiendo recibido la debida dispensa, pues era menor de 24 años, recibió, en Nápoles, con indecible gozo, la ordenación sacerdotal.  Apenas ordenado sacerdote inició un ardiente ministerio como asiduo catequista en las «capillas vespertinas», que, de pequeño, había frecuentado muy provechosamente; como celoso colaborador en varias parroquias, especialmente en la de Santa Catalina en el Foro Magno; y visitando asiduamente a los enfermos en clínicas, hospitales y casas privadas. Su caridad alcanzó el ápice de la generosidad y heroísmo con ocasión de una terrible peste que azotó Nápoles en aquellos días. Él mismo fue contagiado y se salvó por intercesión de la Virgen de Pompeya, cuya devoción lo acompañó por el resto de su vida.  Pero la cura pastoral preponderante de Don Felipe Smaldone era la de los pobres sordomudos, a los que quiso dedicar todas sus energías con criterios más idóneos y convenientes de los que veía que aplicaban los responsables de ese sector educativo. En efecto, le causaba gran pena que los esfuerzos y tentativos se hacían en la educación y formación humano-cristiana de los sordomudos, equiparados a paganos, de hecho, quedaban casi siempre frustrados.  En cierto momento, quizás para dar una expresión más directa y concreta a su sacerdocio, pensó en irse como misionero al extranjero. Pero su confesor, que lo guió constantemente desde la infancia, lo ayudó a entender que su «misión» estaba entre los sordomudos de Nápoles. Desde entonces se dedicó completamente al apostolado a favor sus queridos sordomudos. Dejó la casa paterna y se estableció con un grupo de sacerdotes y laicos, que querían instituir una Congregación de Sacerdotes Salesianos, que, de hecho, nunca se realizó. Con el tiempo adquirió una gran competencia pedagógica en el sector y gradualmente fue proyectando la realización de una Institución estable e idónea para la atención, instrucción y asistencia humana y cristiana de los sordomudos.  El 25 de marzo de 1885 fue a Lecce para abrir, junto con Don Lorenzo Apicella, un Instituto para sordomudos. Llevó algunas «hermanas», que había estado formando, y echó así las bases de la Congregación de las Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones, que, bendita y sostenida por los Obispos de Lecce, Mons. Salvatore Luigi dei Conti di Zola y Mons. Gennaro Trama, tuvo una expansión rápida y sólida. El Instituto de Lecce, con secciones femeninas y masculinas, tuvo sedes cada vez más amplias por el creciente número de asistidos, hasta la adquisición del célebre ex-convento de las Descalzas, que se convirtió en la sede definitiva y Casa Madre. A éste siguió, en 1897, el instituto de Bari.  Ya que el corazón compasivo del sacerdote Smaldone no sabía decir que no a las solicitudes de muchas familias pobres, en un cierto momento empezó a hospedar, no sólo a las sordomudas, sino también las niñas ciegas, huérfanas y abandonadas. No olvidaba las necesidades humanas y morales de la juventud. Abrió, en efecto, muchas casas con escuelas maternas anexas, con talleres de costura y residencias para las niñas estudiantes, entre las cuales, también una casa en Roma. Durante su vida, la Obra y la Congregación, a pesar de las duras pruebas a las cuales fue sometida desde afuera y desde adentro, se ensancharon y consolidaron. En Lecce fue furibundamente atacado por una Administración Municipal laicista y adversa a la Iglesia. Dentro de la Congregación tuvo que afrontar con amargura una delicada y compleja situación de secesión provocada por la primera Superiora General, que causó una larga Visita Apostólica. Fue en estas dolorosas circunstancias que brillaron las virtudes eximias de Smaldone, y quedó claro que su fundación era voluntada de Dios. En efecto, a veces Dios purifica con el sufrimiento a sus hijos mejores y las obras nacidas en su nombre.  Por espacio de cuarenta años aproximadamente, Don Felipe Smaldone estuvo siempre en la brecha, sin jamás echarse atrás, desvelándose para sustentar materialmente y educar moralmente a sus queridos sordomudos, hacia los que dispensaba siempre afecto y atenciones paternales, y para formar en la vida de perfección, a sus Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones.  En Lecce, además del reconocimiento general de sus méritos como director del Instituto y fundador de las Hermanas Salesianas, también brillaba por su intenso y múltiple ministerio sacerdotal. Fue asiduo y estimado confesor de sacerdotes y seminaristas, confesor y director espiritual de muchas comunidades religiosas, fundador de la Liga Eucarística de los Sacerdotes Adoradores y de las Damas Adoradoras, y fue Superior de la Congregación de los Misioneros de San Francisco de Sales para las misiones populares. Fue condecorado con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, formaba parte de los canónigos de la Catedral de Lecce, y fue distinguido con una Encomienda por parte de las Autoridades civiles.  A la edad de 75 años terminó sus días en Lecce, soportando con admirable serenidad, una diabetes complicada de disturbios cardiocirculatorios y una esclerosis generalizada. Murió santamente a las nueve de la noche del 4 de junio de 1923, después de haber recibido todos los auxilios religiosos y la bendición del Arzobispo Trama, rodeado por muchos sacerdotes, sus Hermanas y sus queridos sordomudos.  Fue beatificado por Juan Pablo II el 12 de mayo de 1996 y canonizado por Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006. Reproducido con autorización de Vatican.va
Petroc de Cornwall, Santo
Abade, Junho 4
 
Petroc de Cornwall, Santo
Petroc de Cornwall, Santo
Es el hijo más joven de Rey Glywys.  A la muerte de su padre, la población de Glywysing pidió a Petroc que tomase la corona de una de las regiones del país, pero Petroc optó por la vida religiosa, y se fue a estudiar en Irlanda.  Varios años después él devolvió a Bretaña y desembarcó en River Camel en Cornwall. Siguiendo las ordenes de San Samson fue a la ermita de San Wethnoc, quien estaba de acuerdo en darle su respaldo para que pudiese fundar un monasterio en el sitio.  Después de 30 años como abad, Petroc hizo una peregrinación a Roma. A su retorno, apenas divisó Newton, empezó a llover. Petroc predijo que la lluvia se detendría pronto, pero llovió durante tres días, en penitencia por haberse jactado de poder predecir el clima, Petroc regresó a Roma, y luego viajó a Jerusalén, y por último a India donde él vivió siete años en una isla en el Océano Indico.  Petroc regresó a Bretaña con la compañía de un lobo que él se había encontrado en India.  Abandonó su monasterio y se fue a Llanwethinoc para vivir como un ermitaño en los bosques de Nanceventon, algunos monjes siguieron su ejemplo. Petroc se trasladó después a lo más recondito de Cornish y encuentró al ermitaño San Guron. Guron se fue al sur, permitiendo a Petroc, con el apoyo de Rey Constantine de Dumnonia (que había sido convertido al cristianismo por Petroc), establecer un monasterio llamado Bothmena (la Morada de Monjes) junto al sitio de la ermita.  Murió en el año 594.
Pacífico Ramati de Cerano, Beato
Franciscano, Junho 4
 
Pacífico Ramati de Cerano, Beato
Pacífico Ramati de Cerano, Beato
Pacífico Ramota nació en la ciudad de Novara, en el Piamonte en el año de 1424. Sus padres murieron cuando era muy joven y quedó al cuidado de los benedictinos en la abadía de Novara.  A la edad de 21 años salió de ahí para tomar el hábito en el convento franciscano de la estricta observancia. Después de su ordenación trabajó como predicador en toda Italia entre los años 1452 y 1471. Escribió un tratado de teología moral titulado "Sometta di Pacifica Concienza" que fue publicado en Milán, en 1475.  Durante mucho tiempo éste fue un modelo del género, ya que simplifica las explicaciones y usa un lenguaje claro. En 1480 se le ordenó el traslado a Cerdeña como Visitador e Inspector General para los conventos de la estricta observancia, así como Nuncio Apostólico, encargado por el Papa Sixto II de proclamar una cruzada contra Mahoma II.  Para este tiempo, el Santo sabía ya que no le quedaba mucho tiempo de vida y apenas había comenzado la cruzada cayó gravemente enfermo. Murió en Sassari, el 4 de junio de 1482.  El cadáver fue llevado a Cerano, donde se construyó una iglesia en su honor. Fue beatificado en el año 1745.
http://es.catholic.net/santoral
Recolha, transcrição e tradução incompleta de
António Fonseca
 
 
 

CARLOS LWANGA e companheiros (Santos) e outros - 3 de Junho

 Carlos Luanga e companheiros, Santos Mártires, Junho 3 
Carlos Luanga y compañeros, Santos
Carlos Luanga y compañeros, Santos

Mártires do Uganda

Essa manhã, quando o rei Mwanga reuniu a corte, vibrava no ar uma espasmódica espera. Na sala se notava a presença insólita de alguns energúmenos, enquanto o grupo dos pagens reais, esplêndidos exemplares de beleza negra, se juntavam em redor do trono. Mwanga lhes deu uma ordem estrañanha “Todos os que não queiram rezar podem ficar aquí perto do trono; em troca, os que queiram rezar reúnam-se além contra a parede”. O chefe dos pagens, Carlos Lwanga, foi o primeiro a afastar-se, e logo o seguiram outros quinze. “¿Mas vocês rezam de verdade?”, perguntou o rei. “Sim, senhor meu, nós rezamos de verdade” respondeu Carlos em nome de todos os seus companheiros cristãos, que haviam passado toda a noite anterior rezando. “¿E estão resolvidos a seguir rezando?” insistiu o rei. “Sim, senhor meu, sempre, até à morte”. “Então, matem-nos” lhes disse bruscamente o rei aos verdugos. Em efeito, “rezar” equivalía a “ser cristãos” nesse reino de Mwanga, rei de Buganda, uma região que actualmente pertence a Uganda. E no reino de Mwanga rezar, quer dizer, ser cristãos, estava absolutamente proíbido. Os começos, na realidade, haviam sido bons. O rei Mutesa ao princípio havia acolhido bem, em 1879, aos Padres Brancos de Lavigérie, que depois tiveram que retirar-se pelas intrigas de alguns chefes. Depois, em 1885, foram chamados novamente por Mwanga, e encontraram cristãos comprometidos que ocupavam cargos de responsabilidade. O “katikiro”, uma espécie de chanceler, havia tramado uma conjura contra o rei, mas foi descoberto pelos cristãos. Então este se aliou com os notáveis e bruxos, e esta aliança foi fatal para os cristãos. José Mukasa Balikuddembe, conselheiro do rei, foi decapitado em 15 de Novembro de 1885; em Maio de 1886 foram mortos Dionisio Sbuggwawo, Ponciano Ngondwe, Andrés Kaggwa, Atanasio Bazzekuketta, Gonzaga Gonga, Matías Kalemba, Noé Mwaggali. Depois tocou o turno aos pagens dos que falávamos; mas três se salvaram, segundo o uso, tirados à sorte. Entre os treze “mártires” se encontrava Mbaga Tuzinda, filho do chefe dos verdugos. Naturalmente tratou repetidamente de salvá-lo, mas ele não quis separar-se de seus companheiros. Entre eles também havia um menino de treze anos, Kizito. Os vinte e dois mártires de Uganda foram beatificados por Bento XV, e canonizados por Paulo VI em 18 de Outubro de 1964, em presença dos Padres do Concílio Vaticano II; e o mesmo Paulo VI consagrou em 1969 o altar do grandioso santuário construido em Namugongo, onde os treze pagens, dirigidos por Carlos Lwanga, quiseram “rezar até à morte”.
 Morando, Santo Monge, Junho 3
Morando, Santo
Morando, Santo

Monge

Na aldeia de Altkirch, na região de Basileia, entre os helvécios, S. Morando, monge, oriundo de Renania, que sendo presbítero peregrinou a Compostela e ao regressar entrou no mosteiro de Cluny, fundando mais adiante o cenóbioem que terminou sua santa vida (c. 1115).  Nascido em Worms, Remania (Alemanha), em redor do ano 1050 numa família nobre, já havia sido ordenado sacerdote quando decidiu fazer uma peregrinação a Santiago de Compostela, um dos destinos mais procurados pelos peregrinos na idade média. Durante a viagem fez uma parada na Abadía de Cluny, fundada no ano 910 por S. Bruno e que por aqueles dias era governado por S. Hugo (1049-1109); ficou fortemente impressionado pelo estilo de vida de monges, e ao voltar de sua peregrinação, solicitou para ser aceite na abadia.  Já como monge, por suas qualidades exemplares foi enviado ao monsteiro de Alvernia, na região central de França. No ano 1100 um senhor alsaciano (de Alsácia, região francesa com dialecto alemão), desejava restaurar o santuário dedicado a S. Cristóbal que estava dentro de suas propiedades em Altkirch, pelo que solicitou ajuda ao abade de Cluny. O abade estava de acordo em fundar um mosteiro junto à igreja e enviou a alguns monges para a fundação, mas a tarefa resultou difícil devido aos monges não conhecerem a língua dessa região. Então eo santo Hugo mandou buscar em Alvernia a Morando e o enviou a Altkirch como um intérprete, aquí brilhou para sua bondade, sua calma e o conhecimento do lugar; ganhou o apreço das pessoas que começaram a visitá-lo a miúdo em busca de conselho, conhecimento e ajuda, também se lhe atribui vários milagres. O santo monge morreu no ano 1115, e foi canonizado no século XII, seu túmulo ainda está na igreja de Altkirch. Negrito É considerado o santo padroeiro dos vinicultores da região do sul de Alsácia, porque se diz que Morando passou toda uma Quaresma sem mais comida que um cacho de uvas, aquele cacho foi representado em algumas esculturas nos portais de várias igrejas.
Clotilde, Santa
Rainha de França, Junho 3
 
Clotilde, Santa
Clotilde, Santa

Rainha de França

Clotilde quer dizer: "a que luta vitoriosamente" (tild: lutar. Clot: victória). 
Esta santa rainha teve a imensa honra de conseguir a conversão ao catolicismo do fundador da nação francesa, o rei Clodoveo.
A vida de nossa santa a escreveu São Gregório de Tours, no ano 550.
Era filha do rei de Borgonha, Chilberico, que foi assassinado por um usurpador o qual encerrou a Clotilde num castelo. Ali se dedicou a largas horas de oração e a repartir entre os pobres todas as ajudas que lograva conseguir. A gente a estimava por sua bondade e generosidade.
Clodoveo o rei dos francos soube que Clotilde estava prisioneira no castelo e enviou a um de seus secretários para que disfarçado de mendigo fizedsse fila com os que iam a pedir esmolas, e propussesse a Clotilde que aceitara o matrimónio secreto entre ela e Clodoveo. Ainda que este rei não fosse católico, ela aceitou, com o fim de podê-lo converter ao catolicismo, e recebeu a argola de matrimónio que lhe enviava Clodoveo, e ela por sua parte a enviou sua própria argola.
Então o rei Clodoveo anunciou ao usurpador que ele havia contraído matrimónio com Clotilde e que devia deixá-la levar a França. O outro teve que aceitar.
As festas da celebração solene do matrimónio entre Clodoveo e Clotilde foram muito brilhantes. Um ano depois nasceu seu primeiro filho e Clotilde obteve de seu esposo que o permitisse baptizaá-o na religião católica. Mas pouco depois o menino morreu e o rei acreditou que tal se devia a que ele não o havia deixado na sua religião pagã, e se resistísse a converter-se. Ela sem embargo seguía ganhando a boa vontade de seu esposo com sua amabilidade e sua estranha bondade, e rezando sem cessar por sua conversão.
Os alemães atacaram a Clodoveo e este na terrível batalha de Tolbiac, exclamou: "Deus de minha esposa Clotilde, se me concedes a vitória, te ofereço que me converterei a tua religião". E de maneira inesperada seu exército derrotou os inimigos.
Então Clodoveo se fez instruir pelo bispo São Remigio e no Natal do ano 496 se fez baptizar solenemente com todos os chefes de seu governo. Foi um dia grande e glorioso para a Igreja Católica e de enorme alegría para Clotilde que via realizados seus sonhos de tantos anos. Desde então a nação francesa tem professado a religião católica.
No ano 511 morreu Clodoveo e durante 36 anos estará viúva Clotilde lutando por tratar de que seus filhos se comportem da melhor maneira possível. Sem embargo a ambição do poder os levou a fazer-se a guerra uns contra outros e dois deles e vários netos da santa morreram a espada naquelas guerras civis pela sucessão.
São Gregório de Tours disse que a rainha Clotilde era admirada por todos por causa de sua grande generosidade em repartir esmolas, e pela pureza de sua vida e suas largas e fervorosas orações, e que a gente dizia que mais parecía uma religiosa que uma rainha. E depois da morte de seu esposo sem que em verdad já viveu como uma verdadeira religiosa, pois desiludida por tantas guerras entre os sucessores de seu esposo, se retirou a Tours e ali passou o resto de sua vida dedicada à oração e às boas obras, especialmente a socorrer a pobres e a consolar enfermos e aflitos.
Seus dois filhos Clotário e Chidelberto se declararam à guerra, e já estavam os dois exércitos prontos para a batalha, quando Clotilde se dedicou a rezar fervorosamente pela paz entre eles. E passou toda uma noite em oração pedindo pela reconciliação dos dois irmãos. E sucedeu que estalou então uma tempestade tão espantosa que os dois exércitos tiveram que fugir antes de receber a ordem de ataque. Os dois combatentes fizeram as pazes e foram aonde sua santa mãe a prometer-lhe que se trataríam como bons irmãos e não como inimigos.
Aos 30 días deste sucesso, morreu placidamente a santa rainha e seus dois filhos Clotário e Chidelberto levaram seu féretro até à tumba do rei Clodoveo. Assim terminava sua estadía na terra a que conseguiu de Deus que o chefe e fundador de uma grande nação se passasse para a religião católica, com todos seus colaboradores. 
Religioso, Junho 3
Negrito
Juan Grande Román, Santo
Juan Grande Román, Santo

Padroeiro da Diocese de Asidonia-Jerez (1546-1600)

Juan Grande Román nasceu em Carmona, Sevilha, Espanha, em sábado 6 de Março de 1546. Seus pais foram Cristóbal Grande e Isabel Román, matrimónio muito cristão, e foi baptizado pelo pároco Andrés Muñoz. Seu pai, artesão de ofício, faleceu quando Juan tinha 11 anos. Recebeu uma esmerada educação cristã, primeiro no seio familiar, e desde os sete anos como "menino de coro" de sua paróquia.  Su formación humana y profesional la completó en Sevilla aprendiendo el oficio de pañero o tejedor. A los 17 años volvió a su casa y se dedicó al comercio como vendedor de telas. Poco tiempo después el mismo oficio le hizo entrar en una profunda crisis espiritual.  Opción por Dios  Dejó su familia, y se retiró a la Ermita de Santa Olalla, en Marchena, población cercana de Carmona, donde pasó un año en retiro, tratando de conocer su verdadera vocación. Decidió entonces dedicarse totalmente a Dios: dejó su ropa y se vistió de un hábito de jerga; renunció al matrimonio y adoptó el sobrenombre de " Juan Pecador".  Inició al mismo tiempo la experiencia de atender a un matrimonio anciano que encontró en abandono: los llevó a su habitación, les cuidaba en sus necesidades y pedía limosna para ellos. Con ello entendió que su nueva vocación era el servicio a los pobres y necesitados.  Opción definitiva por los pobres  Con sólo 19 años, Juan Pecador se trasladó a la ciudad de Jerez de la Frontera, Cádiz, y empezó una nueva vida: atendía personalmente a gente necesitada, a los presos de la " Cárcel Real ", y a otros enfermos convalecientes e incurables, que encontraba abandonados. Para ayudarles pedía limosna por la ciudad.  Al mismo tiempo frecuentaba la iglesia de los Padres Franciscanos, donde se recogía para su oración y se aconsejaba con uno de los Padres.  Fundación del Hospital de la Candelaria  Juan Pecador era seguido con admiración por los habitantes de Jerez en su generosa vida de caridad.  En enero de 1574, se generalizó una grave epidemia en Jerez y entonces dirigió un memorial al Cabildo urgiendo la asistencia de tantos enfermos tirados por la calle. Él se multiplicaba ante tanta necesidad, y al fin optó por fundar su propio Hospital, que poco a poco lo fue ampliando: lo dedicó a la Virgen y llamó de Ntra. Sra. de la Candelaria.  Unión a San Juan de Dios  La razón de ser y actuar de Juan Pecador era Dios expresado mediante el servicio a los pobres, y sostenido por su intensa vida de fe y oración.  Tuvo mientras tanto conocimiento de la Institución fundada por Juan de Dios en Granada. La visitó en 1574 y decidió unirse a ella, acogiéndose a sus reglas y aplicando en su hospital la misma forma de vida profesada.  Con su nuevo planteamiento, su testimonio y entrega ejemplar se derivó el que se le fueran uniendo compañeros, que formó según " los Estatutos de Juan de Dios ".  Esto le dio oportunidad para ampliar su acción con otras fundaciones en Medina Sidonia, Arcos de la Frontera, Puerto Santa María, Sanlúcar de Barrameda y Villamartín.  La Reducción de los Hospitales  La asistencia a los enfermos más pobres en Jerez dejaba mucho que desear, mientras se multiplicaban los pequeños centros. Las autoridades ante ello determinaron la reducción de los Hospitales, pretendiendo una mayor eficacia hospitalaria; pero la medida lesionaba los intereses de no pocos, apegados a los centros no tanto por servir a los enfermos, cuanto por ser medio de beneficios personales. Por eso mismo no habían de faltar críticas, resistencias y entorpecimientos. La medida también afectaba al Hospital de Juan Pecador. Él, como los demás, presentó a las autoridades su "Memorial" sobre cómo se atendía a los enfermos en su hospital.  Ante la decisión, el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Rodrigo de Castro, encargó tan delicada misión a Juan Pecador, como la persona más apta y mejor capacitada para ello, por su espíritu, vocación y experiencia en hospitalidad. Juan Grande se enfrentó a la reducción con valor y amor, y ante los no pocos ni pequeños sinsabores, demostró su especial sensibilidad, capacidad, buen temple y no pequeña virtud.  De su Hospital se había presentado el informe de que la asistencia hospitalaria se cumplía en el mismo "con diligencia, cuidado y mucha caridad, haciéndose muy buena obra y servicio a Dios nuestro Señor, porque él y sus hermanos de hábito son hombres virtuosos y profesan esta caridad de curar los pobres enfermos".  Actualidad de Juan Grande  Junto a su intensa vida interior, Juan Pecador se dedicó en cuerpo y alma a la tarea externa de buscar, cuidar y servir a los pobres y enfermos, preocupándose por todo lo que entonces era más grave y urgente: encarcelados, enfermos convalecientes e incurables, mujeres prostituidas, soldados enfermos desechados, niños abandonados, etc. En verdad, practicó todas las obras de misericordia.  En Juan Grande vemos a un hombre del bien hacer desde el ser, poco hablador y eficientemente práctico, servidor misericordioso del "Evangelio de la Vida", buen samaritano, organizador de hospitales y de la asistencia hospitalaria, conciencia crítica ante las injusticias, abusos y carencias. En definitiva, fue un profeta y apóstol de la asistencia sanitaria.  Epidemia de peste y muerte  Contando Juan Grande 54 años y viviendo plenamente dedicado a su comunidad y al hospital, se presentó en Jerez una terrible epidemia de peste. Juan se prodigó por todas partes con todas sus fuerzas y generosidad, pero al fin contagiado, murió el sábado 3 de junio de 1600.  Glorificación  Fue beatificado en 1853 por Pío IX, y canonizado por Juan Pablo II el 2 de junio de 1996. Proclamado Patrón de la nueva Diócesis de Jerez de la Frontera en 1986, sus restos son venerados en el " Santuario Diocesano San Juan Grande ", en Jerez, en el hospital de los Hermanos de San Juan de Dios de su mismo nombre.
Andrés Caccioli, Beato
Franciscano, Junio 3
 
Andrés Caccioli, Beato
Andrés Caccioli, Beato

Primer Sacerdote de la Orden de los Hermanos Menores

Andrés Caccioli nació en Spello, Umbría, en 1194. Pronto abrazó la vida eclesiástica y llegó a ser sacerdote.  En 1223 quiso seguir a San Francisco y se hizo discípulo suyo ingresando en la Orden de los Hermanos Menores. De San Francisco imitó especialmente el espíritu de pobreza, y el 3 de octubre de 1226 tuvo la dicha de asistir al glorioso tránsito del Seráfico Pobrecillo. En 1233 estaba en España, donde tomó parte en el Capítulo de Soria y obtuvo con sus oraciones una lluvia providencial para aquella tierra afectada por una prolongada sequía. Igual milagro hizo en Spello. Vivió también en el eremitorio de Las Cárceles en Asís, en gran penitencia y austeridad. Atendía sólo a la contemplación de las cosas del cielo, al cual se sentía ya cercano. Las horas libres de los actos comunes las pasaba en una gruta separado del resto del mundo, únicamente dedicado a la oración ferviente. Varias veces fue favorecido con celestiales apariciones y su espíritu probó dulzuras indescriptibles. Un día Jesús se le apareció en forma de niño, resplandeciente de belleza. Estaban en dulces conversaciones cuando sonó la campana que llamaba a los religiosos al coro para la recitación de Vísperas. Andrés, por espíritu de obediencia, suspendió la conversación para unirse a sus cohermanos. Terminadas vísperas, regresó a su retiro y con gran alegría encontró al niño Jesús, el cual le dijo: “Hiciste bien al obedecer: pronto te llamaré a mí!”. Era el feliz anuncio de su próxima muerte. En 1248 volvió al convento de San Andrés, de Spello, donde fue encargado de la dirección espiritual de las Clarisas. Obtuvo de Santa Clara que fuera enviada como abadesa de Spello la Beata Pacífica Guelfuccio, tía y una de las primeras y más ilustres discípulas de Santa Clara. Con la ayuda y el consejo del Beato Andrés la comunidad de las Damas Pobres de la Dama Pobreza aumentó en número y fervor, renunció a la regla mitigada del Cardenal Hugolino para seguir la compuesta por San Francisco para las primeras religiosas amantes de la pobreza. De esta manera el monasterio de Spello vino a ser pronto una de las casas más florecientes de la Orden. En Spello Andrés esperó sereno la invitación para volar a la patria celestial. Rico de méritos y glorioso por su ardiente apostolado en medio del pueblo, realizado por medio de la predicación de muchos años, recibió con edificante piedad los últimos sacramentos, y se durmió plácidamente en el Señor el 3 de junio de 1254; tenía 60 años de edad.  Las antiguas crónicas franciscanas lo llaman máximo predicador y taumaturgo, recuerdan su caridad y obediencia ejemplares. Se distinguió por su fervor eucarístico, una tierna devoción a la Santísima Virgen y la contemplación de la Pasión y muerte de Jesús. Su cuerpo se venera en la iglesia de San Andrés, en Spello. Fue elegido co‑patrono de su ciudad en 1360. Su culto fue confirmado el 25 de julio de 1738 por el Papa Clemente XII.
 
 Diego Oddi, Beato Laico Franciscano, Junio 3
Diego Oddi, Beato
Laico Franciscano, Junio 3
 
Diego Oddi, Beato
Diego Oddi, Beato
Hermano laico profeso de la Orden de Hermanos Menores. Se dedicó a la vida de piedad y al trabajo del campo hasta que entró en la casa retiro de Bellegra (Roma). Fue limosnero durante cuarenta años y, aunque no tenía estudios, edificó a las gentes con sus palabras germinadas en un corazón acostumbrado a dialogar con Dios. Lo beatificó Juan Pablo II el 3 de octubre de 1999. José Oddi, como se llamaba antes de entrar en la Orden de Frailes Menores, nació en Vallinfreda (Roma), el 6 de junio de 1839, en el seno de una familia pobre y muy religiosa. A los veinte años, mientras trabajaba en el campo, sintió una misteriosa llamada, que fue madurando en las visitas que cada tarde solía hacer a la iglesia, al volver del trabajo, para dialogar con Dios y con la santísima Virgen, a quien estaba vinculado desde siempre por una entrañable devoción filial. Algunos meses después, juntamente con un grupo de peregrinos, fue a visitar el Retiro de San Francisco, en Bellegra. Quedó impresionado por el lugar y por la vida santa que llevaban los frailes. Pasaron otros cuatro años, pero no podía olvidar aquella experiencia. Soñaba con el pequeño convento franciscano. Volvió allí en la primavera de 1864. Salió a abrirle la puerta un fraile, venerable por su edad y su aspecto. A José en el pueblo le habían hablado de él, destacando su vida santa. Aquel anciano llevaba allí más de cuarenta años abriendo la puerta a peregrinos y viandantes; para todos tenía una palabra buena, una sonrisa y, si hacía falta, un reproche y un pan: se llamaba fray Mariano de Roccacasale, también él proclamado beato el 3 de octubre de 1999. José acudió a pedirle consejo. Fray Mariano le dijo: «¡Sé bueno; sé bueno, hijo mío!». Estas sencillas palabras fueron decisivas para su vida: en el largo viaje de regreso a Vallinfreda, las palabras de fray Mariano comenzaron a hacer mella en él con la fuerza de la verdad repentinamente descubierta. A partir de entonces, aumentó el tiempo dedicado a la oración; se afianzaba en él la certeza de la llamada. Entró en el Retiro de Bellegra en 1871, superando la resistencia de sus padres. Acogido al principio como «terciario oblato», pudo pronunciar los votos solemnes en 1889. José inició una nueva vida: durante cuarenta años recorrió los caminos de Subiaco pidiendo limosna. Analfabeto, pero ingenioso y fácil para el diálogo, sorprendía a todos con sus palabras, que brotaban de un corazón habituado a usarlas en los coloquios con Dios. Cuando la campana que indicaba el silencio de la noche invitaba a los religiosos a descansar en su celda, Diego se quedaba a hablar con el Señor; y a menudo este coloquio se prolongaba toda la noche. Al recorrer los pueblos pidiendo limosna, hacia el atardecer, entraba en la iglesia y asistía con los fieles a las funciones litúrgicas. Después persuadía al sacristán para que se fuese a casa, porque él se ocuparía de tocar al «Ave María» y de cerrar la iglesia. Así se quedaba a menudo en oración durante toda la noche. De este continuo coloquio con el Señor sacaba la sabiduría de la fe, que los demás luego recogían de sus palabras y discursos. Verlo ayudar la misa y acercarse a la comunión equivalía a una predicación. Otra cosa que despertaba admiración era su austeridad y penitencia, que trataba de ocultar, pero que quedaba de manifiesto a quien convivía con él o le hospedaba cuando se dirigía a los pueblos a pedir limosna. Ocultaba esta virtud bajo la sonrisa y respondiendo con ingeniosidad a las preguntas que le dirigían. En su vida sencilla se podían descubrir las maravillas que Dios obraba en él. Muchos fueron los milagros realizados a su paso; pero el más auténtico era su vida. Murió el 3 de junio de 1919. Lo beatificó Juan Pablo II el 3 de octubre de 1999.
 Kevin de Glendalough, Santo Abad, Junio 3
Kevin de Glendalough, Santo
Abad, Junio 3
 
Kevin de Glendalough, Santo
Kevin de Glendalough, Santo
Glendalough (el Valle de Los Dos Lagos) es un valle estrecho, pintoresco y solitario, en el corazón de las Montañas de Wicklow. La fama de su escuela monástica se debe principalmente, a su fundador, San Kevin y a Laurence O´Tool, el último de los santos irlandeses canonizados.  Kevin, (en irlandés Coemghen, el honorablemente engendrado) nació cerca de Rathdrum hacia finales del siglo quinto y vivió hasta los ciento veinte años. Su primer tutor fue San Petroc de Cornualles, el cual, había llegado a Leinster alrededor del 492 y se consagró a sí mismo, con considerable ardor y entusiasmo, al estudio de las Sagradas Escrituras, en lo que su alumno, también llegaría a convertirse en un estudioso notable. Kevin continuó sus estudios bajo la dirección de su tío, San Eugenio, posteriormente Obispo de Ardstraw, quien en aquella época, vivía en Kilnamanagh (Wicklow), donde enseñaba a sus alumnos todas las enseñanzas sagradas, las cuales había adquirido en el famoso Monasterio Británico de Rosnat. El joven Kevin fue, en su tiempo, un apuesto mozo que había conquistado sin saberlo, el afecto de una joven y bella doncella, la cual, una vez le siguió a los bosques. El joven santo, dándose cuenta de la presencia de la joven dama, se tiró a una cama de ortigas y después, cogiendo un puñado de las mismas, flageló a la joven con las ardientes hierbas. “ El fuego externo” dice el biógrafo “extinguió el fuego interno” y Kathleen, arrepentida, llegó a convertirse en santa. Se desconoce el origen de la historia, la cual Moore unió al inmortal verso en el que relata cómo Kevin arrojó a la desdichada Kathleen de su cueva, frente a Lugduff, a las profundidades del lago que está debajo. Entonces Kevin se retiró a lo más salvaje del Valle de Glendalaough, donde pasó muchos años en una estrecha cueva viviendo a solas con Dios, practicando un ascetismo extremo. Con el paso del tiempo, hombres santos se congregaron entorno a él y le indujeron a construir el monasterio, cuyas ruinas todavía permanecen más abajo en el valle más abierto, hacia el este. Aquí su fama de santo y escolástico, atrajo multitud de discípulos, por eso Glendalough llegó a ser para el este de Irlanda lo que las Islas Arran fueron para el oeste- una gran escuela de sabiduría sagrada y noviciado en el que los jóvenes santos y clérigos eran entrenados en virtud y auto negación. Uno de los más ilustres alumnos de San Kevin en Glendalogh fue San Moling, fundador del bien conocido monasterio llamado en su honor San Mullins, situado en la margen izquierda del río Barrow, en el suroeste del Condado de Carlow. Como su maestro Kevin, el fue un hombre dedicado al saber y a la extrema austeridad, viviendo, según se cuenta, tanto tiempo cómo hizo Kevin, en un árbol hueco. También fue un elegante escritor, tanto en Latín como en Irlandés. Son muchos los poemas irlandeses que le han sido atribuidos, sus profecías fueron ampliamente conocidas y el “Libro Amarillo de San Moling” fue uno de los que Keating tuvo en sus manos, pero que por desgracia se perdió. Uno de los escolásticos de Glendalogh, no obstante, San Laurence O´Tool, fue con mucho, el más distinguido. Un gran escolástico, obispo, patriota y santo, debió todo su entrenamiento en virtud y sabiduría a esta escuela. Llevó tan lejos su devoción a San Kevin que incluso después de haber sido nombrado Arzobispo de Dublín, convirtió en practica habitual retirarse de la ciudad y pasar toda la Cuaresma en la misma cueva en la cara de la roca sobre el lago donde San Kevin había vivido a solas con Dios. Las ruinas existentes en Glendalough todavía forman una escena impactante en ese valle montañés de salvaje belleza. Dentro del área del recinto original están la gran iglesia, una catedral, construida probablemente en la época de San Kevin, una fina torre circular de 33 metros de altura (110 pies), la construcción llamada la Cro o cocina de San Kevin y la Iglesia de la Bendita Virgen, a la que San Kevin, como la mayoría de los santos irlandeses, profesaba una especial devoción. La construcción llamada la cocina de San Kevin fue sin lugar a dudas su oratorio privado y habitación del santo, esta última estando en un recinto más arriba, como en la casa de San Columbano en Kells. Fue canonizado en 1903.
http://es.catholic.net/santoral
Recolha, transcrição e tradução incompleta de
António Fonseca
 

terça-feira, 2 de junho de 2009

UM ANO COM SÃO PAULO (37)

Dia 19 de Julho
COLECTA E VIAGEM DE PAULO (1ª Cor. 16, 1-9)
A colecta feita a favor dos cristãos de Jerusalém deve exprimir solidariedade, ser fruto de renúncia e depositada no ofertório dominical. Paulo fala dos seus projectos apostólicos, da visita demorada que fará a Corinto e do campo que se lhe abriu em Éfeso, apesar de muitos adversários
1  Quanto à colecta em benefício dos santos, segui também vós as directrizes que eu tracei às igrejas da Galácia.
2  No primeiro dia da semana, cada um de vós ponha de parte o que tiver podido poupar, para que não esperem a minha chegada para fazer as colectas.
3  Quando chegar, enviarei com uma carta, os que tiverdes escolhido para levar a Jerusalém a vossa oferta.
4  Se valer a pena que eu também vá, irão comigo.
5  Irei ter coonvosco, depois de passar pela Macedónia; apenas passarei por lá.
6  Talvez fique convosco ou até passe todo o inverno, para que me leveis aonde eu tenho de ir.
7  Desta vez, quero ver-vos não somente de passagem, mas espero demorar-me algum tempo convosco, se o Senhor o permitir.
8  Ficarei em Éfeso até ao Pentecostes:
9  aí se me abriu uma grande porta à minha actividade e os adversários aí são muitos.
Frase para recordar:  
No primeiro dia da semana, cada um ponha de parte o que tiver podido poupar.
20 de Julho
DIVERSAS NOTÍCIAS  (1ª Cor. 16, 10-18)
Paulo recomenda que os servidores do Evangelho sejam bem redebidos. Mesmo os que são jovens, como Timóteo.
10  Se Timóteo for visitar-vos, vede que esteja sem preocupaçâo entre vós, porque trabalha exactamente como eu na obra do Senhor.
11  Portanto, ninguém o despreze. E preparai-lhe a viagem em paz para que venha ter comigo, porque o espero com os irmãos.
12  Quanto ao nosso irmão Apolo, roguei-lhe muito que fosse ter convosco com os irmãos, mas de modo algum ele quis ir agora. Contudo irá ver-vos, quando tiver oportunidade.
13  Vigiai! Sede firmes na fé! Sede homens! Sede fortes!
14  Tudo o que fazeis, fazei-o na caridade.
15  Ainda uma recomendaçao, irmãos: sabeis que os membros da família de Estéfanas são as primícias da Acaia e se consagraram ao serviço dos santos.
16  Tratai essas pessoas com consideração, bem como todos aqueles que ajudam e trabalham na mesma obra.
17  Alegro-me com a vinda de Estéfanas, Fortunato e Acaico, porque eles supriram a vossa ausência.
18  e tranquilizaram o meu espírito e o vosso. Tende, pois, consideração para com tais homens.
Frase para recordar:  
Sede homens! Sede Fortes! Tudo o que fazeis , fazei-o com caridade.
21 de Julho
SAUDAÇÕES FINAIS  (1ª Cor. 16, 19-25)
Na saudação final da carta aos Coríntios há, além da lembrança das pessoas, dois pormenores curiosos. a saudação é do seu próprio punho: PAULO. A carta teria sido escrita por um copista. a explosão final do seu coração apostólico, já depois das despedidas: Se alguém não amar ao Senhor seja maldito.
19  As igrejas da Ásia saúdam-vos. Áquila e Prisca, com a comunidade que se reúne em sua casa, enviam-vos muitas saudações.
20  Todos os irmãos vos saudam.
21  Saudai-vos uns aos outros com o ósculo santo.
22  Esta saudação é do próprio punho: PAULO.
23  Se alguém não amar ao Senhor seja maldito! Maranatá.
24  A graça do Senhor Jesus esteja convosco.
25  Eu vos amo a todos vós em Cristo Jesus.
Frase para recordar:
Eu vos amo a todos em Cristo Jesus
22 de Julho  
SAUDAÇÃO AOS CORÍNTIOS   (2ª Cor. 1, 1-2)
Na costumada saudação, Paulo evoca, mais uma vez, a sua condição de apóstolo de Jesus Cristo e associa a ela o seu querido e fiel colaborador Timóteo.
1    Paulo, apóstolo de Jesus Cristo pela vontade de Deus, e o irmão Timóteo, à igreja de Deus que está em Corinto, e a todos os irmãos santos que estão em toda a Acaia.
  A vós, graça e paz da parte de Deus, nosso Pai, e da parte do Senhor Jesus Cristo!
Frase para recordar:  
Paulo, apóstolo de Jesus Cristo pela vontade de Deus
23 de Julho
CONSOLAÇÃO DO APÓSTOLO NOS SOFRIMENTOS (2ª Cor. 1, 3-11)
3  Bendito seja Deus, Pai de nosso Senhor Jesus Cristo, Pai das misericórdias, Deus de toda a consolação,
4  que nos conforta em todas as nossas tribulações, para que, pela consolação com que nós mesmos, somos consolados por Deus, possamos consolar os que estão em qualquer angústia!
5  Com efeito, à medida que em nós crescem os sofrimentos de Cristo, crescem também por Cristo as nossas consolações.
6  Se, pois, somos atribulados, é para vossa consolação e salvaçâo. Se somos consolados, é para vossa consolação, a qual se efectua em vós pela paciência em tolerar os sofrimentos que nós mesmo suportamos.
7  A nossa esperança a respeitode vós é firme: sabemos que, como sois companheiros das nossas aflições, assim  também o sereis da nossa consolação.
8  Não queremos, irmãos, que ignoreis a tribulação que nos sobreveio na Ásia. Fomos maltratados ali desmedidamente, além das nossas forças, a ponto de termos perdido a esperança de sair com vida.
9  Sentíamos dentro de nós mesmos a sentença de morte, para que aprendêssemos a pôr a nossa confiança não em nós, mas em Deus, que ressuscita os mortos.
10  Ele nos livrou e nos livrará de tamanhos perigos de morte. Sim, esperamos que ainda nos livrará
11  se nos ajudardes também vós com orações por nossa intenção. Assim esta graça, obtida por intervenção de muitas pessoas, ser-lhes-á ocasião de agradecer a Deus a nosso respeito.
Frase para recordar:   
Se, somos atribulados, é para vossa consolação e salvaçâo
Do livro 
UM ANO COM SÃO PAULO, 
do Pde Januário Santos
Recolha e trancrição de 
António Fonseca

Igreja da Comunidade de São Paulo do Viso

Nº 5 801 - SÉRIE DE 2024 - Nº (277) - SANTOS DE CADA DIA - 2 DE OUTUBRO DE 2024

   Caros Amigos 17º ano com início na edição  Nº 5 469  OBSERVAÇÃO: Hoje inicia-se nova numeração anual Este é, portanto, o 277º  Número da ...