• María Madalena, Santa
Julho 22 Discípula do Senhor
María Magdalena, Santa
Discípula do Senhor
María Madalena, é a mulher mais vezes mencionada nos Evangelhos, isto é, doze. Sabemos que Jesus a libertou de sete demónios (Lc 8, 2; Mc 16, 9). Por gratidão de tantos benefícios recebidos, quer corporalmente, quer sobretudo espiritualmente, tornou-se santamente apaixonada pelo seu Benfeitor. Sabemos que era uma do grupo de mulheres que acompanhavam o Senhor e o serviam com os seus bens (Lc 8,2). Nunca O deixou, mesmo nas horas mais amargas e aflitivas. Quando os apóstolos fogem, espavoridos perante a prisão e tormentos do Mestre, ela permanece corajosamente firme. Apenas S. João O acompanha nos últimos momentos, enquanto Maria Madalena nunca O deixou (Mt 26, 56). «Estavam ali algumas mulheres, que O serviam e seguiam, enquanto esteve na Galileia». (Mc 15, 40-41). Acompanhou Jesus no seu enterro: «Maria Madalena e Maria, mãe de José, estavam a ver onde O depositavam» (Lc 23, 54-56; Mc 13, 42). Depois do descanso sabático, ela vai ao sepulcro, querendo prestar-Lhe as últimas homenagens. Quando os Apóstolos Pedro e João, ao verem o sepulcro vazio, «voltaram novamente para casa» (Jo 20, 11), ela não se afasta: «Entretanto, Maria estava cá fora a chorar, junto do túmulo» (Jo 20. 11). Vê dois anjos vestidos de branco, mas não teme nem se assusta, nem parece prestar-lhes grande atenção. A única coisa que quer é prestar homenagens ao cadáver de Jesus. Eles perguntaram-lhe: «Mulher, porque choras?». Ela, com imenso respeito, responde-lhes: «Levaram o meu Senhor e não sei onde O puseram». Ela não sabia que estava a falar com anjos. Ao voltar-se, viu Jesus de pé, mas não sabia que era Ele. Esse desconhecido diz-lhe: «Mulher, porque choras? Quem procuras?» Pensando que era o jardineiro, diz-lhe: «Senhor, se tu O levaste, diz-me onde O puseste para eu O ir buscar». Na sua santa loucura, parecia-lhe fácil carregar um corpo como o de Jesus. O «jardineiro» pronunciou então uma só palavra: «Maria!». Enquanto lhe chamou «mulher», não O identificou, mas quando ouviu o seu nome, pronunciado com tanta delicadeza, escapou-lhe uma exclamação em hebraico: «Rabunni!», que quer dizer Mestre. E prostrou-se a seus pés, cheia de alegria sem limites (Jo 20, 11-18), Jesus teve de dizer-lhe: «Não Me prendas que ainda não subi para o Pai» mas vai ter com os meus irmãos e diz-lhes que vou subir para meu Pai e vosso Pai, meu Deus e vosso Deus». Foi a primeira pessoa a quem Jesus manifestou a ressurreição. Ela cumpriu imediatamente esta ordem, exclamando aos apóstolos e a toda a gente: «Vi o Senhor!». Depois deste facto, não mais temos notícias do seu futuro. Mas a ela aplica-se esta informação referente aos apóstolos e àqueles que os acompanhavam no cenáculo: «Todos unidos eram assíduos à oração com algumas mulheres» (Act I, 14). Maria Madalena é um modelo de conversão do mal para o bem, de dedicação e amor apaixonado, de disponibilidade e de colaboradora do apostolado do Mestre. Do livro SANTOS DE CADA DIA, de www.jesuitas.pt. Ver também os restantes sites aqui assinalados.
Julho 22 - Sacerdote e Mártir
Felipe Evans, Santo
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que, siendo rey Carlos II, fueron ahorcados al descubrirse que ejercían el sacerdocio en su patria (1679).
Etimológicamente: Felipe = Aquel que es amigo de los caballos, es de origen griego.
Felipe nace el año 1645, en Monmouthshire, Gales. Cerca de la parroquia de Abergavenny, se encuentra la casa paterna. Sus padres, que han permanecido como buenos católicos, lo envían al continente, cuando tiene quince años, para recibir su educación en el Colegio Inglés de la Compañía de Jesús ubicado en la ciudad de Saint Omer, en Flandes.
En la Compañía de Jesús
Terminados los estudios de filosofía, hace discernimiento vocacional e ingresa en la Compañía a la edad de 20 años. Es ordenado de sacerdote en 1675.
Se conserva un informe de su vida, escrito por su Provincial: "Tiene una disposición maravillosamente franca y un comportamiento simpático, sin nubarrones. Su frente est siempre libre de arrugas".
De regreso a Gales
Tan pronto como completa la formación, los superiores lo destinan a la patria. Queda asignado al pequeño Colegio de Cwm.
Muy pronto empieza a ser conocido por su extraordinario celo apostólico. Dice regularmente la misa y predica, a los numerosos grupos católicos, en la mansión de Thomas Gunter, ubicada en la calle de la Santa Cruz, una de las principales de Abergavenny. Más de un centenar de personas se agrupa, cada domingo y día festivo, en la capilla adornada en el frontis con el IHS de los jesuitas. La iglesia está en el amplio jardín y, en la casa, hay un lugar secreto que puede ocultar al sacerdote.
Felipe también frecuenta, dos millas al norte de Abergavenny, la casa de campo de Charles Proger, quien hábilmente combina su cargo de juez de paz con su calidad de católico. Allí acuden también algunos cientos de personas.
Igualmente, recorre el valle de Glamorgan en la zona oeste de Gales, y dice misa en Sker House, propiedad de Christopher Turberville, quien con gran valentía lo protege.
Cuando estalla, en 1678, la tormenta provocada por Titus Oates, el juez de paz de Llanvihangel Court, John Arnold, ofrece una recompensa de 200 libras esterlinas por la captura de Felipe.
Los amigos avisan a Felipe y lo tratan de convencer para que salga de Gales, por lo menos hasta que pase la tormenta. Pero él no acepta dejar el lugar donde lo ha colocado la obediencia. Christopher Turberville tiene el valor de ocultarlo en Sker House, su casa.
El 2 de diciembre de 1678, Felipe es detenido por William Bassett y un grupo de hombres armados. La traición, por parte de un pariente protestante del dueño de casa, parece ser cierta.
Felipe y su anfitrión son llevados a la cárcel de Dunraven Castle. Allí Richard Lougher, el juez de paz, ofrece una fianza por Felipe, la que es rechazada por William Bassett. Con escolta armada, es conducido a Cardiff.
Durante la noche, se detiene la comitiva en Cowbridge. Esta vez, es Sir Edward Stradling quien ofrece una fianza a Felipe con la condición de que preste el juramento prescrito en las Actas de Supremacía y de Fidelidad. Él agradece al magistrado su atención, pero manifiesta que rechaza el ofrecimiento porque no puede ir contra la propia conciencia.
En la prisión de Cardiff, Felipe es confinado en un calabozo sin luz y sin ventilación, ubicado en los subterráneos de la Torre negra. Pasa veinte días en estricto aislamiento, hasta que el gobernador accede a que Felipe pueda compartir una celda con otro sacerdote. Este es John Lloyd, diocesano y buen amigo de Felipe, quien sufre prisión por la misma causa. John ha sido formado en el Colegio jesuita inglés de Valladolid y, por lo tanto, tienen muchas cosas en común. Juntos ocupan, ahora, una celda amplia en el primer piso de la Torre con una pequeña ventana ubicada en lo alto.
Felipe y John son mantenidos prisioneros durante cinco meses, mientras las autoridades buscan testigos adecuados, que los acusen de haberlos visto actuar como sacerdotes.
Los testigos y el juicio
El primero de los testigos católicos que encuentran rechaza vehementemente prestarse a sus propósitos. Por ello es golpeado con tal violencia, que una de sus costillas se rompe y muere en la tortura. Varios otros, que rechazan, son azotados. Al fin, convencen, con una recompensa de doscientas libras a cada una, a la anciana Margaret John Lewis y a su hija Mary Lewis, ambas antiguas católicas. Otros cinco testigos, por cien libras, son encontrados para atestiguar contra John Lloyd.
El proceso queda fijado para el día 9 de mayo. Ambos prisioneros son acusados de ser sacerdotes y jesuitas, lo cual los hace jurídicamente traidores y no merecedores de un veredicto de inocencia. Nada dicen acerca de complicidad en el complot fraguado por Oates.
Las dos mujeres declaran contra Felipe. Afirman que ellas han asistido a las misas celebradas por el P. Evans y que han recibido la comunión de sus manos. A estos cargos, Felipe no responde, porque sabe que dicen la verdad. Mayne Trott, contratado también por Bassett, pretende envolverlo en el complot de Titus Oates, pues jura que a los pocos días de manifestado ese complot, Felipe habría dicho: "Si ustedes temen a las leyes penales actúan tontamente, porque les aseguro que dentro de poco no habrá en Inglaterra otra religión que la católica".
Con ello, Felipe estaría anunciando que el duque de York, católico, hermano y heredero del rey, iba a restablecer en su reinado al catolicismo como a única religión de Inglaterra. Felipe, solemnemente, niega estos cargos, a lo cual el Juez accede retirarlos. El Juez, que es un hombre amable, invita a Felipe para que rechace los primeros testimonios. Pero Felipe no puede hacerlo y nuevamente guarda silencio.
Entonces el Juez se dirige al jurado: "Señores, si Uds. creen que estas mujeres han dicho la verdad, es un deber pronunciar el veredicto de que es culpable". Richard Bassett, que es miembro del jurado, hace castañetear sus dedos y en voz alta dice: "Deje Ud. este asunto a nosotros. Le aseguro, por Dios, que lo declararemos culpable".
El veredicto del jurado es unánime: culpable. Al escuchar Felipe esa condena a muerte, inclina la cabeza. Agradece al Juez, después al jurado, y muy especialmente a Richard Bassett.
Los testigos contra John Lloyd no se presentan. Las evidencias de su sacerdocio las presentan: Samuel Hancorne, Benjamin Browne, la misma Margaret Lewis y John Nicholls. El jurado también declara culpable al sacerdote John Lloyd.
En la antesala de la muerte
De regreso a la Torre del Castillo, ambos son encadenados. Felipe pide al alcaide permiso para hacer traer su arpa. Con las cadenas en los pies, toca, canta y hace cantar a muchos en la prisión. La ejecución es diferida casi tres meses. Hay rumores de una posible liberación. Debido a ello, Felipe y John empiezan a ser tratados con mayor atención. Les quitan las cadenas, les permiten salir de la celda y aun jugar tenis en el patio.
El 21 de julio, repentinamente, mientras Felipe juega un partido de tenis, es informado por el alcaide que su muerte ha sido fijada para el día siguiente en la mañana. Continuó jugando hasta terminar el partido. Después se mostró feliz.
Más tarde Felipe y John son nuevamente encadenados. Con mucha paz, dedica las horas a tocar el arpa, a cantar y a conversar alegremente con las numerosas personas que vienen a despedirse. Después a solas, con su amigo John, rezan un largo rato.
Hacia el patíbulo
El 22 de julio de 1679, alrededor de las nueve de la mañana, Felipe y John son subidos a una carreta en dirección a Gallows Field, el lugar del suplicio. Ambos van con los brazos atados a la espalda. Muy temprano, ambos han recitado al breviario.
Cardiff era una ciudad pequeña en ese entonces. La comitiva tomó la calle principal, hasta Gallows Field. No sabemos, con exactitud, qué actitud tomaron las personas que siguieron el cortejo. Sin duda, unos eran amigos, otros son hostiles.
Cuando llegan al lugar donde están las horcas, los dos las saludan con las palabras de San Andrés apóstol: "Salve, cruz santa, tanto tiempo deseada". Se ponen de rodillas y besan el cadalso. Se levantan y preguntan al capitán Thomas Gibbon cuál de los dos deber morir primero. Este dice: "Felipe Evans". Felipe abraza a su amigo y sube al patíbulo.
De pie, junto al cadalso, Felipe dice sus últimas palabras:
"Sin duda éste es el mejor púlpito que un hombre puede tener para decir un sermón. En verdad, solamente puedo decir de nuevo que muero por Dios y por la religión. Me siento muy feliz. Si tuviera muchas vidas, las daría todas, libremente, por esta buena causa.
Si yo pudiera vivir, eso sería por poco tiempo, aunque soy joven. Soy dichoso porque puedo adquirir con un sufrimiento breve una vida eterna. Yo agradezco a los que han sido amables conmigo, en especial a usted, capitán.
Adiós, querido amigo John. Será por muy poco tiempo, porque, en breve, estaremos nuevamente juntos. Rueguen por mí, todos. Yo les devolveré estas oraciones, con el favor de Dios, desde el cielo. Si ustedes que me ven así morir libremente por mi religión, tienen un buen pensamiento sobre mi muerte, yo me sentiré feliz".
Después, reza por el rey y termina pidiendo a los católicos presentes que se unan a su oración. Los amigos que están cerca se ponen de rodillas.
Al llegar a la horca, Felipe se dirige a John: "Padre Lloyd, cumpla lo que Ud. ha prometido". No podemos saber el significado estricto de esta frase. Tal vez es una exhortación a tener valor, tal vez es un recuerdo, porque ha pedido recibir la absolución.
Después, hace una pausa. Felipe se concentra un momento, y dice con voz clara y cariñosa: "Señor, en tus manos encomiendo mi alma". Unos segundos después, su cuerpo queda suspendido en la horca.
John, con lágrimas en los ojos, contempla la ejecución de Felipe. Le da la absolución y mira, con veneración, cuando es descuartizado. Felipe tiene apenas 34 años.
San Felipe Evans es canonizado por el papa Pablo VI, el día 25 de octubre de 1970, conjuntamente con San Edmundo Campion y otros ocho mártires jesuitas ingleses. También el mismo día el Papa canoniza al amigo de San Felipe Evans: John Lloyd.
• Agostinho de Biella Fangi, Beato
Julho 22 - Sacerdote
Agustín de Biella Fangi, Beato
Presbítero Dominico
Martirologio Romano: En Venecia, beato Agustín de Biella Fangi, presbítero de la Orden de Predicadores, que prestó grandes servicios en Soncino, en Viglebano y en la misma Venecia (1493).
Etimológicamente: Agustín = Aquel que es venerado, es de origen latino.
Agustín fue un confesor del siglo XV. La línea Biella-Soncino-Venecia representa, imaginativamente, los datos biográficos de Agustín.
Nabía nacido en Biella (Piamonte, Italia). Llamado por Dios para ser monje, al poco tiempo de iniciar sus estudios profesionales, eligió la carrera sacerdotal y tras algún tiempo de experiencia, fue nombrado superior del convento de Soncino. Murió en Venecia el 22 de julio de 1491.
Entró en la vida religiosa en el convento de los padres dominicos cuando era todavía joven y tenía ya cierta madurez doctrinal.
Permaneció 30 años en Soncino, centro cultural de mucha importancia en aquella época, célebre sobre todo por su tipografía.
Los diez últimos años de su vida los pasó en Venecia. Es en esta preciosa ciudad del Adriático en donde se encuentran sus reliquias, concretamente, en la iglesia de santo Tomás.
Cuando cayó enfermo, pasó toda su enfermedad sin una queja, e hizo de sus sufrimientos la mejor ofrenda para el Señor.
En 1530 obreros encontraron su ataúd flotando en el agua que había rezumado en la cámara mortuoria, cuando se abrió el féretro encontraron que tanto el cuerpo y sus ropas no se habían corrompido ni por el paso de los años ni por efecto del agua.
Entre las muchas y buena cualidades de que hizo gala, en nombre del Señor, cabe destacar su magnífica predicación y su tono de humildad en todo momento.
En el año 1872 del Papa Pío IX confirmó su culto, y fue beatificado oficialmente en 1878.
También es conocido como: Agustín Fangi
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
• Vandregisilo, Santo
Julio 22 Abad, 22 de julio
Vandregisilo, Santo
Abad
Martirologio Romano: En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Vandregisilo, abad, que, habiendo renunciado a vivir en la corte con el rey Dagoberto, hizo vida monástica en varios lugares, y promovido al sacerdocio por san Audeno, obispo de Rouen, en el bosque llamado Gemeticense fundó y rigió el monasterio de este mismo nombre (c. 668).
Vandregisilo nació en las cercanías de Verdún (Francia), a fines del siglo VI o a principios del VII. Era pariente del Beato Pepino de Landen, predecesor de la dinastía carolingia. Sus padres le educaron piadosa y sobriamente, y en la escuela aprendió los rudimentos de las ciencias profanas. Los nobles de aquella época sólo podían hacer carrera en la corte, de suerte que Vandregisilo fue enviado a la corte de Austrasia, en cuanto tuvo edad suficiente para ello. Ahí contrajo matrimonio por complacer a sus padres, aunque personalmente no lo deseaba, pues desde tiempo atrás tenía la intención de abrazar la vida religiosa. Felizmente, los deseos de su esposa concordaban con los suyos, de suerte que vivieron juntos como hermano y hermana (aunque también se cuenta que fueron los padres de Santa Landrada).
Cuando Vandregisilo puso en orden todos sus asuntos seculares, ambos se retiraron a la vida religiosa, el año 628. El rey Dagoberto no dejó de oponerse a ello, ya que no quería perder a un servidor tan eficaz y de tanta confianza. Vandregisilo comenzó por quedar bajo la dirección de San Baudry de Montfaugon, cerca de Verdún; pero a los pocos meses, comprendió que debía retirarse durante algún tiempo a la soledad. Así pues, se construyó una choza en los bosques, a orillas del río Doubs, cerca de Saint-Ursanne, en el Jura, donde pasó seis años. Su modo de vida y las penitencias que practicaba recuerdan mucho la disciplina de los monjes de Irlanda, ya que sólo comía dos veces por semana, dormía una o dos horas diarias y rezaba el oficio descalzo sobre el suelo helado. Por ello, se ha dicho que San Vandregisilo estaba bajo la influencia de San Columbano; tal hipótesis es bastante verosímil, puesto que San Ursicino, uno de los discípulos de San Columbano, había santificado con su vida y su muerte el sitio en el que habitaba entonces San Vandregisilo y éste proyectó, en una época, un viaje a Irlanda. Abandonando a los discípulos que se habían congregado a su derredor, el santo pasó algún tiempo en la abadía de San Columbano en Bobbio y después se trasladó a la abadía de Romain-Moütier. Ahí permaneció diez años, hasta perfeccionarse en las reglas y prácticas de la vida cenobítica. El arzobispo de Rouen, San Ouén (también llamado San Audeno), en cuya diócesis trabajó algún tiempo Vandregisilo, le confirió las órdenes sagradas.
Una vez que Dios formó así perfectamente a su instrumento, le dio a entender que había llegado el momento de emprender la gran obra de su vida, o sea la fundación de la abadía de Fontenelle, en las cercanías de Caudebec-en-Caux. Pronto se unieron a Vandregisilo numerosos discípulos. El año 657, San Ouén (San Audeno) consagró a San Pedro la iglesia de la nueva abadía. Fontenelle fue uno de los monasterios más característicos de la Edad Media, ya que era a la vez hogar de ascetas, centro misional y escuela de artes y letras. San Vandregisilo se preocupó particularmente por el bienestar de los habitantes de los alrededores; no contento con encargarse de la instrucción de las personas que trabajaban en las dependencias del monasterio, que eran muy numerosas, extendió su celo a toda la región de Caux, donde había todavía muchos paganos. La bondad del santo ablandó y transformó a muchas almas; su humildad atrajo aun a los más renuentes y su predicación obró numerosas conversiones.
En julio del año 668, Vandregisilo tuvo que guardar cama a causa de una ligera indisposición. Entonces, fue arrebatado en éxtasis y comprendió que su muerte estaba próxima. En cuanto volvió en sí, reunió a sus monjes y les dijo: "Quedad tranquilos. Si permanecéis fieles a mis enseñanzas y recordáis lo que os he predicado, si estrecháis entre vosotros los lazos de unidad, amor y humildad y no dejáis que la discordia se introduzca entre vosotros, el monasterio prosperará. El Señor estará siempre entre vosotros y os reconfortará y ayudará en todo".
• Outros Santos e Beatos
Julho 22 - Completando o santoral deste dia
Otros Santos y Beatos
San Platón, mártir
En Ancira, de Galacia, san Platón, mártir (s. III/IV).
Santos Mártires Masilitanos, mártires
En África, santos mártires Masilitanos, de quienes, en el aniversario de su muerte, san Agustín predicó un sermón a los fieles (s. III/IV).
San Cirilo, obispo
En Antioquía, ciudad de Siria, san Cirilo, obispo, el cual, siendo emperador Diocleciano, fue encarcelado y desterrado (c. 306).
San Anastasio, monje
En la fortaleza de Suania, en los montes del Cáucaso, san Anastasio, monje, discípulo de san Máximo el Confesor, con el que, por defender la fe ortodoxa, fue encarcelado y tuvo que sufrir toda suerte de tormentos. Falleció en dicha fortaleza, o tal vez en camino, cuando se dirigía hacia ella (662).
San Meneleo, abad
San Jerónimo, obispo
San Gualterio, fundador
En Lodi, en la Lombardía, san Gualterio, fundador del Hospital de la Misericordia (1224).
San Juan Lloyd, presbítero y mártir
En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que, siendo rey Carlos II, fueron ahorcados al descubrirse que ejercían el sacerdocio en su patria (1679).
Santos Ana Wang, Lucía Wang Wangzhi y su hijo Andrés Wang Tianqing, mártires
En un lugar llamado Majiazhuang, cerca de Daining, en la provincia de Hebei, en China, santos mártires Ana Wang, virgen, Lucía Wang Wangzhi y su hijo Andrés Wang Tianqing, asesinados por el nombre de Cristo durante la persecución promovida por los Yihetuan (1900).
Santa María Wang Lizhi, mártir
Cerca de Daining, también en la provincia china de Hebei, santa María Wang Lizhi, mártir, que en la misma persecución, cuando algunos paganos intentaban salvarla pidiéndole que dijera que no era cristiana, ella afirmó abiertamente que era sierva de Cristo Jesús, por lo que fue ejecutada inmediatamente (1900).
23600 > Santa Maria Maddalena (di Magdala) 22 luglio - Memoria MR
90788 > Beato Agostino da Biella Domenicano 22 luglio MR
63930 > Sant' Anastasio Apocrisario 22 luglio MR
64000 > San Cirillo di Antiochia, Andrea e compagni Vescovo 22 luglio MR
63900 > San Filippo Evans Martire 22 luglio MR
63970 > Beato Giacomo Lombardie Martire 22 luglio MR
93309 > San Giovanni Lloyd Sacerdote e martire 22 luglio MR
63960 > San Girolamo di Pavia Vescovo 22 luglio MR
63950 > San Gualtero (Gualtiero) Venerato a Lodi 22 luglio MR
23600 > Santa Maria Maddalena (di Magdala) 22 luglio - Memoria MR
63980 > Santa Maria Wang Lizhi Martire 22 luglio MR
63920 > Santi Martiri Massulitani 22 luglio MR
63940 > San Meneleo di Menat Abate 22 luglio
94220 > Beato Paolo de Lara Mercedario 22 luglio
63910 > San Platone di Ancira Martire 22 luglio MR
92851 > San Vandregisilo Abate 22 luglio MR
sites: www.es.catholic.net/santoral, www.jesuitas.pt, www.santiebeari.it
Recolha e transcrição muito incompleta, por absoluta falta de tempo e também porque o meu computador continua a causar-me imensos problemas. Vamos ver até quando é que posso continuar assim… António Fonseca
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