Nº 1734
27 DE AGOSTO DE 2013
Conforme venho informando desde o passado dia 23 – estou lutando com várias dificuldades técnicas que, infelizmente, ainda não puderam ser resolvidas – mas que espero que o sejam muito em breve, se Deus quiser – Dado que, me sinto obrigado a continuar com esta tarefa a que meti ombros há cerca de 5 anos atrás e que só será terminada (salvo os problemas técnicos…) quando eu, um dia que oxalá seja muito longínquo, eu vier a deixar de ter saúde e força, a publicação dos meus blogues será prosseguida até que DEUS me ordene parar.
Por isso, as minhas desculpas e os meus agradecimentos. ANTÓNIO FONSECA
e-mail: antoniofonseca1940@hotmail.com
e-mail dos blogues: antoniofonseca40@gmail.com
Nº 1734 - (217-13) – 1ª Página
Nº 1734 - (217-13) – 1ª Página
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E U S O U
AQUELE QUE SOU
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IN: Livro dos Santos de Cada dia, de www.jesuitas.pt
MÓNICA, Santa (Mãe de Santo AGOSTINHO) - (387)
GABRIEL MARIA, Beato - Fundador (1462-1532)
IN: WWW.ES.CATHOLIC.NET/SANTORAL
Mónica, Santa
Madre de San Agustín, 27 de agosto
Mónica, Santa
Madre de San Agustín
Martirologio Romano: Memoria de santa Mónica, que, muy joven todavía, fue dada en matrimonio a Patricio, del que tuvo hijos, entre los cuales se cuenta a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios. Al tiempo de partir para África, ardiendo en deseos de la vida celestial, murió en la ciudad de Ostia del Tíber (387).
Etimológicamente: Mónica = Aquella que disfruta de la soledad, es de origen griego.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Hoy celebramos a Santa Mónica, que con su testimonio logró convertir a su marido, a su suegra y a su hijo, San Agustín, quién también, es un gran santo de la Iglesia.
Santa Mónica fue una mujer con una gran fe y nos entregó un testimonio de fidelidad y confianza en Dios, por lo que alcanzó la santidad cumpliendo con su vocación de esposa y madre.
Un poco de historia
Mónica, la madre de San Agustín, nació en Tagaste (África del Norte) a unos 100 km de la ciudad de Cartago en el año 332.
Formación
Sus padres encomendaron la formación de sus hijas a una mujer muy religiosa y estricta en disciplina. Ella no las dejaba tomar bebidas entre horas (aunque aquellas tierras son de clima muy caliente) pues les decía: "Ahora cada vez que tengan sed van a tomar bebidas para calmarla. Y después que sean mayores y tengan las llaves de la pieza donde está el vino, tomarán licor y esto les hará mucho daño." Mónica le obedeció los primeros años pero, después ya mayor, empezó a ir a escondidas al depósito y cada vez que tenía sed tomaba un vaso de vino. Más sucedió que un día regañó fuertemente a un obrero y éste por defenderse le gritó ¡Borracha! Esto le impresionó profundamente y nunca lo olvidó en toda su vida, y se propuso no volver a tomar jamás bebidas alcohólicas. Pocos meses después fue bautizada (en ese tiempo bautizaban a la gente ya entrada en años) y desde su bautismo su conversión fue admirable.
Su esposo
Ella deseaba dedicarse a la vida de oración y de soledad pero sus padres dispusieron que tenía que esposarse con un hombre llamado Patricio. Este era un buen trabajador, pero de genio terrible, además mujeriego, jugador y pagano, que no tenía gusto alguno por lo espiritual. La hizo sufrir muchísimo y por treinta años ella tuvo que aguantar sus estallidos de ira ya que gritaba por el menor disgusto, pero éste jamás se atrevió a levantar su mano contra ella. Tuvieron tres hijos: dos varones y una mujer. Los dos menores fueron su alegría y consuelo, pero el mayor Agustín, la hizo sufrir por varias décadas.
La fórmula para evitar discusiones.
En aquella región del norte de África donde las personas eran sumamente agresivas, las demás esposas le preguntaban a Mónica porqué su esposo era uno de los hombres de peor genio en toda la ciudad, pero que nunca la golpeaba, y en cambio los esposos de ellas las golpeaban sin compasión. Mónica les respondió: "Es que, cuando mi esposo está de mal genio, yo me esfuerzo por estar de buen genio. Cuando él grita, yo me callo, para pelear se necesitan dos y yo no acepto entrar en pelea, pues....no peleamos".
Mónica, Santa
Viuda, y con un hijo rebelde
Patricio no era católico, y aunque criticaba el mucho rezar de su esposa y su generosidad tan grande hacia los pobres, nunca se opuso a que dedique de su tiempo a estos buenos oficios. Y quizás, el ejemplo de vida de su esposa logro su conversión. Mónica rezaba y ofrecía sacrificios por su esposo y al fin alcanzó de Dios la gracia de que en el año de 371 Patricio se hiciera bautizar, y que lo mismo hiciera su suegra, mujer terriblemente colérica que por meterse demasiado en el hogar de su nuera le había amargado grandemente la vida a la pobre Mónica. Un año después de su bautizo, Patricio murió, dejando a la pobre viuda con el problema de su hijo mayor.
El muchacho difícil
Patricio y Mónica se habían dado cuenta de que Agustín era extraordinariamente inteligente, y por eso decidieron enviarle a la capital del estado, a Cartago, a estudiar filosofía, literatura y oratoria. Pero a Patricio, en aquella época, solo le interesaba que Agustín sobresaliera en los estudios, fuera reconocido y celebrado socialmente y sobresaliese en los ejercicios físicos. Nada le importaba la vida espiritual o la falta de ella de su hijo y Agustín, ni corto ni perezoso, fue alejándose cada vez más de la fe y cayendo en mayores y peores pecados y errores.
Una madre con carácter
Cuando murió su padre, Agustín tenía 17 años y empezaron a llegarle a Mónica noticias cada vez más preocupantes del comportamiento de su hijo. En una enfermedad, ante el temor a la muerte, se hizo instruir acerca de la religión y propuso hacerse católico, pero al ser sanado de la enfermedad abandonó su propósito de hacerlo. Adoptó las creencias y prácticas de una la secta Maniquea, que afirmaban que el mundo no lo había hecho Dios, sino el diablo. Y Mónica, que era bondadosa pero no cobarde, ni débil de carácter, al volver su hijo de vacaciones y escucharle argumentar falsedades contra la verdadera religión, lo echó sin más de la casa y cerró las puertas, porque bajo su techo no albergaba a enemigos de Dios.
La visión esperanzadora
Sucedió que en esos días Mónica tuvo un sueño en el que se vio en un bosque llorando por la pérdida espiritual de su hijo, Se le acercó un personaje muy resplandeciente y le dijo "tu hijo volverá contigo", y enseguida vio a Agustín junto a ella. Le narró a su hijo el sueño y él le dijo lleno de orgullo, que eso significaba que ello significaba que se iba a volver maniquea, como él. A eso ella respondió: "En el sueño no me dijeron, la madre irá a donde el hijo, sino el hijo volverá a la madre". Su respuesta tan hábil impresionó mucho a su hijo Agustín, quien más tarde consideró la visión como una inspiración del cielo. Esto sucedió en el año 437. Aún faltaban 9 años para que Agustín se convirtiera.
La célebre respuesta de un Obispo
En cierta ocasión Mónica contó a un Obispo que llevaba años y años rezando, ofreciendo sacrificios y haciendo rezar a sacerdotes y amigos por la conversión de Agustín. El obispo le respondió: "Esté tranquila, es imposible que se pierda el hijo de tantas lágrimas". Esta admirable respuesta y lo que oyó decir en el sueño, le daban consuelo y llenaban de esperanza, a pesar de que Agustín no daba la más mínima señal de arrepentimiento.
El hijo se fuga, y la madre va tras de él
A los 29 años, Agustín decide irse a Roma a dar clases. Ya era todo un maestro. Mónica se decide a seguirle para intentar alejarlo de las malas influencias pero Agustín al llegar al puerto de embarque, su hijo por medio de un engaño se embarca sin ella y se va a Roma sin ella. Pero Mónica, no dejándose derrotar tan fácilmente toma otro barco y va tras de él.
Un personaje influyente
En Milán; Mónica conoce al santo más famoso de la época en Italia, el célebre San Ambrosio, Arzobispo de la ciudad. En él encontró un verdadero padre, lleno de bondad y sabiduría que le impartió sabios. Además de Mónica, San Ambrosio también tuvo un gran impacto sobre Agustín, a quien atrajo inicialmente por su gran conocimiento y poderosa personalidad. Poco a poco comenzó a operarse un cambio notable en Agustín, escuchaba con gran atención y respeto a San Ambrosio, desarrolló por él un profundo cariño y abrió finalmente su mente y corazón a las verdades de la fe católica.
La conversión tan esperada
En el año 387, ocurrió la conversión de Agustín, se hizo instruir en la religión y en la fiesta de Pascua de Resurrección de ese año se hizo bautizar.
Puede morir tranquila
Agustín, ya convertido, dispuso volver con su madre y su hermano, a su tierra, en África, y se fueron al puerto de Ostia a esperar el barco. Pero Mónica ya había conseguido todo lo que anhelaba es esta vida, que era ver la conversión de su hijo. Ya podía morir tranquila. Y sucedió que estando ahí en una casa junto al mar, mientras madre e hijo admiraban el cielo estrellado y platicaban sobre las alegrías venideras cuando llegaran al cielo, Mónica exclamó entusiasmada: " ¿Y a mí que más me amarra a la tierra? Ya he obtenido de Dios mi gran deseo, el verte cristiano." Poco después le invadió una fiebre, que en pocos días se agravó y le ocasionaron la muerte. Murió a los 55 años de edad del año 387.
A lo largo de los siglos, miles han encomendado a Santa Mónica a sus familiares más queridos y han conseguido conversiones admirables.
En algunas pinturas, está vestida con traje de monja, ya que por costumbre así se vestían en aquél tiempo las mujeres que se dedicaban a la vida espiritual, despreciando adornos y vestimentas vanidosas. También la vemos con un bastón de caminante, por sus muchos viajes tras del hijo de sus lágrimas. Otros la han pintado con un libro en la mano, para rememorar el momento por ella tan deseado, la conversión definitiva de su hijo, cuando por inspiración divina abrió y leyó al azar una página de la Biblia.
Oración
Santa Mónica, te pedimos en este día que nos ayudes a vivir nuestra vocación cerca de Dios, confiando siempre en que la oración constante y sencilla es un instrumento eficaz para transformar los corazones de quienes nos rodean.
Amén.
Escucha el Podcast de Mauricio I. Pérez Santa Mónica
Cesáreo de Arlés, Santo
Obispo, 27 de agosto
Cesáreo de Arlés, Santo
Obispo
Martirologio Romano: En Arlés, de la Provenza, san Cesáreo, obispo, que, después de haber llevado vida monástica en la isla de Lérins, recibió ese episcopado en contra de sus deseos. Preparó y reunió sermones apropiados para las festividades que los presbíteros debían leer con objeto de instruir al pueblo y escribió también reglas de vida, tanto para hombres como para religiosas, para dirigir la vida monástica (542).
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
San Cesáreo nació el año 470, cerca de Chalon-sur-Saone. Pertenecía a una familia galo-romana. A los dieciocho años, cuando ya había adquirido un respetable cúmulo de ciencia, determinó abrazar la carrera sacerdotal. Dos años más tarde se retiró a la abadía de Lérins, que había dado ya a la Iglesia muchos varones santos y sabios. El abad le nombró bodeguero. Pero, como las pasiones humanas alcanzan aún los sitios más alejados de los incentivos del vicio, algunos monjes tomaron a mal la administración escrupulosa de Cesáreo, y el abad se vio obligado a relevarle del oficio. Cesáreo quedó encantado de poder disponer de más tiempo para la contemplación y la penitencia; pero, como su salud se empezaba a resentir, fue enviado a reponerse a Arlés. El santo era pariente de Enoo, el obispo del lugar, a quién llamó la atención el cuidado con que el monje les evitaba la lectura de los autores paganos a los jóvenes que se preparaban al sacerdocio, y lo quiere para cumplir funciones en su Diócesis. Así pues, escribió al abad de Cesáreo suplicándole que le cediese al religioso. Una vez que Cesáreo recibió la ordenación sacerdotal, Enoo le puso al frente de un monasterio en el que la disciplina estaba muy relajada. El santo redactó una regla, gobernó el monasterio durante tres años y consiguió convertirlo en un modelo, a pesar de su propia juventud e inexperiencia. En su lecho de muerte, el obispo de Arlés propuso que le sucediese Cesáreo. Este huyó a ocultarse en el cementerio, pero fue descubierto, y el pueblo y el clero le obligaron a aceptar la elección.
Contaba solamente treinta años, e iba a gobernar la diócesis durante cuarenta más. San Cesáreo no tenía el hábito de suntuosidad y el espíritu de orden que movían a tantos obispos de la época a exagerar la importancia de su cargo para asegurar su la estabilidad. Pero poseía en cambio un profundo espíritu religioso, que hizo de él el principal prelado de las Galias. Una de sus primeras empresas fue regularizar el canto del oficio divino. Hasta entonces, en Arlés, sólo se cantaba en público los sábados, los domingos y los días de fiesta, pero San Cesáreo lo impuso diariamente, como se acostumbraba en otros sitios y no tuvo reparos en modificarlo para conseguir que las cristianas acudiesen más regularmente. Por otra parte, enseñó a su grey a orar de verdad, a elevar a Dios los deseos de su corazón y no simplemente a mover los labios en vano y aún con riesgo de cometer sacrilegio, ya que la verdadera oración consiste en levantar el corazón hasta Dios. Solía decir: "El hombre adora aquello en lo que tiene puesta la mente cuando reza. El que al orar piensa en los asuntos políticos o en la construcción de sus casa, no adora a Dios sino a su casa o a los asuntos políticos". San Cesáreo predicaba siempre los domingos y días de fiesta, mañana y tarde y, con frecuencia, lo hacía también entre semana. Si por alguna razón se hallaba impedido, hacía que los sacerdotes y diáconos leyesen al pueblo alguna homilía de los Padres.
También mandó que se leyesen esas homilías después de los maitines y vísperas para que el pueblo nunca saliese de la iglesia sin haber aprendido algo. El estilo del santo, que detestaba los disgustos complicados, era sencillo, natural, y agradable. Solía descender a detalles y clamaba contra los vicios más extendidos, en particular, contra la costumbre de dejar el arrepentimiento para el día de mañana. Con frecuencia, hablaba de las penas, del purgatorio por los pecados veniales y de la necesidad de repararlos con las frecuentes penitencias. Sobre todo, predicaba acerca de la oración, el ayuno, la limosna, el perdón de las injurias, la castidad y la práctica de las buenas obras. En resumen, fue el primer predicador "popular" cuyos sermones han llegado hasta nosotros; están llenos de comparaciones familiares y rara vez duran más de un cuarto de hora. Al mismo tiempo, el santo inculcaba a sus oyentes el valor de la oración litúrgica, que tanto se esforzó por popularizar. "Que vuestras acciones correspondan a vuestras palabras -repetía-. Que vuestras almas sean tan puras como lo exige el texto: Beati inmmaculati in via".
Uno de sus primeros biógrafos llama a San Cesáreo "otro Noe que construyó un arca para proteger a sus hijos contra los peligros de su tiempo". Se trata de una alusión al monasterio que abrió como refugio para las doncellas y viudas del sur de las Galias que querían consagrarse a Dios. El monasterio se hallaba, al principio, en Aliscamps, entre las tumbas romanas; más tarde, fue trasladado al interior de las murallas de la ciudad. Su primer nombre fue San Juan; después tomó el nombre de San Cesáreo. Este confió al gobierno del convento a su hermana Santa Cesária, redactó personalmente la regla y siempre consideró aquella obra como una de las principales empresas de su vida. En sus reglas, insistía en la inviolabilidad absoluta de la clausura. Reglamenta las normas del claustro y de la vida en el monasterio También redactó otras parecidas para los monasterios masculinos y la impuso a todos los de su diócesis. La costumbre de la clausura que fue extendiéndose, poco a poco, a otras regiones, tras haber defendido con éxito su extensa jurisdicción, sede de Arlés, que tenía como sufragáneas a varias diócesis.
En calidad de primado, el santo presidió varios sínodos, de los que el más importante fue el de Orange en el año 529. Comienza a echar por tierra argumentos equivocados. Dicho sínodo se pronunció contra los que afirmaban que Dios predestina a ciertas almas a la condenación; también declaró que a la gracia de Dios, debemos el primer movimiento hacia Él de nuestras almas, de suerte que Dios es el autor de toda conversión, contra lo que sostenían los semipelagianos.
Junto con esta actividad eclesiástica, San Cesáreo participó también en los principales acontecimientos sociales y políticos de su tiempo. La ciudad de Arlés estaba entonces bajo el dominio del rey visigodo Alarico II. Las malas lenguas dijeron al monarca que San Cesáreo, que había nacido en Borgoña, estaba tratando de anexar el territorio de Arlés a los dominios del rey de Borgoña. La acusación era falsa; pero Alarico desterró al santo a Burdeos en el año 505. Cuando el monarca se dio cuenta de la injusticia que había cometido, llamó a San Cesáreo del destierro y condenó a su calumniador a morir apedreado, aunque acabó por perdonarle, a ruegos del santo.
Después de la muerte del monarca visigodo, el ostrogodo Teodorico, rey de Italia, se apoderó de los dominios del Lenguedoc . Habiendo concebido ciertas sospechas contra San Cesáreo, mandó arrestarle y conducirle a Ravena. Al llegar a la presencia de Teodorico, el santo lo saludó, y el rey, al ver el aspecto venerable e intrépido del anciano, se levantó y le saludó también. En seguida hablaron ambos amigablemente acerca del Estado de Arlés. Después de despedir al santo, Teodorico dijo a los presentes: "Quiera Dios castigar a los que son responsables de que este santo haya tenido que hacer un viaje tan largo e inútil. Cuando quedó en mi presencia, me estremecí al ver su rostro de ángel. No puedo creer que un hombre así sea capaz de cometer los crímenes de los que se le acusan". El rey envió a San Cesáreo una bandeja de plata con trescientas monedas de oro y un mensaje que decía: "Aceptad este regalo del rey, tu hijo, como una prueba de mi amistad". El santo vendió la bandeja y empleó el dinero en rescatar cautivos. Después continuó el viaje hacia Roma, donde el Papa San Símaco confirmó los derechos primaciales de la sede de Arlés, nombró a San Cesáreo delegado apostólico en las Galias y le confirió el palio. Según se dice, San Cesáreo fue el primer obispo de Europa occidental que recibió el palio.
En el año 514, retornó a Arlés, y siguió en el gobierno y la instrucción de su grey durante muchos años. Cuando los francos tomaron la ciudad, el año 536, se retiró un tanto de la vida pública al convento de San Juan. A los setenta y tres años, sintiendo que la muerte se acercaba, hizo su testamento a favor de las religiosas del convento y empezó a prepararse para la muerte. Poco antes de la fiesta de San Agustín, preguntó si la fecha estaba aún lejana, y añadió: "espero que para entonces ya habré muerto, pues bien sabéis la predilección que he tenido siempre por la doctrina tan católica de este santo".
Haciéndose transportar en una silla de brazos al monasterio que había fundado, exhortó a las religiosas a soportar con paciencia la pena que iba a causarles su muerte. La superiora del monasterio, que había sucedido a la hermana del santo, se llamaba también Cesaria, y había más de doscientas religiosas. San Cesáreo, "verdadero maestro de la Galia franca", murió en la víspera de la fiesta de San Agustín, el año 543.
David Lewis, Santo
Presbítero y Mártir, 27 de agosto
David Lewis, Santo
Presbítero y Mártir
Martirologio Romano: En la ciudad de Usk, en Gales, san David Lewis, presbítero de la Compañía de Jesús y mártir, que, ordenado sacerdote en Roma, celebró ocultamente los sacramentos en su patria durante más de treinta años y prestó ayuda a los pobres, hasta que en el reinado de Carlos II fue ahorcado por ser sacerdote (1679).
Fecha de canonización: Fue beatificado en 1929, por el papa Pío XI. Pablo VI lo canonizó, solemnemente en Roma, el 25 de octubre de 1970, conjuntamente con otros 39 mártires de Inglaterra y Gales.
David nace en Monmouthshire de Gales, en la ciudad de Abergavenny, pero en el año 1616.
Su padre, Morgan Lewis, es protestante o más bien un papista de Iglesia, es decir, católico que frecuenta el culto de la nueva fe. Morgan es el director de Escuela real de la ciudad. Poco antes de morir, se reconcilia con la Iglesia católica.
Su madre, Margaret Prichard, es una católica fervorosa. Los nueve hijos del matrimonio son educados en la antigua fe. Solamente David, el menor de todos, es obligado por su padre a aceptar la nueva religión.
La juventud de David transcurre, casi toda ella, en la pequeña ciudad de Abergavenny. La primera educación la recibe en la Escuela que dirige su padre. Este consigue para David una beca para que pueda continuar los estudios de derecho, en Court Inn, en Londres.
A los diecinueve años, viaja al extranjero en compañía del hijo del conde Savage. En París, permanece tres meses. Allí, el sacerdote jesuita John Talbot lo reconcilia con la antigua Iglesia católica. Poco después, las guerras que azotan a Francia lo hacen regresar a Londres y a su tierra natal.
Dos años después de su regreso a Gales, sus dos padres mueren a causa de la peste de 1638. En el lecho de muerte, Morgan Lewis se reconcilia con la Iglesia católica. David, deseoso de dedicar su vida al estudio y al servicio de Dios, se determina por ingresar al Colegio Inglés de Roma. En este discernimiento lo ayuda su tío jesuita el P. John Prichard, quien es solamente seis años mayor que él y se cuenta en el grupo de sus más íntimos amigos.
El 22 de agosto de 1638 deja, nuevamente, su patria. Parte a Roma con la ayuda económica otorgada por el padre jesuita Charles Gwyne. Se presenta en el Colegio Inglés al día siguiente de su llegada a la ciudad eterna, el día 6 de noviembre. Tiene veintiún años. En el Venerable Colegio Inglés, dirigido por la Compañía de Jesús, David estudia, en los siete años siguientes, los cursos de filosofía y teología, necesarios para su ordenación sacerdotal.
En la Compañía de Jesús
David es ordenado en Roma, en julio de 1642, como sacerdote diocesano. Terminados sus estudios, vuelve a hacer un discernimiento vocacional con los jesuitas, que lo han calificado en los anales del Colegio como "un joven prudente y virtuoso." Es también un buen predicador. Se conserva, en los archivos de la Compañía, un buen sermón en latín que David pronunció en presencia del papa Urbano VIII, en el día del martirio de San Esteban. Ingresa a la Compañía de Jesús sin dificultad. Hace el noviciado en San Andrés del Quirinal. En la misma casa santificada por San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga.
Después de los votos simples de pobreza, castidad y obediencia, es destinado a la Misión inglesa para una breve experiencia. En Londres, se siente muy realizado y su trabajo es también apreciado por sus compañeros de la Misión. Sin embargo, el P. General lo hace volver a Roma y le señala como misión el ser Padre espiritual en el Colegio Inglés. Esta misión dura solamente un año. David, formalmente, suplica ser destinado a la Misión de Gales. Por lo demás, también los jesuitas de Inglaterra presentan al P. General la conveniencia de que David regrese a Gran Bretaña.
David tiene 32 años cuando llega, en 1648, a su tierra natal de Monmouthshire. Y, ciertamente, no es fácil esa época para un sacerdote misionero. La guerra civil inglesa ha repercutido, desastrosamente, en la situación tan débil de los católicos. Pero David, ignorando los riesgos, desde el casi desconocido Colegio de Cwm comienza a visitar las casas católicas. Viaja de noche, casi siempre a pie, por los pobres caminos y bajo todos los climas. Lo acompaña el sufrimiento de sus dientes, que ha sido su cruz durante años. Su generosidad, para con los más necesitados, le gana el nombre de Tad y Tlodion, es decir: Padre de los pobres. Una de las casas que visita regularmente es la de Thomas Gunter en Abergavenny.
Durante varios años, David vive en Llantarman Abbey, una antigua abadía cisterciense, propiedad de la familia Morgan. Sir Edward Morgan, el teniente gobernador y juez de paz, se las ha arreglado para conservar su fe católica y alojar sacerdotes en su casa. La capilla está bien provista y, con frecuencia, varios centenares de fieles acuden a los servicios religiosos de David. En los informes, que David envía regularmente a los superiores de la Compañía, figuran también otros sitios donde ejerce el ministerio: Monmouth, Usk.
Superior en Cwm
Dos veces, en los treinta años de ministerio en Gales, el P. David Lewis desempeña el cargo de Superior de los jesuitas de Cwm, en el llamado Colegio San Francisco Javier. Desde allí organiza el ministerio de los jesuitas que atienden 33 puestos de misión. En el primer gobierno de David, los jesuitas de Cwm son diecinueve. La existencia de la casa jesuita es conocida por las autoridades y es m s bien tolerada. La presencia del carro, que compra las provisiones, todos los sábados, en el mercado de Monmouth, es por cierto conocida y muy esperada por los vendedores.
En el segundo gobierno de David tiene lugar el complot fraguado por Titus Oates. Las noticias de lo que sucede en Londres, llegan muy pronto a Gales. La detención y el juicio de siete jesuitas ingleses lo obligan a actuar sin demora. Por el consejo de sus jesuitas, y el parecer de los católicos, David decide, con prudencia, dispersar a sus sacerdotes.
El complot fraguado por Oates
Este Titus Oates era hijo de un ministro bautista. Pastor él mismo, se había visto privado de su beneficio por acusación de perjurio y de inmoralidad. Fingió entonces convertirse al catolicismo. Enviado a España al Colegio inglés de Valladolid, había sido expulsado. Ingresó después al Colegio de Saint Omer, en Flandes. Un día los jesuitas, al conocerlo mejor, decidieron que Titus Oates debía abandonar el Seminario.
Titus Oates regresa a Londres a comienzos de julio de 1678. Inmediatamente, trama una acusación contra los jesuitas de Inglaterra. Con juramento, depone ante Sir Edmundbury Godfrey, el magistrado del Consejo privado del reino. Afirma que él ha sido enviado por la Compañía de Jesús, desde Valladolid a Madrid, a solicitar la ayuda del rey católico para la rebelión de los católicos ingleses, el asesinato del rey Carlos II y la restauración, por la fuerza, de la antigua fe. Con estas falsedades, consigue que se arreste al Provincial de Inglaterra, el P. Thomas Whitbread y a otros dos jesuitas.
Poco después, el cadáver del magistrado Godfrey aparece en un foso en Primrose Hill. Las sospechas caen sobre los católicos y se reinicia entonces una dura persecución con arrestos de jesuitas, sacerdotes y seglares.
La búsqueda y prisión
Antes de Navidad, las autoridades galesas llegan con poderes a la vieja casa de campo de los jesuitas de Cwm. La encuentran vacía, a excepción del mayordomo y de algunos sirvientes. La comunidad se ha alejado. Algunos están en casa de católicos amigos. Otros han partido, en ministerio, hacia las montañas y los bosques. Casi todos los moradores de la zona de Cwm tienen casas espaciosas, con varios accesos y lugares secretos, donde pueden ocultarse. En la casa jesuita de Cwm, el juez de paz John Arnold ordena un registro muy prolijo. Descubre un buen número de libros y papeles, también ropa, ornamentos, hostias, campana, crucifijos y reliquias. Encuentra también instrucciones del P. General de la Compañía y catecismos católicos.
La recompensa en dinero, ofrecida por John Arnold, convence a William James para traicionar a David Lewis. El mismo James hace de guía al piquete armado de la justicia. En la madrugada del día domingo 17 de noviembre de 1678, en una casa de Llantarnam, David está casi listo para empezar la misa. Con violencia es detenido y, como pruebas, se llevan también los vasos sagrados y ornamentos. La comitiva sale en dirección a Monmouth. A media jornada, se detiene, en Llanfoist, donde espera el juez de paz. A las dos de la tarde, montado en un caballo y custodiado por doce hombres armados, es conducido a Abergavenny. Por ser domingo, las calles de su ciudad natal están llenas de gente que lo ve pasar.
En Abergavenny, ante John Arnold, el juez de paz, David es acusado de ser sacerdote. El traidor William James jura que él lo ha visto celebrar misa más de veinte veces. Cuando el juez le pregunta por su participación en el complot de Titus Oates, David niega, con juramento, su conexión. Pero John Arnold, molesto, anota que a un católico no se le pueden creer los juramentos.
En la prisión de Monmouth, David permanece dos meses. Le dan una celda amplia, por la cual un amigo cancela catorce libras por semana. Tiene fuego, sábanas y velas. También puede recibir visitantes. Se conserva una carta de David: "Me tuvieron prisionero con estrictez, encerrado de noche y vigilado en el día, aunque algunos amigos pudieron visitarme acompañados por un guardia". En el mes de enero de 1679, se decide el traslado a la prisión de Usk. El día 13, un día extremadamente frío, la comitiva viaja a caballo.
En la prisión de Usk, llamada la Casa de la Corrección, está concentrado el mayor número de católicos galeses que han rechazado prestar los juramentos de Supremacía y de Fidelidad. La primera tarea de David es atender a esos hombres y mujeres que están siendo testigos de su fe. Todos están a la espera del inicio del próximo período judicial que decidirá sus vidas.
El juicio
La Judicatura de primavera se inicia en Usk el 28 de marzo de 1679, presidida por los jueces: Sir Robert Atkins, John Arnold y Henry Probert. Esa tarde, el P. David Lewis es acusado por el cargo de ser sacerdote. No se hace mención alguna de la complicidad en el complot de Titus Oates. Al día siguiente, en la sesión de las diez de la mañana, el P. Lewis aboga por un veredicto de no culpable. Se convoca a un jurado, ante cuyos miembros el acusado puede presentar razones. El sheriff James Herbert ha seleccionado a hombres honestos y no parece probable que ellos estén inclinados en favor de Lewis. Sin embargo, John Arnold objeta a un número considerable de ellos, por considerarlos sospechosos de ser católicos o amigos del acusado.
El sheriff, indignado, reclama, pues se quiere nombrar a personas no imparciales. Ese desahogo del sheriff ocasiona una reprimenda de Sir Atkins. Al fin el jurado queda conformado por hombres nombrados por John Arnold. El primer testigo convocado es William Price, quien había sido católico durante dieciocho años y ahora es protestante. Él afirma haber recibido los sacramentos de manos de David Lewis, durante diecinueve meses. El siguiente testigo es Dorothy James, la esposa de William James. Ella afirma que no solamente lo ha visto celebrar misa, sino también administrar los sacramentos de la Eucaristía y Penitencia, bendecir matrimonios, bautizar y ungir con óleo. Agrega que Lewis la engañó, pidiéndole ocho libras para rescatar del Purgatorio el alma de su padre.
Después de escucharla, David Lewis contesta, con vehemencia, que él jamás ha recibido un penique, ni de ella ni de su marido. La risa de Dorothy James, al ser preguntada si tiene algo que agregar, molesta a Atkins. El testimonio de William James es más breve. Solamente señala que el acusado ha dicho misa y ha administrado muchas veces los sacramentos. El testigo Myane Trott dice las mismas cosas.
Sir Robert Atkins, queriendo mostrar imparcialidad, convoca a otros testigos. Roger Seyes, quien estuvo presente en el arresto de Lewis, afirma que él jamás lo ha visto celebrar misa. El testigo John James contesta con evasivas. Sir Robert le habla con dureza: "¿Qué pasa, está Ud. acaso muerto o tiene miedo de ser azotado? Míreme y hable". Por fin, la única información que entrega John James es que el P. Lewis celebró misa en el día de su matrimonio.
Catherine Thomas, al ser interrogada, se niega a dar respuesta: "No dirá nada, hagan de mí lo que quieran". John Arnold insiste en que un hombre llamado Cornelio sea traído a la corte, pues éste ha sido seminarista y conoce bien a Lewis. Al interrogarlo, Cornelio dice que él es un hombre ignorante, apenas un criado del P. Lewis, que no sabe qué es la misa, aunque confiesa ser católico.
Terminados los testimonios, David, con notable calma y habilidad, inicia su propia defensa. Basa su argumento en que ninguno de los testigos ha podido probar el cargo que se le imputa, es decir, que haya sido ordenado sacerdote católico en el continente. "Si no hay ordenación, no soy sacerdote, y sin sacerdocio, no puedo decir misa". Sir Robert Atkins se exaspera, con las palabras de Lewis: "¿Qué es lo que Ud. pretende? ¿Quiere, acaso, que nosotros vayamos a buscar en los registros romanos, o que convoquemos a personas que hubieran estado presente en el día de su ordenación?. El que celebra Misa, comete traición".
Atkins determina que la evidencia presentada es más que suficiente para asegurar un veredicto de culpabilidad. Lewis arguye que, a pesar de lo que hayan dicho los testigos, primero se debe probar su ordenación sacerdotal. Si no consta que sea sacerdote, de ninguna manera él puede decir misas válidas. El que digan que lo han visto celebrar misas no es prueba de su ordenación. Además, él declara que jamás ha visto al señor William Price. Respecto a Mayne Trott, dice conocerlo porque su mujer es su pariente, que vive de la caridad, y que es probable que haya sido inducido a dar un falso testimonio.
David afirma, también, que los testimonios de la familia James son abiertamente sectarios. Dorothy James ha jurado que ella no va a descansar hasta "lavar sus manos en su sangre y hacer porridge con su cabeza". Aunque estas palabras son confirmadas por cuatro testigos, el Juez decide no considerarlas.
La condena
El jurado se reúne y emite, casi de inmediato, el veredicto de culpabilidad. David es obligado a escuchar los detalles enumerados y a inclinar la cabeza ante la sentencia de condenación a muerte. "Ud. será conducido desde este sitio a la cárcel de donde vino. Será colocado en una carreta y llevado al lugar de ejecución. Será ahorcado. Se le bajará antes de morir. Su cuerpo será desgarrado y se sacarán las entrañas. Se le cortarán las manos y los pies y se quemarán ante sus ojos. Dios tenga misericordia de su alma". Varios otros prisioneros católicos son juzgados, juntamente con David, en el mismo juicio. Casi todos son encontrados culpables, pero en la sentencia son exonerados. Solamente David es condenado.
En el mes de abril, David es enviado a Londres, con otros sacerdotes, para nuevos interrogatorios. El día 9 de mayo, fecha del martirio del benedictino Thomas Pickering, David pasa por Tyburn, el lugar de ejecución, en su camino a Newgate, su nueva prisión. De las tres cárceles de Londres, Newgate es sin duda la más odiosa. Est considerada como la antesala de la muerte en Tyburn. Allí encuentra a sus amigos jesuitas, ya condenados, que esperan el cumplimiento de sus condenas a muerte. Ellos son los futuros Beatos: Thomas Whitbread, el provincial, John Fenwisk, John Gavan, William Harcourt y Anthony Turner.
En Newgate, a David Lewis se le ofrece un trato: la vida y dinero, si acepta la nueva fe y declara los detalles acerca del complot de Oates. "Dar detalles del complot me es imposible, porque no sé nada de él. Aceptar la nueva fe es ir contra mi conciencia".
El 9 de junio, es llevado nuevamente a Usk. Con audacia, los amigos dan innumerables pasos para postergar la ejecución de la sentencia. El mismo sheriff, James Herbert, la dilata tres meses, con la esperanza de que el rey, que no cree en el "complot papista", ordene el indulto. En un momento hasta el mismo David llega a pensar que va a ser puesto en libertad.
Las visitas de los amigos y de católicos van creciendo con los días. Varios reciben, de David Lewis, los sacramentos. John Arnold acusa de negligencia a los carceleros. El sheriff es reprendido por descuidar su deber. David dedica, esos tres últimos meses de su vida, a confirmar a sus amigos, a los católicos, y a llamar a muchos a que regresen a la fe.
Por fin, el 27 de agosto de 1679, se ejecuta la condena de muerte. Nadie, en Usk, es conseguido como verdugo. El día anterior, todos los carpinteros de la ciudad han salido, misteriosamente, con sus herramientas. Después de mucho buscar, un herrero convicto se presta a ser verdugo, a cambio de su libertad y por doce coronas. El prisionero es conducido desde la prisión de Bridge Street, en una carreta, hasta la plaza de Usk. Como esa ejecución no es aceptada por la mayoría, una gran multitud se congrega en el lugar. El P. David Lewis, jesuita de 63 años, es demasiado conocido y, por su larga vida sacerdotal, respetado por todos. Sus parientes est n en todas partes y, por cierto, asisten conmovidos. Su proverbial caridad es recordada, con respeto, aun por los no católicos.
La última prédica
David ha tenido largo tiempo para preparar el último sermón. "Aquí hay una gran multitud. Quiera el Señor salvar el alma de todos. Yo creo que Uds. están aquí para asistir a la muerte de este compatriota, pero también para oír sus últimas palabras. Mi religión es la católica romana, en ella he vivido más de cuarenta años. En ella, hoy, muero y lo hago con firmeza. Aunque me ofrecieran todas las cosas del mundo, no renunciaría a ella. Nadie podría remover de mi fe católica romana una brizna de mi cabello. Yo soy un católico romano.
Soy un sacerdote. Soy un sacerdote católico romano perteneciente a la Compañía de Jesús. Bendigo a Dios, porque me ha llamado a esta vocación. He sido condenado por decir Misas, por oír confesiones y administrar los sacramentos. Decir la Misa es la más antigua y alabada liturgia de la santa Iglesia. Todo lo que he hecho est relacionado con mi religión. Yo muero, por lo tanto, por mi religión católica".
Poco después, David se dirige a los católicos: "Queridos amigos, entréguense a Dios, honren al rey, permanezcan firmes en la fe, confiesen los pecados, frecuenten los sacramentos de la santa Iglesia, sufran con paciencia las aflicciones y las persecuciones, perdonen a los enemigos".
Después, exhorta a todos a unirse en oración y, con unción y mucha fuerza, los católicos van repitiendo sus palabras:
"Soberano Señor,
Padre eterno que estás en el cielo,
Creador de todo,
Conservador de todo,
único Autor de la gracia y la gloria,
yo me postro ante Ti y te adoro.
Hijo de Dios encarnado,
Dios verdadero,
Tú fundaste la Iglesia en esta tierra con tu Sangre y la hiciste
Una, Santa, Católica y Apostólica
hasta el final de los tiempos.
Todo lo que la Iglesia sostiene de Ti, es revelación tuya.
Lo que ella enseña y manda creer, yo lo creo enteramente.
Santo Espíritu de Dios,
que haces que el sol brille sobre buenos y malos,
que la lluvia caiga sobre justos y pecadores,
yo te alabo y agradezco las innumerables gracias que me has otorgado,
a mí tu indigno siervo, en los años que he vivido en la tierra.
Oh santa Trinidad, tres Personas y un solo Dios,
desde lo más íntimo de mi corazón,
me arrepiento de haberte ofendido.
Ten misericordia de mí.
Por los méritos de mi Redentor espero la salvación.
La gracia de Nuestro Señor Jesucristo,
el amor de Dios
y la comunión del Espíritu Santo,
estén con todos Uds.
Amén.
La paz de Dios, que va más allá de todo entendimiento, guarde el corazón y la inteligencia de Uds. en el conocimiento del amor de Dios y de su Hijo Nuestro Señor. Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, est‚ con todos Uds. y permanezca para siempre. Amén. Dulce Jesús, recibe mi alma"
Cuando termina su oración, David dice que est listo para morir. En el foso excavado han puesto un piso alto. David sube, con la cuerda en el cuello. El piso es removido y David queda suspendido en la horca. Antes de que terminen los estertores, es bajado. Le sacan las entrañas, pero no es descuartizado, por orden del sheriff, que no desea exasperar a los presentes.
Un año después, John Giles, la principal autoridad de Usk, obtiene la revisión del juicio condenatorio de David. Se condena a John Arnold por haber sido injusto.
El cuerpo de David es sepultado con honores en el patio de la parroquia. El sheriff no asiste pero envía a un subalterno. Los católicos acuden de todo Gales.
En la tumba se pone un epitafio: "Aquí yace David Lewis, condenado por ser jesuita y sacerdote. Fue ejecutado el 27 de agosto de 1679".
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Domingo de la Madre de Dios Barberi, Beato
Presbitero, 27 de agosto
Domingo de la Madre de Dios Barberi, Beato
Apóstol de Inglaterra
Martirologio Romano: En Reading, en Inglaterra, beato Domingo de la Madre de Dios Barberi, presbítero de la Congregación de la Pasión, que, buscando con empeño restablecer la unidad de los cristianos, llevó a muchos al seno de la Iglesia católica (1849).
Fecha de beatificación: El 27 de octubre de 1963. El papa Pablo VI lo elevó al honor de los altares.
Nació en Pallanzana (Viterbo) el 22 de julio de 1792. Muy niño perdió a su padre y a su madre. Un tío se hizo cargo de él durante 11 años. Domingo en su juventud, como cualquier jovencito, se enamora, pero no tiene éxito.
Un día llegan a Viterbo tres padres de la Congregación Pasionista. En uno de ellos Domingo Barberi se confiesa. Después en él surgió la idea de hacerse pasionista, sufrir por Cristo y vivir de acuerdo a las constituciones que ordenaba la Congregación. En el año de 1812 sufre una enfermedad, pero logra sanar repentinamente. La idea de ser pasionista en él se había adormecido. Se enamora de una joven y pensaba sólo en casarse, estaba perdidamente enceguecido por ella. Después de seis meses de noviazgo Domingo Barberi cae nuevamente enfermo. Durante las angustias que causaba la enfermedad en él, ve el infierno y promete cambiar de vida.
Después de tantas contrariedades en la Vida social de Domingo Barberi, al fin logra decidirse entrar al convento pasionista de Santo Ángel en Vetralla. El nuevo provincial el P. Pablo Luis fue quien lo recibió y lo animó seguir en las sendas de Dios. Durante la espera para entrar en el noviciado, Domingo se encontraba en tranquilidad junto con su hermano Salvador que también quería hacerse pasionista. Durante este período de espera tuvo voces de la Virgen que sería un religioso y predicaría por regiones lejanas. Es la previsión de lo que sería posteriormente un gran predicador y promotor de la conversión de Inglaterra.
Después de la espera, fue destinado al noviciado de Santa María de Pugliano en Paliano (frosinone). Llega a Paliano el 26 de octubre de 1814 y el 14 de noviembre era revestido con el hábito pasionista en calidad de clérigo, además cambió su apellido natal por el de Domingo de la Madre de Dios. El P. Antonio Santiago vice-maestro de novicios, posteriormente sería general en el capítulo de 1839, será el que encarge a Domingo de la Madre de Dios la fundación pasionista en Inglaterra.
El 15 de noviembre de 1815 Domingo profesaba sus votos. Luego de realizar sus votos se dirige al Monte Argentaro para continuar sus estudios filosóficos, permanece hasta la navidad de 1816 por motivo de ser llamado a la casa generaliza en Roma. Aquí culmina sus estudios filosóficos y da comienzo a los estudios de teología en el año de 1817. El 15 de marzo del mismo año recibe la tonsura clerical de manos del Mons. Frattini, en el mes de noviembre recibe las órdenes menores y fue ungido sacerdote el domingo cuarto de cuaresma por manos del mismo monseñor. En 1820 se ofrece ante la Santísima Virgen orar asiduamente por la salvación de los hombres y la conversión de Inglaterra.
Domingo de la Madre de Dios es destinado a Vetralla el año de 1821 por el P, Pablo Luis como profesor de teología y filosofía. En vetralla es nombrado vicario de la comunidad de Santo Ángel y se entregó a la formación espiritual e intelectual de los estudiantes. Luego fundó una santa liga de oraciones por la conversión de Inglaterra, encontrando acogida en sus estudiantes. En el año de 1826 termina su docencia, y es enviado como profesor de dogma y director de estudiantes a la casa generalicia. Ya libre de su oficio de profesor se entrega a realizar ejercicios espirituales. Pero en 1828 el P. Gral. le encarga elaborar un manual de filosofía y enseñe provicionalmente en Ceccano. Aproximadamente en dos meses preparó el manual de filosofía teniendo como base la filosofía tomista.
Los primeros contactos con los ingleses.
En 1830 Domingo de la Santa Madre de Dios se encuentra en el convento de los santos Juan y Pablo para entablar comunicación con algunos ingleses que venían a Roma. Muchos hombres piadosos de volver a la Madre Iglesia abjuraban de la iglesia Anglicana para pertenecer a la iglesia católica. Estos hombres llegaban a Roma para prepararse y algunos a recibir las órdenes sagradas. El P. Domingo Barberi aprovechó las visitas que hacían los ingleses a la basílica de los santos Juan y Pablo. De las conversaciones que realizaba compuso una obra de apologética nombrada: “Cartas Celimontanas”.
En 1830 en otoño conoció a Ambrosio Phillips de Lisle, que se había convertido al catolicismo y había viajado a Roma en busca de apoyo para el apostolado en Inglaterra. Posteriormente, le ayudaría de una manera especial en el apostolado unionista. Domingo contó a Phillips todo lo que había sentido desde 1814: la llamada de la Virgen, la conversión de los ingleses y otras cosas. Al término de la conversación, Domingo Barberi le confió su manuscrito titulado: “el llanto de Inglaterra”.
En el año de 1831 Domingo de la Madre de Dios es nombrado rector del noviciado del Santo Ángel en Lucca, esta carga le hará alejarse de aquellos ingleses que le Visitaban. Sin embargo, tenía visitas de algunos amigos como: Trelawnwy, Lord Spencer y Phillips con quien se carteaban frecuentemente, éste había hecho una traducción del librito titulado: “El llanto de Inglaterra”. Domingo Barberi en su permanencia en Lucca trató de enrolar en las oraciones a una gran cantidad del pueblo a favor de la conversión de los ingleses.
Domingo de la Madre de Dios pertenecía a la provincia de la Dolorosa cuando fue elegido provincial. El nuevo cargo le restringía en sus conversaciones epistolares y personales con los Ingleses. Sin embargo su entusiasmo unionista no bajó la guardia. Era la época en la cual, se da el ecumenismo espiritual (Intensa campaña de oración por la unicidad). Los dirigidos del P. Domingo también promovían con celo la conversión de Inglaterra. El 24 de abril de 1836 se reunió en el capítulo provincial, descendió de ser prepósito provincial para ser consultor provincial. Libre del cargo de provincialato, reanuda sus conversaciones epistolares con sus amigos ingleses.
El Escritor.
Domingo Barberi fue un gran escritor de libros de mística, ascética, teología, filosofía, se puede decir: el mejor escritor pasionista de su tiempo.
Entre los años de 1838-1839, compuso su teología moral con un apéndice acerca de los dogmas de la Iglesia. Y en 1832 ya había compuesto un compendio de teología moral. En sus escritos morales había tenido una inclinación al probabiliorismo. Su pensamiento en Inglaterra se amplió. También se combinó en las polémicas antijansenistas. Esta repulsa aparece en su escrito de mariología.
Domingo Barberi viéndose libre del provincialato en 1836, escribe a Phillips, proponiéndole la idea de una fundación modesta y humilde, esta fundación sería el primer paso para llegar a Inglaterra. Pero había una dificultad por parte del Gral. que culminaba en el 1839 su cargo, y no podía comprometerse a una fundación apresurada. Ya en el capítulo Gral. XVII de abril de 1839 en Roma, se toma la idea de fundación de Domingo Barberi que había quedado solamente en gestiones particulares.
En el capítulo Gral. Se eligió como nuevo Gral. de la Congregación al P. Antonio de Santiago, antiguo profesor de D. Barberi, beneficioso para los deseos de fundar en Inglaterra. También es nombrado a Domingo Barberi como Escrutador. Llegando a un acuerdo entre los capitulares se aprobó el deseo de fundación. Inmediatamente, el 15 de abril de 1839 D. Barberi era elegido nuevamente provincial de la provincia de la Dolorosa.
El proyecto de la fundación seguía su camino. Ya para la expedición se debía elegir a un grupo de misioneros para partir a Inglaterra. En la lista de nombrados para dicha expedición, no figuraba el nombre del P. Domingo Barberi, el que se podía considerar como el promotor de toda la empresa se veía excluido. Además tenía que soportar humillaciones de ser tenido como vidente. Sin embargo en él no se desvanece las esperanzas, y escribe P. Gral. diciendo que Lord Spencer suponía que él formaría parte de la expedición. Fue esto que motivo a Domingo Barberi para escribir al Gral. y le conceda una respuesta para Lord Spencer. Esta carta es dirigida al P. Gral. desde el retiro de San Sosio el día 26 de marzo de 1840.
Finalmente se logra renovar el plan inicial. En esos días el P. Antonio San José que iba a comandar la expedición, desistió en razón de su quebrantada salud. Entonces el P. Gral. ve oportuno colocar a P. Domingo como cabeza de la expedición, que iban a salir primero a fundar en Tournai ( Bélgica). Este motivo conmovió enormemente al P. Domingo B., sus esperanzas renacieron como una flor en primavera y su corazón latía con impulsos gozosos.
El Día 8 de mayo de 1840 renuncia a su cargo de provincial para formar parte de la expedición.
El 24 día de la partida, salen en camino desde la Basílica de los Santos Juan y Pablo con destino a Tournai. Después de un largo y cansado viaje el 22 de mayo llegan a Tournai. Después de un Siglo de existencia de la Congregación, se abría una casa fuera de Italia. Esta fundación en Bélgica era un puente que permitiría más fácilmente llegar a Inglaterra.
En Inglaterra.
Desde Inglaterra le llega una invitación a Domingo Barberi para fundar. Después de informar al P: Gral. y con su permiso, se envarca hacia Inglaterra con el fin de inspeccionar el lugar de la próxima fundación . En Inglaterra se entrevista con el Obispo Wiseman, monseñor Walsh y con su amigo Lord Spencer que ejercía el cargo de director espiritual del colegio de Oscott. Luego de recibir las informaciones del Obispo Wiseman y del Mons. Walsh, regresa al convento de Ere en Tournai. Ya en casa escribe al Superior Gral. Las posibilidades de la fundación y la situación decadente del Anglicanismo. Domingo B. sin pérdida de tiempo se reinteró a sus ejercicios espirituales. En este tiempo recibió luces de Dios de lo que debía realizar en Inglaterra.
El movimiento de Oxford, año 1841.
Los Anglicanos entre ellos Newman y su discípulo Dalgairns, escribieron unos artículos que sus palabras tenían un valor de reto para los católicos que procuraban la unión entre los Anglicanos y ellos.
Phillips inmediatamente Después de haber leído la carta de Newman, le contesto diciéndole lo siguiente: que la santidad existía de verdad en la Iglesia. También Barberi al enterarse de la carta de Dalgairns le movió a redactar una carta en respuesta. La carta al llegar a manos de Dalgairns descubrió en su autor el ángel que él pedía a la Iglesia Católica, cayó de rodillas y llorando besó las hojas de la carta. Enseguida hizo correr la carta entre los afiliados al movimiento y a la vez envió una carta en respuesta a Domingo.
La nueva casa en Inglaterra: Aston Halle.
El convento de Ere queda consolidado en setiembre de 1841. El día 30 del mismo mes Domingo B. firma el documento de la compra del convento quedando legalizada la posesión. Con esto se veía libre para la fundación en Inglaterra. El P. Gral le otorga a Domingo B. el nombramiento de superior local, maestro de novicios del convento que se iba abrir en Aston y encargado de delegado de la fundación Belga. El mismo 30 de setiembre parte para Inglaterra con un joven pasionista Irlandés de nombre P. Amadeo.
Domingo B. era el primer pasionista que puso su pie en el Reino Unido. Los dos pasionistas llegan el 15 de octubre a Londres y el 7 se dirigen a Oscott donde se encuentran con sus protectores Wiseman y Lord Spencer. Instalado en Oscott escribe cartas a su amigo Phillips, al P.Gral y a la Bienhechora Canning. El párroco de Aston el Sr. Hulme al principio dificulta la entrada a los dos pasionistas poniendo algunos pretextos. Domingo B. espera pacientemente hasta que el párroco desista de su terquedad. El día 16 de febrero el mismo párroco el Sr. Hulme, fue el quien llevó a su Iglesia a los dos pasionistas.
Desde el primer día de su pocesionamiento quedó la casa destinada a retiro-noviciado. En ese mismo día ingresaron dos postulantes legos. Lugo de establecer la casa canónicamente el P. Domingo empieza con sus prédicas, pero le dificulta la pronunciación de las palabras del idioma inglés. A estas dificultades las daba por descontadas. Sus primeros sermones lo hizo con una serie de ejercicios a la comunidad de Haston. Por invitación del Sr. Hulme aceptó realizar ejercicios públicos.
Los primeros Frutos.
El domingo de ramos de1842 reviste del santo hábito a los dos primeros postulantes, y a mediados de abril, Wiseman le envía el primer clérigo aspirante a pasionista, que será revestido el 7 de mayo del mismo año. Es así que la comunidad de Aston llega a tener el año de 1843 ocho miembros. Los aspirantes desde su ingreso eran sometidos a la plena observancia regular pasionista.
El P. Domingo, además de ser maestro de novicios, era delegado Gral. de Bélgica. Por eso, todos los años iba a Bélgica para ver y velar el progreso de la Congregación en aquel reino. El celo apostólico del misionero pasionista obraba pronto sus primeros frutos. La primera abjuración de parte del anglicano Tomás que ingresó a formar parte de la comunidad, tuvo lugar el día del viernes santo de 1842. De este modo, se abrió a numerosas abjuraciones anglicanas.
Domingo para predicar y celebrar misa a un auditorio numeroso, el espacio que tenían era insuficiente, con el consentimiento de Wiseman alquiló un salón dentro de la ciudad de Stone. Durante el apostolado de Domingo sufrió mucho por aquellos que le criticaban y le agredían físicamente, a pesar de estas situaciones lo que le movía su corazón era la salvación de las almas. Ante las injurias y las burlas, él guardaba tranquilidad, humildad y paciencia por todos aquellos que obstaculizaban los designios de Dios. Sin embargo no todo era persecución, ni contradicción. D. Barberi para evitar las complicaciones y los gastos del alquiler de la casa de Stone, deseó levantar una Iglesia. Después de muchas gestiones logra su proyecto. Ya el 23 de abril de 1844 la Iglesia estaba construida y el 27 es bendecida por el Rvdo. D. Green, enviado como delegado del obispo.
En Littlemore la crisis de 1842 y las abjuraciones de los tractatarios.
La jerarquía inglesa había condenado al movimiento de Oxford. Newman ante esta situación se retira con sus dos discípulos: Dalgairns y W. Lockart a la capilla rural que había construido en Littlemore. El P. Domingo era el único que tenía confianza con los retractatarios. Se comunicaba con Dalgairns a través de cartas, un día este pide a Domingo un resumen de las reglas pasionistas, y es concedido inmediatamente.
La primera abjuración de parte de los tractatarios lo hace Lockart discípulo de Newman que abjura el 26 de agosto de 1843 pasándose al catolicismo. Este suceso conmovió a todos los que formaban el movimiento. Luego de este acontecimiento, Domingo barberi va a Littlemore para encontrarse con Newman. En el poco tiempo que tuvieron para dialogar, Nuwman quedó impresionado por las palabras y el aspecto de D. Barberi.
Por otro lado Dalgairns, el sincero discípulo de Newman, seguía a su maestro en el camino de la sincera búsqueda de la verdad. Escribe con frecuencia a Domingo pidiéndole oraciones para sí y para su maestro Newman. El 20 de setiembre escribe al P. Domingo diciendo: que por la gracia de Dios estoy decidido hacerme católico. LLeno de júbilo Domingo de la Madre de Dios le responde ofreciéndole el convento de Aston. Dalgairns se retiró al convento pasionista el 27 de setiembre en donde realizó su profesión de fe.
Dalgairns de regreso a Littlemore, expresa a Newman el proyecto del P. Pasionista y la visita que les iba a realizar. La visita de Domingo B. va a tener cabida el 8 de octubre. Antes de la llegada del humilde pasionista, Nuwman había decidido dar un paso grandioso en su vida, volver a la Iglesia Católica; también realizó algunos preparativos para este encuentro. Domingo, luego de un largo viaje desde el convento de Ere llega a Littlemonte la fecha indicada, aproximadamente a las 10 de la noche. Nuwman ante la presencia del santo visitante, se arroja a los pies, pidiéndole con lágrimas en los ojos que le escuche su confesión y le admita entrar en la Iglesia Católica.
El día 9 de octubre Newman termina su confesión; luego vienen otros que abjuran como: Bomles, Stanton a quien Newman había escrito por dos veces sobre Domingo Barberi antes de su visita a Littlemontee. Por la tarde en la capilla de la casa, los convertidos realizan su profesión de fe y enseguida el oficio divino del día. El Día 10 de octubre, Domingo recibió en la Iglesia a otras muchas personas y 11 partía de Littlemonte con gran gozo. Para él lo más impresionante era la conversión de Nuwman, al cual consideraba algo así como al papa del anglicanismo. A la conversión de Newman, le siguió la del célebre Faber. El P. Domingo Barberi Invita al noviciado a Newman, éste acepta la invitación, era el año de 1845. Después de esta invitación Nuwman se retira de Littlemonte, llevando solamente una mesita de recuerdo, en la cual el P. Domingo B. había celebrado la Santa Eucaristía, y él había recibido la primera comunión católica. El 28 de octubre de 1846 se encamina a Roma a prepararse con el fin de recibir las órdenes sagradas según la celebración católica. Posteriormente de una asidua preparación recibe la ordenación sacerdotal el 30 de mayo de 1847, y el 3 de junio celebra su primera misa, día de la fiesta del Corpus Christi. Ya ordenado sacerdote regresa a Inglaterra, donde sigue teniendo relaciones cordiales con los pasionistas. El 1 de enero, Nuwman, se instala en Morivale, allí se encontró por última vez con Domingo Barberi antes de su muerte.
Muerte y glorificación
Habían transcurrido cuatro años nada más después de la abjuración de Newman y sus compañeros. En total una actividad de ocho años, en Inglaterra exactamente como la predicación del otro apóstol de Inglaterra, San Agustín. Domingo ha trabajado mucho en el apostolado, se ha desvivido y sacrificado totalmente por su querida Inglaterra, sin embargo nadie pensaba de la desaparición del fundador. Fue precisamente en a ciudad de Reading donde le encontró la bendita muerte el 27 de agosto de 1849.
La muerte del padre Domingo, fue una muerte verdaderamente pasionista: como Cristo lejos de su patria, lejos del propio convento en una casa doblemente extraña, en un fondo de estación y rodeado de protestantes.
Introducida su Causa de beatificación, después de su muerte, la glorificación tuvo lugar en la Basílica de San Pedro. “Ante el fuerte movimiento ecuménico del concilio Vaticano II y estando presentes en Roma los padres de dicho concilio el 27 de octubre de 1963. El papa Pablo VI elevó al honor de los altares a Domingo Barberi, proponiéndole como modelo del auténtico y verdadero ecumenismo basado en el fiel seguimiento de Cristo y, por lo tanto, en la verdad y la caridad”.
María del Pilar Izquierdo Albero, Beata
Fundadora, 27 de agosto
María del Pilar Izquierdo Albero, Beata
Fundadadora de ls Obra Misionera de Jesús y María
Martirologio Romano: En San Sebastián, en España, beata María del Pilar Izquierdo Albero, virgen, que muy probada por la pobreza y por graves enfermedades, sirvió a Dios mostrado una caridad singular en favor de los pobres y afligidos, para cuyo servicio fundó la Obra Misionera de Jesús y María (1945).
Fecha de beatificación: 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.
María Pilar Izquierdo Albero, tercera de cinco hermanos, nació en Zaragoza (España) el 27 de julio de 1906. Sus padres, un matrimonio humilde y pobre de bienes materiales, pero rico en virtudes, inculcaron a la niña el espíritu de piedad, el amor a los pobres y una tierna devoción a la Virgen del Pilar. El 5 de agosto, fiesta de Santa María de las Nieves, llevaron a la pila del bautismo a María Pilar. Más tarde diría ella que ese era el día más grande de su vida, porque en él se hizo hija de la Iglesia.
Desde muy niña brilló en ella un amor exquisito a Dios y a los pobres. Se privaba a veces de su merienda y de sus cosas para ayudar a quien consideraba más necesitado que ella. Como nunca fue a la escuela, no sabía escribir ni casi leer, por eso se consideraría «una tontica» que no sabía más que «sufrir y amar, amar y sufrir».
Pronto provó en propia carne las punzadas del dolor y comprendió el valor redentor del sufrimiento. A la edad de 12 años fue víctima de una enfermedad misteriosa, que ningún médico supo diagnosticar. Después de cuatro años vividos por motivos de salud en Alfamén (Zaragoza), regresó a Zaragoza, donde comenzó a trabajar en una fábrica de calzado, siendo muy querida de todos, por su sencillez, su natural simpatía, su bondad y laboriosidad. Pero, el Señor quería llevarla por otros derroteros y la fue adentrando en el misterio de la Cruz. Y tanto amó María Pilar el sufrimiento que solía decir: «Encuentro en este sufrir un amor tan grande hacia nuestro Jesús, que muero y no muero... porque ese amor es el que me hace vivir».
En 1926, mientras volvía del trabajo, se fracturó la pelvis al caer del tranvía y, en 1929, quedó parapléjica y ciega a causa de multitud de quistes, teniendo que recorrer una vía dolorosa de más de doce años entre los hospitales de Zaragoza y la pobre buhardilla de la calle Cerdán, 24. Esta buhardilla se convirtió, no obstante, en una escuela de espiritualidad y en un remanso de luz, de paz y alegría para cuantos la visitaban, especialmente durante los tres años de la guerra civil española. Allí se oraba, se fomentaba la amistad evangélica y las almas discernían la vocación a la que Dios las llamaba.
En 1936 comienza Mª Pilar a hablar de la «Obra de Jesús» que habría de aparecer en la Iglesia y que tendría como finalidad «Reproducir la vida activa del Señor en la tierra mediante las obras de misericordia». El 8 de diciembre de 1939, fiesta de la Inmaculada, de la cual era devotísima, María Pilar se curó milagrosamente de su parálisis que la había tenido prostrada durante más de 10 años en el lecho. Desaparecieron también los quistes y recobró instantáneamente la vista. Inmediatamente puso en marcha la Obra, trasladándose, junto con varias jóvenes, a Madrid, donde ya había sido aprobada la Fundación con el nombre de «Misioneras de Jesús y María». Pronto se interpusieron los juicios humanos a los planes de Dios y le prohibieron ejercer cualquier apostolado, hasta que en 1942 el Sr. Obispo de Madrid erigió canónicamente la Obra como «Pía Unión de Misioneras de Jesús, María y José».
Pasados dos años de fecundo apostolado entre los pobres, niños y enfermos de los suburbios, Dios la quiso llevar de nuevo por el camino de la Cruz. Se le reprodujeron los quistes del vientre y, a la enfermedad, se unieron los sufrimientos morales con los que Dios suele purificar a las almas que quiere llevar hasta la cima de la perfección. Calumnias, intrigas, incomprensiones desacreditaron su Obra y alejaron de la misma a varias jóvenes que le habían sido siempre fieles. Llegaron hasta tal punto las cosas que María Pilar, aconsejada por el confesor, en noviembre de 1944 tuvo que retirarse de su propia Obra. La siguieron nueve de sus Hijas.
El 9 de diciembre viajó a San Sebastián, último tramo de la subida al Calvario. Durante el viaje, en una noche gélida y por caminos cubiertos de nieve, se fracturó una pierna en un accidente de coche. Un tumor maligno que se manifestó casi contemporáneamente, la hirió de muerte, pero no logró apagar la luz de su fe ni su firme convicción de que la Obra volvería a resurgir. Postrada en el lecho del dolor, abandonada de las criaturas, pudo saborear mejor el cáliz, mientras alentaba a sus Hijas diciéndoles: «Siento dejaros porque os amo mucho, pero desde el cielo os seré más útil. Volveré a la tierra para estar con los que sufren, con los pobres, los enfermos. Cuando más solas estéis más cerca estaré de vosotras».
Murió en San Sebastián, a los 39 años, el 27 de agosto de 1945, ofreciendo su vida por las Hijas que se le habían separado, a quienes recordaba con dolor y con cariño: «Las amo tanto, -decía- que no las puedo olvidar; aunque me pegaran y me arrastraran, quisiera tenerlas aquí. No quiero acordarme del mal que me hacen sino del bien que me hicieron. Bien sabe nuestro amado Jesús que más, mucho más de lo que me hacen sufrir quiero que les dé de cielo».
Sus Hijas, confiadas en las palabras de la Madre, permanecieron unidas bajo la dirección del Padre Daniel Díez García, que la había ayudado y asistido durante los últimos años de su vida. En 1947 llegaron a Logroño y, en mayo de 1948, el Sr. Obispo D. Fidel García Martínez las aprobó canónicamente como Pía Unión bajo el nombre de «Obra Misionera de Jesús y María». En 1961 fueron aprobadas como Congregación de Derecho Diocesano y, en 1981, fueron declaradas de Derecho Pontificio. La Congregación cuenta en la actualidad con 220 religiosas, repartidas en 22 casas por diversos puntos de España, Colombia, Ecuador, Venezuela, Italia y Mozambique.
La fama de santidad de la Venerable Mª Pilar Izquierdo se acrecentó de tal forma que, el Sr. Obispo de Calahorra, La Calzada-Logroño, Mons. Francisco Álvarez Martínez, vio oportuno iniciar la Causa de Beatificación y Canonización. El Proceso diocesano se realizó de 1983 a 1988.
El 18 de diciembre del 2000, S. S. el Papa Juan Pablo II declaró la heroicidad de las virtudes y el 7 de julio del 2001 aprobó el milagro atribuido a su intercesión, lo que culminó con su beatificación realizada el 4 de noviembre de 2001 por S.S. Juan Pablo II.
Reproducido con autorización de Vatican.va
Fernando Gonzáles Añón, Beato
Presbítero y Mártir, 27 de agosto
Fernando Gonzáles Añón, Beato
Presbítero y Mártir
Martirologio Romano: En la localidad de Picasent, en la región de Valencia, en España, beato Fernando González Añón, presbítero y mártir, que, en tiempo de persecución, mereció pasar a la bienaventuranza eterna (1936).
Fecha de beatificación: Fue solemnemente Beatificado, el 11 de marzo de 2001, por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro como parte de un total de 233 mártires por su fe.
Nació el 17 de febrero de 1886 en la ciudad de Turís, provincia de Valencia, diócesis de Valencia (España). Sus padres Fernando González Pons, labrador, e Isabel Añón Navarro quienes formaron un hogar cristiano. Ya desde muy niño era muy piadoso mostrando su vocación sacerdotal en sus juegos y hasta en las pláticas que dirigía a sus vecinos y a los niños de la escuela. Ingresó al Seminario Conciliar Central, donde se distinguió por su piedad, aplicación y jovialidad, que le merecieron la estima de superiores, compañeros y amigos; fue un seminarista ejemplar.
Recibió la tonsura, las órdenes menores y el subdiaconado los días 22 y 23 de diciembre de 1911. Tras haber recibido el presbiterado, celebró por vez primera la Misa en la Parroquia de su pueblo natal el 6 de marzo de 1913.
Los primeros frutos de su ministerio pastoral los recogió en el pueblo de Alcácer, donde fue coadjutor en 1913. En 1915 pasó a Santa Catalina de Alcira, también como coadjutor. Ejerció después en Macastre, como cura ecónomo, y más tarde, como Capellán de la Hidroeléctrica, en Cortes de Pallás. Fue cura regente de Anna en 1924 y coadjutor de San Juan de la Ribera en 1925. En todas estas Parroquias se distinguió como apóstol de los obreros, a quienes socorrió siempre en sus necesidades. El 24 de junio de 1931 tomó posesión del curato de Turís. Ya con los suyos, se multiplicó su actividad pastoral, desviviéndose por el culto y la devoción al Santísimo Sacramento. Fundó las Cuarenta Horas y promovió la festividad de Cristo Rey y la fiesta de la Virgen de los Dolores.
Se dedicaba a la atención pastoral de los enfermos y necesitados, sin olvidar la catequesis. Apóstol y propagandista de la buena prensa. No hubo petición de pobres que no atendiera, y su influencia ante personalidades estuvo cultivada con miras a hacer el bien.
El beato Fernando era consciente, en los días previos a la revolución, de la situación que estaba por afrontar: persecución religiosa y probable martirio.
La revolución en Turís comenzó con el incendio de las iglesias, la quema de imágenes y objetos religiosos y el encarcelamiento de los católicos. Al estallar la revolución de 1936, el beato reaccionó como un sacerdote católico auténtico. Mantuvo su ánimo sereno y se confió en la Divina Providencia. Fue detenido el 27 de agosto de 1936 en la casa abadía. Al día siguiente fue asesinado no sin antes perdonar a sus ejecutores y pronunciar ¡Viva Cristo Rey!.
Francisco de Santa María y catorce compañeros, Beatos
Mártires, 27 de agosto
Francisco de Santa María y catorce compañeros, Beatos
Mártires
Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, beatos Francisco de Santa María, presbítero de la orden de los Hermanos Menores, y sus catorce compañeros, mártires, que por orden del gobernador de la ciudad sufrieron el martirio en odio al nombre cristiano (1627).
Integran el grupo: Beatos Bartolomé Laurel y Antonio de San Francisco, religiosos de la Orden de los Hermanos Menores; Gaspar Vaz y María, esposos; Magdalena Kiyota, viuda; Cayo Jiyemon, Francisca, Francisco Kurobioye, Luis Matsuo Soyemon, Martín Gómez, Tomás Wo Jinyemon, Lucas Kiyemon y Miguel Kizayemon.
Fecha de beatificación: El 7 de julio de 1867 fueron beatificados por Pío IX.
Después de la persecución de 1597, que dio al Japón el selecto grupo de 23 mártires guiados por San Pedro Bautista (6 de febrero), la Iglesia pudo disfrutar de un período de gran fervor bajo el emperador Cubosama y pudo difundirse ampliamente.
Una de las características del apostolado de los misioneros en tierras del Japón era el rodearse de activos colaboradores para el apostolado y las diversas necesidades. Los japoneses, al poseer perfectamente la lengua, conociendo las instituciones y las costumbres de los diversos lugares, eran una preciosa vanguardia de los misioneros. La catequesis de niños y de adultos en el período del catecumenado como preparación para el bautismo generalmente era confiada a catequistas japoneses. La asistencia a los enfermos en los hospitales o en las casas privadas, la ayuda a los pobres, los orfanatos para acoger a los niños abandonados o sin padres, eran encomendados a estos maravillosos cristianos, que repetían en el Japón los prodigios de los cristianos de la primitiva Iglesia.
Los mejores catequistas, los más formados espiritualmente, los que mostraban indicios de vocación, eran admitidos a la Tercera Orden o, inclusive, a la Primera Orden. Y así más ligados al apostolado misionero e imbuidos del espíritu franciscano trabajaban con mayor diligencia. Muchos de ellos fueron mártires por su fe.
Por otra parte, la obra de los franciscanos y de los jesuitas en el Japón se amplió con la apertura de esta misión a otras órdenes religiosas, entre ellas la de los agustinos y la de los dominicos. La rabia de los bonzos logró todavía influir, con amenazas y engañosos motivos políticos y económicos, en el corazón del emperador, que en 1614 publicó un edicto con el cual proscribía la religión católica, expulsaba a todos los misioneros, ordenaba derribar las iglesias y condenaba a muerte a cuantos persistieran en su fe.
Fue un inmenso incendio de fuego y sangre que se abatió sobre la floreciente Iglesia, que contaba entonces con más de dos millones de fieles. Se ensayaron suplicios de toda clase en el lapso de unos 18 años, sin respetar ninguna edad ni clase social.
Entre estos innumerables héroes de la fe se pudieron recoger las actas de los 205 mártires que fueron beatificados por Pío IX en 1867, pertenecientes a las órdenes de Santo Domingo, San Francisco, San Agustín y San Ignacio.
A la Orden de San Francisco pertenecen 45, de los cuales 18 a la Primera Orden, 15 a la Tercera, y los demás son familiares y amigos de ellos. A continuación nos referimos a los martirizados en Nagasaki el mes de agosto de 1627.
Beato Francisco de Santa María. Franciscano de la Primera Orden, sacerdote y mártir en Japón. Es nativo de Montalbanejo, provincia de Cuenca, España. Siendo joven fue admitido en la Orden de los Hermanos Menores, donde fue admirado por sus hermanos en religión a causa de sus virtudes y su inteligencia. El amor de Dios y de las almas lo movió a ofrecerse como misionero para dedicar su vida a la conversión de los infieles. En 1623, junto con el franciscano mejicano Bartolomé Laurel, llegó a Japón, donde desarrolló una dinámica actividad apostólica. Tuvo la fortuna de encontrar un óptimo catequista a quien en la cárcel podría luego recibir en la Orden de los Hermanos Menores en calidad de hermano, y que luego también lo acompañaría en el martirio: el Beato Antonio de San Francisco.
Francisco de Santa Marta pudo realizar un inmenso trabajo con su valeroso catequista, siempre lleno de celo, de valor y de espléndidas iniciativas, asiduo en la asistencia a los enfermos. Con otros terciarios bien formados espiritualmente tuvo la alegría de bautizar a muchos paganos.
Un día en Nagasaki era huésped del terciario Gaspar Vaz junto con Fray Bartolomé Laurel y algunos terciarios, cuando un grupo de guardias irrumpió en la casa y arrestaron a los dos religiosos y a ocho terciarios, incluidos Gaspar Vaz y María su mujer.
Mientras eran conducidos a la prisión encadenados, un joven japonés se enfrentó con valor al gobernador para reprocharle su crueldad y ofrecerse a morir con su maestro, fue recibido por éste en la Primera Orden y alcanzó da gracia del martirio: Fray Antonio de San Francisco.
El Beato Francisco, después de indecibles sufrimientos, sostenido e iluminado por la fe y la esperanza del cielo, fue quemado vivo el 16 de agosto de 1627 en Nagasaki, en la Santa Colina.
Beato Bartolomé Laurel. Religioso profeso de la Primera Orden franciscana y mártir en el Japón. Era nativo de México. Siendo joven vistió el hábito y profesó la Regla de San Francisco en calidad de religioso no clérigo. Se hizo compañero y amigo inseparable del Beato Francisco de Santa María, con quien en 1609 llegó a Manila (Filipinas), y de allí en 1622 arribó a las costas del Japón, donde trabajó intensamente como catequista.
Atendió a la asistencia de los enfermos en los hospitales, trabajó también como médico; preparaba a los fieles a recibir los últimos sacramentos y a los paganos a abrazar la fe cristiana. Dio continuos ejemplos de humildad, mortificación, modestia y celo apostólico.
Un día en Nagasaki era huésped de la familia de Gaspar Vaz junto con el Beato Francisco de Santa María y otros terciarios. La policía irrumpió en la casa y los arrestó; encadenados, fueron conducidos a la prisión.
Bartolomé Laurel, después de indecibles sufrimientos iluminados por la fe y el amor a Cristo, fue quemado vivo el 16 de agosto de 1627 en Nagasaki, en la Santa Colina.
Beato Antonio de San Francisco. Religioso profeso de la Primera Orden franciscana y mártir en Japón. Era japonés de nacimiento y de nacionalidad. Fue catequista del Padre Francisco de Santa María y terciario franciscano. Desarrolló incesantes obras de caridad entre los cristianos y los paganos de Nagasaki, los visitaba y asistía al Padre Francisco en su laborioso ministerio apostólico.
No estaba presente cuando fue apresado el misionero en la casa del Beato Gaspar Vaz, pero, avisado, corrió a donde el gobernador para enfrentarlo, gritándole: "Tú tienes una multitud de espías y verdugos. Considerables son las recompensas prometidas a los delatores. Pues bien, aquí delante de ti tienes un delator que viene a denunciar a un adorador de Cristo. Ese adorador soy yo, que hace muchos años me ocupo sin descanso en apoyar a los fieles y convertir a los paganos, muchos de los cuales han sido conducidos a la fe. Quiero que me des la recompensa por mi delación; quiero ser asociado a mi querido padre y maestro y a mis queridos hermanos en la prisión, en los padecimientos y en la muerte".
Antonio fue escuchado de inmediato, y en la prisión vio realizado otro ardentísimo deseo suyo, el de ser recibido en la Orden de los Hermanos Menores. Con vivísima alegría fue admitido al noviciado, cumplido el cual hizo la profesión en manos de su "padre y maestro de novicios", el P. Francisco de Santa María, en calidad de religioso no clérigo. En la historia de la Orden Franciscana quizás es de los pocos casos de una admisión, un año de noviciado y una profesión cumplidos en la cárcel.
Este valeroso cristiano, fiel catequista y ardiente franciscano, junto con otros dos religiosos y quien lo hospedaba, el Beato Gaspar Vaz, consumó su martirio en el fuego, mientras María Vaz y otros terciarios fueron decapitados. La constancia de estos intrépidos atletas dio un solemne testimonio de la fe y dejó pasmados a los mismos paganos.
En esta misma ocasión fueron muertos por odio a la fe algunos niños de tres y de cinco años, hijos de Gaspar y María Vaz. Sus nombres no aparecen en el decreto de beatificación. Su martirio tuvo lugar en Nagasaki en la Santa Colina o Monte de los Mártires, consagrado ya con la sangre de una multitud de mártires. Antonio de San Francisco sufrió el martirio el 17 de agosto de 1627.
Beatos Gaspar Vaz, María Vaz y Juan Romano. Mártires, japoneses nativos, de la Tercera Orden de San Francisco ( 1627-1628). Los esposos Gaspar y María Vaz habían dedicado su vida a la mayor gloria de Dios y a la evangelización de los fieles. Su casa se había convertido en otra casa de Betania, donde los tres hermanos, Lázaro, Marta y María, acogieron muchas veces a Jesús y a los apóstoles, con gran cordialidad. También la casa de Gaspar y María acogía a menudo a los misioneros y a los cristianos para alojamiento, comida, reuniones de fieles, celebración de la Eucaristía, etc. Así como en Roma las catacumbas acogieron a los primeros cristianos perseguidos, así durante la persecución del Japón los fieles se recogían en la casa de esta familia. Pero un día un traidor los denunció ante las autoridades. Fueron arrestados junto con sacerdotes y fieles, encerrados en una dura prisión y luego condenados a muerte. También ellos subieron a la Santa Colina, Calvario de su inmolación. Por Cristo y su fe sufrieron el martirio: Gaspar fue quemado vivo, María fue decapitada. Así juntos los dos heroicos esposos de la Betania de esta tierra, alcanzaron la Betania del cielo, ejemplo sobre todo para los esposos en un plan de vida dedicado a la caridad y a la hospitalidad.
Juan Romano (Luis Matsuo Soyemon), también japonés perteneciente a la Orden Franciscana Seglar, era fervoroso colaborador de los misioneros franciscanos. Los acompañaba en sus desplazamientos como catequista, asistente en las obras de caridad que florecían al lado de la misión. Los hospedaba en su casa y ponía a su disposición su propia barca para trasladarlos a las diversas islas. Junto con otros fieles, fue arrestado, maniatado y llevado a la cárcel de Omura, donde permaneció varios meses. La mañana del 8 de septiembre de 1628 fue sacado de la prisión, conducido a Nagasaki, donde en el Calvario japonés, la Santa Colina, nuevamente fue invitado a apostatar: "Estoy dispuesto a morir mil veces antes que traicionar mi fe y a Cristo a quien amo intensamente. Jamás me separaré de él". Junto con otros compañeros de martirio fue decapitado. De la tierra llegó al cielo, donde vive en la gloria de Dios.
Beato Martín Gómez. Terciario franciscano y mártir en Japón. Japonés de nacimiento y de nacionalidad, estaba inscrito en la Tercera Orden de San Francisco. Su padre era portugués, su madre japonesa. Había dado hospedaje a los misioneros cristianos, por lo cual fue arrestado y condenado a muerte, pues las disposiciones del gobierno prohibían absolutamente esta actividad. Invitado a renegar de su fe, rehusó enérgicamente hacerlo, afirmando que ni la muerte lo podría apartar de aquella fe tan profundamente arraigada en su corazón. El 17 de agosto de 1627 Martín Gómez fue llevado de la cárcel a la santa colina, donde junto con otros compañeros fue todavía invitado a renegar de su fe, pero todos permanecieron inconmovibles en la profesión de su religión. Fue decapitado y su alma coronada por la aureola del martirio voló a la gloria del cielo.
Beatos Miguel Kizaemon y Lucas Kiiemon. Japoneses, mártires, de la Tercera Orden Franciscana. Miguel nació en Conga, de padres japoneses, los cuales desde pequeño lo abandonaron. Fue acogido por los cristianos y confiado a la Santa Infancia, donde recibió el bautismo y una educación cristiana. De joven, fue entregado a un mercader español. Más tarde, pasó a la misión y fue acogido por el franciscano padre Rojas, quien lo inició en los estudios, lo hizo su catequista, y, a petición suya, lo inscribió en la Tercera Orden Franciscana. De Boniba, a donde había ido por motivos catequísticos, regresó a Nagasaki junto con su queridísimo amigo, también él activo catequista, Lucas Kiiemon, con quien trabajó para la gloria de Dios y el bien de las almas de 1618 a 1627. En tiempos de la furiosa persecución religiosa, dada la pericia que tenían como carpinteros, trabajaron en la construcción de refugios para esconder y salvar a los misioneros. Por estas múltiples actividades suyas, fueron reconocidos como cristianos, arrestados y llevados a la cárcel, donde pasaron varios meses. El 16 de agosto de 1627 fueron sacados de la cárcel, llevados a Nagasaki y conducidos hasta la colina santa o monte de los mártires. Allí fueron decapitados y así, con la palma del martirio, alcanzaron la gloria del cielo.
Hermenegildo de la Asunción y compañeros, Beatos
Mártires Trinitarios, 27 de agosto
Hermenegildo de la Asunción y compañeros, Beatos
Mártires Trinitarios
Martirologio Romano: En Alcázar de San Juan, España, Beatos Hermenegildo de la Asunción (en el siglo Hermenegildo Iza y Aregita) y cinco compañeros de la Orden de la Santísima Trinidad, asesinados por odio a la fe. († 1936)
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Hermenegildo de la Asunción (Hermenegildo Iza y Aregita), nacido el 13 de abril de 1879 en Mendata-Albiz, Viscaya, España.
Buenaventura de Santa Catalina (Buenaventura Gabika-Etxebarria Gerrikabeitia), nacido el 14 de agosto de 1887 en Ajanguiz, Vizcaya, España, sacerdote:
Francisco de San Lorenzo (Francisco Euba Gorroño), nacido el 25 de agosto de 1889 en Amorebieta, Vizcaya, España, sacerdote:
Antonio de Jesús y María (Juan Antonio Salútregui Iribarren), nacido el 5 de febrero de 1902 en Guernika y Leno, Vizcaya, España, sacerdote:
Plácido de Jesús (Plácido Camino Fernández), nacido el 6 de mayo de 1890 en Laguna de Negrillos, León, España, sacerdote:
Esteban de San José (Esteban Barrenechea Arriaga), nacido el 26 de diciembfe de 1880 en Alcázar de San Juan, Ciudad Real, España, religioso.
Arrestados el 20 de agosto de 1936 fueron atados y llevaron al Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, En el Ayuntamiento estaban también detenidos los franciscanos, las concepcionistas franciscanas y un novicio dominico. La multitud que había en la plaza gritaba: Dejad que los matemos nosotros si no tenéis agallas. ¡Muerte a los curas! El alcalde les dijo desde el balcón: Esperad, esperad, que lo que se os ha prometido se realizará.
Hacia las dos de la tarde llevaron a los franciscanos, a los trinitarios y al novicio dominico a una ermita a las afueras de la población. En todo el día 21 no recibieron nada para comer. Lo angosto del lugar, que no tenía ventanas, y el calor del verano suponía una gran molestia, pero nadie se quejó. Al principio rezaban en común, pero se lo prohibieron. A las personas que les llevaban comida les decían los carceleros: Sí, traedles cosas, que ya les quedan pocos días.
Hacia las doce de la noche del día 26, sacaron de la ermita a los trece religiosos en dos grupos. Ellos salieron sin resistirse ni protestar. Ninguno trató de huir. Entre las 12 de la noche del 26 de agosto y la una de la madrugada del 27 de agosto de 1936 los fusilaron.
S.S. Benedicto XVI firmó el 28 de junio de 2012 el decreto con el cual se reconoce el martirio del Siervo de Dios Hermenegildo de la Asunción y cinco compañeros de la Orden de la Santísima Trinidad, lo cual permitirá su próxima beatificación que se realizará, Dios mediante, el 13 de octubre de 2013.
Pelayo José Granado Prieto, Beato
Sacerdote y Mártir, 27 de agosto
Pelayo José Granado Prieto, Beato
Sacerdote y Mártir
Martirologio Romano: En distintos lugares de España, Beatos Fortunato Velasco Tobar y 13 compañeros, de la Congregación de la Misión;asesinados por odio a la fe († 1934-1936)
Fecha de beatificación: 13 de octubre de 2013, durante el pontificado de S.S. Francisco.
Miembro de la Provincia de Madrid, nació el 30 de Julio de 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España) y murió el 27 de Agosto de 1936 en Soto del Barco.“Un vecino de Soto del Barco (fallecido en 1952), emparentado con uno de los dirigentes locales marxistas, llamó un día a la Casa Rectoral, pidiendo clemencia para el P. Granado y protestando del trato que le daban. Al llegar a la casa oyó los quejidos del Padre y las risotadas de milicianos y milicianas que le atormentaban. Le golpearon y le pincharon al tiempo de insultarle. Le iban cortando la carne a trozos mientras ese vecino oyó allí mismo a los milicianos que proferían este sarcasmo contra el Siervo de Dios: Mira qué carnes más blancas tiene”. Le privaron de su integridad viril…
Los tres últimos días de su prisión y tormentos estuvo encerrado en el servicio, sin comer, ni beber, ni disponer de espacio suficiente para sentarse. El Padre pidió angustiosamente a sus verdugos que al menos le dieran un poco de agua, favor que le negaron.
A estos tormentos postreros se juntó otro, de índole espiritual. Sabía el Siervo de Dios que en el pueblo había un sacerdote, y pedía como única gracia que se lo trajeran, para confesarse con él a lo que se negaron rotundamente los marxistas.
El 27 de Agosto de 1936, ya de noche, los comunistas sacaron al Siervo de Dios, más muerto que vivo, de la Casa Rectoral y lo condujeron a la orilla del río Nalón, que pasa junto a Soto del Barco. Allí mismo le acuchillaron por la espalda hasta que expiró, arrojando al río su cuerpo, que jamás apareció.
Mártires de la familia Vicenciana en el siglo XX
La Guerra Civiel Española 1936-1939
Autor: José María Román, C.M.
Este grupo de mártires está integrado por:
1. TOMÁS PALLARÉS IBÁÑEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 06 Marzo1890 en Iglesuela del Cid, Teruel (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)
2. SALUSTIANO GONZÁLEZ CRESPO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 01 Mayo 1871 en Tapia de la Ribera, León (España)
martirio: 13 Octubre 1934 en Oviedo, Asturias (España)
3. LUIS AGUIRRE BILBAO
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 13 Septiembre 1914 en Murguía, Vizcaya (España)
martirio: 30 Julio 1936 en Alcorisa, Teruel (España)
4. LEONCIO PÉREZ NEBREDA
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 18 Marzo1895 en Villarmentero, Burgos (España)
martirio: 02 Agosto 1936 en Las Planas de Oliete, Teruel (España)
5. ANDRÉS AVELINO GUTIÉRREZ MORAL
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Noviembre 1886 en Salazar de Amaya, Burgos (España)
martirio: 03 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)
6. ANTONIO CARMANIÚ MERCADER
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 17 Agosto 1860 en Rialp, Lérida (España)
martirio: 17 Agosto 1936 en Llavorsi, Lérida (España)
7. FORTUNATO VELASCO TOBAR
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 31 Mayo 1906 en Tardajos, Burgos (España)
martirio: 24 Agosto 1936 en Alcorisa, Teruel (España)
8. RICARDO ATANES CASTRO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Agosto 1875 en Cualedro, Orense (España)
martirio: 14 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)
9. PELAYO JOSÉ GRANADO PRIETO
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 30 Julio 1895 en Santa María de los Llanos, Cuenca (España)
martirio: 27 Agosto 1936 en Gijón, Asturias (España)
10. AMADO GARCÍA SÁNCHEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 29 Abril 1903 en Moscardón, Teruel (España)
martirio: 24 Octubre 1936 en Gijón, Asturias (España)
11. IRENEO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 10 Febrero 1879 en Los Balbases, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)
12. GREGORIO CERMEÑO BARCELÓ
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 09 Mayo 1874 en Sitios, Zaragoza (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)
13. VICENTE VILUMBRALES FUENTE
sacerdote de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 05 Abril 1909 en Reinoso de Bureba, Burgos (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)
14. NARCISO PASCUAL y PASCUAL
hermano de la Congregación de la Misión (Vicenciano)
nacimiento: 11 Agosto 1917 en Sarreaus de Tioira, Orense (España)
martirio: 06 Diciembre 1936 en Guadalajara (España)
92236 > Sant' Amedeo di Losanna Vescovo 27 agosto MR
90144 > Beato Angelo da Foligno Sacerdote agostiniano 27 agosto MR
94270 > San Bacolo di Sorrento Vescovo 27 agosto
67750 > San Cesario di Arles Vescovo 27 agosto MR
93227 > San Davide Enrico Lewis Sacerdote gesuita, martire 27 agosto MR
34300 > Beato Domenico della Madre di Dio Barberi Sacerdote passionista 27 agosto MR
93437 > Beato Ferdinando Gonzalez Anon Sacerdote e martire 27 agosto MR
90872 > Beata Francesca Pinzokere Martire 27 agosto
67770 > Beati Francesco di S. Maria e compagni Martiri 27 agosto MR
91943 > San Gebardo di Costanza Vescovo 27 agosto MR
67730 > San Giovanni di Pavia Vescovo 27 agosto MR
36450 > San Guerrino di Sion Vescovo 27 agosto MR
91351 > Beato Jean-Baptiste Souzy Sacerdote, martire della Rivoluzione Francese 27 agosto MR
67720 > San Licerio Vescovo 27 agosto MR
94579 > Beato Luigi Suarez Vescovo 27 agosto
92758 > Santi Marcellino, Mannea e compagni Sposi e martiri 27 agosto MR
90335 > Beata Maria del Pilar Izquierdo Albero Fondatrice 27 agosto MR
95726 > Beati Martiri Spagnoli Trinitari di Ciudad Real (Ermenegildo dell'Assunzione e 5 compagni) Beatificati nel 2013 27 agosto
24200 > Santa Monica Madre di S. Agostino 27 agosto - Memoria MR
38000 > San Narno Vescovo di Bergamo 27 agosto MR
92752 > San Poemen Abate 27 agosto MR
93440 > Beato Raimondo Martì Soriano Sacerdote e martire 27 agosto MR
67710 > San Rufo Martire, venerato a Capua 27 agosto MR
67760 > Beato Ruggero Cadwallador Martire 27 agosto MR
93794 > San Teona d’Alessandria Vescovo 27 agosto
93168 > Beato Uldarico (Jean-Baptiste) Guillaume Religioso e martire 27 agosto MR
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Nossa Senhora de Fátima, pediu aos Pastorinhos
“REZEM O TERÇO TODOS OS DIAS”
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ATENÇÃO:
Enquanto não ficar regularizada a publicação deste blogue, as NOTAS que vinham aqui sendo publicadas, estarão suspensas SINE DIE, Motivo pelo que não vejo justificação para as continuar a publicar, enquanto tal não suceder, pois também os outros textos também terão que sofrer alterações, ou melhor, também têm de ser devidamente actualizados (pois apesar de tudo, estou esperançado em que possa resolver os problemas técnicos dentro do mais breve espaço de tempo possível). Prevenindo novas suspensões que possam vir a acontecer, vou tentar agendar as publicações diárias desta 1ª rubrica SANTOS DE CADA DIA, e à medida que me for possível, tentarei também recuperar as restantes rubricas, pelo menos e PARA JÁ até ao fim do corrente mês de Agosto. Depois se verá, se Deus quiser e se me permitir continuar esta tarefa a que meti ombros há quase seis anos. BENDITO SEJA DEUS.
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Localização geográfica da sede deste Blogue, no Porto
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