segunda-feira, 11 de maio de 2009

MAYOLO, Santo (e outros)-11-MAIO

Mayolo, (Maiolo) Santo Abade de Cluny, Maio 11
Mayolo, Santo
Mayolo, Santo

Abade de Cluny

Filho de Foquer, senhor rico e poderoso em Provenza. Mayolo ou também Mayeul nasceu no ano 906, na pequena vila de Valenzola. Seus pais morreram cedo, quando Mayolo era ainda muito jovem. Rapidamente lhe passa pela cabeça o pensamento de abandonar suas muitas posses e retirar-se à solidão; mas antes de tomar esta determinação o obrigam a sair de suas terras os sarracenos que vão fazendo incursões desde Espanha. Esta á a razão de refugiar-se em Mâcon onde conheceu o bispo Bernon que lhe dá a prebenda de um canonicato ao ver suas boas qualidades e disposições. Termina seus estudos na então célebre escola de Lyon de onde regressa para instruir em filosofía e teología o clero local, receber o diaconado e ser nomeado arcediácono, ou seja, o primeiro da ordem dos diáconos. Como o ministério do diaconado leva consigo preparar a mesa aos pobres, repartindo-lhes as esmolas da igreja, seu novo cargo lhe proporciona a ocasião de exercitar a caridade esmoler de um modo pouco comum; de facto, vende seus móveis, casas e terras para reparti-los entre os mais necessitados, incrementando assim as esmolas do bispo. Quieren nombrarlo obispo de Besanzon a la muerte de Guifredo; pero se resiste y, temeroso de que se presenten otras ocasiones que no pueda declinar, se retira al claustro. Cluny la abadía recientemente fundada -en el 910, bajo la advocación de san Pedro apóstol y sometido a la autoridad del papa, por Guillermo, duque de Aquitania-, será su casa desde entonces, cuando su tercer abad es Aymardo. Se observa estrictamente la Orden de San Benito de Arriano. Allí le encargan de la biblioteca y le nombran apocrisario, una especie de legado para resolver asuntos fuera del convento y, de modo especial, los que se refieren a las relaciones con los nobles o los príncipes. Pasa a ser abad de Cluny al quedarse Aymardo imposibilitado para el gobierno por la ceguera. Con el abad Mayolo es cuando la abadía más resplandece por su rectitud, disciplina y espíritu de reforma, volviéndose hacia ella los ojos de los príncipes, emperadores y papas. La reforma propugnada por Cluny pasa a los monasterios de Alemania a petición del emperador Otón I y de la emperatriz Adelaida. Las abadías de Marmontier de Turena, San German de Auxerre, Moutier-San-Juan, San Benito de Dijon y San Mauro de las Fosas, en las proximidades de París, conocen la reforma cluniacense en Francia. El mismo papa Benedicto VII encomienda al abad Mayolo la reforma del monasterio de Lerins. Fue toda una labor apasionante y pletórica realizada sólo en diez años. Claro está que nada de esto hubiera podido realizarse con un espíritu pusilánime o sin oración, sin penitencia y sin su piedad recia que incluía el tierno amor a Santa María como queda expresado en sus peregrinaciones a los santuarios de Nuestra Señora de Valay y de Loreto.
No todos los trabajos fueron ad intra propiciando la reforma de los buenos. Tuvo también escarceos apostólicos y proselitistas con los infieles sarracenos durante el tiempo en que le tuvieron preso, en Pont-Ouvrier, y de quienes fue rescatado por una fuerte suma de dinero que pudo reunirse entre los frailes y con las ayudas de amigos y ricos nobles conocidos. El emperador Otón II quiso que fuera elegido papa, pero topó con su firme negativa. Cansado de trabajos y pensando que su misión estaba concluida, propone se elija a su fiel discípulo Odilón para sucederle y renuncia a ser abad. Pero, aunque anciano ya, le queda todavía una última aventura reformadora; fue Hugo, el fundador de la dinastía de los Capetos, quien le pide como rey de Francia que regrese a París para introducir la reforma en la abadía de san Dionisio; no supo negarse, se puso en camino y muere en el intento generoso de mejorar ese monasterio para bien de la Iglesia; en Souvigni, el 11 de Mayo del año 994, casi nonagenario, muere el reformador Mayolo, uno de los hombres más eminentes de la cristiandad del siglo X, organizador insigne que preparó el estallido de vitalidad del siglo XI. Su figura se presenta magnífica en la escena del siglo de hierro en un mundo que estaba en construcción. Además de extender la Orden de Cluny en influencia y prestigio para reformar el mundo cristiano, su obra se extiende a otros aspectos de la vida social: construye y restaura, favorece las letras e introduce las ideas cristianas en los gobiernos de Alemania, de Francia y de Italia y, además, es incapaz de contemplar a un necesitado sin derramar lágrimas. La abadía de Cluny, el templo mayor del mundo hasta que en el siglo XVI se construyó en Roma la basílica de san Pedro, que llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos, que preparó decisivamente el camino a la reforma gregoriana y que se convirtió en potente foco de radiación del románico europeo, está convertida hoy en un montón de ruinas sólo recuperadas para la posteridad en el papel y el diseño. Se cerró y arrasó en el 1790 por la Revolución francesa. Se entiende que no todas las revoluciones son respetuosas con la cultura, ni con el arte, ni con la historia o que quizá existan más interpretaciones de historia, de arte y de cultura.
Ignacio de Laconi, Santo
Capuchinho, Maio 11
Ignacio de Laconi, Santo
Ignacio de Laconi, Santo

Capuchinho

Quando S. Francisco fundou os frades menores não pensou, numa comunidade de sábios, mas de homens que pregaram o Evangelho depois de havê-lo vivido na pobreza mais absoluta,na obediência e na humildade, realizando aquela que os franciscanos chamariam conversão do coração a perfeição evangélica, na renúncia ao pecado, à riqueza e a qualquer propriedade terrena. Com efeito, as únicas condições que S. Francisco punha aos primeiros discípulos para ser admitidos era o despojamento total dos bens e o “serviço aos leprosos”. “Nosotros vemos mendigar todos los días por la ciudad a un santo viviente, que es un fraile laico de los Capuchinos y que se ha ganado con muchos milagros la veneración de sus compatriotas”: así escribía en 1773 el pastor protestante José Fues, capellán del batallón de infantería alemán al servicio del rey de Cerdeña. Ese santo viviente era el fraile capuchino Ignacio de Láconi, a quien los habitantes de Cagliari llamaban “padre santo”. Parafraseando una hermosa frase de Manzoni, ese humilde mendicante era como el mar que recibía el agua de todas partes y después la distribuía como lluvia, a toda la sierra. Francisco Ignacio Vicente Peis, segundo de nueve hermanos, nació en Láconi (Cerdeña) el 17 de noviembre de 1701. Los padres, pobres materialmente, pero ricos humana y cristianamente, le educaron en el cumplimiento de los preceptos cristianos. Desde muy joven Ignacio practicaba severas mortificaciones. A los 20 años, después de haber escapado de dos peligros mortales, en cumplimiento de un voto se fue a Cagliari para entrar al convento capuchino del Buencamino. Pero por su delicada salud, no lo aceptaron inmediatamente. EL 10 de noviembre de 1721 ya vestía el sayal franciscano. Después del noviciado peregrinó durante quince años en varios conventos, y después fue llamado definitivamente al convento de Cagliari en donde se lo encargó de la limosna, que él cumplió con espíritu realmente franciscano: ejemplo vivo de pobreza, pero también de absoluta disponibilidad hacia los pobres, los necesitados de todo género, los “leprosos´ del espíritu más que del cuerpo, esto es, los pecadores, a muchos de los cuales él llevó al buen camino.
Dos años antes de su muerte, acaecida el 11 de mayo de 1781, quedó ciego, pero siguió observando escrupulosamente la vida común con todas las reglas del convento. Durante su vida fue dotado de extraordinarios carismas, y después de la muerte su fama de taumaturgo se difundió cada vez más con la repetición de los milagros que se obtenían por su intercesión. Pío XII lo beatificó en 1940, y lo canonizó el 21 de octubre de 1951.
Estela ou Estrella, Santa Virgem e Mártir, Maio 11
Estela o Estrella, Santa
Estela o Estrella, Santa

Virgen y Mártir

Etimológicamente significa “estrella”. Viene de la lengua latina. Para que se eleve una confianza sobre la tierra, al Este o al Oeste, en el Norte o en el Sur, es necesaria tu vida y de una multitud. Para empezar, no hacen falta ni la experiencia de toda una existencia ni la perspectivas que da el saber. ¿Te concederás una tregua mientras no hayas encontrado dónde descansar tu corazón? Esta chica, de tan bonito nombre, fue una virgen del siglo III. En este tiempo había un obispo llamado Eutropio. Tenía un gancho muy grande con la juventud. Realmente la entendía a la perfección. Empleaba noche y día en trabajar apostólicamente con los cristianos. Durante este tiempo estaba en Charente, Francia, Era el primer obispo que tenía una ciudad que vivía todavía sumida, en su mayoría, en el paganismo. Le cupo la gloria de que una de las primeras conversiones que se obraron con su pastoral, fue la de la joven Estela o Estrella. Tenía una fuerte personalidad. El padre le había insistido una y mil veces que no se metiera en las cosas cristianas. Le parecía absurdo y raro para la gente con la que se codeaba. Todos sus esfuerzos fueron inútiles para lograr que dejara el cristianismo. El padre estaba en un aprieto. Tenía que obedecer las órdenes imperiales, so pena de que lo mataran. Entonces, con todo el dolor de su alma, entregó a su hija a las autoridades para que hicieran con ella lo que mandaba la ley. Estas autoridades, como era natural, la enviaron a la muerte. En Francia, los poetas Mistral y los de la lengua D´Oc la eligieron como patrona de la Escuela Literaria de los Felibres, Era el año 1854. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Ceferino (Zeferino) Namuncurá, Beato Laico Salesiano, Maio 11
Ceferino Namuncurá, Beato
Ceferino Namuncurá, BeatO
O beato Ceferino Namuncurá Burgos nasceu em Chimpay, Río Negro em 26 de agosto de 1886 e morreu em Roma em 11 de maio de 1905, era um jovem laico salesiano argentino de orígens mapuches e criollas.
Nació en la reducción mapuche de Chimpay. Era hijo de Rosario Burgos (cautiva "huinca" chilena) y del cacique Manuel Namuncurá, un célebre líder que luchó heroicamente, en la batalla del 5 de mayo de 1883 contra el Ejército Argentino comandado por el general Julio Argentino Roca y nieto del caudillo mapuche Calfucurá. Al año de edad, en 1887, Ceferino salva su vida milagrosamente de perecer ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas. Ese mismo año, el 24 de diciembre en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano padre Domingo Milanesio, gran defensor de los pueblos originarios. A los 11 años le pide a este salesiano que lo lleve a estudiar para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo. Su padre, siendo el cacique de la nación mapuche, es elevado al rango de Coronel de la Nación y lo lleva a Buenos Aires siendo recibido por el General Luis María Campos, su amigo y entonces Ministro de Guerra y Marina. Ceferino ingresa en los talleres que la Armada tenía en la localidad de Tigre y permanece allí 3 meses, pero luego le escribe a su papá que lo saque porque no le gusta ese ambiente y esa profesión. El Coronel Manuel Namuncurá recurre a su amigo el Dr. Luis Sáenz Peña, ex presidente argentino, quien recomienda a Ceferino a los Salesianos. El 20 de septiembre de 1897 Ceferino es inscripto como alumno estudiante interno. Paulatinamente Ceferino se va adaptando al ambiente, se dedica en cuerpo y alma al estudio, aprende el idioma castellano y apasionadamente el catecismo. Es un excelente, divertido y paciente compañero. El 8 de septiembre de 1898 Ceferino recibe la Primera Comunión y, un año más tarde el 5 de noviembre de 1899, recibe el Sacramento de la Confirmación en la Iglesia Parroquial de San Carlos de manos de Monseñor Gregorio Romero. Una de las curiosidades en la vida de Ceferino Namuncurá es que él y Carlos Gardel (futuro actor y cantante de tangos) eran amigos y alumnos internos del colegio salesiano Pío IX, ambos integraron el coro, cantaron juntos en la capilla y en actos culturales. A principios de 1902 su salud comienza a deteriorarse y por los estudios que le realizan encuentran que contrajo tuberculosis. Monseñor Juan Cagliero entonces, decide trasladarlo a Viedma, con la esperanza de que los aires nativos ayuden a recuperar la salud. Sin más, a comienzos de 1903, en el colegio "San Francisco de Sales" de Viedma comienza su estudio secundario como aspirante salesiano. El sacerdote médico Evasio Garrone juntamente con el enfermero del hospital el Beato Artémides Zatti cuidan de Ceferino. El 19 de julio de 1904 con 17 años, Ceferino es trasladado a Turín, Italia por Monseñor Cagliero, los salesianos pensaron que allá recuperaría la salud y podría continuar sus estudios de sacerdocio. Estudia en el colegio salesiano de "Villa Sora" (Frascati, Roma). En Turín, el Beato Miguel Rua, el primer sucesor de San Juan Bosco, conversa varias veces por semana con el buen indiecito, pero el acontecimiento de su vida fue el 27 de septiembre de 1904, Ceferino visita al Papa Pío X, junto con Monseñor Cagliero, los sacerdotes José Vespignani y Evasio Garrone y otros salesianos. A Ceferino le encomendaron la tarea de pronunciar un breve discurso con unas emocionadas palabras y obsequia al Papa un Quillango Mapuche. Pío X se conmueve, lo bendice y le obsequia la medalla destinada a los príncipes. En marzo de 1905, la tuberculosis hace estragos en la salud de Ceferino y la cruel enfermedad avanza inexorablemente. Es internado en el Hospital de los Hermanos de San Juan de Dios y es atendido dos veces al día por el Dr. José Lapponi - médico personal de los Papas León XIII y Pío X. El 11 de mayo de ese mismo año muere a los 18 años de edad Ceferino Namuncurá acompañado por Monseñor Cagliero a quién dijo sus últimas palabras: "¡ Bendito sea Dios y María Santísima!, Basta que pueda salvar mi alma, y en los demás que se haga la santa voluntad de Dios". Sus exequias fueron muy humildes, como su vida lo fue, enterrado el día posterior a su fallecimiento en el cementerio popular de Roma, en Campoverano, con la presencia de pocos salesianos y compañeros de estudio bajo el amparo de una simple cruz de madera con su nombre señala el lugar en que yacen sus restos. En 1924 los restos de Ceferino Namuncurá son repatriados por orden del presidente Marcelo T. de Alvear y llevados al cementerio de Fortín Mercedes. En 1930 sacerdote Luís J. Pedemonte comienza a propagar las virtudes y la devoción al "Indiecito Santo" con lo cual recoge y publica abundantes testimonios de gracias recibidas por aquellos que lo rezaban y lo conocieron. El 2 de mayo de 1944 se inicia la Causa de Beatificación y el 3 de marzo de 1957 el Papa Pío XII aprueba la introducción de la Causa de Beatificación de Ceferino Namuncurá. Quince años más tarde el 22 de junio de 1972 el Papa Pablo VI lo declara Venerable. Fue el primer argentino que llegó a esa altura de santidad. La devoción popular a Ceferino Namuncurá se fue difundiendo desde mediados de siglo XX por toda la Argentina. Es así que a fines de los 1960s ya era muy común encontrar estampitas dedicadas a San Ceferino en plena ciudad de Buenos Aires, de este modo su foto se hizo tan popular que muchas papeletas de propaganda en las cuales ofrecían y ofrecen sus servicios los "plomeros" — fontaneros—, albañiles y trabajadores de oficios afines tienen impresas el rostro del beato. Desde 1991 sus restos descansan en el Santuario de María Auxiliadora de Fortín Mercedes. El 7 de julio de 2007 el papa Benedicto XVI firmó el decreto que declara a Ceferino Namuncurá como beato. El pontífice recibió al cardenal José Saraiva Martins, el por entonces prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, y autorizó a la Congregación a promulgar una serie de decretos, entre los cuales el que declara beato a "Siervo de Dios Ceferino Namuncurá". El 11 de noviembre de 2007 el enviado papal, cardenal Tarcisio Bertone, proclamó beato a Ceferino Namuncurá, ante mas de 100.00 personas en una ceremonia de beatificación en Chimpay, Río Negro, solar natal del joven salesiano. Una junta médica del Vaticano consideró que la curación de Valeria Herrera, una joven madre de Córdoba, Argentina de 24 años en el año 2000 afectada por cáncer de útero fue un milagro por la intercesión de Ceferino Namuncurá. La mujer llego a poder concebir con posterioridad. Este es el antecedente que se tuvo en cuenta para su beatificación, misma que se llevó a cabo el 11 de noviembre de 2007 bajo el pontificado de Benedicto XVI.
Alberto de Bérgamo, Beato Terceiro Dominicano, Maio 11
Alberto de Bérgamo, Beato
Alberto de Bérgamo, Beato
Alberto pertencía a Terceira Ordem Dominicana e, por isso, viveu como leigo, apesar de ser casado e estar dedicado à vida de trabalho no campo. Dono de uma sensível generosidade, passou sua vida ajudando aos necessitados, distribuindo alimentos e dinheiro.
Además, hizo numerosas peregrinaciones, sobre todo a Santiago de Compostela, prestando sus servicios a otros peregrinos a todo lo largo del camino, que era recorrido a pie. También visitó Roma y Tierra Santa. Murió en Cremona, en Italia. Después de su muerte, le fueron atribuidos muchos milagros, siendo su generosidad, marca distintiva de su persomalidad, famosa hasta nuestros días. El Papa Benedicto XIV confirmó su culto el 9 de mayo de 1748. La comunidad dominica lo recuerda el 7 de mayo, pero en otros santorales se lo recuerda el 11 del mismo mes.
Francisco de Jerónimo, Santo
Francisco de Jerónimo, Santo

Sacerdote Jesuita

San Francisco nació en Grottaglie, cerca de Taranto, el 17 de diciembre de 1642. Este elocuente misionero jesuita, al que llamaban "el apóstol de Nápoles", se distinguió por su ilimitado celo en favor de la conversión de los pecadores y por su amor a los pobres, los enfermos y los oprimidos. En 1666,antes de cumplir los 24 años de edad, San Francisco recibió la ordenación sacerdotal. Durante los cinco años siguientes, enseñó en el "Collegio dei Nobili", que los jesuítas tenían en Nápoles. A los 28 años ingresó en la Compañía de Jesús. De 1671 a 1674, ayudó en el trabajo misional al célebre predicador Agnello Bruno. Al concluir sus estudios de teología, los superiores le nombraron predicador de la Iglesia del Gesú Nuovo, de Nápoles. Se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año. El Santo visitaba las prisiones, los hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado. San Francisco murió el 11 de mayo de 1716 y fue sepultado en la Iglesia de los jesuítas de Nápoles. Su canonización tuvo lugar el 26 de mayo de 1839 por el Papa Gregorio XVI. http://es.catholic.net/santoral Recolha, transcrição e tradução (muito incompleta, por falta de tempo.. pelo que peço imensa desculpa) António Fonseca

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