sexta-feira, 24 de abril de 2009

FIDEL (ou Fiel), Santo e outros-24-ABRIL

Fidel de Sigmaringen, Santo
Fidel de Sigmaringen, Santo

Sacerdote e Mártir

Martirológio Romano: São Fidel de Sigmaringen, presbítero e mártir, o qual, sendo advogado, decidiu entrar na Ordem dos Irmãs Menores Capuchinhos, levando uma vida observante de vigilias e oraçõess. Assiduo na pregação da Palavra de Deus, foi enviado à região de Recia para consolidar a verdadeira doutrina, e em Sevis, de Suiça, foi martirizado pelos hereges por causa da fé católica (1622). Etimologicamente: Fidel = Aquele que é digno de confiança, é de origem latinoa.
Nasceu em Sigmaringen, Alemanha, em 1577. Tenía una inteligencia muy vivaz y fue enviado a estudiar a la Universidad de Friburgo, donde obtuvo doctorado en ambos derechos, y luego llegó a ser profesor muy estimado de filosofía y letras. Durante seis años fue encargado de la educación de varios jóvenes de las familias principales de Suabia (Alemania), a los cuales llevó por varios países de Europa para que conocieran la cultura y el modo de ser de las diversas naciones. Sus alumnos se quedaban admirados del continuo buen ejemplo de su profesor en el cual no podían encontrar ni una palabra ni un acto que no fueran de buen ejemplo. Lo que los otros gastaban en cucherías él lo gastaba en dar limosnas. Como abogado, Fidel se dedicó a defender gratuitamente a los pobres que no tenían con qué costearse un defensor. Su generosidad era tan grande que la gente lo llamaba "El abogado de los pobres". Ya desde muy joven renunciaba a conseguir y estrenar trajes nuevos y el dinero que con eso ahorraba lo repartía entre las gentes más necesitadas. Jamás en su vida de estudiante ni en sus años de profesional tomó licor, ni nadie lo vio en reuniones mundanas o que ofrecieran peligro para la virtud. Sus compañeros de abogacía se admiraban de que este sabio doctor nunca empleaba palabras ofensivas en los pleitos que sostenía (y sus contrarios sí las usaban y muy terribles). Un día el abogado contrario a un pleito, le ofreció en secreto una gran cantidad de dinero, con tal de que arreglaran los dos en privado y se le diera la victoria al rico que había cometido la injusticia. Fidel se quedó aterrado al constatar lo fácil que es para un abogado el prestarse a trampas y vender su alma a Satanás por unas monedas como lo hizo Judas. Y dispuso dejar la abogacía y entrar de religioso capuchino. Tenía 35 años. Dividió sus importantes riquezas en dos partes: la mitad la repartió a los pobres, y la otra mitad la dio al Sr. Obispo para que hiciera un fondo para costear los estudios a seminaristas pobres. Con razón le pusieron después esta leyenda debajo de su retrato:
¡Santo es Fidel, y fue abogado!, Obra del poder Divino. Mucho le costó ser capuchino y morir después martirizado.
Habiendo sido tan rico y tan lleno de comodidades se fue a vivir como el más humilde y pobre fraile capuchino. Le pedía constantemente a Dios que lo librara de la tibieza
Fidel de Sigmaringen, Santo
Fidel de Sigmaringen, Santo
(ese vicio que lo hace a uno vivir sin fervor, ni frío ni caliente, descuidado en sus deberes religiosos y flojo para hacer obras buenas) y le suplicaba a Nuestro Señor que no lo dejara perder el tiempo en inutilidades y que lo empleara hasta lo máximo en propagar el Reino de Dios. Le gustaba repetir la famosa frase de San Bernardo: "Sería una vergüenza que habiendo sido coronado de espinas mi Capitán Jesucristo, en cambio yo que soy su soldado, viviera entre comodidades y sin hacer sacrificios". En Friburgo consiguió la conversión de muchos protestantes. Y la gente se quedó admirada cuando llegó la peste del cólera, pues se dedicaba de día y de noche a asistir gratuitamente a todos los enfermos que podía. Su austeridad o dominio de sí mismo, era impresionante. Su fervor en la oración y en la Santa Misa conmovían a los que lo acompañaban. Las gentes veían en su persona a una superioridad interior que les impresionaba. Su predicación conseguía grandes frutos porque era sencilla, clara, fácil, práctica, suave y amable, pero acompañada por la unción o fuerza de conmover que proviene de quien antes de predicar reza mucho por sus oyentes y después de la predicación sigue orando por ellos. Era tal el atractivo de sus sermones que hasta los mismos herejes iban a escucharlo. Pero este atractivo fue el que llenó de envidia y rabia a sus opositores y los llevó a escogerlo a él, entre todos los compañeros de misión, para martirizarlo. Hay algo que a los santos les falla de manera impresionante, es la "prudencia simplemente humana", ese andar haciendo cálculos para no excederse en desgastarse por el Reino de Dios. Los santos no se miden. Ellos se enamoran de Cristo y de su religión y no andan dedicándose a darse a cuenta gotas, sino que se entregan totalmente a la misión que Dios les ha confiado. Y esto le sucedió a Fidel. Cada poco le llegaban tarjetas como esta: "Recuerde que está predicando en tierras donde hay muchos protestantes, evangélicos, calvinistas y demás herejes. No hable tan claro en favor de la religión católica, si es que quiere seguir comiendo tranquilamente su sopa entre nosotros". Pero él seguía incansable enseñando el Catecismo Católico y previniendo a sus oyentes contra el peligro de las sectas de evangélicos y demás protestantes. Tenía que prevenir a sus ovejas contra los lobos que acaban con las devociones católicas. Al saber en Roma los grandes éxitos del padre Fidel que con sus predicaciones convertía a tantos protestantes, lo nombraron jefe de un grupo de misioneros que tenían que ir a predicar en Suiza, nido terrible de protestantes calvinistas. Lo enviaba la Sagrada Congregación para la Propagación de la fe. En la ceremonia con la cual lo despedían solemnemente al empezar su viaje hacia Suiza, Fidel dijo en un sermón: "Presiento que voy a ser asesinado, pero si me matan, aceptaré con alegría la muerte por amor a Jesucristo y la consideraré como una enorme gracia y una preferencia de Nuestro Señor. Pocos días antes de ser martirizado, al escribir una carta a su lejano superior, terminaba así su escrito: "Su amigo Fidel que muy pronto será pasto de gusanos". Al llegar a Suiza empezó a oír rumores de que se planeaba asesinarlo porque los protestantes tenían gran temor de que muchos de sus adeptos se pasaran al catolicismo al oírlo predicar. Al escuchar estas noticias se preparó para la muerte pasando varias noches en oración ante el Santísimo Sacramento, y dedicando varias horas del día a orar, arrodillado ante un crucifijo. La santidad de su vida lo tenía ya bien preparado para ser martirizado. El domingo 24 de abril, se levantó muy temprano, se confesó y después de rezar varios salmos se fue al templo de Seewis, donde un numeroso grupo de protestantes se había reunido con el pretexto de que querían escucharlo, pero con el fin de acabar con él. Al subir al sitio del predicador, encontró allí un papel que decía: "Este será su último sermón. Hoy predicará por última vez". Se armó de valor y empezó entusiasta su predicación. El tema de su sermón fue esta frase de San Pablo: "Una sola fe, un solo Señor, un solo bautismo" (EF. 4,5) y explicó brillantemente cómo la verdadera fe es la que enseñan los católicos, y el único Señor es Jesucristo y que no hay varios bautismos como enseñan los protestantes que mandan rebautizar a la gente. Aquellos herejes temblaban de furia en su interior, y uno de los oyentes le disparó un tiro, pero equivocó la puntería. Fidel bajó del sitio desde donde predicaba y sintiendo que le llegaba el fin, se arrodilló por unos momentos ante una imagen de la Sma. Virgen. Quedó como en éxtasis por unos minutos, y luego salió por una pequeña puerta por la sacristía detrás del templo. Los herejes lo siguieron a través del pueblo gritándole: "Renuncie a lo que dijo hoy en el sermón o lo matamos". El les respondió valientemente: "He venido para predicar la verdadera fe, y no para aceptar falsas creencias. Jamás renunciaré a la fe de mis antepasados católicos." Aquel grupo de herejes, dirigidos por un pastor protestante, le gritaba: "O acepta nuestras ideas o lo matamos". El les contestó: "Ustedes verán lo que hacen. Yo me pongo en manos de Dios y bajo la protección de la Virgen Santísima. Pero piensen bien lo que van a hacer, no sea que después tengan que arrepentirse muy amargamente". Entonces lo atacaron con palos y machetes y lo derribaron por el suelo, entre un charco de sangre. Poco antes de morir alcanzó a decir: "Padre, perdónalos". Era el 24 de abril del año 1622. Dios demostró la santidad de su mártir, obrando maravillosos milagros junto a su sepulcro. Y el primer milagro fue que aquel pastor protestante que acompañaba a los asaltantes, se convirtió al catolicismo y dejó sus errores. El Papa Benedicto XIV lo declaró santo en 1746. San Fidel mártir: te encomendamos nuestros países tan plagados de ideas ajenas al Evangelio que le van quitando la devoción a nuestra gente y la van llevando al indiferentismo y a la herejía. Haz que a ejemplo tuyo se levanten por todas partes apóstoles Católicos valerosos y santos que prevengan al pueblo y no lo dejen caer en las garras de lobos que asaltan al verdadero rebaño del Señor. Si el grano de trigo cae a tierra y muere, produce mucho fruto. (Jesucristo).
María de Cleofás, Santa
Discípula de Jesus, Abril 24
María de Cleofás, Santa
María de Cleofás, Santa

Discípula de Jesus Tia de Nosso Senhor Jesus Cristo Mãe de Judas Tadeu, Santiago o Menor, Simão e José

Martirológio Romano: Em Jerusalém, comemora«ção das santas mulheres María de Cleofás e Salomé, que, junto com María Magdalena, muito de manhã do dia de Pascoa se dirigiram ao sepulcro do Senhor para ungir seu corpo e receberam o primeiro anúncio da Ressurreição (s. I).
Etimologicamente: María = Aquela senhora bela que nos guia, é de origem hebraica.
En los grandiosos acontecimientos de la Redención, durante el dramático epílogo sobre el Calvario, un coro silencioso y triste de “piadosas mujeres” espera un poco lejos que todo se haya terminado: “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás y María de Magdala” dice el evangelista san Juan. Era el grupo de las que “lo seguían desde cuando estaba en Galilea para servirlo, y muchas otras que habían venido de Jerusalén junto con él”. Entre las espectadoras se encuentra, pues, la santa que hoy se venera, cuya continua y vigilante presencia cerca del Salvador le ha merecido un puesto particular en la devoción de los cristianos, más que su parentela con la Santísima Virgen y san José. A María de Cleofás –así llamada por el marido Clopa o Cleofás— comunmente se le considera la madre de los “hermanos del Señor” Santiago el Menor, apóstol y obispo de Jerusalén, y José. El historiador palestino Hegesipo dice que Cleofás era hermano de san José y padre de Judas Tadeo y de Simón. Este último fue elegido para suceder a Santiago el Menor en la sede episcopal de Jerusalén. La identificación de Alfeo con Cleofás llevó a algunos exegetas a considerar a María de Cleofás cuñada de la Virgen María, y madre de tres apóstoles. Cleofás (Alfeo)
María de Cleofás, Santa
María de Cleofás, Santa
es, además, uno de los discípulos que el día de la resurrección de Jesús, mientras iban hacia Emaús, fueron alcanzados por Jesús a quien reconocieron en la “fracción del pan”. Mientras el esposo se alejaba de Jerusalén, con el corazón lleno de melancolía y desilusión, la esposa María de Cleofás, siguiendo el impulso de su corazón, iba de prisa a la tumba del Redentor para rendirle el extremo homenaje de la unción ritual con varios ungüentos. En efecto, el viernes por la tarde se había quedado atrás con María Magdalena para ver “en dónde lo dejaban”. Dice el evangelista Marcos: “María la Magdalena y María, la madre de Santiago el menor y de José miraban dónde lo ponían”. Pasado el sábado, muy de mañana, mientras el marido regresaba a casa, María de Cleofás y las otras compañeras “compraron perfumes y fueron a hacerle las unciones”; pero el ángel les anunció: “No está aquí, ha resucitado”. A las piadosas mujeres, que fueron al sepulcro con sus ungüentos y con su dolor, les correspondió el privilegio de conocer las primeras la noticia de la resurrección: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?”. “Si Cristo no resucitó -dirá San Pablo- nuestra fe no vale nada y nosotros seríamos unos mentirosos… Pero Cristo resucitó y es la primicia de los otros que ahora duermen y resucitarán”. Esta alegre noticia se la llevaron a los “Doce y a todos los otros” unas pocas mujeres, entre ellas María de Cleofás. Sugerimos leer el Artículo Los hermanos de Jesús. In: es-catholic.net/santoral
Os irmãos de Jesus
É verdade que nos evangelhos se fala de «os irmãos e irmãs de Jesus».

En la Biblia leemos que los habitantes de Nazaret, hablando de Jesús, decían: «Este es el Hijo del Carpintero y su Madre es María, es hermano de Santiago, José, Simón y Judas, y sus hermanas también viven aquí entre nosotros.» (Mt. 13, 55-56) En otra parte de la Biblia leemos: «Un día Jesús estaba predicando y los que estaban sentados alrededor de él le dijeron: «Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan». (Mc. 3, 32) Los que no conocen bien la Biblia sacan de estos textos la precipitada y errónea conclusión de que María tuvo más hijos y que por tal razón no pudo haber quedado virgen, como creen los católicos. Muchos hermanos evangélicos hablan así, al parecer, no por amor a la verdad, sino simplemente para desorientar a los católicos y para que la gente sencilla abandone la verdadera fe en Cristo, en su Iglesia y en la Virgen María. En esta carta quiero explicarles cuán equivocadas están estas personas que piensan que Jesús tuvo más hermanos en el sentido estricto. 1) «Hermanos y hermanas» en el sentido bíblico Es verdad que en los evangelios se habla de «los hermanos y hermanas de Jesús». Pero eso no quiere decir que sean hermanos de sangre de Jesús, o hijos e hijas de la Virgen María. Jesús, en su tiempo, hablaba el idioma arameo (que es como un dialecto del hebreo) y en las lenguas arameas y hebreas se usaba la misma palabra para expresar los distintos grados de parentesco cercano, como «primo», hermano», «tío», «sobrino», «primo segundo»... Y para indicar estos grados de parentesco, simplemente, usaban la palabra «hermano o hermana.» Por ejemplo: Abhraham llama «hermano» a su sobrino Lot (Gén. 13, 8 y Gén 14, 14-16) Labán dice «hermano» a su sobrino Jacob (Gén. 29, 15). Es decir, en la Biblia no se usan las palabras «tío» o «sobrino», sino que a los que descienden de un mismo abuelo se les llama hermanos. Ahora bien, para evitar las confusiones, la Biblia usa varios modismos. Por ejemplo: si se trataba de hermanos verdaderos, hijos de una misma madre, se usaba la expresión: «Tu madre y los hijos de tu madre.» Esta era la única manera correcta de expresarse. En Mateo16, 17 se usa la expresión «Simón, hijo de Jonás» para decir que el papá de Simón es Jonás. En ningún lugar del Evangelio se habla de los hermanos de Jesús en sentido estricto, como «hijos de María». Por tanto en la Biblia no aparece ningún hermano de Jesús según la carne. En el Evangelio de Lucas leemos que Jesús subió a Jerusalén junto con María y José. El niño Jesús tenía ya 12 años. Este relato no menciona ningún hermano de Jesús en sentido estricto. Así el texto nos hace entender que Jesús es el hijo único de María. (Lc. 2, 41-52). Al momento de morir, Jesús confió su madre María al apóstol Juan, hijo de Zebedeo, precisamente porque María quedaba sola, sin hijos propios y sin esposo. Para los judíos una mujer que se quedaba sola era signo de maldición. Por eso Jesús confía María a Juan y también Juan a María. «Cuando Jesús vio a su madre, y de pie junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, Jesús dijo a su madre: «Madre, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde entonces ese discípulo la recibió en su casa» (Jn. 19, 26-27). 2) ¿Quiénes son «estos hermanos de Jesús»? La Biblia nombra a cuatro «hermanos» de Jesús (Mat. 13, 55-56). En Mt. 13, 55-56 encontramos los nombres de cuatro «hermanos» de Jesús: Santiago (o Jacobo), José, Simón y Judas. De estos cuatro hermanos de Jesús arriba mencionados, dos eran apóstoles: Santiago «el hermano del Señor» (Gál. 1, 19) es el apóstol Santiago «el Menor» (Mc. 15, 40), y Judas, «servidor de Jesucristo y hermano de Santiago». La madre del apóstol Santiago el Menor se llama María y esta María, madre de Santiago y José, estaba junto a la cruz de Jesús (Mc. 15, 40) y era «hermana de María la Madre de Jesús» (Jn. 19, 25) y tía de Jesús. Es la que el Evangelista llama María de Cleofás (Jn. 19, 25) Comparando los textos bíblicos entre sí, está claro que ni Santiago ni los otros tres nombrados «hermanos de Jesús» eran hijos de la Virgen María y José, sino primos hermanos de Jesús. Hagamos el árbol genealógico de las dos familias: «Padre» + madre = hijo (José + María =Jesús) Alfeo o Cleofás + María = hijos: Santiago, José, Simón y Judas. 3) Jesús es el hijo primogénito de María: Otros dicen que la Biblia nombra a Jesús como el «primogénito» o sea «el primer hijo de María» y eso es señal de que María tuvo más hijos. El hecho de que Jesús sea «primer hijo» no significa que la Virgen María tuviera más hijos después de Jesús; de ninguna manera quiere decir eso el Evangelio. «Y dio a luz a su primer hijo» (Lc. 2, 7) quiere decir que «antes de nacer Jesús, la Virgen no había tenido otro hijo». Y esto era muy importante para los judíos, porque siendo Jesús el primogénito, o sea, el primer hijo, quedaba consagrado completamente a Dios. (Ex. 13, 2). Y es que la Ley del Señor mandaba que el primer hijo fuera consagrado u ofrecido totalmente a Dios (Ex. 13, 12 y Ex. 34, 19). Por eso Jesús, por ser el primogénito o primer hijo ya desde su nacimiento quedaba ofrecido y consagrado totalmente al servicio de Dios. Esto, y no otra cosa, es lo que enseña el Evangelio al decir que Jesús fue el «primer hijo» (Primogénito) de la Virgen María. En ningún caso quiere decir el primero entre otros hermanos. 4) El uso de la palabra «hermano» en el sentido religioso Un día preguntó Jesús a sus discípulos: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y mirando a los que estaban en torno a él añadió: Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios ese es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt. 12, 49-50). Jesús fue el primero en utilizar la palabra «hermano» no en sentido carnal, sino en sentido figurado En el Evangelio de Juan (20, 17), Jesús llama a sus discípulos y apóstoles: «mis hermanos» y en la carta a los Hebreos (2, 11) todos los redimidos por Cristo son «sus hermanos.» Cristo es «el Primogénito de estos hermanos.» (Rom. 8, 29). En este sentido aparece la palabra «hermano» 160 veces en las cartas apostólicas del N. T. «Hermanos pues, en este sentido, hoy como ayer, son todos los que creen y aceptan a Jesús.» Y en esto los hermanos evangélicos son muy inconsecuentes porque en sus sermones usan a cada rato la expresión «hermanos» en sentido figurado (todo el mundo entiende que no se trata de hermanos carnales) Pero cuando se trata de interpretar esta palabra en el N. T., dicen que hay que entenderla en sentido carnal, de verdaderos hermanos según la sangre. La Iglesia Católica, al igual que las iglesias Evangélicas, tiene ahora también la costumbre de llamar a sus fieles «hermanos y hermanas». ¿Significa esto que todos somos hermanos según la carne? De ninguna manera, sino que utilizamos la palabra «hermanos» en sentido figurado. ¿Por qué, entonces, los evangélicos tienen tanto empeño en interpretar la palabra «hermano» sólo en sentido literal para concluir que la Virgen tuvo otros hijos? ¿No hay aquí una tergiversación o mala interpretación de textos? ¿No será que se utilizan estos textos tan sólo como un pretexto para confundir a los católicos poco familiarizados con la Biblia? Ojalá que estas palabras «hermano y hermana» no sean para nosotros palabras conflictivas. Hermanos según la carne son los hijos de unos mismos padres. Hermanos según el espíritu somos todos los seres humanos, mayormente los que son miembros de una misma comunidad o familia religiosa. Queridos hermanos y amigos en Cristo: Creo que estas explicaciones bastan para aclarar el sentido bíblico de la expresión «hermanos y hermanas del Jesús.» Que nadie los venga a molestar ahora con discursos erróneos y a decirles que María tenía muchos hijos... Los que hablan así son personas que no conocen bien la Biblia; es gente que interpreta la Palabra de Dios a su propio gusto y quiere solamente sembrar dudas y mentiras. ¿No dijo el apóstol Pedro que debemos ser prudentes con nuestras interpretaciones privadas de la Biblia? (2 Pedr. 1, 20). Y por último, queridos hermanos, yo también los nombro con la palabra hermanos, les pido que no hagan caso de palabrerías, sino que sean realmente capaces de vivir este gran sueño de Jesucristo que es construir el Reino de Dios en que todos los hombres volverán a ser hermanos.

Maria de Santa Eufrásia Pelletier, Santa
Virgem e Fundadora, Abril 24
María de Santa Eufrasia Pelletier, Santa
María de Santa Eufrasia Pelletier, Santa

Fundadora da Congregação de Nossa Senhora da Caridade do Bom Pastor

Martirológio Romano: Em Anjou, em França, santa María de Santa Eufrásia (Rosa Virginia) Pelletier, virgem, que fundou o Instituto das Irmãs do Bom Pastor, para acolher piedosamente as mulheres de vida ligeira, chamadas Magdalenas (1868). Etimologicamente: María = Aquela senhora bela que nos guia, é de origem hebraica. Etimologicamente: Rosa = Aquela que é bela e doce como uma rosa, é de origem latina. Etimologicamente: Eufrásia = Aquela que tem uma existência alegre e sem problemas, é de origem grega.
Rosa Virginia Pelletier nació en 1796 en la isla de Noirmoutier, Francia. La futura fundadora quedó muy impactada por la profunda fe de sus padres en medio de la Revolución francesa. Estudiante en Tours, Francia, el corazón compasivo de Rosa Virginia se sensibilizó hacia las jóvenes y mujeres de las que se ocupaban las Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad. A los 18 años de edad, Rosa Virginia entró al monasterio cercano al pensionado y recibió el nombre de Hermana María Eufrasia. La Orden de Nuestra Señora de la Caridad fue fundada en Caen en 1641 por San Juan Eudes para ayudar a las jóvenes y mujeres en dificultad que querían dar otro rumbo a su vida. Cada monasterio era autónomo. La Hermana María Eufrasia fue nombrada superiora del monasterio de Tours a los 29 años de edad. En 1829, bajo su mandato, respondió a la solicitud de fundar un monasterio en la ciudad de Angers. En 1831, al finalizar su servicio como superiora en Tours, fue a Angers para asumir el mismo cargo en el monasterio fundado en dicha ciudad. En este tiempo, la Hermana María Eufrasia fundó una comunidad contemplativa en ese mismo monasterio. Conocidas hoy como las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor, su misión es la de orar por las personas con quienes las Hermanas Activas ejercen su servicio apostólico y por la salvación de las personas del mundo entero. Las solicitudes de nuevas fundaciones de otros monasterios de Nuestra Señora de la Caridad seguían llegando a Angers. Al verse incapaz de responder a todas estas demandas con los recursos de un único monasterio, la Hermana María Eufrasia se sintió inspirada a pedir a Roma la fundación de un Generalato que uniera todos los monasterios e hiciera posible el intercambio de personal y de otros recursos. Roma aprobó su petición en enero de 1835. Con la aprobación del Generalato nació la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor. Todas las comunidades fundadas a partir del monasterio de Angers formaron parte de este nuevo Generalato, así como cualquier otro monasterio de la Orden de Nuestra Señora de la Caridad que quiso unirse. La Congregación creció enormemente. Sin teléfono, ni fax, ni correo electrónico, sin poder viajar por avión, Hermana María Eufrasia fundó en el transcurso de su vida 110 casas en todos los continentes. Murió en Angers, el 24 abril de 1868. Fue beatificada en 1933 y canonizada en 1940. Hoy las Hermanas Activas del Buen Pastor y las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor sirven en 65 países, abrazando el mundo con su celo por la salvación de todas las personas. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Ivo ou Ives de Huntingdonshire, Santo
Bispo, Abril 24
Ivo o Ives de Huntingdonshire, Santo
Ivo o Ives de Huntingdonshire, Santo

Bispo

Segundo uma lenda medieval, santo Ivo foi um bispo persa que gozava de grande honra e prestígio entre os seus, e levava uma forte vida de disciplina cara a si mesmo. Juntamente com três companheiros foi a Inglaterra e se estabeleceram em eremitas longínquas para viver em paz, penitência e solidão.
Morreram no século VII e com o tempo as pessoas esqueceram-se deles. Sem embargo, ao redor do ano 1001 se levaram a cabo umas descobertas interessantes: alguns ossos pertencentes a santo Ivo. Goselin, en su Vida de san Ivo dice que el culto de Ivo se propagó durante un siglo. Siguiendo las narraciones de los sueños de un campesino, sus huesos fueron identificados y pertenecían a san Ivo. Fueron trasladados a la abadía de Ramsey, en la que se hicieron muchos milagros. Un siglo más tarde, apareció una luz sobre la abadía. Todos la interpretaron como un significado claro de que eran los huesos de san Ivo. Estos deberían ser llevados a Slepe en donde se fundaría una nueva abadía que daría a conocer mejor la reliquia de san Ivo. En el arte aparece este santo como un sereno y prudente eremita persa al que se le concede el honor de ser obispo. Hoy es venerado en Huntingdonshire. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Benito Menni, Santo
Fundador, Abril 24
Benito Menni, Santo
Benito Menni, Santo

Fundador de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús

Martirológio Romano: Em Dinan, em França, san Benito (Ángel) Menni, presbítero da Ordem de S. João de Deus, fundador da Congregação das Irmãs Hospitalárias do Sagrado Coração de Jesus (1914). Etimologicamente: Benito = Aquele a quem Deus bendiz, é de origem latina. Etimologicamente: Ángelo = Aquele que é portador de uma mensagem, é de origem grega.
Origen familiar y vocación hospitalaria La ciudad de Milán fue su cuna, habiendo nacido y sido bautizado el mismo día 11 de marzo de 1841. Se le puso el nombre compuesto de Ángel-Hércules, que han sido como una premonición del espíritu y fuerza, que había de caracterizar su personalidad. Era el quinto de quince hijos del matrimonio formado por Luis Menni y Luisa Figini. En su hogar cálido y acogedor halló el apoyo y estímulo para su desarrollo intelectual y personalidad. La llamada de Dios la siguió pronto: fino de conciencia, dejó un buen trabajo en un banco y, altruista ante el que sufre, se ofreció a ayudar al traslado de los soldados heridos que llegaban de la batalla de Magenta, cerca de Milán. Admirado de la entrega que entonces descubrió en los Hermanos de San Juan de Dios, a los 19 años pidió el ingreso en la Orden Hospitalaria. Con el nombre de Benito inició la vida religiosa y se consagró a Dios y a la asistencia de los enfermos; con el mismo nombre le veneraremos como San Benito Menni. Formación y misión hospitalaria Durante sus estudios de enfermería y sacerdotales fue forjando su personalidad religioso-hospitalaria, que puso a disposición de los superiores, es decir de la causa en favor de la sociedad más necesitada, como eran tantos enfermos. España, la cuna de la Orden Hospitalaria, vivía entre luchas políticas en declarada hostilidad hacia lo religioso, mientras la obra de Juan de Dios había quedado prácticamente extinguida; necesitaba un impulso renovador, y Benito Menni será la persona providencial para su realización. Destinado a España en 1867, llevó a cabo sus dos grandes obras: la restauración de la Orden de San Juan de Dios y la fundación de la Congregación femenina, "Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús". Su espíritu magnánimo, capacidad y disposición le ayudaron a superar muchas dificultades y tomar grandes iniciativas de especial consideración en pro de los enfermos y su asistencia integral. Restaurador de la Orden Hospitalaria Mandado por el entonces General de la Orden Juan M. Alfieri, que siempre fue su apoyo, y con la bendición del papa Pío IX antes de salir de Roma, Benito Menni manifiesta desde el primer momento su fuerte voluntad y espíritu decidido. A los pocos meses abre con éxito el primer hospital infantil de España en Barcelona (1867), que constituye el inicio de su extraordinaria obra restauradora, que dirigirá durante 36 años. Desde el primer momento, gracias a su empeño vocacional, se le unirán numerosos y generosos seguidores, con los cuales a su vez podrá dar continuidad a las nuevas instituciones hospitalarias, que se multiplicarán por España, Portugal y México, continuando después por todo el nuevo mundo. Fundador de las Hermanas Hospitalarias Con la llegada a Granada (1878), Benito Menni entra en contacto con dos jóvenes, María Josefa Recio y María Angustias Giménez, las cuales serán en 1881 la semilla de una nueva Institución sanitaria, netamente femenina, con característica específica para la asistencia psiquiátrica. En Ciempozuelos, Madrid, tiene su origen y se constituye la Casa Madre de la "Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús", la cual es aprobada por la Santa Sede en 1901. Como signo de su identidad en el servicio hospitalario les transmite su lema en seis palabras: "rogar, trabajar, padecer, sufrir, amar a Dios y callar". Muy pronto, sin embargo, la nueva fundación extiende sus alas de caridad misericordiosa y se establece por diversos países de Europa y América Latina, y más tarde por África y Asia. Actualmente, en que tiene lugar la canonización de Benito Menni, su fundador, se hallan presentes en 24 naciones con más de 100 Centros hospitalarios. Benito Menni, en cuanto Fundador y Padre espiritual, les infundió su espíritu característico juandediano, continuando durante más de 30 años su dirección y formación ascético-hospitalaria. Visitador y Superior general de la Orden La magna obra que Benito Menni realizó como restaurador y fundador se extendió, llamado por la Santa Sede, en favor de toda la Orden siendo nombrado primero Visitador Apostólico de la misma (1909-1911) y a continuación como Superior General (1911), a cuyo cargo, sin embargo, tuvo que renunciar un año después por incomprensiones y por motivos de salud. Sus dos últimos años los pasó en humildad y purificación, muriendo santamente, lleno de méritos, en Dinán, Francia, el 24 de abril de 1914. Sus restos, trasladados por sus Hermanos de España a Ciempozuelos, hoy son venerados bajo el altar central de la "Capilla de los Fundadores" en la Casa Madre de sus Hijas Hospitalarias de Ciempozuelos. En la Gloría de los santos Abierto su proceso de santidad en la diócesis de Madrid, donde está enterrado, en los años 1945-1947, sus virtudes fueron reconocidas como heroicas por la Congregación para las Causas de los Santos el 11 de mayo de 1982, por lo que pasó a ser considerado " Venerable". Reconocida como milagrosa la curación en favor de Dña. Asunción Cacho, fue proclamado "Beato" en la Basílica vaticana por el papa Juan Pablo II el 23 de junio de 1985. Su mensaje en clave hospitalaria Ante su entrega fecunda y rectitud santa y santificadora, con su vida ofrendada a Dios y a los enfermos con unción y generosidad total, el testimonio de Benito Menni hoy cobra actualidad con su canonización, siendo propuesto a la Iglesia universal como modelo y ejemplo, en especial dentro del campo de la salud y de la enfermedad. La humanización y la evangelización son desafíos ante el nuevo milenio. San Benito Menni viene a recordar e iluminar las palabras de Cristo, "Estaba enfermo y habéis tenido cuidado de mi. Venid, benditos de mi Padre". En el campo sanitario se utilizan los beneficios del progreso técnico, pero no pocas veces falta el corazón a la asistencia. Con frecuencia el interés sanitario está más orientado hacia la enfermedad que hacia el enfermo, considerado el mismo más como un número o un caso clínico, que como una persona o un hermano, imagen de Dios que sufre, a quien asistir. Fue canonizado el 21 de noviembre de 1999 por S.S. Juan Pablo II.
María Isabel Hesselblad, Beata
Religiosa Brigidina, Abril 24
María Isabel Hesselblad, Beata
María Isabel Hesselblad, Beata

Abadessa

Martirológio Romano: Em Roma, beata María Isabel Hesselblad, virgem, a qual, oriunda de Suécia, depois de vários anos de trabalhar num hospital restaurou a Ordem de Santa Brígida, notável por sua solicitude até à contemplação, a caridade para com os necessitados e a unidade dos cristãos (1957) Etimologicamente: Maria = Aquela senhora bela que nos guia, é de origem hebraica. Etimologicamente: Isabel = Aquela a quem Deus dá saúde, é de origem hebraica.
La Beata nació en un pequeño pueblito de Fâglavik, en la provincia de Âlvsborg, Suecia, el 4 de junio de 1870. Fueron sus padres el Sr. Augusto Roberto Hesselblad y la Sra. Cajsa Pettesdotter Dag, fue la quinta de trece hijos. Recibió el bautismo en la Iglesia Luterana de su Parroquia de Hundene, Suecia y transcurrió su infancia por diversos lugares, siguiendo a su familia que por motivos económicos buscaban lugares de trabajo. En el año de 1886, para ganarse el pan y contribuir al sostenimiento de su familia, se fue a trabajar en Kârlosborg y después en Estados Unidos de América donde frecuentó la escuela de enfermería en el Hospital Roosvelt en Nueva York. Ahí se dedicó a asistir a los enfermos a domicilio, este trabajo fue muy duro para ella porque no se sentía bien de salud, sin embargo el contacto con los enfermos católicos y la sed que tenía por buscar la verdad contribuyeron a tener viva en su alma la búsqueda del redil de Cristo. La oración, el estudio y la devoción filial por la Madre del Redentor la condujeron decididamente hacia la Iglesia Católica y el 15 de agosto de 1902, en el Convento de la Visitación en Washington, recibió el sacramento del bautismo "bajo condición" de las manos del P. Juan Hagen, S.I., que fue también su director espiritual. En Roma recibió el sacramento de la Confirmación y vio claramente que debía dedicarse a la unidad de los cristianos. Visitó también el templo y la casa de Santa Brígida de Suecia (+ 1373), recibiendo una grande y profunda impresión a tal grado que mientras se encontraba en oración en ese lugar, escuchó una voz que le decía: "Es aquí donde deseo que te pongas a mi servicio". Regresó a Estados Unidos sin embargo aunque no se encontraba bien de salud dejó todo y el 25 de marzo de 1904 se estableció en Roma en la casa de Santa Brígida, donde fue recibida cariñosamente por las monjas que vivían ahí. En el silencio y en la oración conoció profundamente el amor de Cristo, cultivó y difundió la devoción de Santa Brígida y de Santa Catarina de Suecia, tuvo siempre una creciente preocupación espiritual por su país por la Iglesia. En 1906 San Pío X le concedió llevar el hábito de la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida y de profesar sus votos religiosos como hija espiritual de la santa de Suecia. Su sueño de dar vida en Roma a una comunidad Brigidina no se realizó, sin embargo, floreció una nueva rama del antiguo troneo Brigidino, y así, el 9 de septiembre de 1911 la Beata comenzando con 3 jóvenes postulantes inglesas, refundó la Orden del Santísimo Salvador de Santa Brígida con la misión de orar y trabajar especialmente por la unión de los cristianos de Escandinavia con la Iglesia Católica. En 1931 tuvo la grande alegría de obtener perpetuamente por parte de la Santa Sede, la iglesia y la casa de Santa Brígida en Roma que llegaron a ser el centro de la Orden. Durante y después de la segunda Guerra Mundial la Beata realizó una intensa Obra de caridad a favor de los pobres y de los perseguidos por leyes de racismo; promovió un movimiento por la paz con católicos y no católicos, trabajando fuertemente en el ecumenismo. Desde el inicio de su Fundación atendió su preocupación la formación de sus hijas espirituales para las que fue madre y maestra. Les recomendaba la unión con Dios, la ardiente flama de asemejarse al Divino Salvador, el amor a la Iglesia y al Romano Pontífice y de hacer oración para que existiera un solo redil y un solo Pastor añadiendo: "Este es el fin primario de nuestra vocación". La Beata fue fiel toda su vida al Señor, esto lo comprobamos en sus escritos de 1904 donde dice "Amado Señor, no te pido que me enseñes el sendero, te seguiré fuertemente de tu mano en la obscuridad, en los momentos de angustia y de miedo, cerraré los ojos para hacerte ver cuanta fe tengo en ti Esposo de mi alma". La esperanza en Dios y en su providencia la sostuvo en cada momento de su vida, sobre todo en las horas de la prueba, de la preocupación y de la cruz. Puso siempre en primer lugar las cosas del cielo a las de la tierra, la voluntad de Dios a su voluntad y el bien del prójimo a la propia utilidad. Contemplando el amor infinito del Hijo de Dios que se inmoló por nuestra salvación, alimentó en su corazón la flama de la caridad que manifestó con la bondad de sus obras. A sus hijas les decía continuamente: "Debemos nutrir un gran amor hacia Dios y hacia el prójimo, un amor fuerte, ardiente, que queme todas las imperfecciones, soporte fuertemente un acto de impaciencia, una palabra hiriente y con esto se presta a llegar con premura a un acto de caridad". La Beata se asemejaba a un jardín en el cual el sol de la caridad hace florecer obras de misericordia espirituales y corporales. Siempre tuvo atenciones hacia sus hijas religiosas, se preocupó por lo pobres, por los enfermos, por los judíos perseguidos, por los sacerdotes, por los niños a los que les enseñaba la doctrina cristiana, por su familia de origen y por toda la gente de Suecia y de Roma. Fue una mujer humilde y servicial con todos los que le pedían ayuda, siempre tuvo la alegría de condividir con los demás los dones que recibía del Señor. Fue prudente en las iniciativas por el Reino de Dios en el hablar, en el aconsejar y en el corregir. Tuvo grande respeto por la libertad religiosa de los no cristianos y de los no católicos que recibió en su casa. Practicó la justicia hacia Dios y hacia el prójimo, la templanza, el dominio de sí, el alejarse de los honores de las cosas del mundo, la humildad, la castidad, la obediencia, la fortaleza en las tribulaciones, la perseverancia en la oración y en el servicio a Dios, la fidelidad en su consagración religiosa. Caminó con Dios abrazando la cruz de Cristo que la acompañó desde su juventud. "Para mí, afirmaba la Beata, el camino de la cruz fue el más hermoso que he visto porque en él conocí a mi Señor y Salvador", junto a los sufrimientos morales padeció también interrumpidamente sufrimientos físicos. La cruz llegó a ser en manera particular dolorosa y pesada en los últimos años de su vida. Debido a su constancia en la oración vivió serenamente la voluntad de Dios y así se preparó al encuentro definitivo con el Esposo Divino que la llamó en las primeras horas del 24 de abril de 1957. Vivió y murió en fama de santidad, esta fama ha crecido también después de su muerte, y por la misma se comenzó su causa a los altares. Fue beatificada el 9 de abril de 2000 por S.S. Juan Pablo II. Reproducido con autorización de Vatican.va
Wilfrido de York, Santo Abril 24 Obispo, Abril 24
Wilfrido de York, Santo
Obispo, Abril 24
Wilfrido de York, Santo
Wilfrido de York, Santo

Bispo

Martirológio Romano: Em York, em Northumbria, san Wilfrido, bispo, que, depois de trabalhar com todo o esmero, foi obrigado a abandonar sua sede e morreu entre os monges de Ripon, de quem foi abade durante um tempo (709). Etimologicamente: Wilfirdo = Aquele que sai vitorioso, é de origem germânica.
San Wilfrido, obispo de York, se distinguió por su celo en defender en Inglaterra los usos romanos. Ofreció asilo al piadoso Dagoberto II, hijo de San Sigeberto, rey de Austrasia, destronado por el mayordomo de palacio Grimoaldo. Encargóse de la educación del joven príncipe; y éste, vuelto a su reino, recibió con grandes honores al santo obispo, obligado a su vez a abandonar su patria como consecuencia de las vejaciones del rey Egfrido. De allí, San Wilfrido fue a Roma a reclamar la protección del Papa, y volvió a Inglaterra, donde Egfrido lo hizo encarcelar. Recuperada la libertad, pero no pudiendo obtener la ejecución del juicio del Papa, se fue a Sussex a predicar el Evangelio. Fue puesto entonces en posesión de la diócesis de Hexham, retomó el gobierno de los monasterios que había fundado y murió visitándolos, en el año 709, a la edad de 75 años.
Gregório de Elvira ou de Illiberis
Bispo, Abril 24
Gregorio de Elvira o de Illiberis
Gregorio de Elvira o de Illiberis

Bispo

Martirológio Romano: Em Illiberis (ou Elvira, hoje Granada), na Hispânia Bética, san Gregório, bispo, cujo livro Sobre la Fé foi louvado por S. Jerónimo (s. IV).
Etimologicamente: Gregório = Aquele que está sempre preparado, é de origem grega.

Pai da Igreja hispano-romana.

Fue un prelado español del siglo IV. Este santo, llamado también Gregorio Bético, es citado con elogio por Eusebio Vercelense, san Jerónimo y otros, los cuales dicen que se había enfrentado a Osio por haber comunicado con Alsacio, Ursacio y Valente de lo cual se puede inferir que ya era obispo de Ilíberis antes del año 347. Entre sus obras destacan un tratado sobre la fe, otro sobre el Cantar de los cantares, y sobre el arca de Noé. Usa un lenguaje sencillo, se esmera en preparar sus sermones, hallar un sentido espiritual. Predicar es un deber, un acto de caridad. Tiene una gran preocupación por preservar la fe del error. Casi todos los sermones explican textos del Antiguo Testamento, le dedica mayor atención porque presenta mayor dificultad. Otra razón es que en el Evangelio no aparece nada que no aparezca en el Antiguo Testamento, en la ley y en los profetas. La sombra no existe sin el cuerpo, tampoco Cristo sin la Ley, ni esta sin Cristo. En "De doctrina cristiana" habla de los sentidos de la Escritura. En Sobre la catequesis de los principiantes sobre la enseñanza de la fe. La Sagrada Escritura a veces es oscura, hay que clarificarla en la exposición. Considera importante que el predicador viva lo que dice, sea orante antes que parlante. A la personalidad de San Agustín nos podemos acercar por sus sermones. San Agustín dice que el efecto de la predicación sería nulo si Cristo no estuviese en el corazón de los oyentes. El que instruye es Cristo, su Espíritu. Debemos crear la posibilidad para que Cristo instruya, de ese crecimiento. El secreto del buen catequista es predicar con alegría. Es mejor hablar a Dios de ellos, que a ellos de Dios, en caso que no les entiendan. Dios ama al que da con alegría. La santidad de Gregorio goza de una devoción antiquísima, ya que su nomnbre se ve en varios martirologios, honrándose su memoria en España desde el siglo VII como consta de San Isidoro, que le llama Santo. No se sabe con certeza el año de su muerte pero se cree que aún vivía en 392 y que llegó hasta la última senectud.
Outros Santos e Beatos Abril 24 Completando o santoral deste dia, Abril 24 Santo Alexandre, mártir
Em Lyon, na Gália, santo Alexandre, mártir, que três días depois da paixão de S. Epipódio foi tirado do cárce, açoitado e cravado numa cruz até expirar (178).
Santo Antimo, bispo
Em Nicomédia, em Bitínia, santo Antimo, bispo, e companheiros, mártires na perseguição sob o imperador Diocleciano. Antimio, por confessar a Cristo, recebeu a glória do martírio ao ser decapitado, e da multidão de seus companheiros, uns foram degolados, outros queimados vivos, outros abandonados no alto mar sobre barcos, segundo dispôs o juíz (303).
Santo Deodato, abade Nas cercanías de Blois, na Gália Lugdunense, santo Deodato, diácono e abade, que depois de levar vida anacoreta, reuniu discípulos aos que presidiu (s. VI). San Melito, abade e bispo Em Canterbury, em Inglaterra, san Melito, bispo, que, sendo abade, foi enviado pelo papa S. Gregório I Magno a Inglaterra, onde foi ordenado bispo dos saxões orientais por santo Agostinho, e, depois de sofrer muitas tribulações, acedeu à sede de Canterbury (624). Santo Egberto, monge e presbítero Na ilha de Iona, na Escócia, santo Egberto, presbítero e monge, que se preocupou na evangelização de várias zonas de Europa e convenceu, já ancião, aos monges de Iona para que aceitassem eocómputo romano do dia de Páscoa, entrando a celebrar a eterna festa no término da missa da solenidade pascal (729). S. Guilherme Firmato, eremita Em Mortain, na Normandía, S. Guilherme Firmato, eremita, que antes havia sido canónico e médico em Tours, mas depois duma peregrinação a Jerusalém, se retirou à solidão até à sua morte (1103). http//es-catholic.net/santoral Recolhido e transcrito (sem poder efectuar tradução, devido a falta de tempo, pela sua extensão...) por António Fonseca

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