| María de Cleofás, Santa |                                                                                                                          | Discípula de Jesus, Abril 24 |                                                                                                                          | 
 |                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           |     | María de Cleofás, Santa |     Discípula de Jesus
Tia de Nosso Senhor Jesus Cristo
Mãe de Judas Tadeu,  Santiago o Menor, Simão e JoséMartirológio Romano: Em Jerusalém, comemora«ção  das santas mulheres María de Cleofás e Salomé, que,  junto com María Magdalena, muito de manhã do dia de  Pascoa se dirigiram ao sepulcro do Senhor para ungir seu  corpo e receberam o primeiro anúncio da Ressurreição (s.  I). 
Etimologicamente: María = Aquela senhora bela que nos guia, é  de origem hebraica.
  En los grandiosos  acontecimientos de la Redención, durante el dramático epílogo sobre el  Calvario, un coro silencioso y triste de “piadosas mujeres” espera  un poco lejos que todo se haya terminado: “Estaban junto  a la cruz de Jesús su madre, la hermana de  su madre, María de Cleofás y María de Magdala” dice  el evangelista san Juan. Era el grupo de las que  “lo seguían desde cuando estaba en Galilea para servirlo, y  muchas otras que habían venido de Jerusalén junto con él”. Entre las espectadoras se encuentra, pues, la santa que hoy  se venera, cuya continua y vigilante presencia cerca del Salvador  le ha merecido un puesto particular en la devoción de  los cristianos, más que su parentela con la Santísima Virgen  y san José.  A María de Cleofás –así llamada por  el marido Clopa o Cleofás— comunmente se le considera la  madre de los “hermanos del Señor” Santiago el Menor, apóstol  y obispo de Jerusalén, y José. El historiador palestino Hegesipo  dice que Cleofás era hermano de san José y padre  de Judas Tadeo y de Simón. Este último fue elegido  para suceder a Santiago el Menor en la sede episcopal  de Jerusalén.  La identificación de Alfeo con Cleofás llevó a  algunos exegetas a considerar a María de Cleofás cuñada de  la Virgen María, y madre de tres apóstoles. Cleofás (Alfeo)      |     | María de Cleofás, Santa |     es, además, uno de los discípulos que el día de  la resurrección de Jesús, mientras iban hacia Emaús, fueron alcanzados  por Jesús a quien reconocieron en la “fracción del pan”.  Mientras el esposo se alejaba de Jerusalén, con el corazón  lleno de melancolía y desilusión, la esposa María de Cleofás,  siguiendo el impulso de su corazón, iba de prisa a  la tumba del Redentor para rendirle el extremo homenaje de  la unción ritual con varios ungüentos. En efecto, el viernes  por la tarde se había quedado atrás con María Magdalena  para ver “en dónde lo dejaban”. Dice el evangelista Marcos:  “María la Magdalena y María, la madre de Santiago el  menor y de José miraban dónde lo ponían”.  Pasado el  sábado, muy de mañana, mientras el marido regresaba a casa,  María de Cleofás y las otras compañeras “compraron perfumes y  fueron a hacerle las unciones”; pero el ángel les anunció:  “No está aquí, ha resucitado”. A las piadosas mujeres, que  fueron al sepulcro con sus ungüentos y con su dolor,  les correspondió el privilegio de conocer las primeras la noticia  de la resurrección: “¿Por qué buscáis entre los muertos al  que vive?”. “Si Cristo no resucitó -dirá San Pablo- nuestra  fe no vale nada y nosotros seríamos unos mentirosos… Pero  Cristo resucitó y es la primicia de los otros que  ahora duermen y resucitarán”. Esta alegre noticia se la llevaron  a los “Doce y a todos los otros” unas pocas  mujeres, entre ellas María de Cleofás.  Sugerimos leer el Artículo Los hermanos de Jesús.  In: es-catholic.net/santoral
  |    |  
 | Os irmãos de Jesus |              | É verdade que nos evangelhos se fala de «os irmãos e irmãs de Jesus». |              | 
 |                                                             En la Biblia leemos que los habitantes de  Nazaret, hablando de Jesús, decían: «Este es el Hijo del  Carpintero y su Madre es María, es hermano de Santiago,  José, Simón y Judas, y sus hermanas también viven aquí  entre nosotros.» (Mt. 13, 55-56)  En otra parte de la  Biblia leemos: «Un día Jesús estaba predicando y los que  estaban sentados alrededor de él le dijeron: «Tu madre y  tus hermanos están afuera y te buscan». (Mc. 3, 32)   Los que no conocen bien la Biblia sacan de estos  textos la precipitada y errónea conclusión de que María tuvo  más hijos y que por tal razón no pudo haber  quedado virgen, como creen los católicos. Muchos hermanos evangélicos hablan  así, al parecer, no por amor a la verdad, sino  simplemente para desorientar a los católicos y para que la  gente sencilla abandone la verdadera fe en Cristo, en su  Iglesia y en la Virgen María. En esta carta quiero  explicarles cuán equivocadas están estas personas que piensan que Jesús  tuvo más hermanos en el sentido estricto.   1) «Hermanos y  hermanas» en el sentido bíblico  Es verdad que en los  evangelios se habla de «los hermanos y hermanas de Jesús».  Pero eso no quiere decir que sean hermanos de sangre  de Jesús, o hijos e hijas de la Virgen María.   Jesús, en su tiempo, hablaba el idioma arameo (que es  como un dialecto del hebreo) y en las lenguas arameas  y hebreas se usaba la misma palabra para expresar los  distintos grados de parentesco cercano, como «primo», hermano», «tío», «sobrino»,  «primo segundo»... Y para indicar estos grados de parentesco, simplemente,  usaban la palabra «hermano o hermana.»  Por ejemplo: Abhraham llama  «hermano» a su sobrino Lot (Gén. 13, 8 y Gén  14, 14-16) Labán dice «hermano» a su sobrino Jacob (Gén.  29, 15).  Es decir, en la Biblia no se usan  las palabras «tío» o «sobrino», sino que a los que  descienden de un mismo abuelo se les llama hermanos.  Ahora  bien, para evitar las confusiones, la Biblia usa varios modismos.  Por ejemplo: si se trataba de hermanos verdaderos, hijos de  una misma madre, se usaba la expresión: «Tu madre y  los hijos de tu madre.» Esta era la única manera  correcta de expresarse. En Mateo16, 17 se usa la expresión  «Simón, hijo de Jonás» para decir que el papá de  Simón es Jonás.  En ningún lugar del Evangelio se habla  de los hermanos de Jesús en sentido estricto, como «hijos  de María». Por tanto en la Biblia no aparece ningún  hermano de Jesús según la carne.  En el Evangelio de  Lucas leemos que Jesús subió a Jerusalén junto con María  y José. El niño Jesús tenía ya 12 años. Este  relato no menciona ningún hermano de Jesús en sentido estricto.  Así el texto nos hace entender que Jesús es el  hijo único de María. (Lc. 2, 41-52). 
Al momento de  morir, Jesús confió su madre María al apóstol Juan, hijo  de Zebedeo, precisamente porque María quedaba sola, sin hijos propios  y sin esposo. Para los judíos una mujer que se  quedaba sola era signo de maldición. Por eso Jesús confía  María a Juan y también Juan a María.  «Cuando Jesús  vio a su madre, y de pie junto a ella  al discípulo a quien él quería mucho, Jesús dijo a  su madre: «Madre, ahí tienes a tu hijo. Luego le  dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde  entonces ese discípulo la recibió en su casa» (Jn. 19,  26-27).   2) ¿Quiénes son «estos hermanos de Jesús»?  La Biblia nombra a cuatro «hermanos» de Jesús (Mat. 13,  55-56).  En Mt. 13, 55-56 encontramos los nombres de cuatro  «hermanos» de Jesús: Santiago (o Jacobo), José, Simón y Judas.   De estos cuatro hermanos de Jesús arriba mencionados, dos eran  apóstoles: Santiago «el hermano del Señor» (Gál. 1, 19) es  el apóstol Santiago «el Menor» (Mc. 15, 40), y Judas,  «servidor de Jesucristo y hermano de Santiago».  La madre del  apóstol Santiago el Menor se llama María y esta María,  madre de Santiago y José, estaba junto a la cruz  de Jesús (Mc. 15, 40) y era «hermana de María  la Madre de Jesús» (Jn. 19, 25) y tía de  Jesús. Es la que el Evangelista llama María de Cleofás  (Jn. 19, 25)  Comparando los textos bíblicos entre sí, está  claro que ni Santiago ni los otros tres nombrados «hermanos  de Jesús» eran hijos de la Virgen María y José,  sino primos hermanos de Jesús.  Hagamos el árbol genealógico de  las dos familias:  «Padre» + madre = hijo (José +  María =Jesús)  Alfeo o Cleofás + María = hijos: Santiago,  José, Simón y Judas.   3) Jesús es el  hijo primogénito de María:   Otros dicen que la Biblia nombra  a Jesús como el «primogénito» o sea «el primer hijo  de María» y eso es señal de que María tuvo  más hijos.  El hecho de que Jesús sea «primer hijo»  no significa que la Virgen María tuviera más hijos después  de Jesús; de ninguna manera quiere decir eso el Evangelio.  «Y dio a luz a su primer hijo» (Lc. 2,  7) quiere decir que «antes de nacer Jesús, la Virgen  no había tenido otro hijo».  Y esto era muy importante  para los judíos, porque siendo Jesús el primogénito, o sea,  el primer hijo, quedaba consagrado completamente a Dios. (Ex. 13,  2). Y es que la Ley del Señor mandaba que  el primer hijo fuera consagrado u ofrecido totalmente a Dios  (Ex. 13, 12 y Ex. 34, 19). Por eso Jesús,  por ser el primogénito o primer hijo ya desde su  nacimiento quedaba ofrecido y consagrado totalmente al servicio de Dios.   Esto, y no otra cosa, es lo que enseña el  Evangelio al decir que Jesús fue el «primer hijo» (Primogénito)  de la Virgen María. En ningún caso quiere decir el  primero entre otros hermanos.   4) El uso de  la palabra «hermano» en el sentido religioso  Un día preguntó  Jesús a sus discípulos: «¿Quién es mi madre y quiénes  son mis hermanos? Y mirando a los que estaban en  torno a él añadió: Aquí están mi madre y mis  hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios  ese es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt.  12, 49-50). Jesús fue el primero en utilizar la palabra  «hermano» no en sentido carnal, sino en sentido figurado  En  el Evangelio de Juan (20, 17), Jesús llama a sus  discípulos y apóstoles: «mis hermanos» y en la carta a  los Hebreos (2, 11) todos los redimidos por Cristo son  «sus hermanos.» Cristo es «el Primogénito de estos hermanos.» (Rom.  8, 29).  En este sentido aparece la palabra «hermano» 160  veces en las cartas apostólicas del N. T. «Hermanos pues,  en este sentido, hoy como ayer, son todos los que  creen y aceptan a Jesús.» Y en esto los hermanos  evangélicos son muy inconsecuentes porque en sus sermones usan a  cada rato la expresión «hermanos» en sentido figurado (todo el  mundo entiende que no se trata de hermanos carnales) Pero  cuando se trata de interpretar esta palabra en el N.  T., dicen que hay que entenderla en sentido carnal, de  verdaderos hermanos según la sangre.  La Iglesia Católica, al igual  que las iglesias Evangélicas, tiene ahora también la costumbre de  llamar a sus fieles «hermanos y hermanas». ¿Significa esto que  todos somos hermanos según la carne? De ninguna manera, sino  que utilizamos la palabra «hermanos» en sentido figurado. ¿Por qué,  entonces, los evangélicos tienen tanto empeño en interpretar la palabra  «hermano» sólo en sentido literal para concluir que la Virgen  tuvo otros hijos? ¿No hay aquí una tergiversación o mala  interpretación de textos? ¿No será que se utilizan estos textos  tan sólo como un pretexto para confundir a los católicos  poco familiarizados con la Biblia?  Ojalá que estas palabras «hermano  y hermana» no sean para nosotros palabras conflictivas. Hermanos según  la carne son los hijos de unos mismos padres. Hermanos  según el espíritu somos todos los seres humanos, mayormente los  que son miembros de una misma comunidad o familia religiosa.   Queridos hermanos y amigos en Cristo: Creo que estas explicaciones  bastan para aclarar el sentido bíblico de la expresión «hermanos  y hermanas del Jesús.» Que nadie los venga a molestar  ahora con discursos erróneos y a decirles que María tenía  muchos hijos... Los que hablan así son personas que no  conocen bien la Biblia; es gente que interpreta la Palabra  de Dios a su propio gusto y quiere solamente sembrar  dudas y mentiras. ¿No dijo el apóstol Pedro que debemos  ser prudentes con nuestras interpretaciones privadas de la Biblia? (2  Pedr. 1, 20).  Y por último, queridos hermanos, yo también  los nombro con la palabra hermanos, les pido que no  hagan caso de palabrerías, sino que sean realmente capaces de  vivir este gran sueño de Jesucristo que es construir el  Reino de Dios en que todos los hombres volverán a  ser hermanos.             |    |  
  |                                                                        
                                                                     
Sem comentários:
Enviar um comentário
Gostei.
Muito interessante.
Medianamente interessante.
Pouco interessante.
Nada interessante.