domingo, 21 de junho de 2009

JOSÉ CAFASSO, Santo (e outros) - 23 - JUNHO

José Cafasso, Santo Junio 23 Confesor, Junio 23
José Cafasso, Santo
Confesor, Junio 23
José Cafasso, Santo
José Cafasso, Santo

Confesor

Este humilde sacerdote fue quizás el más grande amigo y benefactor de San Juan Bosco y, de muchos seminaristas pobres más, uno de los mejores formadores de sacerdotes del siglo XIX. Nació en 1811 en el mismo pueblo donde nació San Juan Bosco. En Castelnuovo (Italia). Una hermana suya fue la mamá de otro santo: San José Alamano, fundador de la comunidad de los Padres de la Consolata. Desde niño sobresalió por su gran inclinación a la piedad y a repartir ayudas a los pobres. En el año 1827, siendo Caffaso seminarista se encontró por primera vez con Juan Bosco. Cafasso era de familia acomodada del pueblo y Bosco era de una vereda y absolutamente pobre. Don Bosco narra así su primer encuentro con el que iba a ser después su Benefactor, su defensor y el que mejor lo comprendiera cuando los demás lo despreciaran: "Yo era un niño de doce años y una víspera de grandes fiestas en mi pueblo, vi junto a la puerta del templo a un joven seminarista que por su amabilidad me pareció muy simpático. Me acerqué y le pregunté: ´¿Reverendo: no quiere ir a gozar un poco de nuestras fiestas?´. Él con una agradable sonrisa me respondió: ´Mira, amiguito: para los que nos dedicamos al servicio de Dios, las mejores fiestas son las que se celebran en el templo´. Yo, animado por su bondadoso modo de responder le añadí: ´Sí, pero también en nuestras fiestas de plaza hay mucho que alegra y hace pasar ratos felices´. Él añadió: ´Al buen amigo de Dios lo que más feliz lo hace es el participar muy devotamente de las celebraciones religiosas del templo´. Luego me preguntó qué estudios había hecho y si ya había recibido la sagrada comunión, y si me confesaba con frecuencia. Enseguida abrieron el templo, y él antes de despedirse me dijo: ´No se te olvide que para el que quiere seguir el sacerdocio nada hay más agradable ni que más le atraiga, que aquello que sirve para darle gloria a Dios y para salvar las almas´. Y de manera muy amable se despidió de mí. Yo me quedé admirado de la bondad de este joven seminarista. Averigüé cómo se llamaba y me dijeron: ´Es José Cafasso, un muchacho tan piadoso, que ya desde muy pequeño en el pueblo lo llamaban -el santito". Cafasso que era un excelente estudiante tuvo que pedir dispensa para que lo ordenaran de sacerdote de sólo 21 años, y en vez de irse de una vez a ejercer su sacerdocio a alguna parroquia, dispuso irse a la capital, Turín, a perfeccionarse en sus estudios. Allá había un instituto llamado El Convictorio para los que querían hacer estudios de postgrado, y allí se matriculó. Y con tan buen resultado, que al terminar sus tres años de estudio fue nombrado profesor de ese mismo instituto, y al morir el rector fue aclamado para reemplazarlo, y estuvo de magnífico rector por doce años hasta su muerte. San José Cafasso formó más de cien sacerdotes en Turín, y entre sus alumnos tuvo varios santos. Se propuso como modelos para imitar a San Francisco de Sales y a San Felipe Neri, y sus discípulos se alegraban al contestar que su comportamiento se asemejaba grandemente al de estos dos simpáticos santos. En aquel entonces habían llegado a Italia unas tendencias muy negativas que prohibían recibir sacramentos si la persona no era muy santa (Jansenismo) y que insistían más en la justicia de Dios que en su misericordia (rigorismo). El Padre Cafasso, en cambio, formaba a sus sacerdotes en las doctrinas de San Alfonso que insiste mucho en la misericordia de Dios, y en las enseñanzas de San Francisco de Sales, el santo más comprensivo con los pecadores. Y además a sus alumnos sacerdotes los llevaba a visitar cárceles y barrios supremamente pobres, para despertar en ellos una gran sensibilidad hacia los pobres y desdichados. Cuando el niño campesino Juan Bosco quiso entrar al seminario, no tenía ni un centavo para costearse los estudios. Entonces el Padre Cafasso le costeó media beca, y obtuvo que los superiores del seminario le dieran otra media beca con tal de que hiciera de sacristán, de remendón y de peluquero. Luego cuando Bosco llegó al sacerdocio, Cafasso se lo llevó a Turín y allá le costeó los tres años de postgrado en el Convictorio. El fue el que lo llevó a las cárceles a presenciar los horrores que sufren los que en su juventud no tuvieron quién los educara bien. Y cuando Don Bosco empezó a recoger muchachos abandonados en la calle, y todos lo criticaban y lo expulsaban por esto, el que siempre lo comprendió y ayudó fue este superior. Y al ver la pobreza tan terrible con la que empezaba la comunidad salesiana, el Padre Cafasso obtenía ayudas de los ricos y se las llevaba al buen Don Bosco. Por eso la Comunidad Salesiana ha considerado siempre a este santo como su amigo y protector. En Turín, que era la capital del reino de Saboya, las cárceles estaban llenas de terribles criminales, abandonados por todos. Y allá se fue Don Cafasso a hacer apostolado. Con infinita paciencia y amabilidad se fue ganando los presos uno por uno y los hacía confesarse y empezar una vida santa. Les llevaba ropa, comida, útiles de aseo y muchas otras ayudas, y su llegada a la cárcel cada semana era una verdadera fiesta para ellos. San José Cafasso acompañó hasta la horca a más de 68 condenados a muerte, y aunque habían sido terribles criminales, ni uno sólo murió sin confesarse y arrepentirse. Por eso lo llamaban de otras ciudades para que asistiera a los condenados a muerte. Cuando a un reo le leían la sentencia a muerte, lo primero que pedía era: "Que a mi lado esté el Padre Cafasso, cuando me lleven a ahorcar" (Un día se llevó a su discípulo Juan Bosco, pero éste al ver la horca cayó desmayado. No era capaz de soportar un espectáculo tan tremendo. Y a Cafasso le tocaba soportarlo mes por mes. Pero allí salvaba almas y convertía pecadores). La primera cualidad que las gentes notaban en este santo era "el don de consejo". Una cualidad que el Espíritu Santo le había dado para saber aconsejar lo que más le convenía a cada uno. Por eso a su despacho llegaban continuamente obispos, comerciantes, sacerdotes, obreros, militares, y toda clase de personas necesitadas de un buen consejo. Y volvían a su casa con el alma en paz y llena de buenas ideas para santificarse. Otra gran cualidad que lo hizo muy popular fue su calma y su serenidad. Algo encorvado (desde joven) y pequeño de estatura, pero en el rostro siempre una sonrisa amable. Su voz sonora, y encantadora. De su conversación irradiaba una alegría contagiosa (que San Juan Bosco admiraba e imitaba grandemente). Todos elogiaban la tranquilidad inmutable del Padre José. La gente decía: "Es pequeño de cuerpo, pero gigante de espíritu". A sus sacerdotes les repetía: "Nuestro Señor quiere que lo imitemos en su mansedumbre". Desde pequeñito fue devotísimo de la Sma. Virgen y a sus alumnos sacerdotes los entusiasmaba grandemente por esta devoción. Cuando hablaba de la Madre de Dios se notaba en él un entusiasmo extraordinario. Los sábados y en las fiestas de la Virgen no negaba favores a quienes se los pedían. En honor de la Madre Santísima era más generoso que nunca estos días. Por eso los que necesitaban de él alguna limosna especial o algún favor extraordinario iban a pedírselo un sábado o en una fiesta de Nuestra Señora, con la seguridad de que en honor de la Madre de Jesús, les concedería su petición. Un día en un sermón exclamó: "qué bello morir un día sábado, día de la Virgen, para ser llevados por Ella al cielo". Y así le sucedió: murió el sábado 23 de junio de 1860, a la edad de sólo 49 años. Su oración fúnebre la hizo su discípulo preferido: San Juan Bosco. El Papa Pío XII canonizó a José Cafasso en 1947, y nosotros le suplicamos a tan bondadoso protector que logremos imitarlo en su simpática santidad. Antes de morir escribió esta estrofa: "No será muerte sino un dulce sueño para ti, alma mía, si al morir te asiste Jesús, y te recibe la Virgen María". Y seguramente así le sucedió en realidad.

Audrey ou Eteldreda, Santa

Abadessa, Junho 23

Audrey o Eteldreda, Santa
Audrey o Eteldreda, Santa

Abadessa

Etimológicamente significa “nobre fortaleza”. Vem da língua alemã. Uma das santas mais populares nas ilhas británicas é, sem dúvida, esta cuja breve biografía estamos apresentando. Viveu numa época em que estava Inglaterra dividida em sete reinos. Morreu tal día como hoje do año 679. Aunque ya había pasado el tiempo en el que la Iglesia, a través de los Padres, se recomendaba mucho la virginidad voluntaria por el Reino de Dios, Audrey, sin embargo, quiso vivir virgen. Pero los deseos e intenciones de su padre, rey del Este de Inglaterra, eran muy distintos. De hecho, sin que ella lo supiera, ya le había concertado dos posibles matrimonios interesantes a nivel político. El primero fue con un anciano enfermo, el príncipe Tonbert. Se le murió a los tres años. Ella mantuvo su virginidad y anhelaba entrar en un monasterio. Todo se le vino abajo. El segundo matrimonio fue con el príncipe Egfrido, hijo del rey de Northumbrie. Era un niño todavía, Al llegar a su juventud, quiso – como es natural – usar de sus derechos conyugales. Ella, a pesar de todo, le habló con tanta convicción acerca de su estado de virgen, que le permitió que se fuera a la abadía de Cuningham. Muchos discuten la decisión de este joven que sería el futuro rey. Otros, más entendidos, afirman que la dejó porque le gustaba más otra y que se adecuaba más a su forma de ser. Una vez que hizo el noviciado, fundó en Ely una abadía que ella misma dirigió hasta su muerte. Se distinguió por su vida austera, por su oración y su amor a las hermanas religiosas. ¡Felicidades a quien leve este nombre! Comentarios al P. Felipe Santos: mailto:fsantossdb@hotmail.com?subject=Comentarios%20desde%20Catholic.net%20%3Cbr%3Eal%20Santoral

Lanfranco de Pavia, Santo

Bispo, Junho 23

Lanfranco de Pavia, Santo
Lanfranco de Pavia, Santo

Bispo

Etimológicamente significa “ homem livre”. Vem da língua alemã. Nascido em Pavia, de nobre familia, no primeiro decénio do século XII, foi consagrado bispo de sua cidade por Alejandor III (1159-1181). Fue uno de los obispo que le tocó sufrir más que a nadie a causa de sus relaciones con el poder temporal y con la autoridad de su noble ciudad. Era una figura ascética por su aspecto. Hacía penitencia para estar en contacto con Dios en medio de tantas dificultades como le correspondió vivir en su tiempo. La paz la llevaba metida en el alma. Y en sus muchos trabajos por restablecerla, echó todo el ardor y la oración de que fue capaz. Recomendaba los fieles y a los sacerdotes que lo fundamental para estar bien con todo el mundo, consigo mismo y con Dios, era llevar una profunda vida espiritual. Sin ella se apaga todo y nada resulta fructífero. Le tocó también tener que estar luchando más demedio siglo contra las injusticias que se cometían contra los pobres. No las soportaba. La autoridad quería ganárselo y tenerlo de su parte. Querían la connivencia de los poderes. Nunca cedió. Fue muy clamorosa “su huelga de hambre”. Se opuso a que construyeran nuevas murallas en la ciudad a costa de los ciudadanos. Protestó con todas sus fuerza. Tuvo que irse de Pavía y volvió a ella por orden del Papa. Murió en el año 1194. ¡Felicidades a quien lleve este nombre!

María Rafaela Cimatti, Beata

Virgem, Junho 23

María Rafaela Cimatti, Beata
María Rafaela Cimatti, Beata
Santina Cimatti nasceu numa familia humilde em 6 de Junho de 1861, em Celle di Faenza, Ravenna, Italia. De seus cinco irmãs, os dois que sobreviveram foram sacerdotes e também morreram em cheiro de santidade. Quando o sacerdote da paróquia se deu conta de sua inteligência e doce natureza, lhe deu eo sacramento de Confirmação na idade de 7 anos. Después de la muerte de su padre en 1882, ella asumió la educación de sus hermanos, y también era catequista de su parroquia. Se sentía atraída a la vida religiosa, pero tuvo que esperar pacientemente para poder ayudar a su madre y hermanos. Luego de que ellos se unieron a la naciente congregación de Don Bosco, y su madre había sido alojada adecuadamente en una casa rectoral, fue finalmente libre de seguir su vocación. En noviembre de 1889 ingresa a las Hermanas Hospitalarias de la Misericordia, en la casa madre en Roma, tomando el nombre de María Rafaela. Hizo su primera profesión religiosa en 1891, haciendo además el voto hospitalario. La enviaron entonces a Alatri como ayudante de farmacéutico, y posteriormente la trasladaron a Frosinone. Hizo sus votos finales en 1905. En 1921 ella fue la superior de la casa en Frosinone, y en 1928, en Alatri. Era madre, hermana, amiga y counsejera, siempre lista para ayudar y un modelo de virtudes. Después de 50 años de vida religiosa ella, en 1940, renunció a su cargo de superiora, pero pidió permanecer en la comunidad de Alatri como una religiosa más para servir a sus hermanas, a los enfermos y al personal del hospital y consagrando más tiempo a la oración. En 1944, durante una de las etapas más duras de la Segunda Guerra Mundial, llegaban muchos heridos que necesitaban atención, y aunque ya tenía 83 años de edad, Sor Rafaella daba tanto amor y consuelo que ellos la llamaban "mamá". Presentó personalmente, con éxito, una protesta al General Kesserling del Cuartel General Alemán en Alatri, al oir un rumor de que para detener a las fuerzas aliadas iban a bombardear la ciudad. El general cambió sus planes y Alatri se salvó. Sor Rafaella murió el 23 de junio de 1945, dejando en la memoria la santidad de su vida y sus virtudes heroicas. La causa para su canonización se empezó en 1962. En 1988-89 el proceso atribuyó a su intercesión la recuperación milagrosa de Loreto Arduini de una "encefalitis viral, convulsiones y fracaso respiratorio". Esto llevó a la promulgación del decreto para su beatificación por la Congregación para las Causas de Santos en 1993. La beatificación se llevó a cabo el 12 de mayo de 1996 por S.S. Juan Pablo II.
http://es.catholic.net/santoral
Recolha, Trasncrição e tradução
(quando a posso fazer...)
de António Fonseca

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